» Creo que Venezuela es el primer país en que el Estado crea un banco, cuyo objetivo es contribuir a lograr la transformación total de la sociedad, donde se plantea lograr que la mujer acceda al desarrollo y a sus beneficios como soberana y protagonista. Por ello, esta iniciativa es uno de los instrumentos fundamentales de nuestra revolución socialista»
La economía venezolana ha crecido un 12,6 por ciento en los últimos tres años, expansión que no registraba hace 50 años. Este ciclo positivo, ha permitido una serie de logros, entre los cuales destacan el pago de la deuda externa, reducción de la pobreza, creación de empleo, diversificación del comercio con más países, además de importantes beneficios en educación y salud para toda la población.
Incluso desde Estados Unidos, el Centro de Investigaciones Científicas y Económicas (CEPR), confirmó el buen momento de la economía, destacando su crecimiento, descenso de la deuda pública, superávit en la cuenta corriente y la acumulación de las reservas necesarias, que permitirían enfrentar una eventual caída en los precios del petróleo. El único aspecto negativo identificado por el estudio, como un problema a resolver, es la inflación que alcanza un 19,4 por ciento. No obstante, según el informe, la fortaleza financiera y buena administración económica hacen improbable la crisis que vaticinan los opositores al gobierno.
Pero la Revolución Bolivariana, cuyo carácter socialista proclamó el Presidente Chávez en 2005, no sólo contempla una transformación política, económica y social, sino también un cambio cultural que tiene en el centro a la mujer. Ello no deja de ser relevante, en un país y un continente donde el machismo se resiste a perder los privilegios propios de una sociedad capitalista, que tampoco fueron superados en los llamados socialismos reales. La deuda existe y las mujeres venezolanas están decididas no sólo a reivindicar los derechos e intereses de todo el pueblo, sino también los propios.
El desafío es complejo en una sociedad en la cual ha predominado por siglos una cultura patriarcal. «Por eso no basta con cambiar la estructura económica», señaló a Punto Final, Nora Castañeda1, economista venezolana, fundadora y presidenta del Banco de Desarrollo de la Mujer (Banmujer), entidad que otorga financiamiento y programas de formación a las mujeres de su país. Piensa que el micro-crédito es una excusa para que las mujeres sean protagonistas en la construcción de su propio destino. «Nuestro objetivo es superar la pobreza y no administrarla» sentenció en su reciente visita a Chile donde participó en el seminario «Fortalecimiento de los Mecanismos de la Mujer en Latinoamérica a través de la Transversalidad de Género en el Estado», organizado por el Servicio Nacional de la Mujer (Sernam).
Largo camino a la independencia
En el mundo sigue predominando el machismo y en América Latina es aún más profundo. En un país socialista como Cuba las mujeres han alcanzado importantes logros, producto de una lucha que se inició en la Sierra Maestra y que ha perdurado en el tiempo. ¿Cómo ha sido este proceso en Venezuela, tomando en cuenta que al parecer no basta con el socialismo para vencer el denominado «machismo-leninismo»?
» En nuestro país las mujeres participaron activamente en la lucha de liberación colonial y neo-colonial. Tuvieron que disfrazarse de hombres para formar parte de la vanguardia en los procesos de liberación. En la Batalla de Carabobo, crucial para la liberación de Venezuela, Colombia y Ecuador, murieron muchas mujeres. También jugaron un rol decisivo en la lucha contra las dictaduras de Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez, en pleno siglo XX. Gómez las llamó ‘las malditas’, porque en vez de estar en sus casas cocinando, se alzaron contra la dictadura.
Durante el período de Pérez Jiménez, entre 1948 y 1958, las mujeres se habían incorporado a la educación secundaria y superior, lo que naturalmente potenció su rol en la lucha. En la década del 60, en tiempos de la guerrilla se incorporaron principalmente al combate urbano, pero también hubo presencia en la montaña. En esa época los niveles de conciencia eran superiores, porque se luchaba no sólo contra el imperialismo y el capitalismo, sino por construir el socialismo. María León, actual ministra de Estado para los Asuntos de la Mujer de Venezuela, participó en la guerrilla urbana».
Está claro que las mujeres participaron activamente en las luchas de emancipación del pueblo venezolano en distintos períodos históricos. Incluso, usted señala que en los años 60 su nivel de conciencia era mucho mayor. ¿Se plantearon en ese contexto reivindicar los derechos de la mujer?
» No luchábamos por reivindicar nuestros derechos sino los derechos e intereses de todo el pueblo. Lo primero, hubiese significado diversionismo ideológico, que en aquellos años era considerado casi una traición a la patria. En ese sentido, claramente no basta con una revolución socialista. Lo prueba la experiencia de la Unión Soviética, donde los derechos humanos particulares de la mujer no fueron contemplados».
¿En qué momento se produce un cambio en Venezuela?
» En 19 74, la Federación Democrática Internacional de Mujeres pidió a la Organización de Naciones Unidas (ONU), realizar una serie de encuentros a nivel mundial dedicados exclusivamente al tema de la mujer. En 1975, se efectuó una de estas conferencias en México, bajo el lema de ‘Igualdad, Desarrollo y Paz’, donde se logró que la ONU invitara a participar no sólo a los gobiernos, sino también a mujeres de Organizaciones No Gubernamentales (ONG). Fue el comienzo de la incorporación de la mujer venezolana a la reivindicación de sus derechos como humana, lo que nos impulsó a participar en la IV y V Conferencia Mundial sobre la Mujer de Kenia y en Beijing, en 1995. Esta reunión tuvo una particularidad muy importante: en el evento oficial participaron 10 mil mujeres, mientras el foro de las ONG convocó a más de 30 mil, entre ellas muchas mujeres de América Latina y El Caribe».
¿Cómo logró una delegación tan numerosa de mujeres latinoamericanas del ámbito no gubernamental concretar su participación en Beijing? ¿Recibieron algún apoyo de la ONU o de otra organización?
» Vilma Espín, quien presidía la Federación de Mujeres Cubanas en aquellos años, le planteó a Fidel Castro la importancia que las mujeres latinoamericanas participaran en estos encuentros. Él estuvo de acuerdo y puso a disposición nuestra un avión cubano para trasladarnos a África y luego a China. Fue la culminación de un trabajo arduo de preparación para ir a Beijing, en el cual convocamos a un espectro muy amplio de mujeres afrodescendientes, indígenas, campesinas, obreras, profesionales, feministas y cristianas. Con ellas, organizamos una serie de conferencias previas en Bogotá, Quito y Mar del Plata».
¿En qué aspectos se centró el debate en Beijing ?
» Se planteó que los derechos de las mujeres, en tanto seres humanas, deben ser integrales. Se incorporaron a los derechos sociales y políticos los económicos, culturales y ambientales. También se estableció que cuando falta alguno de estos derechos, llamados de cuarta generación, se debe considerar que los derechos humanos han sido conculcados».
En Chile, la situación de la mujer sigue siendo de desmedro: es víctima de altos índices de violencia intrafamiliar y sus posibilidades de acceso a salarios y a cargos de poder son muy inferiores respecto de los hombres. ¿Cómo es la realidad de la mujer venezolana en estos aspectos y qué aportes en el ámbito de género ha significado el proceso revolucionario?
» Nuestra revolución es muy reciente y producir un cambio en el tema de género es muy complejo. Son siglos de predominio absoluto de una cultura e ideología patriarcal, que determinan una forma de entender la realidad y las relaciones entre hombres y mujeres en nuestra sociedad. Se puede cambiar la estructura económica, pero la ideología dominante puede permanecer inalterable por años. Ello explica que en Venezuela aún exista mucha violencia contra la mujer. De hecho, se aprobó recientemente una ley orgánica por el derecho de la mujer a una vida sin violencia, donde se establecen 17 formas de violencia, además de la intrafamiliar. Otra medida importante, es la creación de tribunales especiales para juzgar los casos de agresión, lo que permitirá agilizar y ser más eficientes en combatir este flagelo».
¿Cuál es el origen de esa violencia?
» En la mayoría de los casos la mujer es discriminada por el doble hecho de ser mujer y pobre. Esta situación no es posible resolverla en el capitalismo, porque es producto de ese sistema. En el pasado el socialismo tampoco lo hizo, pero nosotros estamos construyendo el Socialismo en el Siglo XXI, que necesariamente debe asumir los desafíos de este tiempo, entre ellos el de género».
Usted fundó y es presidenta del Banco de Desarrollo de la Mujer. ¿Cómo se originó la idea de crear esta entidad?
» En Beijing, abordamos los derechos económicos de la mujeres y se discutió sobre una estrategia para lograr incorporarnos en forma plena al desarrollo y a sus beneficios. Hay que considerar que apenas accedemos al 1 por ciento de la propiedad de la tierra a nivel mundial y que en ese tiempo no teníamos acceso al crédito si no contábamos con un representante, que podía ser el marido cuando éste disponía de medios económicos. La situación era peor para las mujeres afro-descendientes, indígenas o campesinas. Nuestro trabajo no aparecía reflejado en las llamadas cuentas nacionales: producto interno bruto, ingreso nacional, creación de valor agregado. La creación de valores de uso en el hogar, relacionada con la reproducción y el cuidado de la especie humana no eran consideradas trabajo. En las estadísticas éramos catalogadas como población económicamente inactiva. La conclusión era clara: era necesario visibilizar el trabajo de la mujer y concretar su acceso a financiamiento para lograr su autonomía económica».
¿Cuándo se concretó la idea del banco y cuál ha sido su aporte en términos de género?
» El 8 de marzo de 2001, seis años después de Beijing, el Presidente Chávez anunció la creación de Banmujer y me nombró presidenta de la entidad. Él estableció que los micro-créditos fueran dirigidos esencialmente a las mujeres pobres. Venezuela se había comprometido en la Reunión del Milenio, convocada por Naciones Unidas en Nueva York, a disminuir la pobreza extrema en un 50 por ciento para el año 2015. En ese contexto, el Banco del Pueblo Soberano, el Fondo de Desarrollo Micro-Financiero y el Banco de Desarrollo de la Mujer han jugado un papel central. En la actualidad, tenemos presencia en todos los municipios del país donde impulsamos programas de formación orientados a mujeres indígenas, campesinas, afrodescendientes y discapacitadas. Nuestro trabajo se ha enfocado a disminuir la feminización de los pobres, porque la mayor miseria se concentra en las mujeres. A nivel mundial el 70 por ciento de los pobres son mujeres y ese indicador tiende a reproducirse en los distintos países. Para lograr nuestro objetivo, hemos generado empleos de mejor calidad, a través de los cuales la mujer ha ido logrando su propia independencia y soberanía. La Constitución Bolivariana establece que la soberanía reside en el pueblo, quien la ejerce y no la delega. Este principio es válido para las mujeres que constituimos el 50 por ciento del pueblo».
¿Existe una experiencia similar en otros países?
» Creo que Venezuela es el primer país en que el Estado crea un banco, cuyo objetivo es contribuir a lograr la transformación total de la sociedad, donde se plantea lograr que la mujer acceda al desarrollo y a sus beneficios como soberana y protagonista. Por ello, esta iniciativa es uno de los instrumentos fundamentales de nuestra revolución socialista».
Soberanía alimentaria
La economía venezolana ha crecido de manera sostenida en los últimos años, lo que ha significado importantes beneficios para el país y el pueblo en su conjunto. Los críticos del proceso atribuyen esta bonanza económica exclusivamente al precio del petróleo. En su opinión, ¿qué otros aspectos del manejo económico del gobierno explican el fortalecimiento de la economía venezolana?
» Efectivamente, la bonanza económica tiene mucha relación con el precio del petróleo a nivel internacional. Sin embargo, somos una nación petrolera hace más de 100 años y nunca el pueblo se había beneficiado directamente de este recurso como ahora. Venezuela era un país rico con un pueblo pobre, producto de una distribución del ingreso que beneficiaba sólo a la oligarquía local y al imperialismo norteamericano. Con los excedentes del petróleo, además de los beneficios que usted señala, estamos creando nuestra propia infraestructura para explotar el recurso. Hemos suscrito acuerdos de cooperación y transferencia tecnológica con Irán y Bielorusia, lo que nos permitirá fortalecer nuestra autonomía económica. Hay un esfuerzo serio para lograr que las industrias básicas funcionen de manera eficiente, pero no a costa de los trabajadores. Buscamos mejorar su calidad de vida, a través del desarrollo de distintas formas organizativas que han posibilitado un auge económico, a pesar de la oposición interna y externa. En este proceso, la construcción de poder popular ha sido central y el Presidente Hugo Chávez ha estado siempre en primera línea impulsando el fortalecimiento de la organización del pueblo. Esto ha creado las condiciones para que en Venezuela se produzca una gran transformación material, pero también en lo subjetivo, a través del debate de ideas».
En un estudio reciente, el Centro de Investigaciones Científicas y Económicas (CEPR) de Estados Unidos, confirmó el buen momento de la economía de su país. No obstante, identifica la inflación de un 19,4 por ciento como un problema importante a solucionar. ¿Comparte este diagnóstico? y si es así, ¿podría explicar cuál es el origen de esta tendencia inflacionaria?
«El Banco Central y el Instituto Nacional de Estadísticas han reconocido que la tasa de inflación acumulada es alta. Entre las causas del fenómeno está el aumento de la capacidad de demanda de nuestro pueblo, producto de los programas sociales impulsados por el gobierno. En contraposición, no se ha incrementado lo suficiente la capacidad de oferta, aspecto que requiere de un esfuerzo del Estado en conjunto con el sector privado, que ha desarrollado una política de ‘guerra económica’ contra el país. A pesar de ello, el Presidente Chávez, se reunió con los empresarios y les planteó la disposición del gobierno de tomar una serie de medidas tendientes a incrementar la oferta y superar la inflación. Lamentablemente, los privados no están dispuestos a realizar el esfuerzo, porque prevalece su interés ilimitado por el lucro.
Otro aspecto que influye en la inflación, es la falta de soberanía y seguridad alimentaria. Tenemos que importar, en un contexto de crisis inflacionaria mundial en el rubro de los alimentos. Esta situación no es provocada exclusivamente por el precio del petróleo sino también por la política fiscal de los países ricos. Se grava el petróleo con impuestos muy altos y la gente paga cada vez más por la gasolina. Ello permite que los estados se apropien de una parte del excedente, que no proviene de la producción petrolera y de los países exportadores sino de la recaudación fiscal. Con el alza del combustible aumentan los costos de producción de los alimentos y al importar estos productos importamos inflación. El fenómeno, ocurre a todos los países pobres que no producen trigo, maíz, soja y otros alimentos».
¿Qué medidas ha tomado el gobierno para solucionar esta situación?
«Frente a este escenario, la alternativa monetarista para bajar la inflación es reducir el gasto público. El Presidente Chávez ha rechazado esa posibilidad, porque no está dispuesto a que el pueblo asuma la disminución de la inflación. Estamos haciendo un gran esfuerzo como Estado para aumentar la oferta y lo que sí podemos asegurar es que garantizaremos el derecho del pueblo a una vida más justa y plena. En Venezuela la economía está al servicio de los seres humanos».
El aporte de Banmujer
A 2007, el aporte del Banco de Desarrollo de la Mujer, perteneciente al Ministerio para la Economía Popular de Venezuela, había otorgado 76.659 créditos, con una inversión de 234,51 millardos de bolívares. Ello generó en aquel período más de 395 mil empleos.
Además, benefició a 2.265 cooperativas y a 73.490 unidades económicas asociativas, fortaleciendo los sectores manufacturero, de servicios, agrícola y del comercio. Un total de 2 millones de venezolanas fueron favorecidos por la institución financiera.
1 Profesora de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela; miembro fundadora del Centro de Estudios de la Mujer de la misma casa de estudios superiores e integrante del Consejo Directivo del Instituto Nacional de la Mujer Durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, integró la Comisión Nacional de Mujeres del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), que junto al Partido Comunista de Venezuela impulsaron la lucha guerrillera .