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Pakistán pierde el control de su frontera con Afganistán

Fuentes: Cambio

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se enfrenta a un grave conflicto en el marco de la llamada guerra contra el terrorismo. Los ataques ordenados por la nación norteamericana en áreas tribales de Pakistán (en la madrugada del lunes se produjo el último) no sólo no logran frenar la insurgencia de grupos afines a […]

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se enfrenta a un grave conflicto en el marco de la llamada guerra contra el terrorismo. Los ataques ordenados por la nación norteamericana en áreas tribales de Pakistán (en la madrugada del lunes se produjo el último) no sólo no logran frenar la insurgencia de grupos afines a los talibanes y a Al Qaeda, sino que parecen fortalecerla.

Afganistán y Pakistán comparten frontera, etnia, religión y cultura. Las guerrillas se mueven entre los dos territorios y por eso EEUU ataca territorio paquistaní (aunque la guerra supuestamente sólo es en Afganistán).

La influencia política de organizaciones afines al talibán es tan determinante en la zona del Valle de Swat, que el gobierno acordó ayer con un grupo civil pro taliban, la imposición de la Sharia (ley islámica) -que es propuesta por los sectores más radicales-, para que las organizaciones civiles del Valle, acuerden un cese al fuego en los combates que guerrilleros llevan adelante contra el ejército regular paquistaní y contra tropas de ocupación que usan ese corredor para aprovisionar a sus efectivos en suelo afgano.

La inédita decisión del gobierno asiático admite en los hechos la pérdida de jurisdicción sobre esa parte del territorio, ya que a partir de ahora los encargados de impartir justicia serán los grupos talibanes.

Los guerrilleros de Swat declararon una tregua de 10 días para facilitar las negociaciones.

Según el diario pakistaní Roznama Jasarat, las guerrillas al mando del pro talibán Maulana Fazlullah, ya estaban en control del 80 por ciento de la zona desde hace varios meses.

En Swat están completamente prohibidos la música, los cibercafés y los comercios de discos compactos. Maulana Fazlullah incendió 15 tiendas de discos antes del mes sagrado musulmán de Ramadán, luego de pagar 2.000 dólares a cada uno de los propietarios.

Las escuelas de Swat, especialmente las de niñas, fueron clausuradas. En agosto, el director de una escuela fue asesinado con una bomba colocada en su vehículo, porque se negaba a dejar de dar clases a las estudiantes.

El periodista Tufail Ahmad, también denuncia la sangrienta lucha que enfrenta a Sunnitas (pro talibanes) contra Chiitas por el control de la región.

De visita oficial en India, el enviado estadounidense Richard Holdbrooke, declaró ayer que «India, Estados Unidos y Pakistán tienen una amenaza en común», en referencia a la insurgencia que se desarrolla en las regiones tribales ya mencionadas. Esto podría ser preludio de una intensificación en los ataques contra Pakistán.

El emisario de Obama agregó: «Por primera vez en los 60 años desde la independencia, India y Pakistán y Estados Unidos se enfrentan a un enemigo que representa una amenaza directa para nuestros dirigentes, nuestras capitales y nuestro pueblo».

La senadora estadounidense, Dianne Feinstein, reveló que los ataques aéreos contra las áreas tribales se realizan desde una base dentro del propio Pakistán, y la agencia EFE, divulgó que en la ciudad de Peshawar, capital de la Provincia de la Frontera del Noroeste, se encuentra el centro de operaciones de la CIA, desde donde se planean los ataques.

La misma agencia publicó ayer la declaración de un agente de inteligencia, quien afirmó que «es evidente que EEUU cuenta con autorización y que está ampliando sus objetivos y su información sobre el terreno».

Según reveló el ex presidente paquistaní, Pervez Musharraf (un aliado incondicional de EEUU), en 2001 Richard Armitage, entonces subsecretario de Estado de EEUU (funcionario ligado a más de 60 mil asesinatos de civiles vietnamitas), le advirtió al director del ISI (servicio secreto paquistaní) que su país debía prepararse para ser bombardeado y volver a la «edad de piedra» en el caso de que no colaboraran en la invasión a Afganistán.