Estados Unidos y los europeos «deberían empacar sus cosas e irse», dijo el pakistaní Imran Khan, jugador de cricket devenido dirigente político, quien cree que la muerte de Osama bin Laden no impedirá que la OTAN realice nuevos ataques con aviones teledirigidos en la región. «Ya lograron su objetivo: Osama bin Laden no está más, […]
Estados Unidos y los europeos «deberían empacar sus cosas e irse», dijo el pakistaní Imran Khan, jugador de cricket devenido dirigente político, quien cree que la muerte de Osama bin Laden no impedirá que la OTAN realice nuevos ataques con aviones teledirigidos en la región. «Ya lograron su objetivo: Osama bin Laden no está más, así que no hay motivo para que ellos se queden», dijo a IPS por teléfono.
El saudita Bin Laden, líder de la red extremista Al Qaeda, fue asesinado el 1 de este mes en una misión secreta de Estados Unidos en la localidad pakistaní de Abbottabad, en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa (ex Provincia de la Frontera Noroccidental).
En un ataque aéreo que duró 40 minutos, un pequeño grupo de elite de la marina de guerra de Estados Unidos que había cruzado desde Afganistán en cuatro helicópteros, tomó por objetivo una casa ubicada a pocas calles de la Academia Militar de Pakistán. Según la versión estadounidense, Bin Laden fue muerto a tiros en la cabeza, y luego su cadáver fue arrojado al mar.
Khan, presidente del partido Pakistan Tehreek-Insaf, cree que la muerte de Bin Laden no impedirá que Estados Unidos lance los ataques teledirigidos que su partido viene combatiendo. Esos ataques se llevan a cabo con aviones no tripulados que se envían para recabar datos de inteligencia y tomar por blanco a presuntas guaridas de terroristas.
Estados Unidos lanzó 10 ataques teledirigidos entre 2004 y 2007, y 226 entre 2008 y 2011. Unas 2.000 personas fueron asesinadas en esas ocasiones.
Entre el 23 y el 24 de abril, Khan lideró una manifestación en Peshawar para impedir que contenedores de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) ingresaran a Afganistán. La estratégica elección del lugar ayudó a atraer a miles de personas. Khan dijo que la lucha de su partido continuaría. «Bloquearemos rutas usadas por la OTAN para enviar suministros a sus efectivos en Afganistán si hay otro ataque teledirigido», señaló. Khan prevé que quienes profesan una «alta estima» por Bin Laden, incluso en su muerte, darán un «gran contragolpe».
También cree que se ejercerá más presión sobre Pakistán por proteger y albergar a terroristas, dado que la muerte de Bin Laden ha alimentado las sospechas de que el gobierno pakistaní está en connivencia con los extremistas.
Las autoridades pakistaníes tendrán que hacerse responsables por el enorme apoyo dado al presidente Asif Ali Zardari, dijo Khan. «La percepción en el exterior es que hemos estado protegiendo» a Bin Laden, señaló.
En diálogo con el periódico británico The Guardian, Zardari dijo que éstas son meras conjeturas. «Esas especulaciones sin base pueden volver emocionantes las noticias por cable, pero no reflejan los hechos», sostuvo, diciendo que Pakistán es «la mayor víctima mundial del terrorismo».
El presidente pakistaní también calificó a Bin Laden como la «fuente del mayor mal del nuevo milenio», en un artículo publicado el 3 de este mes en The Washington Post.
Pero a todos les resulta inconcebible que el hombre más buscado del mundo estuviera cómodamente instalado en un pueblo donde era vecino de generales retirados y de una de las academias militares más prestigiosas.
Un editorial publicado en el Daily Times advirtió que será difícil convencer a Estados Unidos de que el gobierno de Pakistán no tuvo nada que ver con que Bin Laden pudiera esconderse allí.
El periodista Najam Sethi, editor del Friday Times, coincidió con Khan en que los ataques con aviones teledirigidos continuarán, pero dijo que ahora habrá que ver cuál es su blanco. «Si es Al Qaeda y el Talibán de Pakistán, eso significará que (el ataque teledirigido) cuenta con el apoyo tácito del ejército de Pakistán», dijo Sethi.
Durante mucho tiempo Pakistán hizo la vista gorda mientras los aviones no tripulados sobrevolaban regiones tribales, matando a civiles.
Pero si las naves teledirigidas no atacan la red Haqqani, eso significará que Pakistán ha sellado un acuerdo a cambio de Bin Laden, agregó Sethi.
Haqqani es una organización extremista vinculada con Al Qaeda y que opera desde Waziristán del Norte, y es la mayor amenaza para las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN. Pakistán le ha dado refugio.
Por otro lado, según Sethi, si la red Haqqani es atacada, Pakistán no habrá tenido nada que ver con la muerte de Bin Laden.
«Tenemos que controlar los medios estadounidenses y a altos funcionarios estadounidenses como (la secretaria de Estado) Hillary Clinton», dado que será ella quien informe a los medios, dijo a IPS.
Sethi también señaló que en los próximos días quedará más claro el rol de Pakistán en la muerte de Bin Laden. De todos modos, él considera que «este gobierno no tiene ningún control sobre su política exterior y el ejército está dirigiendo el espectáculo».
Sin embargo, cree que aunque Estados Unidos quiera hacer méritos por llevar a cabo este operativo y Pakistán no quiera involucrarse –Bin Laden es un semihéroe y se teme una sangrienta represalia–, habría sido mejor que el gobierno pakistaní declarara públicamente que se trató de una operación conjunta.
Pakistán también debe comprender que no ayuda elegir insurgentes quiere eliminar y otros a los que quiere proteger, sostuvo Sethi.