Al declarar recientemente que Washington sigue siendo una potencia del Pacífico y que lo será más aún en el futuro, el Secretario estadounidense de Defensa, Leon Panetta, reiteró una vieja doctrina en busca de una nueva estrategia para justificar el enorme caudal de recursos que el Pentágono derrochará en guerras en los años próximos, tras […]
Al declarar recientemente que Washington sigue siendo una potencia del Pacífico y que lo será más aún en el futuro, el Secretario estadounidense de Defensa, Leon Panetta, reiteró una vieja doctrina en busca de una nueva estrategia para justificar el enorme caudal de recursos que el Pentágono derrochará en guerras en los años próximos, tras sus derrotas, -eufemísticamente calificadas de «empates»- en Irak y Afganistán.
Así lo percibe el historiador norteamericano especializado en las guerras modernas, Gabriel Kolko, en artículo titulado «Visión del Pacífico de Panetta» («Panetta´s Pacific Vision») que publica en su edición de Junio 8-10 de 2012, la revista Counterpunch.
El objetivo anti chino de las recientes visitas de Panetta a Filipinas, India y Vietnam, según Kolko, fue evidente: «Ante las dificultades halladas para que estos países le permitan a Estados Unidos instalar nuevas bases militares permanentes, lograr que le sea dable utilizar las que ya existen en esas naciones para contener la creciente armada china».
Pero China es ya demasiado fuerte militar y económicamente. Posee 1,15 billones de dólares en bonos de largo plazo de la Tesorería de Estados Unidos que, si fuera a deshacerse de ellos a corto plazo se perjudicaría pero en el largo término la independizan de la deuda estadounidense. Y Estados Unidos, que ha dependido de China para financiar su déficit comercial y para cubrir el déficit presupuestario, no va a poder encontrarle un sustituto por la muy frágil situación de la economía europea. Además, ya China no puede ser tratada por Occidente como lo fue durante el Siglo XIX.
Según Kolko, Estados Unidos pretende utilizar a su favor el hecho de que Filipinas, Malasia, Brunei y Vietnam reclaman partes del mar de China meridional y China, con un superior poder militar para hacer valer su reclamación, demanda su posesión integral.
Pero la estrategia del Pacífico que proyecta Panetta se basa en puras ilusiones e hipótesis optimistas sobre el futuro, dado que su instauración sería en un espacio de tiempo no menor de 10 años, y supone que el resto del mundo se mantenga inerte, sin que la crisis mundial cree obstáculos a los fastuosos gastos militares estadounidenses, opina Kolko.
Estados Unidos afirma que no pretende construir alianzas de cualquier tipo de para contener el poder chino, pero los chinos no lo creen «simplemente porque no es cierto».
Es evidente en el hecho de que Panetta sólo visitara 3 países: la India, Filipinas y Vietnam -dos de los cuales han tenido conflictos armados con China y todos ellos tienen disputas territoriales con el gigante asiático. Washington esperaba encontrar en ellos respuesta favorable para sus muy vagos planes de futuro, que el propio Leon Panetta reconoce que son imprecisos.
Pero lo que nadie sabe es si esta impresión de vaguedad -que provocan temer en naciones como India y Vietnam porque estiman que esconde para ellos inmensos riesgos- es deliberada o no, dice Kolko.
«En cualquier caso, el Gobierno estadounidense se muestra patéticamente estúpido, porque dondequiera que Panetta ha ido, ha dado la impresión de que está pensando en voz alta o tomando decisiones impensadas, algo que no convence a vietnamitas, ni a indios ni a otras potencias de Asia».
Ello pudiera, eso sí, distraer a su propio gobierno, republicano o demócrata, y hacer que éste siga empantanándose más y más en otros lugares durante la próxima década.
El contexto asiático tampoco presagia avances para la estrategia de Panetta. India no quieren involucrarse en peleas innecesarias con China o Pakistán, que tienen armas nucleares, y China es demasiado temible incluso con armas convencionales.
Las relaciones de Estados Unidos con Pakistán están en su punto histórico más bajo, en tanto Rusia y China se apresuran a llenar el vacío que se ha creado, dado que Rusia, China y Pakistán coinciden en el interés por que Afganistán no siga sirviendo como trampolín de Estados Unidos en Asia Central, a través de la India.
Todo lo que apunta Kolkos en su escrito, conduce a la idea de que el orden diplomático del mundo pasa por una gran transición, de la que solo se excluye EEUU, que se mantiene firme en sus ambiciones tradicionales y todavía sufre la ilusión de que puede hacerlas realidad.
Si Estados Unidos mostrara interés sólo por el Pacífico y Asia, podría haber una esperanza para la vaga estrategia del Pentágono, pero su ambición abarca todo el mundo.
Hay un aire patético en los planes de Panetta. Si no fueran tan peligrosos sus objetivos, uno casi pudiera sentir lástima por él y por lo iluso de sus intenciones, concluye Kolkos.
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