¿Se liberará finalmente Francia y Europa de la férula estadounidense o agacharán la cabeza y regresarán con el rabo entre las piernas a su antiguo redil?
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Estados Unidos menospreciando a la OTAN, hija putativa de los bulos antisoviéticos, ha buscado su razón de ser en el punto más álgido de la geopolítica actual, en el mar de China Meridional, zona por la que circula el 30% del comercio global y es de interés para China, Japón, Corea del Sur, India, Australia y, por ser rica en yacimientos de petróleo y gas, es disputada por China, Filipinas, Vietnam, Taiwán, Malasia y Brunéi; además, es muy poblada y alberga a algunas de las mayores economías del mundo.
Joe Biden, presidente de EEUU, Boris Johnson, primer ministro británico, y Scott Morrison, primer ministro de Australia, preocupados por el crecimiento imparable de China y aparentemente para defender a sus aliados de esa región, el 15 de septiembre de 2021 formaron la alianza de seguridad y cooperación en materia de defensa para el Indo-Pacífico, llamada AUKUS, acrónimo de Australia, United Kingdom y USA.
EEUU ayudará a Australia a dotarse de submarinos de propulsión nuclear, que son mucho más rápidos y difíciles de detectar que los de propulsión convencional, pueden permanecer sumergidos durante meses, disparar misiles a distancias más largas y transportar más peso, con lo que Australia se une al pequeño grupo de naciones que poseen este tipo de buques, lo que genera temor, pues esos tres países firmaron el Tratado de No Proliferación Nuclear, y el uranio altamente enriquecido, con el que funcionan estos navíos, se utiliza para la fabricación de armas atómicas.
La aparición de submarinos nucleares en Australia representa una amenaza militar para China y socava la estabilidad internacional, por lo que China se verá abocada a acercarse más aún a Rusia en materia de seguridad. No es que por tener submarinos nucleares Australia va a ser más poderosa que China, pero cambia el equilibrio de poder en esa región, pues de haber un conflicto en el mar de China Meridional o en el Estrecho de Taiwán, China se vería afectada militarmente. Según el Global Times de Pekín, el pacto envenenó las relaciones de su país con Australia, convertida en un adversario de China, pues “el AUKUS socava gravemente la paz y la estabilidad en la región Indo-Pacífica e intensifica la carrera armamentista”.
Para Francia, el pacto es un duro golpe a su diplomacia e industria armamentística, que puso fin al acuerdo, conocido como “el contrato del siglo”, firmado entre Francia y Australia, para construir doce submarinos para la armada australiana. “Fue realmente una puñalada trapera”, se quejó Jean-Yves Le Drian, Ministro de Relaciones Exteriores de Francia.
Serguéi Lavrov, Ministro de Exteriores de Rusia, declaró en la Asamblea del Consejo de Política Exterior y de Defensa de Rusia, que “el centro del desarrollo mundial se ha desplazado de la región euro-atlántica a la zona de Asia-Pacífico”. Su objetivo es contener a China, aglutinando a sus adversarios, sin que les importe traicionar a Francia ni tomar en cuenta los intereses de sus demás aliados. Para María Zajárova, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, la base jurídica del orden mundial era antes la Carta de las Naciones Unidas, mientras que hoy “las normas se imprimen de forma totalmente caótica”.
Joseph Wu, Ministro de Relaciones Exteriores de Taiwán, declaró que su país se está preparando para la guerra. “Si China lanzara un ataque contra Taiwán, creo que Australia también sufrirá tremendamente… Nos gustaría participar en intercambios de seguridad o inteligencia con otros socios de ideas afines, para que Taiwán esté mejor preparada para hacer frente a una situación de guerra”.
Como para apaciguar los ánimos caldeados al rojo vivo, Boris Johnson salió con su domingo siete: “Nuestro amor por Francia es imposible de erradicar. Estamos muy orgullosos de nuestra relación con Francia y es de enorme importancia para este país (Reino Unido). Es una relación muy amistosa que se remonta a un siglo o más y es absolutamente vital para nosotros”. Lo real es que después del Brexit, el AUKUS es muy importante para Inglaterra, ya que representa una alianza militar con EEUU, país con el que siempre tuvo relaciones muy especiales, y le cierra la boca a quienes criticaban a los ingleses por haberse ido de la UE.
Según el politólogo Leonid Krutakov, está en formación un nuevo mundo bipolar, prueba de ello es la concentración de países anglosajones en la alianza AUKUS. “El Reino Unido se retiró de la UE y se produjo una ruptura del mundo anglosajón con la Europa continental. El Reino Unido se ha convertido en el portaaviones del mundo anglosajón -financiera y militarmente- junto a Europa”. Además, hizo notar que “ahora el protagonista de este enfrentamiento con el mundo anglosajón no es Rusia sino China. En este proceso, Rusia es un aliado estratégico, es decir, vemos la formación de una nueva estructura mundial”.
Por su parte, Estados Unidos gastó 7,7 billones de dólares en incursiones fallidas en Afganistán, Iraq, Libia y Siria, que no sirvieron para eliminar el terrorismo sino para encumbrarlo, como pasó en Afganistán, y espera que el AUKUS le permita constituir alianzas más efectivas contra sus enemigos. La verdadera razón para crear esta nueva alianza es derrotar a China, a su creciente influencia, ya que es su principal adversario en esa zona, misión que EEUU no puede cumplir solo. La OTAN no lo puede acompañar, incluso por el nombre que tiene; en cambio, Australia gustosamente lo hace e Inglaterra, porque necesita hacerlo.
Hay dos peros que impiden a EEUU e Inglaterra triunfar en esta nueva aventura: el AUKUS se constituyó muy tarde, cuando China es inalcanzable, no sólo por su producción industrial sino por la científica, y a Rusia no la van a engatusar otra vez con cantos de sirena, como hicieron con la URSS. El otro pero, más importante sin duda, es la debilidad interna, ambos tienen los píes de barro, como el ídolo bíblico.
Inglaterra vive una real tragedia nacional, sus jubilados se congelan en sus casas y no pueden pagar los precios actuales de la calefacción, lo impide la baja pensión de 500 libras al mes, aproximadamente. Si durante el invierno hace mucho frio, se sientan en un autobús y viajan todo el día para mantenerse calientes. Algunos estarían felices de ir a la cárcel, porque tendrían tres comidas al día y podrían ver la televisión gratis. En pocas palabras, o comen o tienen calefacción. Pese al uso de esos trucos populares, el invierno pasado murieron de frio diez mil jubilados y este año la cifra será superior.
Tampoco lo que pasa en EEUU es mejor que en Inglaterra. Nadie prevé en qué va a terminar la actual convulsión social de ese país, ya que ni los republicanos ni los demócratas han abordado los acuciantes problemas que agobian a la sociedad estadounidense: una multitud de explotados, pobres y desposeídos por un sistema que genera riqueza sólo para el 1% de los norteamericanos; trabajadores que cada día laboran más por salarios que bajan sin cesar; personas que hasta ahora carecen de techo como consecuencia de la crisis de 2008; profesionales que no pueden pagar sus deudas de educación; desempleados que deben mendigar su sustento; afroamericanos reprimidos con saña; mujeres que buscan equidad por su sacrificada labor; migrantes que viven una real pesadilla y soldados desatendidos luego de servir de carne de cañón en las aventuras bélicas del Pentágono.
Y como los problemas que no se resuelven se complican, Estados Unidos corre el riesgo de que el caos social ponga en entredicho su integridad como país. Y aunque esto no sucediera y EEUU sorteara este peligro, se ha borrado el ideal de oropel que propugnan, los valores de libertad y democracia, en los que actúan los políticos, los militares, los economistas y el sistema financiero, y que actualmente suenan hueros a la opinión pública mundial que poco a poco descubre la realidad. Parecería que EEUU se ha vuelto un Estado fallido y que su política, tanto interna como externa, es digna de un manicomio.
Tal como están las cosas, en el mundo se ha formado una especie de triángulo geopolítico compuesto por EEUU, Rusia y China. Estos dos últimos han elaborado una estrategia a largo plazo para impedir ser engullidos por el primero, y pareciera que EEUU sobrevalora su real potencial, pues carece de fuerzas para llevar al mismo tiempo sendos conflictos contra la alianza de Rusia y China, y sin embargo, lo hace.
La estabilidad triangular se incrementaría si se diera la posibilidad de que el triángulo se convierta en cuadrado; esto sucedería si la UE, hasta el día de hoy un apéndice que EEUU controla mediante la OTAN, se negara a pagar diezmos por su vasallaje. Tal vez, Macron, el presidente más joven de la historia de Francia, pretenda imitar a Napoleón o De Gaulle, luego de que su país fuera ofendido por el AUKUS.
Así las cosas, el mundo espera el desenlace de la geopolítica actual. ¿Se liberará finalmente Francia y Europa de la férula estadounidense o agacharán la cabeza y regresarán con el rabo entre las piernas a su antiguo redil? De lo que no cabe duda es que la paciencia y la experiencia de la milenaria China, unida a la sapiencia y la valentía de Rusia, por el bien de la especie no serán derrotadas jamás.
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