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ONU: “Cría cuervos y…”

Fuentes: Rebelión

14 de mayo de 1948: La ONU crea el estado de Israel como un “estado gendarme” para acabar con el movimiento nacionalista árabe; desarabizar Palestina y asegurar el expansionismo nazi-sionista, euro-estadounidense-israelí, para dominar y controlar Oriente Medio.

24 de octubre de 2023: El embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, pidió la dimisión del secretario general, António Guterres, los actuales «ojos» de esa organización. Erdan, atribuyéndole a Hamás los crímenes que vienen cometiendo los judíos sionistas dijo: “El secretario general de la ONU, que se muestra comprensivo con la campaña de asesinatos masivos de niños, mujeres y ancianos, no es apto para dirigir la ONU. Le pido que dimita inmediatamente».

En la misma fecha, Eli Cohen, jefe de la diplomacia judío sionista, cancela su reunión concertada con António Guterres, diciendo que «después de la masacre del 7 de octubre, no hay lugar para un enfoque equilibrado. Lo que hay que hacer es borrar a Hamás de la faz del planeta». Y en la sesión del Consejo de Seguridad, Cohen le espeta a Guterres: “¿En qué mundo vive usted? Definitivamente no es nuestro mundo”. Y en clara alusión a los representantes reunidos y a la propia ONU agregó: “Si ninguna nación se atiene a los valores básicos de la humanidad descritos en la Carta de la ONU esta será la hora más oscura de las Naciones Unidas bajo su mandato señor secretario y este lugar no tendrá justificación moral para existir”.

Por su parte, el ministro de defensa israelí general Benny Gantz, jefe del partido azul y blanco no se quedó atrás y le dijo a Guterres: “Los apologistas del terror no pueden hablar en nombre del mundo. Oscuros son los días en los que el secretario general de las Naciones Unidas condona el terror. Ahora es el momento de situarse en el lado correcto de la historia o de ser juzgados por ella».

El pecado de Guterres

En el citado Consejo de Seguridad, Guterres se atrevió a enjuiciar la prepotencia sionista de Israel de no permitir la entrada de «ayuda humanitaria» a los gazatís que están siendo masacrados por aire y tierra todos los días por las fuerzas militares israelíes. Guterres había leído: «El pueblo palestino lleva 56 años sometido a una ocupación asfixiante. Ha visto cómo su tierra era devorada sin cesar por los asentamientos y asolada por la violencia; su economía asfixiada; su población desplazada y sus hogares demolidos. Sus esperanzas de una solución política a su difícil situación se han ido desvaneciendo». Pidió que todas las partes del conflicto respeten el derecho internacional humanitario.

Pido perdón

Confrontado con los descendientes de quienes crearon la ONU y que ahora piden su dimisión, Guterres se lamentó por “las interpretaciones erróneas» de sus declaraciones en el Consejo de Seguridad, «como si estuviera justificando los actos de terror de Hamás. Esto es falso. Fue todo lo contrario”, dijo. «He condenado inequívocamente los horribles actos de terror sin precedentes perpetrados por Hamás el 7 de octubre en Israel. Nada puede justificar el asesinato, las heridas y el secuestro deliberados de civiles, ni el lanzamiento de cohetes contra objetivos civiles. Los agravios sufridos por el pueblo palestino no pueden justificar los atroces ataques de Hamás». Israel respondió negando visas a los representantes de la ONU y el ingreso de ayuda humanitaria alguna. Su representante ante la ONU Gilad Erdan remarcó: «Es hora de darles una lección».

Me pregunto

¿Qué habría pasado si alguno de los representantes de los países del “eje del mal” o de cualquier otro de los llamados “indeseables” hubiera pronunciado sólo la enésima parte de lo dicho por los representantes del “pueblo elegido”? Se habría reunido la Asamblea General; aprobado la respectiva condena al estado correspondiente y desaforado -a éste y a su representante- por insinuar y poner en peligro “la seguridad mundial” y pretender acusar al máximo representante de la organización que vela por la paz, la justicia, los derechos humanos. Todo esto, sin mengua alguna de las respectivas “sanciones” al pueblo implicado. Ningún “gentil” puede atreverse a cuestionar lo que fue escrito por los “elegidos” en “la Carta de la ONU” para que repita su secretario general. Mucho menos poner en cuestión los actos que aquéllos cometen en nombre de los “valores espirituales de la humanidad”.

Lo que dijo Cohen

Desde mi punto de vista Cohen no sólo le dijo a Guterres usted ya no nos sirve aludiendo a lo que los nazi-sionistas euro-estadounidenses-israelíes consideran “su mundo”. Le dijo, además, este lugar (la ONU) del que usted es su secretario, debe dejar de existir. Nosotros lo creamos y si ya no nos sirve hay que desaparecerlo. Al respecto, recuerdo no sólo el 78º período de sesiones de la Asamblea General con su Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Recuerdo, también, los reiterados “reclamos” de una reforma urgente para “democratizar” el Consejo de Seguridad de la ONU que formularon algunos representantes. Con buena voluntad, seguramente. Recuerdo, igualmente, que Palestina no es miembro de la ONU por la oposición de tres de los estados que auparon a los dueños del mundo para su creación: Estados Unidos, Francia y el Reino Unido, miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Como gran favor la ONU le otorgó a Palestina la condición de «Estado observador no miembro». Esto ocurrió el 29 de noviembre de 2012. Que sepa, continúa tal cual. Y para no aburrirlo, recuerdo finalmente que, desde su creación, precisamente un 24 de octubre de aquel año de 1945, la ONU miró siempre de lado, las sucesivas masacres de palestinos y los desplazamientos forzosos de mujeres y niños que los sionistas les hicieron a lo largo de 78 años con la promesa de “volverán”. Esto sin contar lo que la alianza franco-británica les hizo a árabes y palestinos tras la caída del imperio otomano gracias al “acuerdo” Sykes-Picot que Francia y el Reino Unido mantuvieron en secreto para repartirse Oriente Medio. Situación que duró hasta la toma de posta por el “hegemón” estadounidense.

07 de octubre 2023

La resistencia palestina no surgió en 1948 con la declaración del estado de Israel por la ONU. Lo hizo el mismo día en que los primeros jázaros conversos pusieron pie en tierra palestina. Ha elevado sus formas de lucha en lo que va de su historia. Como resultado del principio elemental de sobrevivencia y porque resulta inevitable enfrentar el despojo, la usurpación, la violencia, el abuso y el terror con las mismas armas con que se conculca, todos los días y a cualquier hora, el derecho al trabajo, la subsistencia, la salud, la educación, la seguridad, la recreación, el libre tránsito, la vida. Y como consecuencia de la burla permanente de resoluciones, acuerdos, tratados que, en virtud de la “excepcionalidad” uncida al mito, los gobiernos israelíes jamás estuvieron dispuestos a respetar y mucho menos a cumplir. Pero sí, a violarlos. Sus masacres “preventivas” sirvieron para esto. Así han ido diezmando a la población palestina porque de lo que se trata no es de una guerra, sino de una limpieza étnica. Pero la historia no es lineal y mucho menos unilateral. Lección que suelen olvidar los depredadores.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.