Francia declaró este miércoles el estado de emergencia y desplegó al ejército en los puertos y el aeropuerto internacional de Nueva Caledonia, un territorio en el Pacífico afectado por disturbios que dejaron cuatro muertos y cientos de heridos.
Las protestas estallaron en respuesta a una reforma del censo electoral promovida por el gobierno francés que, según los líderes del pueblo indígena canaco, diluirá su influencia en las instituciones de este territorio con numerosas competencias transferidas por París.
Desde el lunes, este archipiélago ha sido escenario de enfrentamientos entre manifestantes y policías, saqueos de comercios, incendios de edificios públicos o escuelas y tiroteos.
En la capital del archipiélago, Numea, todavía resonaban disparos el jueves por la mañana tras una nueva noche de disturbios. En un barrio desfavorecido en el norte de la ciudad, una gran cantidad de comercios habían sido destruidos, constató un periodista de la Afp.
«La violencia es intolerable y será objeto de una respuesta implacable para garantizar el restablecimiento del orden», indicó la presidencia francesa, al anunciar la decisión de Emmanuel Macron de imponer el estado de emergencia.
El primer ministro francés, Gabriel Attal, anunció el despliegue del ejército «para proteger los puertos y el aeropuerto de Nueva Caledonia», la aplicación de un toque de queda y la prohibición de TikTok que, según él, está siendo usado por los alborotadores.
El régimen de excepción, instaurado en diferentes puntos del país en ocho ocasiones desde su creación en 1955, entró en vigor a las 05H00 del jueves (hora local) en este territorio colonizado por Francia a mediados del siglo XIX.
«El Estado tendrá mayores poderes para mantener el orden» y podrá «dictar prohibiciones de circulación, arrestos domiciliarios y registros», indicó la portavoz del gobierno, Prisca Thévenot.
Además de imponer un toque de queda nocturno, las autoridades prohibieron las reuniones públicas, el porte de armas y la venta de alcohol en el territorio.
Las autoridades francesas indicaron que cuatro personas murieron, entre ellas un gendarme de 22 años baleado, y «cientos» resultaron heridas, incluidos 64 agentes de las fuerzas de seguridad.
En total, unas 200 personas fueron arrestadas por los disturbios, alrededor de 70 en las últimas 24 horas, dijo el jueves el representante del Estado en la región, Louis Le Franc, que habló de una situación «insurreccional» en este archipiélago de 270 mil habitantes.
Llamadas a «la calma»
Las protestas comenzaron el lunes cuando la Asamblea Nacional empezó a debatir en París la reforma del censo electoral, que recibió luz verde de los diputados el miércoles poco después de medianoche.
Al tratarse de una reforma constitucional, el texto debe someterse al voto de las dos cámaras y obtener más del 60 por ciento de apoyos antes de quedar definitivamente aprobado.
Macron dijo que convocaría esta sesión «antes de finales de junio» salvo que los independentistas de Nueva Caledonia y los partidarios de seguir en Francia aprueben una reforma alternativa.
Actualmente, solo los votantes inscritos en 1998 y sus descendientes pueden participar en las elecciones regionales de este archipiélago. La reforma prevé incluir a las personas radicadas allí desde hace diez años.
Los independentistas consideran que la ampliación del censo reducirá la influencia proporcional de los pobladores originarios canacos en las instituciones.
Macron propuso a los diputados del territorio un «intercambio por videoconferencia» el jueves para abordar la situación.
En una declaración conjunta, los principales partidos independentistas y leales a Francia llamaron «a la calma» a la población.
«Solución política global»
Situado a unos mil 200 kilómetros al este de la costa de Australia, este archipiélago es uno de los múltiples territorios de ultramar que Francia tiene esparcidos en el Pacífico, el Índico o el Caribe.
Gracias al acuerdo de Numea de 1998, París delegó más poder político a Nueva Caledonia e incluso permitió la celebración de tres referendos, todos ellos resueltos en contra de la independencia.
Este pacto, alcanzado una década después de los acuerdos de Matignon que pusieron fin a una conflictiva década de los 80, también congeló el censo para las elecciones provinciales en este territorio, en las que no pueden votar casi un 20 por ciento de los electores.
Considerando la disposición «absurda» y contraria a los principios democráticos, el gobierno francés propuso esta controvertida reforma.
Para la oposición de izquierda en Francia, Macron es el responsable de la situación actual, al querer imponer una reforma que socava el acuerdo de Numea y a la que se oponen los independentistas canacos.
«Presidente Macron, ¡tienda la mano! ¡Haga gestos simples que salven vidas y nuestro honor de franceses a los ojos del mundo!», le urgió el líder de izquierda radical Jean-Luc Mélenchon.