Traducido por Caty R.
Frente al resurgimiento de la insurrección islamista, la opción militar de los occidentales sólo puede conducir a un estallido regional.
El mortífero ataque sufrido el lunes en un barrio de Saurobi por militares franceses, forma parte de una serie de ataques lanzados en las últimas semanas por la insurrección talibán. Combates frente a frente, atentados suicidas contra soldados de la coalición internacional, la policía afgana o los civiles, cualquier objetivo es bueno para demostrar sobre el terreno que la oposición armada a la ocupación militar extranjera está perfectamente reorganizada. «Los comandantes talibanes, a principios de este año, advirtieron de que intensificarían sus ataques, multiplicarían los atentados suicidas y extenderían sus acciones a las provincias de los alrededores de Kabul», recuerda el escritor e investigador afgano Waheed Mujda.
Esta guerra ha causado 8.000 muertes en 2007
Los ataques de los talibanes se multiplican con tácticas cada vez más sofisticadas y una estrategia de cerco a Kabul y las ciudades. El miércoles, tres soldados polacos de la OTAN murieron en la explosión de su automóvil en la provincia central de Ghazni. El día anterior, un grupo de combatientes y kamikaces lanzó un ataque contra una base estadounidense en las afueras de Khost, al este del país, ya avisado el día anterior por un atentado suicida con coche bomba que mató a 10 civiles. 2008 será probablemente el año más mortífero para las tropas internacionales desde la invasión de 2001.. Unos 178 soldados extranjeros han muerto en Afganistán desde principios de año, según un recuento de Associated Press. Pero son miles de afganos quienes están pagando el precio más alto de esta guerra: 8.000 muertos en 2007.
Tras Nicolas Sarkozy, Gordon Brown, que hizo una escala en Kabul en su viaje hacia Pekín para la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos, dijo que estaba «profundamente convencido» de su apoyo a Afganistán. El primer ministro británico anunció una subida de la contribución inglesa para el desarrollo de Afganistán, de 120 millones de dólares. Pero exactamente ¿para qué se va a utilizar? Las colosales donaciones prometidas en la Conferencia de Bonn en 2001 para la reconstrucción, de 50.000 millones de dólares, la mitad para la creación del ejército y la policía afganos y la otra mitad para el desarrollo, de hecho, han contribuido a financiar la guerra, cada vez más cara. Washington ha gastado 130.000 millones de dólares desde el comienzo del conflicto para sus operaciones militares, y París tiene previsto aumentar su presupuesto para Kabul en un 47%, con una previsión de 210 millones de euros ¿Qué alcance va a tener, entonces, un compromiso adicional como el que ha prometido Nicolas Sarkozy?
La presión estadounidense
.La resolución del conflicto afgano rebasa las fronteras del país y la continuación de la guerra sólo puede acarrear una desestabilización regional que afianzará en sus posiciones a todas las corrientes extremistas. Podemos verlo en Pakistán, donde los radicales islámicos han perpetrado, en tres días, dos de los atentados más mortíferos de los últimos meses.. El martes, en Peshawar, un atacante suicida se explotó en un hospital de la ciudad matando a 30 personas. El jueves, en un doble atentado suicida contra la principal fábrica militar de armas de Pakistán, cerca de Islamabad, al menos 45 personas resultaron muertas, en respuesta a una nueva ofensiva en las zonas tribales del noroeste fronterizas con Afganistán y los bastiones de los talibanes, afganos o paquistaníes, y los combatientes extranjeros de Al Qaeda; ofensiva que ha puesto en marcha el nuevo gobierno paquistaní bajo una intensa presión de Washington.
Original en francés:
Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la traductora y la fuente.