El informe de Amnistía Internacional (AI) sobre los derechos humanos en el mundo censura la hipocresía de los gobiernos de los países poderosos, que se erigen en los garantes de las libertades del mundo mientras «hacen la vista gorda o impulsan» la violación de derechos al abrigo de la «guerra contra el terror». Amnistía Internacional […]
El informe de Amnistía Internacional (AI) sobre los derechos humanos en el mundo censura la hipocresía de los gobiernos de los países poderosos, que se erigen en los garantes de las libertades del mundo mientras «hacen la vista gorda o impulsan» la violación de derechos al abrigo de la «guerra contra el terror».
Amnistía Internacional denunció la doble moral de los estados poderosos con respecto a los derechos humanos en su informe anual, que presentó ayer simultáneamente en diversas ciudades de Europa.
«Cuatro de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad viven en la hipocresía y en el doble rasero y hacen la vista gorda ante los abusos cometidos en la guerra contra el terrorismo, cuando no los impulsan», subrayó Esteban Beltrán, director de AI-España, en referencia a Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia y China. «Los gobiernos defienden los DDHH por un lado y los erosionan por otro», aclaró.
Beltrán puso como ejemplo de este doble rasero a EEUU, que, por un lado, ha aprobado recientemente una legislación que reafirma la prohibición de la tortura, y, por otro, se opone a que los casos de Guantánamo sean revisados por un tribunal federal.
Por su parte, en la presentación del informe en Londres, la secretaria general de la organización, Irene Khan, criticó que la creciente inversión en la «guerra contra el terror de los poderosos y privilegiados» ha desviado el dinero y la atención sobre las graves crisis de derechos humanos en el resto del mundo y, en consecuencia, los programas de ayuda a estos países empobrecidos y con conflictos han menguado enormemente. Esta postura, tachada de «mezquina» y egoísta por AI, ha hecho «un enorme daño a la vida y los medios de vida de la gente corriente», añadió Khan.
La tortura, antídoto equivocado
En relación a la evidente falta de escrúpulos de los gobiernos poderosos en su cruzada por la salvaguarda de la «seguridad nacional», AI califica de «engañoso, peligroso y erróneo» el intento de justificación de los gobiernos de utilizar la tortura para combatir el «terrorismo», porque esto les resta legitimidad para exigir a otros países que respeten los derechos humanos. «Cuando el Gobierno británico guarda silencio respecto a la reclusión arbitraria y los malos tratos en Guantánamo, cuando Estados Unidos hace caso omiso de la prohibición absoluta de la tortura, o cuando los gobiernos europeos enmudecen respecto a su historial en materia de entregas extraordinarias, racismo o refugiados, están menoscabando su propia autoridad moral para liderar la defensa de los derechos humanos en otros lugares del mundo», señaló Khan.
Por otra parte, AI censura la «atención intermitente y actuación endeble de la ONU y la Unión Africana» en Darfur (Sudán). También culpa parcialmente a los ocupantes de Irak del sufrimiento de la población civil en este país. «Cuando los poderosos son demasiado arrogantes para reevaluar y reformar sus estrategias, el precio más alto lo pagan las personas más pobres y desprotegidas», aseguró la secretaria general de la organización.
Suspenso a la UE en asilo y inmigración
GARA
BRUSELAS
El informe 2006 de AI incluye un capítulo específico para la UE, donde constata un «creciente déficit de derechos humanos», puesto que la mayoría de los estados miembros son amonestados. AI destaca el «escándalo de las entregas extraordinarias de la CIA que ha puesto a los gobiernos a la defensiva al sacar a la luz algunas de las inquietantes prácticas utilizadas en nombre de la lucha contra el terrorismo», dijo Dicj Oosting, director de la Oficina de AI ante la UE.
También menciona las deficiencias de más de la mitad de los miembros de la Unión en materia de asilo político e inmigración. Oosting advirtió de que, aunque Europa recibió menos solicitudes de asilo que en años anteriores, «los gobiernos introdujeron leyes restrictivas que no garantizan la protección básica y utilizaron en ocasiones la fuerza para impedir la entrada al país» de los solicitantes. «Europa no es un continente bien dispuesto a recibir a quienes huyen de la persecución», sentenció. Además, denunció el trato abusivo de las Fuerzas de Seguridad hacia las comunidades extranjeras.