Al menos 62 personas murieron y más de 130 resultaron heridas, como consecuencia de una serie de explosiones cerca de un complejo turístico en el Mar Rojo. La policía informó que 51 de las víctimas mortales son egipcias y que entre los heridos hay británicos, holandeses y algunos turistas de Qatar y Kuwait. Las fuerzas […]
Al menos 62 personas murieron y más de 130 resultaron heridas, como consecuencia de una serie de explosiones cerca de un complejo turístico en el Mar Rojo.
La policía informó que 51 de las víctimas mortales son egipcias y que entre los heridos hay británicos, holandeses y algunos turistas de Qatar y Kuwait.
Las fuerzas de seguridad informaron que para los atentados se utilizaron tres carros bomba.
Este es el peor incidente que se registra en Egipto desde que en 1997 militantes extremistas islámicos asesinaron a 62 turistas y egipcios en Luxor.
El ministro de Interior Habib al-Adli condenó el ataque, el cual definió como «un acto horrible de terrorismo».
Mientras que la secretaria de estado estadounidense, Condoleezza Rice, denunció las «horrendas bombas terroristas», durante su visita a Israel.
Objetivos turísticos
Los estallidos ocurrieron prácticamente uno tras otro, poco después de las 2200 GMT, hora en la que los bares y los mercados están llenos de turistas.
El primer incidente se produjo en un mercado, que suele ser frecuentado por turistas, en el área de Sharm el-Sheikh, al oeste de la capital El Cairo.
Allí murieron 17 trabajadores egipcios que se encontraban reunidos en uno de los cafés de la calle, según los oficiales de rescate.
«Una masa de fuego pasó sobre mi cabeza más rápido que un torpedo y terminó en el agua», dijo Mursi Gaber a la agencia de noticias AP, quien se encontraba trabajando cerca de la playa.
Unos 15 minutos después de que se registrara la explosión en el mercado, un auto se estrelló contra el hotel Ghazala Gardens.
Uno testigo que trabaja en el Ghazala dijo a la agencia de noticias AFP que «un atacante suicida forzó la barrera de seguridad de la entrada del hotel. El personal intentó detenerlo, pero éste aceleró y se fue contra la recepción, lo que causó una gran explosión».
Al colapsar la pared delantera del hotel varias personas quedaron atrapadas bajo los escombros.
Unos metros más allá, una tercera bomba explosionó en un estacionamiento cerca del hotel Moevenpick, un sitio popular en las noches.
Histeria colectiva
Varios testigos explicaron que tras los atentados los turistas quedaron aturdidos y atemorizados, por lo que empezaron a correr en diferentes direcciones en busca de un lugar seguro.
«Decidimos salir a la calle, donde habían cientos de personas corriendo y gritando de un lado para el otro», le dijo a la BBC el turista británico, Fabio Basone.
«Habían pedazos de metal por todas partes, la entrada del hotel fue completamente destrozada, dos cuerpos se encontraban tendidos frente al camino. No tengo idea si estaban con vida o terriblemente heridos», agregó.
Charlie Ives se encontraba en un café a 50 metros de donde ocurrieron las explosiones en los dos hoteles.
«Se creó una gran bola de humo que subió al cielo en forma de hongo, toda el área se cubrió de escombros y se creó una histeria colectiva», le contó Ives a la BBC.
Estos ataques ocurren en los días de más afluencia de turistas de la temporada vacacional de verano.
Los egipcios estaban disfrutando de un fin de semana largo en conmemoración del 53 aniversario de la revolución de 1952.
El área de Sharm el-Sheikh es un destino popular para turistas de Israel, Jordania, Egipto y Europa. La bahía de Naama está repleta de hoteles.
La industria del turismo es una de las más lucrativas en Egipto, la cual registra ganancias de hasta US$6.600 millones al año.