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Análisis de una situación geopolítica convulsa

Fuentes: Observatorio Internacional de la Crisis

Introducción Con Trump en el gobierno de EEUU no solo se manifiesta claramente ya la crisis agónica, turbulenta y altamente conflictiva del capitalismo, sino que se pone en evidencia cada vez más la imposibilidad de salir de la misma con sus viejas «recetas». Trump procura salir de la crisis norteamericana a cualquier costo expresando un […]

Introducción

Con Trump en el gobierno de EEUU no solo se manifiesta claramente ya la crisis agónica, turbulenta y altamente conflictiva del capitalismo, sino que se pone en evidencia cada vez más la imposibilidad de salir de la misma con sus viejas «recetas». Trump procura salir de la crisis norteamericana a cualquier costo expresando un nacionalismo industrialista, anti-oligarquía financiera global como contradicción principal. Que dentro de EEUU están representadas políticamente por el estado profundo del poder financiero-político globalista dominantes en la cúpula del Partido Demócrata y en la Reserva Federal.

Y en forma secundaria se enfrenta con el esquema de la oligarquía financiera continentalista expresado por el estado profundo financiero-político dominante en el Partido Republicano, específicamente como Tea Party, en las figuras del ejecutivo del gobierno Pence-Bolton-Pompeo y en el complejo militar industrial del Pentágono, con fuerte peso dentro de los EEUU y en Sudamérica, como Comando Sur. Mientras en OTAN es dominante el Globalismo. Trump pudo acordar una coalición de gobierno con la oligarquía continentalista para vencer en las elecciones de 2016 a los Globalistas Democratas, Clinton/Obama, y para garantizar un mínimo de estabilidad en el gobierno dentro de EEUU. Esta coalición que se deteriora cada vez más a medida que avanza el tiempo de gobierno y la crisis que es mundial.

Esta confrontación interna en el bloque de poder financiero y político norteamericano entre las tres oligarquías financieras: local -Trump-, continentalista -Pence/Pompeo- y globalista -Clinton/Obama-, en la hasta ahora primera pero ya no única potencia mundial, obstaculizó y obstaculiza la posibilidad de construir un punto de partida de unidad para poder exportar la «crisis mundial estructural e integral en EEUU» a otros países. Bajo distintas formas militares y paramilitares con alta o baja intensidad, como son Siria, Ucrania, Arabia Saudita, Irán, Venezuela, México, Brasil, Argentina y hasta India, Rusia y China. Como si lo pudo hacer en la crisis mundial que se abre en 1929, con los acuerdos entre 1933-40 para poner solo un ejemplo.

En la Gran Formación Social Emergente multipolar con China y Rusia como sus motores principales, con potencialidad de estar cada vez más integrada por diversas regiones-naciones (India, Brasil, Sudáfrica, Argentina, Irán, Egipto, Siria entre otras), sus dinámicas económicas y políticas ya han cobrado un claro tinte de «desconexión», a veces incluso con marcados rasgos antiimperialistas contra el globalismo unipolar financiero, constituyendo la principal contradicción externa.

Hemos visto que el proyecto globalista ha perdido terreno y capacidad de imponer sus condiciones con la crisis mundial, hecho que se manifestó en claramente con las «derrotas» que significaron para el «orden globalista» primero el Brexit y, luego, la elección de Trump como presidente de EEUU.

Nos preguntamos en este ensayo si se abre a partir de abril 2019, con la complejidad que asume la crisis mundial, que es estructural e integral, una posibilidad para que la Nueva Gran Formación Social Emergente avance en su consolidación por el camino de la paz y en el terreno de la política. Sin que le impongan los cataclismos del terreno de la guerra militar o financiera. O si más bien presenciaremos una nueva alianza entre el globalismo y el continentalismo norteamericano para lograr imponerle a la humanidad que el próximo «Gran Estallido de la Burbuja Financiera» que de paso a la nueva «Gran Depresión», mucho más grande que la de 1929 y la 2008 juntas.

Esto se debe a intereses y responsables que hoy están por arriba de la nación norteamericana y en contra de EEUU, queriendo recurrir al viejo discurso del imperialismo de 1890-1929-2008 con su política «excepcionalista», lo que se aplica a todos pero no a EEUU, y con una nueva «doctrina Monroe», el mundo para los Norteamericanos. Discursos que tienen el objetivo de encender las pasiones en el pueblo norteamericano para poder legitimar intereses y movidas de las oligarquías financieras transnacionales. Discursos pro imperialistas que incluso son los que también construyen como discurso global a su contraparte como enemigo fascista, como ya observamos en la crisis de la UE a partir del Brexit y de las columnas de desplazados por la guerras en Siria-Irak-Irán-Turquía-etc. organizadas desde la OTAN ambas.

El Brexit y la Unión Europea

Londres es la capital, de una red mundial, para el intercambio de divisas en el extranjero, la gestión de activos y seguros, así como para las áreas emergentes del sector, tales como finanzas, finanzas verdes y cibernética. Representa los intereses de las transnacionales en el nodo financiero más importante del mundo, que ayuda a apoyar el crecimiento y la inversión tanto a nivel nacional en el RU como globalmente. Con la consolidación del globalismo financiero como actor estratégico en ascenso y con iniciativa económico-estratégica (1999-2008), se posiciona a la City financiera de Londres como centro del poder para toda la UE, lo cual entra crisis en 2008-2011. La UE resiste desde entonces (apoyada ya desde entonces por China vea Crisis Financiera Global) y propone en medio del Brexit más bien a Bruselas como capital política y centro del poder de la UE y a la City de Frankfurt como nodo financiero principal de la UE .

Para prestar muchos de estos servicios en la UE, después de Brexit de 2016/17, los bancos necesitaran un derecho llamado «passporting». El Brexit expresa también el enfrentamiento de la Corona Británica contra la City Financiera Globalista de Londres en lo principal y de la Oligarquía Continentalista en la UE en segundo lugar. Ambos van en contra la City Financiera Globalista de Londres. El Brexit implica un duro «golpe» sobre el estatus de la City de Londres en el RU y la UE, y con ello de su oligarquía financiera global.

Por ello parece muy poco probable que cualquier acuerdo al que pueda llegar el Reino Unido mantenga los derechos de «passporting», derecho a la libre circulación de las finanzas, que hacía que la oligarquía globalista en la City Financiera de Londres fuera el verdadero poder dominante en la UE. El nudo central de esta confrontación de intereses estratégicos de primer orden justamente tiene en su núcleo la disputa de quién manda en la UE, la oligarquía financiera globalista euroescéptica de la City de Londres o la oligarquía continentalista con centro en la Bruselas del poder político, que propone como nuevo centro financiero a la City de Frankfurt, subordinado al poder político de la UE en Bruselas. La oligarquía financiera globalista en la City de Londres o la oligarquía continentalista en la Corona Británico subordinando en el RU todo a su poder político.

Esta complejidad de una doble movida continentalista contra el globalismo financiero en la City de Londres da el carácter al momento histórico y permite entender luego, la contradicción entre el continentalismo en la Corona Británico y la oligarquía continentalista europea como secundaria. Incluso permitiendo hacer observable los apoyos a éstos actores desde ambos multipolarismos pluriversales, el económico político de China-Rusia-India-etc. y el filosófico-religioso del dialogo de civilizaciones-religiones.

La crisis que un Brexit podría generar en Europa bien podría servir de pretexto para generar una crisis bursátil a escala mundial. Los globalistas buscando provocar un colapso bursátil promovido desde la Reserva Federal (Banco Central privado) con la consecuente Gran Depresión mundial que esto traería consigo, como la de 1929 y la de 2008 de la cual aún no salimos, pero con el obstáculo/problema que no pueden ya permitir quedar ligados mundialmente, a que la responsabilidad de esta «nueva caída» los exponga a la luz del día y muestre la verdadera «mano que mece» el estallido de la crisis de la gran burbuja y las movidas del Banco Central de EEUU (la Fed) para logarlo.

Como no han logrado aún crear las condiciones para poder responsabilizar de «todo» al ´mal´ gobierno de Trump (que logró un triunfo contundente en el «Russiagate») de la «caída bursátil», los globalistas junto con los Continentalistas en EEUU, se ven ante el escenario de tener que «responsabilizar» de la Gran Depresión, generada por ellos, a «terceros». Que al posponerse el Brexit, los globalistas y la Fed deben reconsiderar el escenario y ahora volver a ver como conveniente que continúe la expansión monetaria en EEUU, posponiendo la crisis bursátil para otro momento. Pero ya han quedado expuestos a la luz del día, y está perdida en la iniciativa estratégica puede no volver a retomarse o peor aún puede quedar en manos de otro/s actores oponentes al globalismo.

La relación Unión Europea y China

Los europeos pasaron los últimos años demasiado ensimismados con sus crisis internas, en particular con el Brexit, las elecciones, las migraciones, etc., como para reevaluar su relación con China (mientras esta aumentaba su influencia internacional), para poder intentar ser parte detonante de la crisis globalista en EEUU. El 7 de marzo de 2019, ha sido el gigante chino Huawei quien ha hecho una demostración de fuerzas en Barcelona: no solo ha presentado su propio teléfono plegable, sino que además lo ha equipado con conectividad 5G. La compañía Huawei y ´Monaco Telecom’ firmaron un memorándum de entendimiento en Barcelona para transformar el principado en una ´ciudad inteligente´. De este modo Xi Jimping transforma a Mónaco en una vitrina que es modelo para todos los países europeos de cómo crear una ´nación inteligente´.

El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, se comprometió a convertir a su país en el primero del G-7 que se una a la ambiciosa Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda de China pese a las objeciones de Estados Unidos y a las dudas dentro de su coalición de Gobierno. China ya ha firmado acuerdos de este tipo con países europeos como Malta, Portugal, Bulgaria, Croacia, República Checa, Hungría, Grecia, Estonia, Letonia, Lituana, Eslovaquia y Eslovenia. Sin embargo, Italia es la primera gran potencia industrial que se suma y, con ello, busca explorar nuevas inversiones y mercados, en un momento en el que su economía se encuentra en recesión técnica.

China es un país que retorna al lugar, que ocupó durante siglos, como uno de los principales actores de la política internacional (hasta el Siglo XVII), lo que supone un reto existencial para la Unión Europea ya que, entre otras cosas, Pekín propugna un modelo de sociedad diferente y tiene una visión de las relaciones internacionales distintas de Occidente. China en su iniciativa, actúa no como nación sino como actor multipolar articulando naciones-regiones Rusia-India-Sudáfrica-Brasil. Pero también con sólidos diálogos comerciales-industriales con el RU y con Alemania-Francia-Italia.

China no pierde su carácter de socio potencial clave y las empresas en la Unión Europea están cada vez más definidamente a favor de «mirar» hacia el Este, en lugar de seguir mirando al Oeste y al Globalismo que cada día les trae más problemas que soluciones.

La perspectiva a futuro de la OTAN Globalista

Trump y la OTAN

Una vez consolidado el presidente Trump en la Casa Blanca, el interés y las energías para sostener a la OTAN Globalista, y sus fuerzas militares en la UE, han disminuido notoriamente. A partir de 1999-2001, con el enfrentamiento entre Contientalistas y Globalistas profundizándose, la «caída» de las Torres financieras globales Gemelas, hace visibles y pone de manifiesto no solo este enfrentamiento entre fracciones financieras sino el nivel de división, fractura y confrontación estratégica a que había llegado. Este hecho, vuelve a repetirse en 2008 en mayor escala, en la llamada «caída» del gran banco de inversión globalista Lehman Brothers-City Group, que disparo la crisis financiera global, la parálisis de la economía real mundial y el desarrollo de la economía ficticia especulativa, inflando una gran burbuja financiera, de emisión de papeles sin respaldo, que lleva a quintuplicar como mínimo la que ´hicieron´ estallar en 2008.

En relación con esto, es significativo que el primer objetivo del presidente Trump fuera reducir la capacidad de decisión de la OTAN-Globalista, que incluyo la política de su des-financiación desde EEUU. En la reunión de la OTAN en Bruselas celebrada en julio de 2018, Trump ya advirtió que el gasto en Defensa de los aliados debería elevarse. Ante la resistencia recibida y sobre todo de Alemania, Trump fue más lejos: amenazó con la salida de EEUU de la OTAN. Si bien Trump podría vetar la ley propuesta por los demócratas para impedir la salida de la OTAN, y/o de las tropas norteamericanas de Europa, es preciso conocer su ´motivación´ al respecto.

El presidente Trump considera que el gasto en defensa ha de ser una inversión rentable. Considera también que fabricar nuevas armas para la venta es mejor que sostener bases militares en el exterior. Si estas bases no brindan una ventaja económica sería mejor cerrarlas o cobrar por su presencia, con una tasa del 150% del costo. En el fondo empuja con ello a que Alemania opte por salir de la OTAN y/o que solicite la retirada de las tropas norteamericanas, y este nuevo escenario le abre nuevos grados de libertad de movimiento que la obliga a pensar otra estrategia y a desarrollar una iniciativa para su propia defensa colectiva como UE.

Mientras los ministros de Relaciones Exteriores de los países miembros de la OTAN celebraban en Washington el 70º aniversario de la misma, el presidente Donald ‎Trump recibía al primer ministro adjunto chino Liu He.‎ Trump sorprendió a todos hablando de la posibilidad de negociar junto con China y Rusia una ‎disminución de los gastos en armamento nuclear. Desde el punto de vista estrictamente económico, existe una gran diferencia entre los costos del ‎armamento atómico y los del armamento convencional, ya que se trata de gastos que nunca ‎se recuperan dado el hecho que el armamento nuclear no puede exportarse.

Trump plantea la cuestión precisamente desde el punto económico, ‎previniendo y alertando indirectamente que el complejo industrial militar no puede estar por sobre lo que la economía norteamericana puede sostener-financiar ‘genuinamente’ porque esto podría llevar a una eventual ´Perestroika´ en EEUU, contradiciendo así la retórica de «la amenaza rusa» de ciertos «círculos de interés». Pone enfáticamente en claro que el gasto de una nueva carrera armamentista, con una economía de EEUU estancada y sobre-endeudada y con el repliegue del petrodólar en la mira, expone a EEUU y al Continentalismo norteamericano a su «caída» como lo fue para la URSS en 1989-91.

El bloqueo de la OTAN en Ucrania

Los conflictos más significativos creados por los globalistas en esta década han sido los de Ucrania y Siria, que fueron instrumentados por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) su brazo armado. Ambos conflictos fueron «diseñados y construidos» por los Globalistas para levantar un «Gran Muro» que separe e impida el desarrollo de la articulación económica, comercial y política entre la UE y Rusia, China y la India.

Un punto estratégico de bloqueo se levantó en Ucrania y otro en Siria. A partir de la decisión del pueblo de Crimea, mediante el referéndum, de incorporarse a Rusia, la OTAN metió mano en Ucrania a partir de un maniobra golpista para «colocar» un gobierno «títere» para llevar el enfrentamiento contra Rusia a un nivel mayor, ´legitimando´ así la implementación de sanciones drásticas al país y el bloqueo del flujo de gas natural y petróleo desde Rusia a Alemania y la UE.

En este contexto, la UE y Rusia observan con buenos ojos a Zelensky, único candidato en Ucrania que está en contra de invadir a Crimea y Donbass, además está también a favor de acercarse más a la UE y distanciarse de EEUU y la OTAN. Para la segunda ronda de las elecciones el 21 de abril aparece en los sondeos como claro favorito.

El consenso en el Congreso de EEUU en torno a Ucrania muestra un «acuerdo» entre globalistas y continentalistas en EEUU, al menos en este asunto geopolítico. Sostener a Ucrania dentro de la OTAN y a su actual presidente pro OTAN. La política de Trump podría manifestarse nuevamente contraria con los intereses globalistas, algo que ya hemos visto en la peninsula de Corea, ante la politica de promover las tensiones entre las dos Coreas por el Secretario Tillerson. Mientras la OTAN sigue presionando a la UE para mantener y incrementar las sanciones contra Rusia, donde los costos y perdidas son a cuenta de UE. Mike Pompeo podría tener en un futuro cercano la misma suerte que tuvo el anterior Secretario de Estado.

El bloqueo en Siria y el rol de la OTAN

La campaña de bombardeos aéreos en Siria que llevaron adelante las fuerzas conjuntas de la OTAN fue, en definitiva, una advertencia al presidente chino Xi Jinping, quien estaba por concluir una serie de contratos bilaterales destinados a crear las Rutas de Seda con su paso por Siria y garantizar en este caso el aprovisionamiento de petróleo, que su país compra sin pasar por el mercado petrolero internacional dolarizado. Si Moscú y Pekín no se hubieran movido rápidamente y efectivamente en esta zona, hubieran sufrido no solo derrotas en Siria sino, incluso el conflicto hubiera escalado llevando los escenarios de la guerra a tener que enfrentar a Daesh en las poblaciones musulmanas en territorio de Rusia, China e India, en el Cáucaso, en el valle de Ferghana y en la región china de Xinjiang.

La decisión de Trump en diciembre de 2018 de anunciar que las tropas norteamericanas deben salir de Siria está en relación con la realidad de los continentalistas y anti-globalistas en EEUU. La política globalista fue destruir Siria para obstruir el avance de la Nueva Ruta de Seda hacia la UE, por un lado, y de provocar grandes contingentes migratorios hacia la UE, por el otro. Dichos flujos colaboraron para exaltar el euroescepticismo, el nacionalismo y el racismo en las poblaciones UE, realidad que fue amplificada millones de veces por las plataformas de comunicación globalistas y particularmente durante las campañas electorales en diferentes países como Francia, Alemania y Holanda.

El nacionalismo fomentaba el euro-escepticismo y, por ende, ponía en marcha fuerzas que tensionaban y amenazaban con la desintegración de la UE, objetivo claro de los globalistas golpeados por el Brexit. Con ello crecieron los partidos nacionalistas de extrema derecha en la UE, promovidos por todos los medios al alcance de los intereses de Rothschild y Soros. La palabra «fascistas» y «derecha fascista» renacieron y regresan al presente en este marco de hechos e intereses. Gracias a estas campañas globalistas las fuerzas políticas nacionalistas constituyen hoy la principal fuerza política en el parlamento europeo en Estrasburgo.

Además, se abre un nuevo frente de conflicto en relación al estratégico eje de la energía, donde según la doctrina del Continentalista Secretario de Estado norteamericano Pompeo, no es conveniente reducir la producción mundial de petróleo al nivel de la ‎demanda mediante cuotas de producción como plantea la OPEP+ desde hace dos años, sino ‎cerrando las puertas del ´mercado´ a varios grandes exportadores, que llamativamente en este momento serian Irán, Venezuela y Siria. Incluso ya está en marcha un proyecto de ley para que EEUU pueda demandar a los Estados miembros de la OPEP+ por sus intentos de reducir la extracción de petróleo para aumentar los precios del crudo. En relación a la posición de Pompeo, Arabia Saudita amenaza con vender su petróleo utilizando otras monedas en lugar del dólar, medida capaz de «hacer caer» el petrodólar como moneda de reserva mundial.

Podrá ser éste un objetivo para los globalistas a fin de hacer estallar la crisis bursátil en EEUU, ya que podrían «imputarle» la responsabilidad del colapso del dólar y de la economía norteamericana a la administración Trump. Por esto mismo, queda claro que esto no es el objetivo de Trump. Con los halcones continentalistas republicanos, sumando a los demócratas de Clinton-Obama, es posible que la ley encuentre los votos necesarios y, de ser así, a Trump le tocará vetarla.

La nueva Guerra Fría a partir de Venezuela

En la segunda mitad de marzo de 2019, EEUU perdió a Venezuela. El consejero de Seguridad Nacional estadounidense, John Bolton había declarado que «EEUU no tolerará la injerencia de potencias militares extranjeras hostiles a los objetivos compartidos del hemisferio occidental», esto en alusión a dos aviones de Rusia que llegaron nuevamente a Venezuela.

Tras obligar a salir a los estadounidenses de Siria, Rusia corrió la línea de fuego a Suramérica y el Caribe, llevándola al propio territorio de los países «controlados» por Washington históricamente desde 1950. Para el multipolarismo de China-India-Rusia ya no hay países de la órbita exclusiva de tal o cual potencia mundial. La última alternativa que le quedaría a la coalición de «Halcones financieros» Republicanos y Demócratas sería imponer la opción militar directa, que hoy ya incluye la financiera.

El 29 de marzo, Trump hasta criticó al presidente de Colombia (miembro de OTAN) y lo responsabilizó de un creciente flujo migratorio y de drogas hacia EEUU, amenazándolo con tratarlo igual que a las naciones centroamericanas. Con ello Trump parece mostrar que no le sirve que se fortalezca el militarismo norteamericano asociado a su vicepresidente Pence y a su Secretario de Estado Mike Pompeo. Trump no apuesta ni le sirve la opción militar, por más que se hable de modo amenazante que «todas la opciones están arriba de la mesa».

Las contradicciones entre globalistas y Trump en EEUU

El caso de Russiagate

El desenlace de Russiagate sin duda es la mayor derrota para los globalistas de Clinton, Obama, Pelosi y para el estamento de poder globalista profundo del partido demócrata, lo cual en la próxima campaña electoral eleva sus probabilidades de ser derrotados nuevamente. Todo lo cual muestra que Trump ha podido y podrá sobrevivir al ataque del estado profundo globalista. La prensa globalista ha fracasado como contrapeso de Trump, lo que le permitirá a Trump descartar como «fake news» cualquier revelación negativa de esos medios sobre su presidencia.

El caso de la Emergencia Nacional

Ambas Cámaras del Congreso de EEUU aprobaron una ley para abolir la emergencia nacional con la que el mandatario pretende obtener los fondos necesarios para construir el muro fronterizo con México, una de las promesas de campaña más controvertidas de Trump. Como era de esperar Trump la ha vetado el 15 de marzo, mientras tanto ya recibió del Pentágono mil millones de dólares del programa de emergencia nacional que le permiten avanzar con la construcción de las primeras 57 millas del muro. Como respuesta, el Partido Demócrata, presentó el 5 de abril hacer una demanda contra el presidente para revocar la declaración de la emergencia nacional. Una eventual demanda podría llegar hasta la corte suprema de justicia, actualmente bajo control político de Trump, donde casi con seguridad morirá. Sería otra gran derrota para los demócratas y probablemente ya en momentos de plena campaña electoral.

El caso de la Reserva Federal

En otra movida del mismo plan, la Reserva Federal (Fed) con Powell anunció en abril oficialmente el cambio en su política de contracción monetaria y suba de las tasas de interés durante el año en curso. Un aparente triunfo de Trump sobre los globalistas quienes hasta principios de 2019 todavía impulsaron con fuerza la política la alza de las tasas de interés a fin de provocar un colapso bursátil, pretendiendo además atribuírselo al fracaso de la administración Trump. Una nueva política de re-expansión monetaria con tasas de interés a casi cero por ciento significa que Trump podrá obtener crédito barato para sus proyectos, como el Muro, y que la bolsa de valores siga disparándose con valores de hasta más de 3.000 para S&P por ejemplo.

Un proyecto de ley de los demócratas avanza y propone suprimir la política de re-compra de acciones propias por las grandes corporaciones. Este es el comportamiento que tienen las grandes corporaciones financieros para impedir que la expansión monetaria con baja de tasas se transforme en reactivación industrial y comercial de le economía real, e incluso implique la migración de empresas hacia el mercado interno norteamericano. En cambio, las grandes corporaciones y transnacionales financieras usan la recompra de sus acciones como modo de bloquear la política de reindustrialización norteamericana de Trump y para absorber esa masa monetaria como valorización de sus empresas y sus acciones. Goldman Sachs señala que habrá un colapso bursátil si se suprime dicha re-compra de acciones propias. Este colapso es precisamente un objetivo político globalista. La iniciativa de los demócratas globalistas es difícil que pueda llegar a obtener los votos necesarios en el Senado, con mayoría republicana, y de ser así será otra ley que vetará Trump.

Las transnacionales globales (Apple, Microsoft, Google, Facebook, Uber, Amazon.com) en primer lugar, aunque también las corporaciones continentalistas financieras, están en condiciones de «planificar» el momento del crash o estallido financiero. Ganaron con la recompra de sus acciones propias un trillón de dólares en 2018. Poner en venta masiva perdiendo medio trillón de dólares sus propias acciones causaría sin duda un efecto en cadena y por ende un crash. El principal obstáculo radica en el profundo conflicto estratégico de intereses entre las distintas facciones financieras que tienen entre sí, acerca del mundo qué hay que construir y, desde dónde manejarlo y quiénes se apropiarían de las ganancias producidas.

Los globalistas especulan con que tendrían la capacidad de crear un escenario para que la «responsabilidad» de la crisis pudiera ser «transferida» para hacérsela «pagar» políticamente a la ´deplorable´ administración Trump. Sin embargo, Trump ha salido victorioso como vimos en múltiples movidas. Queda como única salida poder «transferirle o endosarle» la responsabilidad a terceras naciones.

Las contradicciones externas de EEUU con BRI

Debilitado y desbordado por sus oponentes multipolares -Rusia y China-, los contientalistas sumando a globalistas en Estados Unidos recuperan su discursos y relatos de sus ‎reflejos históricos ‎y regresa a la doctrina Monroe (Venezuela) y al «excepcionalismo». EEUU como ´nación excepcional´ ha sancionado históricamente a países a su antojo, y sin proceso alguno, con medidas económicas que estrangulan a las naciones sancionadas como es el caso hoy de Venezuela, Irán, pero también la Unión Europea, Rusia y China.

Por el momento la contradicción en EEUU parece subordinar las diferencias a la contradicción general contra China y Rusia, y su iniciativa de la Nueva Ruta de Seda o Belt and Road Iniciative (BRI). El ´excepcionalismo´ comenzó con boicotear países con la red SWIFT ‎‎(siglas en inglés de la Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales) que tiene su sede en Bruselas pero está bajo control estadounidense.[1] Los grandes bancos usan SWIFT para sus transferencias en diferentes monedas. Eliminar el acceso a bancos de una nación (Rusia) es como cortarles el oxígeno.

En respuesta a la política de sanciones económicas estadounidense, Moscú emprendió la creación del Sistema de Transferencia de Comunicaciones Financieras (SPFS), una red alternativa propia destinada a garantizar sus transacciones internas. Esta red entró ‎en funcionamiento en diciembre de 2017. A partir de las sanciones aplicadas a países de la Unión Europea por no alinearse con las sanciones norteamericanas, estos países también han mostrado interés de escapar de las sanciones estadounidenses. El ministro de relaciones exteriores de Alemania (Heiko Maas) ya llamó para crear un sistema de pagos independiente del SWIFT para liberarse así de pagos en dólares.

Luego, EEUU amplía sus represalillas con medidas en el CHIPS (Clearing House for International Payments) que es el Sistema de Compensación de Pagos Interbancarios para transferencias electrónicas con soporte de la Reserva Federal (banco central de EEUU), oficina ubicada en Nueva York y por donde pasa el 88% de las transacciones en el comercio global. Las sanciones económicas a países, empresas e incluso personas que no se alinean con EEUU consisten en el boicot de esas transferencias.

El reto de China es diferente al de Rusia. El objetivo de China no es prevenir el recibir ‎sanciones monetarias creando un sistema independiente de transferencias bancarias, sino poder realizar ‎transferencias en yuanes (la moneda china), divisa que no es plenamente convertible en los ‎mercados cambiarios. Pekín comenzó a desarrollar un sistema para las transferencias en yuanes en el extranjero. Con las Nuevas Rutas de Seda (OBOR) pretende crear, y ya lo está haciendo, redes de comercio en el continente Euroasiático, Medio Oriente, África y en Sudamérica. ‎Se trata de la red CIPS (llamada inicialmente Cross-Border Inter-Bank Payments System, que después ‎pasó a llamarse China International Payments System). ‎El SPFS ruso y el CIPS chino ya están conectados entre sí desde principios de abril de 2019.

El lanzamiento del petro-yuan-oro, es un paso más en esta estrategia, aunque signifique confrontar en un terreno que hasta ahora era ´coto´ exclusivo del petro-dólar. China proclama que el Petro-yuan competirá con el petro-dólar estadounidense, y desde ya tiene la aceptación de Rusia, Irán y cada vez más países de la OBOR. No cabe duda que la introducción de futuros de petróleo respaldados por oro (petro-yuan-oro) es otro paso estratégico de China, ya que su incidencia en Asia no puede lograrse sin vulnerar, de manera progresiva, al dólar. China con sus crecientes reservas de oro intenta garantizar a futuro la estabilidad de su moneda como la más solvente: el petro-yuan-oro. Rusia y China ya han desarrollado incluso un sistema de criptomoneda anclado en oro y están cerca de tener un sistema que no se conecta con internet. Solo por invitación podrán participar otras naciones.

La lógica indica que, en el momento de un colapso bursátil y una crisis sistémica, la economía estadounidense no tendrá suficiente reserva de valor de su moneda en cuestión, ya que hoy EEUU no tiene el oro suficiente para respaldarlo, dado el enorme déficit persistente. China como potencia emisora no tiene déficit comercial y más bien ha logrado un superávit histórico y podrá mantener el poder de compra de su moneda respaldada en oro. La gran cantidad de bonos del Tesoro en dólares que tiene China perderían valor, pero sus reservas en oro probablemente lo compensarían por demás. No sería extraño ver llegar a Trump a un acuerdo con China para que ponga a su disposición oro (lo que ya propuso China en febrero de 2018), aunque sea bajo la modalidad de leasing, a fin de salvar al dólar de un colapso inminente, lo cual conllevaría a respaldar nuevamente el Dólar en Oro como entre 1944-1973. Con esta movida, el objetivo de Trump es salvar a EEUU de una degradación al estatus de país de Tercer Mundo.

La Gran Formación Social Emergente (con China-Rusia-India como motor principal) se propone, reconectar el capital ficticio en la gran burbuja financiera mundial a la economía real productiva, redes de comercio, inversiones en infraestructuras y aprovechamiento de la energía en curso y de cara a una transición energética. Es una Zona de Estabilidad relativa que, en definitiva, posibilita continuar con su proyecto productivo en medio de un colapso del llamado «capitalismo occidental», ya que es la única Formación Social que podría renunciar a tasas de ganancia a nivel capitalista, retornando a una economía planificada. El increíble desarrollo de internet permite pensar en una democratización de la planificación. Así podrá ponerse la productividad del trabajo por encima de la productividad para el capital y esto con miras a una posible transición suave al postcapitalismo.

Nota

[1] SWIFT (del inglés: Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication, es decir, Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales) es una organización que tiene a cargo una red internacional de comunicaciones financieras entre bancos y otras entidades financieras. En diciembre de 2018 tenía enlazadas más de 11.000 entidades financieras en 204 países y funciona ininterrumpidamente las 24 horas del día y los siete días de la semana. SWIFT se fundó en Bruselas, Bélgica, en 1973, bajo el liderazgo de su primer director general Carl Reuterskiöld (1973-1983)1 y el respaldo de 239 bancos en 15 países. https://es.wikipedia.org/wiki/Society_for_Worldwide_Interbank_Financial_Telecommunication

Fuente: https://observatoriocrisis.com/2019/06/23/analisis-de-una-situacion-geopolitica-convulsa/