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Ocupación del teatro Alameda en San Agustín (Caracas)

Autogestión comunitaria en la Venezuela Bolivariana

Fuentes: Rebelión

La idea de este reportaje surgió a partir de una pregunta: Cómo, cuándo y dónde se está dando un ejemplo concreto de autogestión en Venezuela. Existen muchos. He escogido este ejemplo, la Casa Cultural Teatro Alameda que cumple un año de ocupación por parte de la comunidad de San Agustín. Lo escogí entre muchos otros […]

La idea de este reportaje surgió a partir de una pregunta: Cómo, cuándo y dónde se está dando un ejemplo concreto de autogestión en Venezuela. Existen muchos. He escogido este ejemplo, la Casa Cultural Teatro Alameda que cumple un año de ocupación por parte de la comunidad de San Agustín. Lo escogí entre muchos otros ejemplos, porque me parece que de forma clara y sencilla cuenta cómo la gente misma asume su rol como sujeto central del proceso profundo de transformaciones que vive Venezuela Bolivariana, en esta hora de decisiones y luchas históricas.

A través de este reportaje apareceran diseminadas, contadas por los entrevistados, esas bromas (cosas) pequeñas y sencillas que nos sirven para conocer y entender el difícil pero esperanzador camino que ha escogido este pueblo decidido a andar, abriéndose camino con sus propias manos, arañando las paredes.

Los cerros de Caracas

Los cerros de los alrededores de Caracas, sin duda, siguen el patrón similar de crecimiento que impuso el sistema capitalista a las grandes urbes y capitales del continente, desde principios del siglo XX. El cambio poblacional del campo a la ciudad, la urbanización forzada e incontrolada de las grandes ciudades, ha sido, sin duda, producto de la injusticia y diferencias estructurales en la distribución de riquezas, medios y oportunidades. Para contextualizar un poco, estamos hablando de la migración del campo a la ciudad que se dió desde las primeras décadas del siglo pasado, cuando millones de campesinos pobres llegaron a la ciudad buscando mejores oportunidades de vida para sus hijos, o expulsados por la violencia y lucha de clases por la tierra. Fenómeno migratorio que se agrava, además, si tenemos en cuenta el efecto imán que produce el boom petrolero sobre Caracas, desde los años ’20, y que hizo de ésta el centro del poder político y económico.

San Agustín: Teatro Alameda

La parroquia de San Agustín está dividida por el río, (hoy es una canalización putrefacta que hereda esta ciudad producto de la euforia del modernismo y envilecimiento bárbaro del paisaje natural al que fue sometida Caracas hace más de 5 décadas por una idea que creyó que todo consistía en hacer obras gigantescas de cemento…y así se alcanzaba el progreso) entre norte y sur. La parte norte asciende como un enjambre tupido de casitas de colores pegadas a las faldas del cerro, donde las montañas de basura forman parte del entorno urbano, como en casi toda Caracas. La pincelada verde la dan los pocos árboles que quedan en medio de los cerros. El sur de la parroquia, se adentra hasta las entrañas de la ciudad, atiborrada de inmensos edificios, monumentos del despropósito del progreso como lo ha entendido e impuesto el capitalismo (sus diseñadores y arquitectos). Allí en San Agustín del sur, está el barrio Marín y en éste el teatro Alameda.

San Agustín se caracteriza por ser una parroquia con una fuerte tradición musical y cultural. La migración hacia la parroquia de la gente de Barlovento, trajo consigo los tambores y ritmos afrovenezolanos, la gente de oriente traían su ‘polo’ tanto margariteños como orientales y la gente de los Andes trae también su idiosincrasia cultural. En los años 20 del siglo pasado, empieza a llegar a San Agustín también portugueses y emigrantes de Europa, a raíz de los efectos devastadores de la primera Guerra Mundial. Toda esta migración trajo consigo, de acuerdo a la historia del barrio, no solo los tambores y rítmos afrovenezolanos de los descendientes de Barlovento desde los tiempos en que los esclavos se divertían y hacían fiestas para dignificar la vida y mantener viva la historia y cultura que les arrebató el sistema esclavista, sino de ritmos, músicas y tradiciones culturales de otras latitudes geográficas.

El Teatro Alameda de San Agustín, se convirtió en uno de los escenarios y referentes más visitados por famosos(as) artistas, músicos y bailarines(as) en los 40s, y 50s. Posterior a su etapa como Cine que duró hasta avanzados los años 60s, el teatro permaneció cerrado bajo candado por 37 años, abandonado a su propia suerte, derrumbándose bajo la inclemencia de un clima poco bondadoso como el del trópico. Hasta que la noche del 13 de Abril del 2004 la comunidad, agobiada por la falta de espacios y viendo el abandono en que se encontraba la histórica edificación, decidió tomarlo y rescatarlo del olvido al que había sido condenado por los intereses mezquinos de la propiedad privada. Comunidades de los barrios populares, a las que siempre se les mantuvo excluidas de cuaquier decisión o participación que tuviera que ver con su dura existencia e intereses. Claro, siempre ha primado el interés privado. Pero los pueblos sabiamente han hecho su propia historia, y hoy la protagonizan de muchas formas en el barrio San Agustín. Este es un ejemplo de microhistoria. Hablaremos con varios de los protagonistas de esta historia de barrio.

Las preguntas:
Las preguntas giraran en torno a lo que ha pasado durante el primer año de la toma del Teatro Alameda. Los problemas que han experimentado, y a partir de éstas van surgiendo temas como la corrupción, la burocracia, la relación con el Estado y las instituciones de la nueva Venezuela Bolivariana. Se empezará por un par de entrevistas tomadas de un video que se proyectó el día del primer aniversario. Allí, se manifiesta claramente la esperanza y la utopía, que es la idea de lo que queremos mostrar en este reportaje.

Rafael, cooperante internacionalista (Estado Español). Entrevista tomada de vídeo que se proyecto el día del aniversario.
«Llegamos una pandilla de extranjeros perdidos que entramos aquí por esta puerta y vimos a unos señores sudando, raspando las paredes una por una pero con ilusión. Y nos miraron un poco así extrañados, y, bueno, y todos estos señores…pasad!, pasad! Y bueno lo que respiramos fue mucha ilusión, mucha esperanza. Es que se notaba que el barrio llevaba tiempo dándole vuelta a entrar aquí. Y una vez lo consiguieron, fue un momento mágico para ellos»

Participante (no conseguimos su nombre) de la toma hace un año. Tomado del vídeo proyectado el día del aniversario.
«Bueno, en un acto de soberanía popular dijeron este teatro va a ser nuestro y va a ser para la cultura, ya que sabemos que una de las luchas, de las hazañas mas fuertes que se pueden dar en una revolución es la batalla cultural. La cultura en ese aspecto es fundamental y este barrio lo es. Con la sapiencia que tiene un pueblo cuando empieza a tomar conciencia que ellos son capaces de tener las riendas de la historia. Ese barrio fue capaz de tomar esta plaza, lo vamos a llamar plaza y desde aquí se han atrincherao con la cultura como arma y como fuerza de democracia y ahí están luchando.

«Que los que se están formando en las aulas ahora, reciban la información de lo que fue para nosotros el teatro Alameda, de lo que fue para nosotros esa trayectoria, de ese cierre del Teatro Alameda y de lo que va a ser su futuro cercano, es decir, el pasado, el presente y el futuro. Porque como sabemos las personas que tenemos un poquito de más edad, aquí en la parroquia perdimos el teatro Alameda y (ahora) logramos un sueño el 13 de Abril del 2004 cuando lo (re)tomamos».

Irma, miembro de la Junta Directiva de la casa Cultural Alameda. Responsable de finanzas

– Como parte del grupo que ocupó este local, ¿cómo has visto este año de trabajo en el teatro?

Mira, quiero enfatizar algo que quizá tú no sepas. El grupo que había antes de formar la asamblea, era un grupo que tenía casi dos años trabajando por fuera, que habíamos estado haciendo el trabajo y eso, y lo que nos queda a nosotros de todo ese tiempo es, bueno, vamos a convocar a la gente. Como la gente también necesitaba el espacio, y sí se nos da todo y todo sale bien, tomamos (el teatro). Entonces, que te puedo decir, yo estoy bien encantada, porque yo nunca pensé que se iba a dar tan positivamente y que la gente iba a ser receptiva, porque mucha gente por lo menos se enteró en el día, muchos ya sabían el momento que (lo ibamos a hacer), y eso me motivo a mí mucho. Porque, oye mira, vale, que todo te salga bien encima de los problemas, que estuvo bien, bien, porque se dió, la gente empezó a integrarse, la gente empezó a participar y a comprender lo que nosotros estábamos haciendo, porque mucha gente no nos comprendía, pensábamos que era necesario (…)

– Los aspectos positivos…

Los aspectos que yo veo que han sido bien positivos es que la gente se ha involucrado masivamente a participar con nosotros, por lo menos en las misiones de estudio (Robinson I y II) Porque mira, sabes? lo difícil es que tú reunas a tanta gente, que trabajes en conjunto, (y) que no haya lo que se llama recursos monetarios. Mucha gente está (…) aquí porque quiere participar con uno y quieren recuperarse ellos mismos, porque nosotros por lo menos tenemos muchos proyectos ahora, de ahora en adelante están en estudio porque como esto no está en condiciones (se refiere a la infraestructura del local, recursos, medios, etc), hay que acondicionarlo bien, donde la gente quiere estudiar, por lo menos los talleres que van a empezar, la gente se ha involucrado de una manera que bueno…

Las cosas que veo negativas es que es tremendo que haya personas en la parroquia que tienen un trabajo de atrás, de hace mucho tiempo, y entonces viendo que nosotros estamos haciendo algo positivo en vez de involucrarse con nosotros se han dedicado a criticarnos en todo, y no comprenden que todo proceso nuevo tiene sus márgenes de error porque uno va aprendiendo sobre la marcha. Entonces eso es tremendo.

-Ha surgido un proceso desde la base…hay gente celosa…explícanos…han sido obstaculizados por instituciones que les impidan desarrollar el proyecto?

Yo diría más bien, no que nos han puesto trabas, sino que no nos han ayudado como deberían haberlo hecho. Porque nosotros hemos metido proyectos, hemos ido a todos los sitios, hemos hecho miles de cosas y no hemos recibido respuesta. Y entonces es como para tú decir, bueno y ¿entonces para que hice esto? Pero desde el punto de vista material. Pero como nosotros no pensamos en algo material sino en el valor de la gente, y la gente al participar, mira, creo que eso nos basta y nos sobra por ahora.

-La corrupción y la burocracia, la que heredó este Estado (Bolivariano), también ha sido un problema para el proyecto nuevo que ustedes inician. ¿Ustedes reivindican este proceso que llevan en San Agustín como una clave que podría ayudar a acabar esos males que aún viven en el Estado?

Sí, si considero que es así. Porque por lo menos la base de nosotros fueron fundadas sobre eso. Cuando nosotros planeábamos, ¿oye mira, qué vamos a hacer y cómo vamos a hacer?, era eso. Es decir, sin pensar en que vamos a agarrar dinero. No, todo lo contrario. Si necesitábamos, bueno, buscábamos la manera como conseguirlo y cómo administrarlo de la mejor manera, porque las gentes que ha habido aquí (se refiere a gente de la parroquia anterior a la ocupación del teatro) han tenido el dinero y no lo han hecho.

– ¿Cuál ha sido el factor determínate aquí, la conciencia política o el dinero?

Lo que nos ha movido a nosotros es nuestro presidente y este proceso de democracia participativa ha movido bastante, y con eso nosotros hemos movido también a mucha gente que estaba en su casa y se decía: «mira esta gente (lo que está haciendo)». Y de veras que ha visto, ha llegado, ha tocado la puerta y ha esperado, se ha quedado a participar. Y (también) se han ido unos cuantos que estaban en eso de (…), el dinero fácil, la comodidad. Al ver que no había eso se fueron. Los que realmente si quieren participar se han quedado. Gracias a Dios ha sido la mayoría.

– Uno ve que este tipo de actividades genera una atracción, viene mucha gente y tal… ¿Tú ves en este tipo de proyectos donde hay una participación real de la comunidad, lo que muchos llaman la «profundización del proceso» que se está viviendo en Venezuela?

Claro que sí lo veo así, porque cuando la gente se educa se supera, y se supera por sí misma porque ella ve y ella cree de verdad, y a partir de ese crecimiento arrastra otras personas que también están, su familia y otros que resultan beneficiados y eso es como una motivación para todas las personas y otros países que están por fuera, otros países que lo ven a uno, que dicen: mira vale, pero esa gente se ha superado, que pasó aquí?. Queremos saber, vamos. Es como cuando tú te comes una torta y es divina, quieres saber con que se hizo, para tu prepararla también en una ocasión especial, algo así.

¿Qué piensas, finalmente, de la solidaridad de los cooperantes internacionales?

Mira, eso me parece espectacular, OK?. Porque que divino es que vengan gente que no te conoce y confie en ti, te dé una buena oportunidad, un apoyo, eso lo motiva a uno bastante, a nosotros nos ha motivado bastante.

Y los cooperantes, ¿cómo han respondido, han aprendido de ustedes también?

(…) Aprender creo que sería hasta poco, porque hemos conseguido con eso que la gente, mira como decirte, no encuentro una palabra especial. Que la gente se sienta como segura, sabes cuando la autoestima sube.

Víctor (Gamelote), miembro de la directiva de la Casa Cultural Alameda

– ¿Cómo y porqué la ocupación del Teatro Alameda por la comunidad?

Con otros grupos como Madera (grupo famoso de músicos del barrio cuya mayoría pereció en un accidente en los años 80s) y otros colectivos del barrio ya se había discutido sobre la ocupación del Teatro. Discutimos…empezamos a investigar y vimos que tenía 37 años cerrado, que no estaba ocupado pero que tenía un poco de películas…y también vimos que los malandros (delincuencia común) estaban buscando la forma de meterse dentro del teatro…hicimos una asamblea el 13 de Abril (2004), decidimos con la unidad de la comunidad venir aquí y tomarnos pacíficamente el cine Alameda, hoy a un año de su aniversario Casa Cultural Alameda.

-¿Qué se ha hecho durante este año, en qué ha servido a la comunidad?

(…)Le ha servido a la comunidad de mucho. Tenemos clínica de Optometría y oftalmología. Las personas vienen se hacen el examen de la vista, a la semana siguiente le dan sus lentes sin pagar; la Misión Robinson 1 y 2 (alfabetización) que empezó también aquí. También tuvimos aquí delegaciones internacionales de España, Alemania, gente que vino al Congreso de intelectuales en defensa de la Revolución Bolivariana del año pasado. El local sirve para las asambleas de los Comités de tierras, de salud. Hay un vínculo de la comunidad con el espacio. (La comunidad) ha agarrado esto como un centro de apoyo. Una Casa cultural que le presta servicios no solo culturales, sino a nivel social. Aquí buscamos como solucionar los problemas de la comunidad.

Carlos, de la directiva de la Casa Cultural y profesor de la Misión Robinson

-¿Qué relación hay entre la recuperación del teatro (13 de Abril de 2004) y el tercer aniversario del golpe del 11 de Abril 2002, contra el gobierno Bolivariano de Hugo Chávez?

Sobre la fecha es muy interesante porque casi todo el mundo nos pregunta la relación. Y realmente fue una coincidencia, lo cual después nos alegró mucho a nosotros ver que ahorita, hoy en día estamos celebrando el rescate (del presidente Hugo Chávez) que coincide con el rescate de la casa.
Estamos celebrando un año del rescate de lo que es ahora la Casa cultural Alameda. Realmente cuando nosotros decidimos tomar este local, no nos dimos cuenta de que había una relación directa entre las fechas, lo cual es nuestra sorpresa. Luego que pasan los acontecimientos, es que realmente nos dimos cuenta que concuerda con el rescate de nuestro presidente, exactamente un año que concuerda con el rescate de la Casa Cultural Alameda.

– La expectativa y la respuesta de la gente durante este año que lleva la toma del teatro…

Después de que pasó la euforia inicial, nos hemos quedado muy pocas personas aquí, lo cual nos ha significado problemas con nuestras familias por la contaminación ambiental que producen las películas que estaban abandonadas por tantos años, lo cual se convertía en un peligro para la salud. Nos enfermábamos, llegamos a pasar 18 horas diarias varias semanas. Aquí realmente hemos pasado muchos problemas porque no hemos tenido recursos económicos de ninguna institución. Ahora es que tenemos a los compatriotas de los Círculos Bolivarianos internacionales, específicamente los españoles que han donado unos (…) euros, que por casualidad coincide con la celebración del 1º aniversario (haciedo la celebración) más amena y más bonita. (Con) ese pequeño regalo económico (…) hemos podido comprar pintura, cemento, etc. Y hay varias cooperativas que están ayudando para ampliarlo, darle una mejor apariencia…

– La forma autogestionaria de toma (ocupación ilegal) del local, ¿no es una contradicción para Ustedes?

Lo vemos como un aporte, una profundización del proceso porque, en sí es la comunidad realmente la que nos ha ayudado, si bien con pocos recursos con los cuales hemos podido ir mejorando la calidad del local. Y realmente no ha habido ninguna contradicción (con la toma del teatro) porque siempre nos han ayudado tanto con recursos humanos como con algunos recursos como pintura, a veces vienen a limpiar los baños, la sala y las mismas personas que trabajamos aquí participamos de este tipo de actividades.

Eiser, de la junta directiva, responsable de seguridad

-¿Ha venido la comunidad apropiándose del espacio?

Sí, en la actualidad tenemos aquí como tú ves una cantidad de personas trabajando, como unas 60 /70 de las diferentes zonas de la parroquia trabajando con nosotros.

– ¿Cómo valoras la cooperación de los internacionalistas en este proyecto de San Agustín?

Ha sido bueno. Tenemos unos amigos españoles, excelentes personas como Sergio del Partido Comunista de España, y Amaia (Comité Canario de solidaridad con los Pueblos). Han estado colaborando con nosotros de una manera cabal, como se dice hombro con hombro.

– ¿En concreto, cómo ha sido la participación de ellos en este proyecto?

Mira, han sido un pilar importante ya que ellos tuvieron la amabilidad de conseguir algunos fondos para lograr lo que estamos haciendo ahora, pintura (materiales para la restauración y recuperación del teatro)…, lo que es la recuperación de los espacios.

– A 3 años del golpe de estado contra el gobierno Bolivariano del presidente Hugo Chávez . ¿Cómo es la situación en Venezuela hoy?

Bueno, mira, está como un río, muy manso por encima, pero las corrientes están por debajo. No vamos a dormirnos. Tenemos que estar con un ojo abierto y uno cerrado. Esta gente (golpistas, escuálidos) son traidores y con los traidores no se sabe que puede pasar.

– Nelly, participa en actividades desde la ocupación, hace un año, del Teatro Alameda

– ¿Cómo ves la participación de la mujer en este proceso desde que se inició? Por otro lado, cuando llegué hoy a la Casa cultural, vi que las mujeres estaban limpiando, haciendo aseo. ¿Siguen las mujeres haciendo los oficios que las han condenado históricamente a la explotación y sometimiento?

Bueno, lo que pasa es que cuando tú llegaste estábamos nosotras nada más, pero había unos caballeros que nos ayudaron a limpiar, a cargar agua y a echarle bastante agua a eso.

– ¿Son cada vez más las mujeres, hay niveles de apatía?

Cada vez más, se hace a nivel de madres con los cursos de los niños, las mismas madres educándose

…¿cómo? Por ejemplo, tu caso…

Madre educándose. En la misión, por lo menos en la misión Robison, en la cuestión de los cursos que están dando. Y en la misión alimentación.

– Tú perteneces a un comedor popular. ¿Qué hacen allí?

Hacemos bastantes cosas, hacemos cada día su comida, su merienda, es una experiencia muy chévere.

…¿qué gente va allí a recibir los alimentos, hay una listas, cómo se organiza eso?

Bueno, (principalmente) les damos (alimentos) a los niños, a las madres lactantes, a los incapacitados a indigentes y bueno a otras personas.

Luis, miembro de la junta directiva

– ¿Tu qué aspectos positivos y negativos le ves al proyecto?

Bueno, en cuestión de los aspectos positivos en verdad aquí en San Agustín necesitábamos donde hacer la cultura, donde se reunieran los comités de tierra, los consejos locales de planificación, donde los niños tuvieran un espacio de recreación. Entonces tomamos estos espacios y hemos podido cumplir esa meta. Aquí hacemos reuniones de los comités de salud, tenemos la Misión Barrio adentro, estamos todos los días, hay niños viniendo a clases de teatro, danza, se reúnen todas las ONG de la parroquia, hemos tenido bastantes aspectos positivos. Y en cuanto a lo negativo, hemos visto con preocupación personas u otras instituciones que ven con celo este proyecto.

– En concreto…

Ven con celos este proyecto porque ellos anteriormente tenían todo el poder en sus manos. Y ya con este proyecto se les escapó el poder de las manos y la Casa cultural Alameda ha asumido parte de ese poder.

– …poder local de la parroquia, ¿a qué te refieres?

Sí, a lo local, parroquial. A la cultura, el deporte, porque nosotros, aparte de cultura, estamos implementando también deporte para los niños. Entonces ese poder lo tenían otras instituciones como es el CEMAI.

– ¿Esas instituciones de las que hablas, a qué se dedicaban?

El CEMAI prácticamente aquí en la parroquia no ha servido para nada. Ellos han recibido recursos de varias instituciones, de la alcaldía, tienen personal pago por la alcaldía y no han hecho nada por la parroquia. Y en cambio nosotros, la directiva de la casa cultural Alameda está trabajando ad honorem, … ninguna institución gubernamental (nos paga) y lo hemos hecho con el mismo cariño y sin recibir ningún tipo de aporte. Entonces ellos ya ven que tenemos más fama que ellos, que están inscritos en otras instituciones gubernamentales, reciben aportes, y a nosotros la gente nos busca y nos apoya, entiendes? La gente del barrio, entonces por eso es el celo y por eso nos tiran (critican).

– ¿Ves en esta experiencia que llevan a cabo algunas claves para empezar a cambiar la burocracia y la corrupción que existe en muchas instituciones aún, a pesar del gobierno Bolivariano que tienen, o como verías tú eso?

Sí, eso es correcto, esas instituciones en verdad son burocráticas, y hay corrupción pues, no nos vamos a mentir, y en verdad nosotros estamos impulsando mal la «revolución dentro de la revolución», entonces eso es lo que queremos, la «revolución dentro de la revolución» tal como lo manda nuestro comandante.

Ruth, de la comunidad de San Agustín

– ¿Para ti cuáles han sido las cosas positivas que ha tenido la apertura del Teatro Alameda?

Bueno, que ha servido para muchas cosas. …¿Por ejemplo? Pa’ como estaba, en el sentido que estaba abandonada, ya por lo menos se han ido haciendo cosas poco a poco, haciendo talleres, cooperativas, las misiones que están dando ahora, los médicos cubanos.

– En concreto, ¿de qué forma estás vinculada con la Casa Cultural?

(…)Haciendo cursos y en la broma (cuestión) de la cooperativa. Cooperativa de Limpieza Tupa maro.

Alberto (Peluche), del área de seguridad del Teatro, de la Junta Directiva

– ¿Cómo se integra, se articula toda esta experiencia de la Casa Cultural Alameda con lo que está pasando en Venezuela, en general?

Mira, yo lo relaciono porque el presidente que tenemos ahora (Hugo Chávez) nos ha dicho que el trabajo es barrio adentro con aquel sector pobre donde no llega los insumos, donde no tienen la facilidad de tener lo que son por lo menos, lo mínimo, lo que es la educación, la salud, la cultura, que no le es accesible, que no le ha llegado por esta iniciativa del 13 de abril, hemos tenido esa inquietud pues de darle lo que es la cultura, darle la parte de salud, darle lo que es la parte de cine, empleos que se han generado con los mismos proyectos que ha dictado las líneas generales del presidente, como son la conformación de cooperativas, para que la gente perciba una ayuda, una remuneración por un trabajo y así tratar de dignificar a esa persona que tenía la autoestima baja, en eso es lo que yo he considerado que el teatro, la casa cultural se ha vinculado con la comunidad.

Martín, amigo y compañero de este proyecto de la Casa Cultural Alameda y destacado tocador de tambores del barrio San Agustín.

– ¿Cual es el principal plan que tienen en la Casa Cultural Alameda?

Bueno, el plan piloto con el que queremos seguir, primero con las cuestiones de la política, pero el plan que queremos es con los niños, con los malandros (delincuentes de la calle) meterles la mano y ver como hacemos para darles un camino a seguir. Esto también tiene el papel fuera de un centro cultural un centro de formación política.

La solidaridad, Círculos Bolivarianos y cooperantes internacionalistas

La Casa Cultural Alameda de San Agustín ha sido visitada por muchos(as) cooperantes internacionalistas y miembros de Círculos Bolivarianos que llevan a cabo un trabajo de solidaridad con la Revolución Bolivariana. Este proceso autogestionario, ha despertado bastante interés afuera, así como otras experiencias de trabajo barrial y comunitario de Caracas.

Sergio y Amaia son cooperantes internacionalistas. Madrileño y vasca, no solo han venido a visitar y conocer de cerca el proceso que se lleva a cabo en Venezuela. Lo que los distingue, es que se han involucrado trabajando con la comunidad en la Casa Cultural Alameda.

– Sergio: ¿qué te motivó venir a Venezuela?

Sobre todo el desconocimiento que había en el Estado Español del proceso revolucionario que se vive en este país. Era un proceso que para nosotros, visto desde afuera, no podíamos alcanzar a comprender, cómo se había llevado a cabo y cómo había sido posible, no? Estoy hablando de los medios de alienación masivos y las opiniones que marcan a la opinión pública. Entonces, pues, vinimos todos con mucho miedo y esperanza por no saber lo que nos íbamos a encontrar acá. Nos gustó lo que nos encontramos y por eso decidimos quedarnos acá, compartiendo con la comunidad.

– Inicialmente vienes para asistir al referéndum revocatorio del 15 de Agosto pasado….y te has quedado…

Yo vine en Agosto como brigadista, estuve algún mes en otro país haciendo labores políticas y me vine para acá en Octubre. En Agosto estuvimos conociendo los problemas de todos los barrios, y con la comunidad que más nos enlazamos y a la que más pegados terminamos fue la de San Agustín, pues era donde la red estaba más consolidada. Entonces allí en un primer momento, la gente que llegó primero quisimos hacer una casa de brigadistas para cubrir el referéndum, y no llegamos a tiempo porque nos pilló muy de sorpresa, pensábamos que iba a ser más fácil y, bueno, como lo prometido es deuda aquí estamos intentando hacerlo para el Festival Mundial de la Juventud de este año (Caracas fue escogida como sede de este festival).

– Amaia, ¿qué te trajo a Venezuela?

Yo vengo a Venezuela sobre todo para aprender y conocer la realidad que está pasando en este proceso revolucionario, y un poco como dice Sergio para constatar que aquí realmente sí se está dando un proceso revolucionario y no todas las mentiras y todas las invenciones que se dan en los medios de comunicación masivos. Llegué en Marzo del 2004.

– Pasando al tema de San Agustín, Casa Cultural. ¿Cómo ves el proyecto, por qué apoyarlo?

Porque merece la pena apoyarlo. Cuando llegamos al teatro lo había ocupado la comunidad en Abril, nosotros llegamos en Mayo. El teatro, por lo menos su aspecto físico, no era para nada lo que tú has podido ver ahora. La comunidad ha trabajado mucho, muchísimo. Y es un espacio físico que sirve para unir a la comunidad y para que los sueños de una comunidad se empiecen a gestar y empiecen a dar sus frutos. Ahí, como bien sabes, hay misiones (Misión Robinson, de educación y alfabetización), ahora se han insertado un montón de talleres, están los médicos cubanos, y bueno, hay un montón de proyectos para el futuro. Y como ellos dicen, sobre todo lo que están haciendo es para sus hijos, tienen una visión clara de futuro.

– ¿Qué relación hay entre éste ejemplo, una ocupación ilegal, autogestionario, y la Revolución Bolivariana?

Realmente creo que hay que matizar un par de cosas (Sergio). Ese teatro, obviamente fue una ocupación. Pero era una ocupación en una situación legal de un tío que es escuálido (gente de la oposición) y ha tenido problemas, estaba con problemas de expropiación. Era de Radonsky. Este teatro era de Cines Unidos que fue una empresa que se fue a pique (quebró). Entonces se encontraba a la hora de la toma, en una especie de vacío legal. De hecho, ahora lo va expropiar el gobierno para que se quede la comunidad con el teatro. Que está muy mezclado lo que es una comunidad organizada autogestionariamente con la política institucional que se está llevando a cabo en este país…

– Lo pregunto porque la gente habla de una ruptura desde el punto de vista de la manera como se procede con la organización política. Comunidad, organización, asamblea, toma y luego viene la lucha por recuperarlo y ganarlo para la comunidad. No esperan que el Estado expropie, sino que empujan para que el Estado actúe en beneficio de la comunidad. Luego vienen los temas de Misiones, educativa, salud, cultura, etc. Viene la conexión con los propósitos del Estado.

– Ustedes como cooperantes internacionalistas, ¿qué labor cumplen allí en el proyecto en concreto?

Amaia: Lo concreto, ahora en estos momentos, es que estamos ayudando a rehabilitar unos espacios (a pico y pala llevan a cabo un trabajo de restauración de locales, salones, paredes, techos, etc.). Pero yo creo que también nuestra presencia es muy importante porque a ellos les da mucho ánimo también. El saber que hay gente fuera de Venezuela que cree en lo que ellos están haciendo y que viene a aprender y a tomarlos como ejemplo para cuando nos regresemos intentar aplicar lo aprendido aquí también, no?, porque aquí estamos aprendiendo mucho. Y a ellos les da mucho ánimo el no sentirse solos y el saber que son un ejemplo para el mundo, yo creo que nosotros (internacionalistas, cooperantes) somos unas personas que se lo recordamos al estar allí. Que somos gente que viene de lejos para vivir y compartir con ellos, para aprender y empaparse de todo esto. Yo creo que este es un papel, aparte del papel concreto que estemos trabajando, picando paredes, creo que moralmente también apoyamos, y unificamos cosas junto con ellos, yo creo que eso es importante, y compartimos un sueño con ellos que también se convierte en un sueño para nosotros.

Sergio: Como dice Amaia, aparte del proyecto específico que estamos desarrollando ahora, que es un proyecto de rehabilitación de espacios para que ellos puedan hacer sus talleres y lo que hayan aprobado, pues bueno, hay una radio en mente, ahora mismo van a empezar nuevas Misiones Robinson de educación primaria, en fin, no?, recuperar espacios, porque cada vez la afluencia de gente al teatro es mayor. Cada vez hay más programas del gobierno y hay menos sitios para desarrollarlos. Entonces el problema fundamental con que se han topado, aquí me voy a escapar un poco del tema, pues es en el Estado heredado que queda aquí que todavía existe mucha burocracia, mucha corrupción y mucha ineficacia, entonces como hay un refrán que dice que mientras la hierba crece el burro no come, nosotros lo que habíamos pensado es que según están pidiéndole a Dios o al Estado, llámalo como quieras, pues coyunturalmente nosotros podíamos conseguir una financiación de una empresa del Estado Español para rehabilitar los espacios y ganar un poquito de tiempo, sobre todo en el ánimo de la gente que no ve los logros inmediatos, no?, que siempre es lo que sucede en este tipo de casos.

– ¿En qué se diferencian Ustedes del asistencialismo de muchas ONG?

Sergio: Nosotros, por ejemplo una de las cosas que llegamos a un punto en común Amaia y yo (…) es que ellos iban a tomar sus propias decisiones. Ellos iban a decir lo que querían rehabilitar, cómo lo querían rehabilitar, para qué lo querían rehabilitar…entonces…nosotros lo único que ponemos es la financiación y el trabajo codo con codo diariamente. Con lo cual al tomar ellos sus propias decisiones, ellos conocen sus necesidades, ellos ya sabrán si se autogestionan mejor o peor. Obviamente, todas las decisiones son de ellos.

– La Casa Cultural Alameda se convierte en un espacio donde hay una actividad cultural y una actividad política. Después de un año de trabajo, ¿qué han visto, qué avances ven, qué problemas avizoran?

Sergio: A parte de la cultura y la labor política también existe sanidad y educación. O sea, a mí una de las cosas que más me llama la atención de la Casa Cultural es que si tu entras ahí ves todo. Es un microcosmos, un proyecto integral. Ahí te hacen un examen oftalmológico, te ponen tus gafas, te enseñan a leer, te dan un curso de formación, incluso una clase de tambores. Puedes hacer tu vida diaria ahí.

Problemas, en cuanto al teatro, creo que el pueblo venezolano me parece que todavía está acostumbrado un poco al asistencialismo. En el sentido de que piensan que como este es un Estado petrolero y que aquí hay mucha riqueza natural, y todas esas vainas, se lo tienen que dar todo. Entonces en ese sentido como que una gran parte de la gente, no toda, se preocupa por el hoy y no por el mañana, no piensan a largo plazo. Entonces pues ahí vienen otra vez los tipos de solidaridad. Creo que sería mejor hacer proyectos para que luego el teatro se pudiese autofinanciar. En el teatro hay casos muy específicos de este cambio de mentalidad desde el asistencialismo al papel protagónico del pueblo para su transformación social.

Bueno (Amaia) yo el problema que veo a veces es que aquí sigue habiendo mucha necesidad. La gente tiene que seguir buscándose mucho la vida. Hay mucha gente que se implica mucho, pero llega un momento en el que ni siquiera tiene trabajo, ni siquiera tiene como dar de comer a sus hijos, entonces tiene que salir a buscarse la vida y tiene que dejar un poquito esto (el trabajo en el teatro que es voluntario) de lado pues porque en el teatro pasa. Hay gente que de repente esta ahí 12 horas pero el teatro no le da de comer. Es un trabajo totalmente voluntario, que la comunidad lo pone voluntariamente y entonces hay momentos en los que se ven más solos porque les falta más gente, porque la gente que estaba tiene que salir también a buscar trabajo para poder mantener a su familia y yo creo que esa es la parte que se les hace más dura.

– ¿Cuál es el mensaje para la gente solidaria, cooperantes internacionalistas?

Yo diría que con nuestra vivencia aquí (Amaia), podemos constatar aún con las trabas que tiene todavía el proceso revolucionario, que realmente en Venezuela se está dando una Revolución, y sobre todo lo que se ha dado (aquí) es un cambio de conciencia en la gente, en el pueblo. El pueblo se ha empezado a sentir protagonista, ha empezado a entender que ellos son lo importante de un país, que ellos son los que tienen que llevar adelante un país y los que tienen que tomar las decisiones, no? Y ellos ahora se sienten responsables y se sienten capaces, se ha devuelto la dignidad al pueblo. Y eso de verdad se vive vayas a la esquina más perdida que vayas, hables con la señora que el año pasado no sabía ni leer ni escribir, se pone a hablar y hasta te da vergüenza hablar con ella porque tiene un discurso que da mil vueltas al tuyo. Entonces yo creo que lo más hermoso de Venezuela es eso y que es real. Y que nosotros lo hemos vivido así.

A mi (Sergio) me gustaría sobre todo, que vinieran a ver aquí el proceso revolucionario. Y que echaran un primer vistazo. Digo un primer vistazo porque yo creo que cuando realmente se conoce algo así, es cuando tú compartes con ellos desde el día hasta la noche. Pero bueno, cuanto puede ser en un tiempecito corto verán los logros de la Revolución, y sobre todo también incidir en eso de que se ha levantado el pueblo y ha reaccionado y eso ya es imposible de parar. Ahora mismo tal y como esta concienciada la gente, este proceso no se va a detener. Alguien escribió que cuando las cosas estaban mal, los cerros (millones de gente pobre que habitan en los cerros que circundan la ciudad) bajaban al centro de Caracas. Increible el hecho de que Venezuela sea el único país en que millones de personas se movilizaron hacia la casa presindencial para rescatar a su presidente (se refiere a los sucesos del 13 de Abril del 2002, durante el golpe de estado en Venezuela) y no para echarle, como en los recientes sucesos de Bolivia y Ecuador.

Cuando llegué acá lo hice como todos los brigadistas internacionales. Hicimos una vista, fuimos al teatro y toda la vaina y una sensación que tengo muy extraña, (bueno yo he vivido en este barrio, he estado un mes y medio viviendo ahí en el cerro acogido por un líder comunitario, le doy las gracias a él y a toda su familia que me trataron muy bien y son gente estupenda) me pasa que cuando estoy trabajando ahí en el teatro, que llevo tanto compartido con ellos, cuando nos vienen a hacer una visita al Teatro desde fuera, y tiran la foto, y tal y me explican y tal, me siento como extraño, lo veo desde otro punto de vista. Entonces, yo he llegado a la conclusión que me siento más parte de (ellos) adentro que de afuera. Por eso yo animo, no solo a una labor comunicacional de conocer las misiones y tal, sino que el que tenga realmente la oportunidad de pasar un tiempecito largo aquí compartiendo con la comunidad el día a día, le animaría a que viniera porque para mí ha sido un sal
to cualitativo muy importante en mi vida y en mi forma de solidaridad política. Y entonces pues animaría a la gente que ha conocido otros países, que han venido aquí de visitas y toda esa historia, a que diera también ese salto cualitativo.

– Este proceso tiene que defenderse, necesita solidaridad y apoyo de afuera. ¿Qué dirían ustedes a los movimientos solidarios de afuera?

(Amaia) Yo sugerir, nada. Porque creo que en estos últimos años, por ejemplo, los movimientos sociales a los que nosotros pertenecemos, están trabajando en la zona donde yo conozco en Canarias, en el Estado Español y en Euskal Erria . La gente está trabajando bien duro y está defendiendo mucho lo que está pasando en Venezuela.

– Tuviste la oportunidad de encontrar a una compañera de Granada, Carmen Morentes, quien asistió al tercer encuentro de Solidaridad con la Revolución Bolivariana recientemente. ¿Acerca del papel de la mujer en este proceso?

Sí (Amaia). Carmen es una compañera de la Plataforma Simón Bolivar de Granada, una mujer que lleva mucho tiempo luchando y haciéndo solidaridad con Venezuela, me la encontré como tú bien dices en el tercer encuentro de solidaridad con la Revolución Bolivariana en las mesas de la mujer que se dieron en Caracas, tuvo una ponencia que nos emocionó mucho a todas las mujeres allí presentes. Y hablando de esto sería importante destacar el papel de la mujer en esta Revolución. El papel de la mujer en esta Casa Cultural Alameda. Por supuesto hay que felicitar a toda la comunidad. Pero yo como mujer me gustaría felicitar a mis compañeras que están trabajando en la Casa Cultural Alameda, porque realmente son mujeres que no hay que olvidar que tienen una familia, que muchas trabajan fuera de casa y además están trabajando para la comunidad. Aquí las mujeres tienen tres jornadas laborales, cuidar de su familia, los trabajos de la casa, los hijos, salir a la calle a buscar también papitas para la casa y además insertarse en la comunidad y hacer todo este trabajo social y político que están haciendo. Mujeres que te cuentan que hace nada no sabían nada de política, ni sabían nada de trabajo social y hoy pueden dar lecciones al experto más arrecho. Y son súper organizadas, capaces de estructurar el tiempo como nadie.

-Finalmente, ¿dónde queda la soberanía y el antimperialismo?

(Sergio) Para mí en concreto dos países pueden dar lecciones de dignidad y uno de ellos es Venezuela sin duda (el otro es Cuba). Si hay alguien que pueda decir que tenga un ápice de soberanía nacional es Venezuela, entonces, en ese sentido yo creo que la batalla contra el imperialismo ahora, a lo mejor geoestratégicamente está muy caribeña, como se suele decir. Bueno esto es lo que hay, nosotros venimos de muy lejos, pero yo siempre digo que si este proceso revolucionario estuviese en otro lugar, por ejemplo, en África, igual tendríamos que estar allí.