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Cambio total en la misión afgana de EE.UU.

Fuentes: Asia Times

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


Los costes directos de los siete años de la «guerra contra el terror», que incluye operaciones en Iraq y Afganistán, han llegado a 752.000 millones de dólares, si se considera la apropiación de 188.000 millones de dólares de este año, según la no partidaria Oficina Presupuestaria del Congreso de EE.UU.

Ante una situación en Afganistán que está más lejos que nunca de ser resuelta, la reacción de EE.UU., igual que en el caso de la crisis financiera, es arrojar más dinero y recursos hacia el problema.

El general estadounidense David McKiernan, quien comanda las fuerzas de la OTAN en Afganistán, dijo esta semana después de una reunión en Afganistán con el Secretario de Defensa de EE.UU., Robert Gates, que necesitaban un aumento permanente de la cantidad de tropas y de otros recursos, como aviones de reconocimiento.

Aunque el presidente George W Bush ha dicho que enviará una brigada adicional (entre 4.000 y 5.000 soldados) McKiernan dijo que necesita tres brigadas más «para contrarrestar la creciente violencia y acelerar el progreso en la guerra.» Actualmente hay unos 33.000 soldados de EE.UU. en el país y si McKiernan se sale con la suya, podrían agregarse más de 20.000 soldados si se cuentan las unidades de apoyo.

Gates dijo que el gobierno de George W Bush estaba considerando posibles cambios en su estrategia de guerra en Afganistán, sin entrar en detalles. El Independent de Londres informa que EE.UU. presiona por cambios radicales en la estructura del comando militar en Afganistán, para que el jefe de las fuerzas internacionales dependa directamente del Comando Central de EE.UU. (CENTCOM) en lugar de la OTAN.

El periódico informó que una posibilidad bajo consideración era que la OTAN siguiera a cargo de la logística, protección de fuerzas y relaciones públicas, mientras las operaciones directas de contrainsurgencia serían dirigidas desde CENTCOM por el general David Petraeus, quien ahora supervisa las operaciones de EE.UU. en Iraq y Afganistán.

Desde la perspectiva de EE.UU., siete años después de la invasión que derrocó a los talibanes, ciertamente necesitan progreso y velocidad en esa guerra extremadamente costosa.

Think-tanks occidentales independientes presentan un cuadro en el que los talibanes mantienen una presencia en más de un 54% del país, incluyendo todas las ciudades importantes alrededor de la capital Kabul.

Senlis Council, el influyente think-tank de política internacional, informó recientemente que: «Investigación realizada durante este verano muestra que más de la mitad de la provincia Wardak – vecina a la provincia Logar, a sólo 45 minutos de Kabul por carretera – está bajo control talibán, según afganos locales. Esta información fue obtenida por investigadores de Senlis Council en junio de 2008, y es prueba de la resurgencia talibán dentro y alrededor de la capital, así como en sus centros del sur y del este.»

Asia Times Online ha informado sobre preparativos de los talibanes de llegar a Kabul y sus alrededores. («Taliban have Kabul in their sights.» 27 de febrero de 2008).

Las actividades talibanes en Wardak fueron registradas en un vídeo presentado recientemente por el órgano mediático talibán recientemente formado, al-Samood. Las secuencias muestran a combatientes talibanes camuflados en la carretera principal hacia la capital, atacando un convoy de suministro de la OTAN, conduciendo vehículos capturados de la policía afgana, transportando municiones y haciendo preparativos para una incursión.

Ni el portavoz militar de la OTAN en Kabul ni el vocero presidencial afgano respondieron a pedidos de comentario de Asia Times Online sobre el vídeo y la situación de la seguridad alrededor de la capital.

Expanden la zona de guerra

Ante la falta de progreso en Afganistán, EE.UU. lleva activamente la guerra a Pakistán, donde los talibanes tienen refugios en sectores de las áreas tribales al otro lado de la frontera.

El almirante Mike Mullen, en su quinta visita a Pakistán desde que llegó a ser jefe del estado mayor conjunto de EE.UU. hace un año, trató el martes de tranquilizar a Islamabad diciendo que EE.UU. respetaría la soberanía de Pakistán. Pero el día siguiente hubo otro ataque con misiles de un avión teledirigido Predator en Waziristán del Sur en el que según informes habían acertado en una cantidad de cohetes de los talibanes. Esto sucede después de varias misiones con aviones teledirigidos durante las últimas semanas y una operación de las fuerzas especiales de EE.UU. que mataron a unas 15 personas.

El Pentágono dice que los militares y el gobierno civil de Pakistán están de acuerdo con los ataques con misiles, una afirmación rechazada por Pakistán.

De un modo o de otro, las incursiones de EE.UU. han generado una unidad sin precedentes entre los miembros de las tribus locales, los talibanes y los soldados rasos de las fuerzas de seguridad paquistaníes desplegadas en las regiones fronterizas. Fuentes tribales dijeron a Asia Times Online que la próxima vez en que fuerzas terrestres de EE.UU. se aventuren en Pakistán enfrentarán una dura oposición de esas fuerzas combinadas.

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Syed Saleem Shahzad es Jefe del Buró Pakistán de Asia Times Online. Para contactos, diríjase a: [email protected]

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