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Se ha decidido su salida de Guantánamo pero ningún país los acepta

Casi 80 prisioneros de varios países en tierra de nadie

Fuentes: El País

En tierra de nadie. Allí se encuentran los cerca de 80 reos de Guantánamo cuya transferencia o liberación han aprobado las autoridades estadounidenses, pero que sin embargo no tienen adónde ir, porque no hay país en el planeta que quiera hacerse cargo de ellos. John Bellinger, el asesor legal del Departamento de Estado de EE […]

En tierra de nadie. Allí se encuentran los cerca de 80 reos de Guantánamo cuya transferencia o liberación han aprobado las autoridades estadounidenses, pero que sin embargo no tienen adónde ir, porque no hay país en el planeta que quiera hacerse cargo de ellos.

John Bellinger, el asesor legal del Departamento de Estado de EE UU, reconocía en marzo de este año durante una entrevista con este diario que «hay 100 presos listos para salir de Guantánamo, pero ningún país quiere aceptarlos». La mayoría proceden de Oriente Próximo y, según el Gobierno estadounidense, el problema es que esos Estados no quieren aceptar y llevar ante los tribunales a gente que huyó de sus países para luchar en Irak o Afganistán.

Estados Unidos se queja de que los políticos europeos piden a gritos el cierre de Guantánamo, pero sin estar dispuestos a asumir ningún compromiso que implique la participación en el reparto de presos. «Los europeos no pueden decir que hay que cerrar Guantánamo inmediatamente sin ofrecer un lugar adonde enviarlos», dijo Bellinger, el asesor jurídico de la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, quien viaja con frecuencia a Europa en el marco del diálogo transatlántico para limar las diferencias sobre rendiciones extraordinarias y otras prácticas propias de «la guerra contra el terror» declarada por la Casa Blanca tras el 11-S. De momento, ningún país europeo se ha ofrecido a aceptar a detenidos del penal estadounidense que no sean sus nacionales.

La presidenta del Senado belga, Anne-Marie Lizin, enviada especial a Guantánamo de la OSCE, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, ha sido una de las pocas voces europeas que ha defendido la redistribución de presos en territorio europeo. Lizin pidió a finales de julio a los 56 países de la OSCE que aceptaran en sus prisiones a los detenidos que EE UU está dispuesto a transferir. Su petición ha caído, de momento, en saco roto.