Adiestrados por los norteamericanos para la seguridad interna los militares argentinos fueron contundentes en la cacería interior, pero derrotados en la guerra real
Adiestrados por los norteamericanos para la seguridad interna los militares argentinos fueron contundentes en la cacería interior, pero derrotados en la guerra real
El Gobierno recurrió al FMI por decreto, con respaldo de la Cámara de Diputados. Una medida anticonstitucional y que endeuda a las generaciones futuras. «Es un nueva estafa, que contribuye a profundizar la dependencia de la Argentina al capital transnacional y a la primarización extractivista», afirma el economista Julio Gambina.
Cada 24 de marzo se recuerda en Argentina el aniversario del golpe de Estado, cívico, militar y eclesiástico de 1976. La memoria histórica ha sido manipulada para que en el inconsciente colectivo se recuerde como el golpe militar, a secas, generando la errónea idea de que se trató de una iniciativa de un grupo de militares que utilizó a civiles para cumplir sus propósitos, cuando fue todo lo contrario.
El ministro de Economía argentino, Luis Caputo, en una reciente entrevista, se mostró admirador del sistema político y económico del Perú.
Otro 24 de marzo, la memoria como praxis para no solo revisar los nefastos tiempos de la dictadura sino atender los siempre peligrosos ecos que resuenan a veces de manera solapada y otras con carácter desembozado de lo que fue la construcción ideológica del terrorismo de Estado y sus consecuencias.
La Plaza, las plazas de toda la Argentina, desbordaron de una multitud multicolor que arrasó con los viejos, pero renovados intentos negacionistas.