
Con el argumento «altruista» de promover el desarrollo económico, la democracia y la educación cívica, el medio ambiente, los derechos humanos y apoyar la educación, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), otro de los aparatos del Departamento de Estado para realizar operaciones encubiertas, espiar y «desarrollar y consolidar democracias representativas», mediante golpes de estado blandos, ha impulsado la creación y el financiamiento de organizaciones no gubernamentales en múltiples países.