52 familias originarias de San Felipe Retalhuleu, hoy Nueva Comunidad Agraria Palmera Xolwitz, ubicada en El Palmar, Quetzaltenango, celebraron este 5 de diciembre su tercer año de lucha de obtención de la tierra, la que hacen un total de 3 caballerías y 26 manzanas, con un costo de 2 millones 600 mil 200 quetzales. Son […]
52 familias originarias de San Felipe Retalhuleu, hoy Nueva Comunidad Agraria Palmera Xolwitz, ubicada en El Palmar, Quetzaltenango, celebraron este 5 de diciembre su tercer año de lucha de obtención de la tierra, la que hacen un total de 3 caballerías y 26 manzanas, con un costo de 2 millones 600 mil 200 quetzales. Son luchas, hasta hoy, difíciles porque las diferentes gestiones realizadas en el Fondo de Tierras han sido dilatorias, además de que los costos de las gestiones fueron desgastantes para las familias, puesto que éstas no cuentan con los recursos económicos. Ante esa dura situación dejaron de atender la salud y la educación. La alimentación para sus familias ya no fue completa porque hubo que pagar las gestiones. Sin embargo, fue más importante que las familias hayan manifestado valentía y resistencia al proceso que ha durado más de 5 años.
Después de tres años, las familias siguen progresando en la construcción y ejecución de los proyectos productivos, los que podemos mencionar en seguida: siembra de 6 manzanas de plátano, renovada con nueva plantación en este año; siembra de 7 manzana de banano; mantenimiento de 100 manzanas de café en colectivo en este año y, siembra de 14 mil matas más de café. La atención a las producciones ha sido de forma colectiva. La mano de obra de mujeres, hombres, niños y niñas, generan recursos para el sustento de las familias. Se ha mantenido la producción con menos uso de químicos. Hay un proceso de recuperación de la fertilidad de la madre tierra con el uso de abonos orgánicos para evitar la contaminación y conservar la vida de la naturaleza.
Lo más importante es que las familias no se conformaron sólo con estos progresos. También han buscado otros apoyos los que se puntualizan en los proyectos de la construcción de un puente de la comunidad, que tuvo un costo aproximado de Q39, 892.00. Esta construcción no incluye la mano de obra de la comunidad. Se ha logrado la reparación de la secadora de café en pergamino con un costo de Q 14,000.00. También se logró la siembra de 10 manzanas de macadamia. Está por finalizar la siembra de 10 manzanas de Rambutan. Igualmente se ha logrado la siembra de 1,000 matas de semillas de plátanos.
Todos estos pequeños proyectos productivos han sido la respuesta de diferentes peticiones, presentadas al Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación, MAGA. Se tiene la instalación del Hogar Comunitario, proyecto apoyado por la SOSEP, atendiendo a 22 niños y niñas con alimentación para que las madres puedan realizar trabajos junto a los esposos y participar mejor en la organización comunitaria.
Para que las familias puedan obtener otros recursos y complementar las necesidades más urgentes, se ha asignado una parcela a cada una para que la puedan trabajar con diversas siembras, siempre con el objetivo de fortalecer el trabajo colectivo. Esta forma de trabajo ha costado, porque hay mucho individualismo, cada quien ve por su lado sin importar que el vecino se muera de hambre. Sin embargo se tiene la esperanza de que sólo organizados y unidos se puede alcanzar el desarrollo integral y sostenible, principalmente desde el poder local, tomado y aplicado desde la cosmovisión maya.
A pesar de estos avances y trabajo de las familias da vergüenza informar que después de tres años la comunidad carece de la vivienda digna. El Fondo de Tierras ha dejado en total abandono a la comunidad. El Articulo 37 de la ley del Fondo literalmente dice: «El Fondo de Tierras gestionará ante otras instituciones del Estado y/o la comunidad internacional, la ejecución de proyectos de vivienda básica para sus beneficiarios.»
Las solicitudes que las familias han presentado a dicha instancia del gobierno, nunca han sido respondidas. Se han limitado a pedir colaboración para llenar algunos requisitos solicitados por otras instituciones, y también a señalar de ilegales a las familias. Con esta actitud excluyente y racista no se puede tener esperanza ni confianza en el actual proceso del Fondo de Tierras.
Otra preocupación que tiene la comunidad es cómo pagar la deuda adquirida por la compra de la tierra.
Esta situación es parte del estancamiento de nuestro desarrollo integral, principiando con la ausencia de la infraestructura que consiste en la construcción de escuelas, introducción de agua potable, letrinización, energía eléctrica, centro de salud, reconstrucción de la carretera, tecnificación integral para la aplicación de los abonos orgánicos, etc.
Por la tanto
Exigimos al gobierno central la urgencia de girar las instrucciones para que las instituciones asuman la responsabilidad de implementar la infraestructura necesaria y básica para la comunidad.
Que las familias de la Comunidad sigan la lucha organizada y tomar la acciones políticas y legales para fortalecer el poder local y defender los intereses colectivos. Jamás aceptamos que nos llamen ignorantes. No caer en el conformismo y las manipulaciones de los partidos políticos y los intereses particulares que por historia no nos ha beneficiado en nada.