El presidente de Ecuador Rafael Correa, que proclamó su reelección en los comicios generales del domingo, acumulaba una amplia ventaja en el escrutinio preliminar frente a su principal rival, que seguía sin admitir la derrota, según el conteo oficial divulgado este lunes. «Hemos ganado abrumadoramente (…) Hoy es un día de alegría, de futuro, damos […]
El presidente de Ecuador Rafael Correa, que proclamó su reelección en los comicios generales del domingo, acumulaba una amplia ventaja en el escrutinio preliminar frente a su principal rival, que seguía sin admitir la derrota, según el conteo oficial divulgado este lunes.
«Hemos ganado abrumadoramente (…) Hoy es un día de alegría, de futuro, damos un paso histórico para consolidar esta revolución ciudadana», afirmó Correa poco después de que tres sondeos de boca de urna lo dieran como el seguro vencedor.
El escrutinio oficial mostraba una tendencia a su favor. Para evitar el balotaje, el mandatario requiere el 40% de los votos o una ventaja de diez puntos sobre el segundo.
Contabilizado un 16,2% de las mesas electorales, el jefe de Estado obtenía un 50,2% de los sufragios válidos y una diferencia de casi 20 puntos sobre el ex mandatario Lucio Gutiérrez, su principal rival que obtiene 30,4%, según anunció el lunes el Consejo Nacional Electoral.
«Hoy les ratifico el compromiso de dar mi vida si es necesario por construir esta democracia, por hacer un país más justo en lo social», declaró Correa durante un mitin en Quito, donde celebró el triunfo con sus seguidores.
Asimismo, revalidó su condición de líder antisistema y se felicitó por la «victoria más esplendorosa en los últimos 50 años de la política ecuatoriana».
El gobernante obtuvo un promedio de 55% de los votos y una diferencia de 28 puntos sobre Gutiérrez, lo que hace innecesario un balotaje, según sondeos de las empresas Cedatos-Gallup, Santiago Pérez y CMS.
Sin embargo Gutiérrez, quien gobernó el país entre 2003 y 2005 antes de ser destituido, no reconoció la derrota y llamó a sus seguidores a vigilar el escrutinio.
«No creo en esos datos porque el exit poll (boca de urna) nos dio perdedores en todas las provincias de la sierra y hemos ganado en cinco provincias», expresó el dirigente opositor.
Correa también anticipó un triunfo del oficialismo en las legislativas. «Podemos tener una mayoría con holgura», señaló y renovó su compromiso con los más desfavorecidos.
«Retomaremos nuestro origen: nosotros estamos aquí por los pobres, no es una opción excluyente (…), pero lo tenemos claro: nuestra opción preferencial es por los más pobres de este país y nuestro compromiso, erradicar la miseria», indicó.
El oficialismo calcula alcanzar la mayoría de los 124 escaños de la Asamblea Legislativa, así como varias alcaldías y prefecturas (gobernaciones).
De mantenerse la tendencia, Correa conseguirá su quinto triunfo consecutivo en las urnas desde su elección en noviembre de 2006.
El jefe de Estado debía concluir su período en 2011, pero al cabo de tres procesos electorales logró la aprobación de una nueva Carta Política que habilitó su reelección hasta 2013, cuando podrá presentarse a otro mandato.
También se convertirá en el primer presidente reelegido en más de tres décadas y su triunfo sepultará una década de inestabilidad en la que sus tres antecesores fueron destituidos en medio de revueltas populares.
Casi 10,5 millones de personas estaban habilitadas para sufragar en el proceso electoral del domingo, el primero bajo la actual Constitución aprobada en referendo en septiembre.
Correa es seguidor de la corriente del nuevo socialismo que ha echado raíces en Venezuela con el presidente Hugo Chávez desafiando a Washington, reivindicando el rol del Estado y proponiendo un nuevo diseño financiero ante lo que considera el colapso del capitalismo.
El reelegido presidente deberá encarar la crisis global, cuyos efectos han significado para el país un drástico descenso de los ingresos petroleros y por remesas, claves para el esquema dolarizado de la economía nacional.
«La verdad es que la crisis nos va a terminar golpeando a todos, pero él está intentando que no nos golpee tanto», dijo a la AFP Santiago Cano, un asesor de negocios de 26 años.