Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Seductora, fascinante y aterradora, Countdown to Zero motiva al público a apoyar el desarme nuclear total y a temer a Irán, que es convenientemente el próximo país que EE.UU. quiere invadir. Enmarcada en una retórica contra las bombas atómicas, Countdown to Zero es agitprop no demasiado sutil. El film se basa en la geopolítica convencional para provocar otro estado convencional de pánico en audiencias convencionales. ¡No es posible que los islamistas-terroristas adquieran esta tecnología! Es dolorosamente parecido a lo que nos dijeron antes de la invasión de Iraq.
Directora y guionista: Lucy Walker
Productor:
Magnolia Pictures, Participant Media, The History Channel, World Security Institute
89 minutos. Sitio en Internet: http://www.takepart.com/zero
En 2002, Condoleezza Rice advirtió al mundo: «No queremos que la evidencia concreta sea una nube en forma de hongo». Las fuerzas invasoras nunca encontraron armas de destrucción masiva (ADM) en Iraq. Encontraron mucho petróleo, sin embargo, del que se apoderaron las corporaciones por centavos de dólar [1]. El mismo motivo -ADM- se utiliza ahora contra Irán. Cuando Zero menciona a islamistas-terroristas en busca de tecnología nuclear, destaca al presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad. Repetidamente.
Halcones belicistas aparecen en Zero como Tony Blair, Ronald Reagan, Zbigniew Brzezinski, James Baker y Pervez Musharraf de Pakistán, así como espías y analistas, incluida Valerie Plame. Miembros actuales o pasados del Grupo Carlyle, de
Algunos de los presentadores de la película promovieron, participaron y / o se beneficiaron con la «Guerra contra el Terror», considerada por los críticos como un eufemismo para las guerras occidentales por los recursos de Oriente Próximo. James Baker, quien sirvió bajo ambos Bush, aparece brevemente. Hasta 2005 representó legalmente al Grupo Carlyle, una empresa de capital privado dominada por ex jefes de Estado que se beneficia enormemente con las guerras en Oriente Próximo. [2]
Joe Cirincione del Consejo de Relaciones Exteriores (y de Ploughshares, un grupo contrario a la proliferación) [3] presenta la mayor parte del mensaje de que Irán es malo:
«Irán es la punta de la laza. Es el gran problema que tenemos que solucionar»
Esto marca un cambio de 180 grados de su posición en 2007, cuando describió a Asia Times:
«‘un grupo de gente dentro del gobierno que ve a Irán como si fuera Alemania nazi’ y que ‘exagera constantemente’ la amenaza de Irán» [4]
Pero no es la única inconsistencia.
Según las informaciones, nueve naciones tienen armamento nuclear: EE.UU., Rusia, el Reino Unido, Francia, China, Israel, India, Pakistán y Corea del Norte. De éstas, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte no son actualmente firmantes del Tratado de no Proliferación Nuclear (TNP) [5]
Mientras deja India e Israel libres de críticas, Zero desprestigia a los miembros nucleares Pakistán y Corea del Norte. Información clave sobre estas dos naciones que se presenta en la cinta está en conflicto con otra información disponible para el público – en algunos casos hace más de una década.
Primero hay que tener en cuenta que la invasión de Irán forma parte de la «Guerra Prolongada» en la cual EE.UU. y sus aliados buscan el control de toda la región para tener acceso a su gas, petróleo y minerales. El propugnador de
Irán es un obstáculo. India no. Tampoco Pakistán o Israel. Brzezinski escribe sobre los Estados centroasiáticos:
«Además son de importancia desde el punto de vista de la seguridad y de las ambiciones históricas para por lo menos tres de sus vecinos más inmediatos y poderosos, es decir Rusia, Turquía e Irán, y China también señala un creciente interés político en la región. Pero los Balcanes euroasiáticos son infinitamente más importantes como un premio económico potencial: una enorme concentración de reservas de gas natural y de petróleo está situada en la región, aparte de importantes minerales, incluido oro» (p. 145, énfasis agregado)
Johannes Koeppl, ex ministro de defensa alemán y funcionario de
Zero ni siquiera es enteramente antinuclear; sólo condena las armas nucleares. La película dedica tiempo, por ejemplo, a las conversaciones de desarme nuclear entre Reagan y Gorbachov sin mencionar lo que llevó a Gorbachov a la mesa: la explosión del reactor nuclear de Chernobyl del 26 de abril de 1986 [8]. El gobierno ucraniano informa de que la explosión liberó 100 veces más radiación que las bombas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki [9]. Pero Zero no lo menciona, ni ningún otro accidente nuclear civil [10]. El objetivo no es prohibir todo uso nuclear, aunque un incidente de energía nuclear (por accidente o sabotaje) es igual de letal.
Y presenta absurdos. Según Zero, Osama bin Laden está vivo y bien, viviendo en Pakistán, lo que también afirmó recientemente la secretaria de Estado Hillary Clinton [11]. No importa que sea probable que un hombre fugitivo, dependiente de la diálisis [12], en terreno escabroso durante nueve años ya habría muerto [13]. Las elites se niegan a renunciar a su coco.
Una mirada más de cerca a las naciones que se niegan a firmar el TNP revela un trato diferente por EE.UU. basado en los acuerdos de inversiones corporativas. Esa diferencia se refleja en Zero. Aunque se aplican sanciones a Corea del Norte porque se niega a llegar a un acuerdo nuclear, EE.UU. intercambia tecnología nuclear con Israel, India y Pakistán, según fuentes que menciono a continuación.
Una mirada a India
Es difícil tomar en serio a las potencias nucleares respecto al desarme, escribe Russ Wellen en Foreign Policy in Focus [14]. India se negó a firmar no sólo el TNP, sino
En Busca de Tecnología de Doble Uso en India [15] el científico de investigación nuclear Matthew Hoey menciona un documento de defensa indio «que demostró un evidente interés dentro de las fuerzas armadas indias por desplegar no sólo un láser (de energía dirigida) basado en el espacio sino también un sistema hipersónico suborbital de lanzamiento con capacidad de ataque global».
Sin embargo, de alguna manera, India escapa al estatus de «Estado delincuente» con las sanciones económicas resultantes. Wellen cita a Hoey, quien informó de que el gobierno de Bush levantó las sanciones de 1998 contra India por sus ensayos nucleares, «y luego aflojó progresivamente las leyes de exportación y comercio contra India». Yendo aún más lejos:
«[En 2008] EE.UU. se dirigió al Grupo de Proveedores Nucleares… a fin de otorgar una cláusula de escape para que India comience el comercio nuclear civil… La implementación de esa cláusula convierte a India en el único país conocido con armas nucleares que no forma parte del Tratado de No Proliferación… pero a pesar de ello puede realizar comercio nuclear con el resto del mundo.» [Énfasis agregado]
¿Por qué entonces se concentra la película en Irán? ¿Por qué no se preocupa de India, con sus «insurgencias» internas que requieren la «Operación Caza Verde» (como la llaman los nativos)? Wellen explica:
«Como escriben Andrew Lichterman y M.V. Ramana en Beyond Arms Control (2010, Critical Will), ‘… el acuerdo nuclear forma parte de un conjunto más amplio de acuerdos [entre EE.UU. e India] que las multinacionales basadas en EE.UU… esperan utilizar… como cuña para abrir más India a la inversión y a las ventas extranjeras.'»
Oh, están en juego los beneficios corporativos. Los presentadores de Zero no condenan a India por negarse a firmar el TNP, probablemente porque India ha abierto sus áreas tribales a las compañías mineras multinacionales [16]. Una vez que esas molestas tribus hayan sido removidas (mediante
Una mirada a Pakistán
El miembro nuclear Pakistán también se negó a firmar el TNP, pero su relación con EE.UU. ha sido caprichosa. En 1979 el presidente Carter suspendió la ayuda después de descubrir una instalación de enriquecimiento nuclear. Después de que los soviéticos invadieron Afganistán durante ese año, la ayuda se reanudó en 1981 bajo el presidente Ronald Reagan. En 1990, el presidente Bush suspendió toda la ayuda después de confirmar que Pakistán había adquirido una bomba nuclear [17].
Congraciado nuevamente, Pakistán acaba de ser informado de que recibirá 7.500 millones de dólares en ayuda de EE.UU. [18]. Desde 2001, Pakistán ha recibido por lo menos 12.000 millones de dólares en ayuda y «reembolsos militares» de EE.UU.
Cuando habló en el Foro Brecht el año pasado [19], Noam Chomsky (que no figura en la película) acusó a EE.UU. de facilitar el desarrollo de armamento nuclear tanto de India como de Pakistán.
«Los arsenales nucleares de Pakistán se desarrollaron con la ayuda crucial de Reagan. Y el programa de armas nucleares de India obtuvo un importante apoyo con el reciente acuerdo nuclear EE.UU.-India.»
El ex experto en los secretos nucleares de Pakistán, Richard Barlow, puede ser la fuente de la acusación de Chomsky. En los años ochenta, Barlow denunció «que altos funcionarios en el gobierno estaban… violando los protocolos de no proliferación estadounidenses e internacionales… para venderle tecnología de ADM prohibida» [20].
Zero no menciona la participación de EE.UU. en la adquisición de capacidad nuclear de Pakistán. Nos cuenta que China dio a Pakistán un diseño para una bomba nuclear, y que el científico nuclear paquistaní Abdul Qadeer Khan suministró el resto. Se nos dice que A.Q. Khan estableció un comercio nuclear «de servicio completo» «a comienzos de los años ochenta.» La agente de
Esto no es simplemente plausible, incluso si Richard Barlow no hubiera sido el experto en secretos nucleares de Pakistán en los años ochenta, como afirma. Alguien en EE.UU. estaba observando a Khan en los años ochenta o Bush no hubiera sido inspirado a suspender la ayuda a Pakistán en 1990.
Otra discrepancia entre estas dos fuentes: Zero informa de que Pakistán se sumó al club nuclear en 1990, mientras que Barlow afirma que fue en 1984, dos años después de que Reagan reanudó la ayuda a ese país. A pesar de todo, la ayuda no se cortó hasta que Pakistán adquirió la bomba.
Una mirada a Israel
Zero tampoco condena a Israel por su programa nuclear, a pesar de su negativa a firmar el TNP. La cinta afirma que Israel tiene 80 armas nucleares, lo que contradicen revelaciones hechas por el técnico nuclear Mordechai Vanunu en 1986 [21]. Un físico nuclear independiente examinó a Vanunu y sus documentos e informó de que, en 1986, Israel tenía suficiente material para 150 bombas nucleares [22].
Vale la pena mencionar que Obama expandió el comercio nuclear con Israel el mes pasado [23].
Otro absurdo que afirma Valerie Plame en Zero es que «Hamás es una organización terrorista». Pero, ¿desde cuándo es un acto de terrorismo la defensa de su patria contra una invasión? Considerad este mapa de tierras palestinas de las que se apoderó Israel durante los últimos 60 años: