La XIV cumbre del Movimiento de Países No Alineados (NOAL) podría ser la primera cita de relevancia internacional que se realice en La Habana sin la participación activa del mandatario Fidel Castro, defensor de ese bloque de naciones en desarrollo que presidió un cuarto de siglo atrás. El gobernante cubano fue sometido a una delicada […]
La XIV cumbre del Movimiento de Países No Alineados (NOAL) podría ser la primera cita de relevancia internacional que se realice en La Habana sin la participación activa del mandatario Fidel Castro, defensor de ese bloque de naciones en desarrollo que presidió un cuarto de siglo atrás.
El gobernante cubano fue sometido a una delicada operación abdominal que lo obligó a «varias semanas de reposo» y a posponer hasta el 2 de diciembre los festejos previstos por personalidades internacionales para el domingo 13 de agosto por su cumpleaños 80, según su propio anuncio, el 31 de julio.
La cumbre del NOAL «deberá recibir la mayor atención del Estado y la Nación cubana para celebrarse con el máximo de brillantez en la fecha acordada», dijo Castro en el comunicado que dio a conocer que delegaba provisionalmente sus cargos en su hermano Raúl, de 75 años, primer vicepresidente del Consejo de Estado.
Los no alineados, ahora 116 países de África, Asia, América Latina y el Caribe, tienen previsto reunirse en La Habana del 11 al 16 de septiembre, en un contexto internacional diametralmente diferente al de 25 años atrás, en ocasión de la VI Cumbre también realizada en la capital cubana.
«Como todas las agrupaciones y organizaciones internacionales, el NOAL no es más que un reflejo del mundo real, que lógicamente es bien diferente al de 1979», cuando Cuba fue sede, dijo en entrevista con IPS el vicecanciller cubano Abelardo Moreno.
El viceministro recordó que «aquella fue una época de un mundo bipolar, cuando al menos había dos fuerzas que se compensaban mutuamente», en referencia a la Guerra Fría entre el bloque comunista encabezado por la Unión Soviética y el mundo occidental, liderado por Estados Unidos y Europa.
En ese contexto, los No Alineados buscaron marcar una «tercera posición».
La disolución de la Unión Soviética en 1991 y la desaparición del campo socialista marcaron el fin de esa era. «Ahora estamos en un mundo unipolar, en el cual impera el uso de la fuerza, el irrespeto a la soberanía y al derecho de los estados a su independencia», afirmó Moreno.
En su opinión, uno de los retos del NOAL es trabajar con sus «características y posiciones de hoy» en ese contexto internacional diferente, y convertirse en «una agrupación vital, de peso, que realmente tenga la influencia que le corresponde».
Los No Alineados constituyen actualmente casi las dos terceras partes de los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), lo que juicio del viceministro Moreno constituye una fuerza con un potencial real. «La ONU es uno de los foros de actuación fundamental de los NOAL y debe seguir siéndolo», acotó.
Por regiones, integran el NOAL 53 naciones de África, 38 de Asia, 24 de América Latina y el Caribe y una de Europa (Belarús). «En términos globales, nuestra impresión hasta ahora es que en la cumbre participarán al menos 50 jefes de Estado o de gobierno», indicó.
Algunos creen que una de las debilidades del Movimiento es la diversidad de culturas, creencias y posturas filosóficas de sus miembros. «Es cierto que hay países con características diversas, pero en definitiva son más los problemas comunes de los países del Tercer Mundo que las diferencias», consideró Moreno.
Sin embargo, admitió que uno de los mayores desafíos que el Movimiento tiene ante sí durante los próximos tres años es tratar «de hacer a un lado características e intereses nacionales» y trabajar con «un espíritu de solidaridad, de unidad y cohesión» en beneficio de todos.
«Me pregunto si una postura común del Movimiento respecto del problema de la deuda externa no sería beneficiosa para aquellos países de América Latina que consideran que el endeudamiento es uno de los grandes obstáculos para su desarrollo», comentó.
El NOAL, creado en 1961 –plena Guerra Fría–, tuvo una etapa de florecimiento desde la cumbre de Argelia, en 1973, hasta la de Belgrado, en 1989, para caer en el declive en años posteriores.
«Vale la pena trabajar en forma denodada para que este Movimiento no se nos vaya de las manos, porque es el mecanismo político que tenemos los países del Tercer Mundo. No podemos ni debemos abandonarlo», afirmó Moreno.
El Movimiento debe tener sus propias iniciativas y mecanismos de cooperación, porque uno de los grandes problemas del pasado es su poca acción propia. «Creemos que el Movimiento tiene que ser en el futuro más proactivo que reactivo, que sea rico en iniciativas, ideas y proyectos», remató.
En ese sentido, Cuba, que asumirá por tres años la presidencia de los NOAL a partir de la XIV Cumbre, tiene propuestas concretas de colaboración en la lucha contra el analfabetismo, la formación de recursos humanos en el sector de la salud y el uso eficiente de las fuentes de energía.
La iniciativa incluye la creación dentro del NOAL de un órgano de colaboración que transforme las ideas en proyectos concretos y busque los recursos y la forma de llevarlos adelante. «Queremos que sea un esfuerzo conjunto de aquellos países que tienen mayor capacidad, a favor de otros que tienen dificultades», indicó el vicecanciller.
Moreno aseguró que el papel fundamental de los No Alineados es trabajar para rechazar todo aquello que vaya en contra de los intereses del Tercer Mundo, propiciar el desarrollo, promover la independencia, la soberanía, la igualdad. «Esa es su misión, su trabajo. Para eso existe y debe seguir existiendo», afirmó.