Cuando el esposo de la india Sujatha supo que estaba embarazada apenas cinco meses después de casarse, consideró que era «mal momento» para recibir a un bebé. Para empeorar su ansiedad, un análisis determinó que estaba esperando una niña. Sujatha, maestra en una escuela pública, y su esposo, ingeniero civil (ambos pidieron no dar a […]
Cuando el esposo de la india Sujatha supo que estaba embarazada apenas cinco meses después de casarse, consideró que era «mal momento» para recibir a un bebé. Para empeorar su ansiedad, un análisis determinó que estaba esperando una niña.
Sujatha, maestra en una escuela pública, y su esposo, ingeniero civil (ambos pidieron no dar a conocer sus nombres completos) proceden de familias adineradas y educadas de Thiruvananthapuram, capital del sureño estado indio de Kerala.
Pero se atrevieron a violar la ley y buscaron en el Hospital Sree Avittam Thirunal algún médico que les practicara un aborto. Les agendaron uno para un mes después.
La ley prohibe a las parejas indias seleccionar el sexo de sus fetos, así como discriminar a los que resulten ser niñas. Los abortos son legales solamente por ciertos motivos, por ejemplo cuando, en caso de enfermedad de la madre, un embarazo puede poner en riesgo su vida, o cuando se descubre que el bebé posee una discapacidad severa.
Pero incluso con estas leyes en vigor, parejas educadas de contextos urbanos, como Sujatha y su esposo, optan por abortos selectivos en base al sexo, lo que causa una reducción de la población femenina.
Los análisis de determinación del sexo se han intensificado en todo el país, pese a los esfuerzos por fortalecer la Ley de Técnicas de Diagnóstico Prenatal y de Preconcepción, que está en contra del mal uso de esos estudios que deriva en la selección del sexo por parte de los padres.
El ministro de Salud, Ghulam Nabi Azad, dijo a los periodistas en Nueva Delhi que el consejo central encargado de controlar el cumplimiento de esa ley se reconstituyó para prevenir la generalización de los análisis de determinación del sexo.
Azad señaló que el Consejo Médico de India (MCI, por sus siglas en inglés) «debería garantizar con urgencia que se implementen rápidamente pautas para la acreditación de la capacitación y la experiencia» en este sentido.
El gobierno pidió al MCI que implemente un severo sistema de acreditación para los institutos que brindan formación sobre el uso de los ecógrafos, además de considerar la cantidad cada vez mayor de instituciones fraudulentas que usan certificados falsos.
Los departamentos de salud de los diferentes estados también empezaron a tomar medidas contra centros ilegales de realización de ecografías y clínicas maternales fraudulentas.
El parlamento aprobó en 1994 la Ley de Técnicas de Diagnóstico Prenatal y de Preconcepción y la enmendó en 2003. Fuentes del departamento central de salud dijeron que desde entonces y hasta marzo de este año se presentaron 805 demandas contra médicos por violar la ley, lo que derivó en 55 condenas.
«La psique sociocultural india prefiere un hijo a una hija. Esta creencia es muy fuerte en el noroccidente de India, lo que incluye a Haryana y a Delhi, donde los análisis (que luego permiten la) selección del sexo son muy comunes», dijo a IPS el médico V. Raman Kutty, activista sanitario y profesor en el Centro Achutha Menon para los Estudios sobre la Ciencia de la Salud en Thiruvananthapuram.
«Los avances en la ciencia médica ayudaron a la popularidad de estos análisis. Las grandes ciudades son los principales centros para la realización de estas pruebas, dado que allí hay laboratorios sofisticados. Sin embargo, la amniocentesis y el ultrasonido están disponibles incluso en las clínicas de pequeños pueblos y ciudades», señaló.
Una investigación liderada por Prabhat Jha, de la canadiense Universidad de Toronto, publicada en la revista médica británica The Lancet, estima que en las últimas tres décadas se practicaron 12 millones de abortos selectivos de niñas en India.
Los abortos selectivos en base al sexo fueron inusuales en India durante la primera mitad del siglo XX, pero la disponibilidad de los ecógrafos facilitó el procedimiento, lo que hizo aumentar la frecuencia de esos estudios.
La existente ley de aborto tiene muchos vacíos que impiden que los infractores sean sometidos a una acción penal, sostienen algunos expertos.
«En el sistema actual, médico y paciente pueden hacer(se) abortos por motivos equivocados. Una investigación realizada en Mumbai reveló que ninguno de los dos tiene en cuenta las advertencias legales y (se) practica abortos en etapas avanzadas del embarazo, tras descubrir que el feto es femenino», dijo a IPS Sunny Sebastian, especialista en salud residente en esa ciudad.
La selección en base al sexo tiene consecuencias sobre la población. El Censo 2011 detectó un declive en la cantidad de niñas de entre cero y seis años. En 1981 había 971 niñas por cada 1.000 varones, mientras que este año la cantidad de las primeras se redujo a 914.
Los datos revelaron que esa relación cayó en 431 distritos, pero mejoró en otros 149.
Al citar las conclusiones del nuevo censo, Azad dijo que había 7,1 millones menos de niñas que de niños. «En 2001, esta brecha fue de seis millones. Esto significa que entre 3,1 millones y seis millones de niñas fueron abortadas en la última década», explicó.
Los activistas sostienen que impedir los feticidios de niñas es un serio desafío para la sociedad india, y que el factor económico juega un rol clave en el cambio de la proporción niños-niñas.
El bienestar financiero de una familia determina si ésta decidirá tener o no una niña, dijo a IPS la activista social y conferencista Durga Lakshmi, del Instituto Metca de Formación de Maestros en Varkala, Kerala.
«Mediante el empoderamiento, el fortalecimiento de los derechos, el activismo contra las malas prácticas y una estricta implementación de la ley, la sociedad puede eliminar la selección según el sexo y el aborto de niñas. Los problemas económicos son la base para que familias más pequeñas prefieran tener varones. En las familias pobres se cree que las hijas son una carga económica», señaló.