Desde 1991, año en que inicia una etapa de liberalización de su economía, India se perfila como una potencia económica mundial en constante ascenso que apunta a reemplazar en los próximos años a su principal competidor: China. Sin embargo, ese crecimiento sostenido tiene se ve amenazado -desde 1997- por una serie de conflictos que cuestionan […]
Desde 1991, año en que inicia una etapa de liberalización de su economía, India se perfila como una potencia económica mundial en constante ascenso que apunta a reemplazar en los próximos años a su principal competidor: China. Sin embargo, ese crecimiento sostenido tiene se ve amenazado -desde 1997- por una serie de conflictos que cuestionan las políticas económicas adoptadas por el gobierno nacional. En una entrevista realizada por el licenciado Leonardo Macciocchi, la Dra. Gupta analiza y reflexiona sobre los delicados problemas que afectan a distintas regiones del subcontinente indio, los cuales constituyen el denominador común en Latinoamérica.
Es sumamente difícil entender el proceso de cambio puesto en marcha en un país como India con una inmensa diversidad religiosa-cultural-lingüística que, tal como señala la Dra. Gupta, «impide pensar una sola India: hay varias Indias». Actualmente son reconocidas más de 20 lenguas, y millares de dialectos, en una país con 1240 millones de habitantes, y una pobreza que golpea al 60% de la población. Paradójicamente ha conseguido una altísima tasa de crecimiento (casi un 7% anual). Un proceso ejecutado de manera gradual, con una industrialización diferenciada por sectores. «En los años 90 abrimos la economía. Era una economía bastante protegida, y entonces se hicieron ajustes estructurales pero no abriendo la economía arbitrariamente. Hubo control del estado hasta cierto punto, y eso ha permitido una apertura controlada, y no indiscriminada. Los sectores que funcionaban bien no fueron abiertos, pero ahora hay un gran debate. No sé como va a poder sostenerlo en el tiempo», se cuestiona la profesora Gupta.
Seguridad alimentaria y crisis agraria
Uno de los principales pilares de la economía india tiene que ver con la creación de las zonas especiales (SEZ), por medio de las cuales el estado compra aquellas tierras que pertenecían a campesinos tradicionales, para atraer inversiones extranjeras en materia de minería, industria automotriz, industria de alimentos. La seguridad alimentaria constituye un muy delicado y preocupante problema para India. «Es una bomba, porque si antes la India era un país autosuficiente en la producción de granos, ahora es un país que esta importando comida. Esto es algo my grave para un país que tiene mucha pobreza, y mucha población. Darle de comer a esa población va a ser un reto», advierte Gupta. La situación de pobreza y desesperación de los campesinos es alarmante. Desde 1997 a 2006 más de 166.300 agricultores se quitaron la vida, según datos del Instituto de Estudios sobre Desarrollo de Madras. Para Gupta esto es el resultado de un paulatino proceso de empobrecimiento de los campesinos. «Mucha gente que cultivaba la tierra ha tenido que abandonar sus hogares, su pueblo. Ahora hay mucha protesta de los tribales, de los campesinos, ya que el precio del abono y de las semillas ha aumentado considerablemente», y agrega que «están completamente a merced de las multinacionales como Monsanto». Esto llevo a que mucha gente solicitara préstamos de los bancos nacionales rurales. «Uno de ellos les otorga un préstamo tomando la tierra como hipoteca, y si no pueden pagar pierden sus tierras. Y muchos campesinos se han suicidado porque perdieron sus tierras, por endeudarse con el banco rural. Con tantos suicidios el gobierno dijo que en este año no tenían que pagar la deuda. Pero es una medida a corto tiempo. Entonces el gobierno no esta solucionando la raíz del problema», apunta la profesora. Al mismo tiempo se lamenta y se cuestiona «¿cuál es el precio que hemos pagado para que unos pocos hayan crecido?».
Un conflicto interminable
Otro de los desafíos que debe afrontar, según Gupta, es el problema del terrorismo en Kachemira, en donde el gobierno invierte ingentes cantidades de dinero sin poder resolver la interminable disputa con su vecino musulmán, la república de Pakistán. Una región cuyo control se vuelve crucial por parte de los dos países, ya que está atravesada por la cuenca del Río Hindo, fuente principal de agua para el funcionamiento de las economías india y paquistaní de base predominantemente agrícola.
Leonardo Macciocchi es Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), analista internacional.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.