Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Hace poco tiempo, compré un libro que me llenó de tristeza y preocupación. A ese libro se le podría aplicar el viejo cliché de «una foto es más elocuente que mil palabras». Muchas de las fotos que contiene son de niños, de huérfanos que han ido envejeciendo al no poder satisfacer ni las más mínimas necesidades diarias. Son niños muy bellos, de conmovedores ojos oscuros. En toda nuestra vida, la mayoría de nosotros nunca experimentaremos la muerte y destrucción que, todos y cada uno de sus días, rodean sus vulnerables existencias.
Es un libro que todos los estadounidenses deberíamos leer: «Afganistán tras la llegada de la Democracia». Refleja, a través de las fotos, las terroríficas consecuencias de la invasión de Afganistán por Estados Unidos.
El autor del libro, el Dr. Muhammad Daud Miraki, salió en 1982 de Afganistán, su patria, con lo que quedaba de su familia. Más de una docena de sus familiares habían perecido durante los ataques de las tropas rusas que acabaron causando más de un millón y medio de muertes de civiles afganos. Los rusos se retiraron en 1989 y, doce años después, EEUU les invadió.
Los beneficiarios de la inmoral e ilegal invasión de Afganistán, que empezó el 7 de octubre de 2001, fueron los amigos de la administración estadounidense, las corporaciones multinacionales y el petróleo. La industria armamentística se constituyó en la receptora inicial del dinero ensangrentado. Según un nuevo estudio del Centro por la Integridad Pública, después de haber destruido toda la infraestructura del país, «más de 70 compañías estadounidenses y particulares llegaron a conseguir, en los últimos dos años, contratos por un valor de hasta 8.000 millones de dólares para emprender trabajos en la post-guerra de Irán y Afganistán. El Centro ha averiguado que esas compañías donaron más dinero a las campañas presidenciales de George W. Bush -algo más de 500.000 dólares- que a ningún otro político en las últimas docenas de años». (30 de octubre de 2003) [1]
» Kellog, Brown & Root, empresa subsidiaria de Halliburton -de la cual fue director general el vicepresidente Dick Cheney antes de ser elegido compañero de gobierno en agosto de 2000- fue la máxima receptora de los contratos federales destinados a los dos países, con más de 2.300 millones de dólares adjudicados a la compañía. Bechtel Group, un importante contratista del gobierno, con similares lazos en altos niveles, fue la segunda, con unos 1.030 millones de dólares.» [2]
» En ambos países (Afganistán e Iraq) se utilizaron extensamente armas con uranio empobrecido como vía de exterminio de las generaciones presentes y futuras, un genocidio que también se perpetró contra la tierra. Sólo se aseguraron los oleoductos, los pozos y plataformas petrolíferos y los contratos de las corporaciones, pero se destruyeron los medios de vida y las economía de ambas naciones. La guerra emprendida en Afganistán fue una escandalosa guerra de agresión.» [3]
Durante el Tribunal Criminal Internacional (cuyas sesiones son de lectura imprescindible) se estuvo enjuiciando el uso criminal por parte de Bush de armas de exterminio genocida con uranio empobrecido en Afganistán. «El Profesor Albrecht Scott, científico, del Centro Mundial de Uranio Empobrecido de Berlín, en una conferencia titulada ‘Consecuencias del Uso Militar y Civil del Uranio Empobrecido’, en el simposio público sobre ‘La Política Estadounidense y sus Consecuencias’, describió el Uranio Empobrecido como un ‘Arma Contra el Planeta’. Acusación E-130; esto lleva lógicamente a la palabra «Omnicidio» utilizada por el testigo Leuren Moret, entre otros científicos, para describir el efecto de este sistema de armamento; que va más allá del ‘silencio genocida’ impuesto sobre los pueblos afgano e iraquí.» [4]
También se presentó ante el Tribunal: «Los documentados informes de Marc Herold y Dai Williams, documentos de acusación Ex.E-118 y E-119; Documento de Acusación E-120; los informes del Dr. Muhammad Daud Miraki, del Afgani Recovery Fund… Documentos del Juicio Ex.-137 y E-138, entre otros. Refieren con detalle el extenso uso y efectos de las armas de uranio empobrecido sobre el pueblo de Afganistán, que causan una muerte lenta y dolorosa, calificada como el ‘genocidio silencioso’ que afectará hasta a los no nacidos, al alterar irreversiblemente el código genético de todos los que han estado expuestos a su radiación.» [5]
George Bush alertó a la India, Pakistán e Irán de su intención de atacar a los talibanes y a Bridas (compañía argentina) antes del 9-11, pero no informó de nada a los ciudadanos estadounidenses. Esa información apareció publicada el 26 de junio de 2001 en periódicos de la India [6]. El monopolio del petróleo por parte de UNOCAL llevó a la administración estadounidense a cometer los atroces «crímenes de guerra perpetrados contra los civiles, mediante bombardeos indiscriminados sobre la población, y contra la infraestructura civil existente; sobre combatientes y no combatientes.» Los talibanes no habían hecho nunca una propuesta negativa a los EEUU. Son fundamentalistas y están en contra de actividades anti-islámicas como el cultivo de adormidera y la producción de opio. Hasta ahora, Bush y sus criminales cómplices consideran la carnicería resultante como «daños colaterales» en su mítica «guerra justa» contra el terrorismo [7]. El cultivo de adormidera y la producción resultante de opio no han hecho sino incrementarse desde que invadimos Afganistán.
EEUU, con amplios apoyos militares, y UNOCAL, la compañía de gas y petróleo con sede en California, respaldaron la instalación de los talibanes en el Afganistán de 1996. UNOCAL, buscando controlar el monopolio, empezó a negociar su proyecto para un oleoducto que se desenvolvería, desde las repúblicas ricas en gas y petróleo del Asia Central de la extinta Unión Soviética, a través de Afganistán y Pakistán hasta el Océano Indico [8]. El gobierno estadounidense quiere dominar el Asia Central para reducir la dependencia de los recursos del Golfo Arabo-Pérsico, que no puede controlar [9]. Sin embargo, los talibanes no dominaban la totalidad de Afganistán. Las regiones norteñas estaban aún bajo control de la Alianza del Norte, que estaban negociando con BRIDAS. UNOCAL y BRIDAS han mantenido una historia competitiva en Afganistán durante las administraciones republicanas y demócratas. La guerra de agresión contra Afganistán se llevó a cabo para conseguir un cambio de régimen que beneficiara el proyecto del oleoducto de UNOCAL [10].
» El 1 de diciembre de 2001, el Presidente Hamid Karzai, residente en EEUU durante varios años, donde disponía de la tarjeta verde, era el anterior representante oficial de UNOCAL ante la anterior milicia taliban, gobernante de hecho en Kabul, y fue investido jefe del gobierno interino (llamado oficialmente Gobierno Transitorio de Afganistán). En estos momentos, UNOCAL controla ya directamente el gobierno de Afganistán.» [11] El proyecto del oleoducto seguirá prosperando. Junto a Karzai, Bush nombró también a otro consultivo de UNOCAL y anterior defensor de los talibanes, Zalmay Khalilzad, que era Asistente Especial para Seguridad Nacional, Enviado Especial suyo en Afganistán [12]. Cuando se le nombró, no se hizo mención alguna a su anterior asociación con UNOCAL.
Hay algo más digno de resaltar: «Condoleeza Rice trabajó con asesora de la compañía petrolífera en Asia Central. Después de servir en la primera administración Bush, de 1989 a 1992, Rice fue situada en la junta de directores de la Chevron Corporation y trabajó como principal experta en Kazajstán, donde Chevron mantiene la mayor de las concesiones de cualquier compañía internacional petrolífera.» [13] Chevron y UNOCAL se fusionaron en 2005.
El país sigue ocupado por el ejército estadounidense, no en aras a mantener la paz, sino para proteger al personal que construye el oleoducto. La guerra no tuvo nada que ver con el derecho al voto de la mujer, con desterrar sus burkas o extender la democracia. El burka es una parte aceptable de su rica cultura. «La cuestión es la supervivencia, no la superficialidad de usar o no cosméticos, como reflejaron los medios de EEUU al jalear la campaña de propaganda de la administración Bush.» [14] En 2001, la CNN aireó su aclamado documental televisivo «Bajo el Velo», que se refería a las «opresivas condiciones» que las mujeres supuestamente soportaban en el Afganistán del gobierno de los talibanes. Era obviamente una película de propaganda para el oleoducto [15].
Los ciudadanos afganos sobreviven apenas en condiciones deplorables y espantosas, a pesar de todas las proclamaciones de reconstrucción y ayuda humanitaria. La guerra ha destrozado toda la infraestructura del país. Las calles del centro de Kabul, no obstante los esfuerzos que se despliegan en su limpieza, están cubiertas de basura. «Debido a la carencia de un sistema de alcantarillado, el agua de lluvia inunda las calles. Cuando los basureros remueven la porquería de los canales de agua contaminados con las aguas residuales, acaban dejando la porquería y la basura para que se seque en la parte de los canales de agua.» [16]. Debido a esta situación, los problemas pulmonares han aumentado. Los estadounidenses no necesitan preguntar por qué los ciudadanos de Afganistán están furiosos con nuestra «¡maldita democracia!».
Del libro «Afganistán After Democracy», entre otros indicadores que caracterizan la situación en el país, se pueden destacan los siguientes:
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Después de cinco años, la población afgana sigue devastada por una pobreza sin paliativos.
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Uno de cada cuatro niños nacidos en Afganistán no tiene expectativas de vida por encima de los cinco años.
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Los niños vagan durante horas por las calles mendigando unas monedas para poder comprar algo de pan.
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Alrededor del 50% de la población no tiene expectativas de vida por encima de los 40 años.
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Afganistán tiene las expectativas de vida más bajas del mundo.
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La expectativa de vida para las mujeres es de 44 años.
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Más del 70% de la población padece desnutrición crónica.
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Menos de un cuarto de la población tiene acceso a agua potable.
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Sólo el 10% cuenta con suministro eléctrico.
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Debido a las complicaciones durante el parto, mueren a diario entre 50 y 70 madres.
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Según el Informe sobre la Salud Mundial de 2006, hay un médico por cada 7.066 afganos.
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Hay un soldado por cada 742 afganos.
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De cada dólar de la ayuda estadounidense, 86 céntimos es ayuda fantasma.
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Abunda la corrupción en las altas instancias, los funcionarios pueden comprarse.
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El crimen se ha acelerado en tres áreas: 1) drogas, crece el cultivo de adormidera; 2) secuestros para pedir chantaje, para tráfico de órganos; y 3) prostitución.
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Bajo el gobierno de los talibanes, el crecimiento de adormidera se había erradicado en el 96% del país.
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Asesinato y violación de afganas por los soldados, al igual que ocurre en Iraq.
El 6 de noviembre de 2001, George G. Bush pronunció las siguientes frases sobre Osama Bin Laden: «El hombre al que nos enfrentamos es un hombre diabólico. Y desde hace tiempo está empeñado en desarrollar armas diabólicas para intentar aniquilar nuestra civilización. Y esa es la razón por la que nuestra coalición -por eso es por lo que me esfuerzo- debe mantenerse unida. Y por eso es por lo que vamos a llevar a cabo una presión militar implacable sobre él en Afganistán. Y por eso es por lo que debemos imponernos. Y por eso es por lo que debemos ganar». [17]
Es el colmo de la hipocresía: atribuir a los demás las propias características de uno. EEUU es el mayor consumidor de uranio empobrecido para armamento, una amenaza inmensa para todo el planeta. EEUU es también el mayor vendedor y exportador de tecnología armamentista a base de uranio empobrecido. Al ejército estadounidense, carne de cañón, no se le informa sobre los riesgos de resultar contaminado con uranio empobrecido, eso no forma parte de su patriotero lavado de cerebro.
La muestra de piedad religiosa del pueblo de EEUU contradice una participación encubierta en actuaciones pecaminosas. Una mayoría de estadounidenses declara ser cristianos al manifestarse en contra del aborto, mientras aumentan la pornografía, el adulterio, el abuso de los niños, la pedofilia, las violaciones, el robo, el hurto en las tiendas, la malversación y la traición política. En efecto, mantenidos a flote por el nacionalismo y la bravuconería militarista imbuidos por la desinformación de los medios sobre el «eje del mal», tenemos el descaro absoluto de pretender limpiar el resto del mundo de supuestos pecados.
La guerra y las matanzas no son algo nuevo; miren al pasado siglo: «Ese siglo (1900-2000) fue el más sangriento de toda la historia de la humanidad. Más de 170 millones de personas fueron asesinadas por los gobiernos, diez millones durante la Primera Guerra Mundial y cincuenta durante la Segunda; es significativo que casi el 70% de los muertos fueran civiles inocentes, sobre todo como consecuencia de los bombardeos llevados a cabo por Gran Bretaña y EEUU.» [18] El objeto de la guerra es la muerte.
Según Marion Falk, del Proyecto Manhattan: «El objetivo de las armas utilizadas por los ejércitos no es sólo que hieran y maten a los soldados enemigos, sino que el propósito es matar, mutilar y hacer enfermar a la población civil porque así se reduce la productividad de un país y rápidamente una gran parte de sus recursos tienen que ser utilizados para atender a un pueblo enfermo.» [19] El uranio empobrecido es un arma biológica muy, muy efectiva. Ese es el principal motivo de que se utilice. ¡No porque sea barato!
Sin la creación artificial de odio, el dinero de Wall Street, y el incendio del Reichstag, el nazismo habría muerto en las cervecerías de Berlín. Sin ese odio artificial, el nacionalismo obligatorio y la mentalidad de «no hay razón como la del bastón», la gente corriente no bombardearía hogares de forma arbitraria, ni se implicaría en la tortura [*] o en cualquier otro tipo de conducta execrable ejecutada contra seres vulnerables desconocidos. La propaganda deshumaniza al supuesto enemigo, insensibiliza a los estadounidenses y les da licencia para la brutal salvajada de nuestras guerras de agresión en nombre de «la lucha por la libertad»: el epítome del doble rasero.
Si Lockheed Martin, Raytheon, Northrop Grumman y Boeing, los productores de armas de gran calibre, promocionaran abiertamente sus guerras de saqueo y beneficio con caras campañas publicitarias en lugar de dejar éstas en manos de sus cómplices en el gobierno, nadie se enrolaría. Y, ¿qué es lo que Raytheon ensalzaría? ¿Su Bunker Búster, modelo GBU-28, capaz de solucionar el problema de almacenamiento nuclear de EEUU y de absorber todo el oxígeno existente fuera de sus habitadas instalaciones subterráneas? La movilización para la guerra sería inverosímil sin la propaganda. Teniendo en cuenta los resultados, el 11-S supuso un gran éxito de reclutamiento. Llevó un tiempo y millones de dólares de los contribuyentes asociar el 11-S con Iraq.
Empezando desde el 10 de octubre de 2001, EEUU arrojó indiscriminadamente «los mortíferos CBU-87 de 1.000 libras de peso (unos 500 kilos) y las bombas de fragmentación CBU-103 resistentes al viento sobre ‘objetivos ligeros’ (vehículos y personas) en Afganistán». En once semanas, habíamos arrojado 1.210 bombas de fragmentación «cada una conteniendo 202 bombas pequeñas BLU-97». Estas bombas cuestan 60 dólares cada una y están diseñadas para causar el máximo daño posible. EEUU arrojó esas bombas en 103 ciudades de Afganistán, pero es posible que en realidad fuera sobre 128. Las bombas que no explotan se convierten en minas terrestres que pueden detonar años después. Teniendo en cuenta la tasa de fallos de detonación, se estima que «48.884 bombas del tamaño de una lata de soda, de color amarillo, con sub-munición mortífera, cubren ahora pueblos, senderos y campos de Afganistán.» [20]
Cuando la mortífera bomba de fragmentación explota (fabricada en sus orígenes, en 1983, por Aerojet General), «el acero se desintegra hasta formar cientos de fragmentos de acero que se mueven a la velocidad de una bala de rifle. Pueden matar o herir a las personas que estén a una distancia de 100 metros desde el punto de detonación.» [21]
El ejército estadounidense también bombardeó supuestas líneas del frente talibán con bombas de unos 7.000 kilos de peso llamadas «cuchillas de margarita», que se cree son las bombas más grandes del mundo. «Crean una mezcla de nitrato de amonio y aluminio, que se enciende con una explosión que incinera todo lo que hay alrededor hasta una distancia de 600 yardas (unos 550 metros), informó el servicio de noticias.» [22] Entre el 7 de octubre y el 10 de diciembre de 2001, al menos 3.767 civiles afganos murieron por las bombas estadounidenses: una media de 62 muertos inocentes por día. Pero Osama bin Laden escapó. «En esa cifra no están incluidas las muertes de militares (que algunos analistas estimaron en más de 10.000, sobre la base de experiencias anteriores de bombardeos por saturación), ni los prisioneros que fueron ejecutados en Mazar-i-Sharif, Qala-i-Janghi, el aeropuerto de Kandahar y algunos lugares más.» [23]
Después de una programación adecuada, aquéllos que en otra situación serían considerados como individuos normales, están capacitados mentalmente y están preparados para vengar y destruir. ¿Fue Ossama bin Laden, el activo de la inteligencia estadounidense durante tantos años, el supuesto culpable de los daños colaterales -como fueron considerados los pobres afganos-? «Bin Laden rompió oficialmente con EEUU en 1991, cuando las tropas empezaron a llegar a Arabia Saudí durante la Operación Tormenta del Desierto. Bin Laden sintió que eso suponía una violación de la responsabilidad del régimen saudí de proteger de los infieles los Lugares Santos Islámicos de La Meca y Medina.» [24]
Stephen Hawkin, reputado profesor y teórico físico, dijo: «El mayor enemigo del conocimiento no es la ignorancia; es la ilusión de creer que se sabe algo». [25]
Todas las fotos son cortesía del Dr. Muhammad Daud Miraki y forman parte de su libro «Afghanistan After Democracy».
NOTAS:
[1] U.S. Contractors Reap the Windfalls of Post-War Reconstruction (Los contratistas estadounidenses se llevan los beneficios de la reconstrucción tras la Guerra). [2] Ibid [3] International Criminal Tribunal For Afghanistan at Tokyo (Tribunal Penal Internacional para Afganistán, celebrado en Tokio) [4] Ibid [5] Ibid [6] India in anti-Taliban military plan (Papel de la India en el Plan military anti-taliban) [7] International Criminal Tribunal For Afghanistan at Tokyo (Tribunal Penal Internacional para Afganistán, celebrado en Tokio) [8] Unocal Statements on Trans-Afghan Pipeline (Declaraciones de Unocal sobre el oleoducto trans-afgano). [9] The Enron-Cheney-Taliban Connection (La conexión Enron-Cheney-Talibanes), por Ron Callari, Albion Monitor. Publicado el 28 de febrero de 2002. [10] International Criminal Tribunal For Afghanistan at Tokyo (Tribunal Penal Internacional para Afganistán, celebrado Tokio) [11] Ibid [12] A Creeping Collapse in Credibility at the White House (Un aterrador colapso de la credibilidad de la Casa Blanca) [13] Unocal Oil Company adviser named US envoy to Afghanistan (El asesor de la compañía petrolífera Unocal es nombrado Enviado de EEUU en Afganistán) [14] «Afghanistan After Democracy» («Afganistán tras la llegada de la Democracia»), de Muhammad Daud Miraki, MA, MA, Dr., pág. 78 [15] Is an Oil Pipeline Behind the War in Afghanistan? (¿Hay un oleoducto detrás de la Guerra de Afganistán?) [16] «Afghanistan After Democracy» («Afganistán tras la llegada de la Democracia»), de Muhammad Daud Miraki, MA, MA, Dr., pág. 74. [17] President Welcomes President Chirac to White House (El Presidente da la bienvenida a la Casa Blanca al Presidente Chirac) [18] A Century of War (Un Siglo de Guerras) [19] The Crucified Boy (El Niño Crucificado) [20] Above the Law and Below Morality: Data on 11 Weeks of U.S. Cluster-Bombing of Afghanistan (Por encima de la Ley y por debajo de la Moralidad: Datos de las once semanas de bombardeos estadounidenses de fragmentación en Afganistán) [21] Ibid [22] ‘You are either with us or against us’ (‘O estáis con nosotros o estáis contra nosotros’) [23] The innocent dead in a coward’s war (Los muertos inocentes de una guerra cobarde) [24] Afghanistan, the Taliban and the Bush Oil Team (Afganistán, los Talibanes y la comparsa petrolífera de Bush), por Wayne Madsen [25] Truth, Honesty and Lies Quotes (Verdad, Honestidad y Citas sobre Mentiras)
[*] George Orwell, 1984: «El objeto de la tortura no es otro que la tortura».
Texto original en inglés:
http://www.thepeoplesvoice.org/cgi-bin/blogs/voices.php/2006/11/29/p12533#more12533
Sinfo Fernández forma parte del colectivo de Rebelión.