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Foro Social Mundial (México) 2008: Declaración del Zócalo

Dignidad, Unidad y Soberanía Popular

Fuentes: Rebelión

Bajo el lema ‘Otro mundo es posible’, los movimientos y las redes sociales reunidos en el Zócalo de la ciudad de México, del 22 al 26 de enero del 2008, con respeto a la pluralidad y a las diferencias desarrollamos un diálogo público sobre los problemas nacionales e internacionales que más nos afectan, al igual […]

Bajo el lema ‘Otro mundo es posible’, los movimientos y las redes sociales reunidos en el Zócalo de la ciudad de México, del 22 al 26 de enero del 2008, con respeto a la pluralidad y a las diferencias desarrollamos un diálogo público sobre los problemas nacionales e internacionales que más nos afectan, al igual que a muchos otros pueblos del mundo.

Para responder al llamado del Consejo Internacional del FSM, decidimos organizar debates y marchas que nos den voz y presencia, para incorporarnos al creciente proceso alternativo del ‘movimiento de movimientos’ que hoy culmina con una gran Jornada de Movilización Global en más de 60 países.

El Foro Social Mundial México 2008, ha discutido los siguientes planteamientos y consideraciones:

1.Militarización, represión y derechos humanos. El estado mexicano y sus gobiernos entreguistas han supeditado sus políticas de seguridad nacional y de seguridad pública a los designios del imperialismo norteamericano. El Plan Puebla Panamá, el ASPAN y el Plan México implican un alineamiento y una subordinación a las políticas de Estados Unidos, y los preparativos para la represión selectiva y masiva mediante la militarización de todo el país, la legalización del espionaje, de los allanamientos, del secuestro, del arraigo, de la tortura y hasta del asesinato. Por ello, rechazamos y exigimos la cancelación de las reformas judiciales que eliminan las garantías constitucionales. Demandamos la presentación de los desaparecidos, la ley de amnistía y la liberación de todos los presos políticos.

2. Crisis civilizatoria y fin del modelo neoliberal. Vivimos una crisis civilizatoria de carácter estructural, consecuencia de la expansión mundial del capitalismo y del fundamentalismo de mercado que ha penetrado todos los aspectos de la vida social, económica, política, cultural, ecológica y los valores de las sociedades contemporáneas. Pero el desafío que hoy enfrentamos representa una oportunidad para construir otras formas de vida social y personal, de producción y distribución de los bienes materiales y culturales, basados en principios de equidad, igualdad, justicia, solidaridad y respeto hacia la naturaleza.

3. Ecología. Los equilibrios naturales que dan estabilidad a los climas, mares, ríos, lagos, plantas, animales y seres humanos, están rotos o severamente dañados, y muy cercanos a la catástrofe ecológica. Las especies se extinguen a ritmo acelerado y la mayor parte de los ecosistemas demuestran un deterioro avanzado. El calentamiento global es el mayor peligro que haya enfrentado la humanidad en toda su historia, además de que el aire, el agua y los suelos de todos los continentes están cada día más contaminados. Los desechos químicos, genómicos y nucleares invaden los rincones de la tierra y los océanos. Mueren los mares, los ríos, las selvas, los manglares, los bosques y la conciencia de los individuos.

4. Comunicación. El derecho a la libertad de expresión e información se encuentra cada vez más vulnerado en México. El asesinato y desaparición de 41 periodistas en los últimos 7 años, así como la persecución a medios comunitarios, libres e independientes, a los cuales se les impide acceder a frecuencias. Se violentan los derechos informativos de las audiencias. Los medios son un poder fáctico que manipula la agenda social del país. Los ejemplos más palpables han sido la llamada ‘Ley Televisa’, el proceso electoral de 2006, la cobertura parcial y agresiva en contra de los movimientos sociales de Oaxaca y Atenco, entre otros, criminalizando la movilización social.

5. Educación. El capitalismo ha impulsado las reformas educativas hacia una orientación mercantilista, deteriorando la política y la infraestructura educativa de México. La educación pública en el país está en una crisis histórica, motivada por políticas dictadas desde los organismos financieros multilaterales, que profundizan las desventajas, la explotación y la marginación de las mayorías. Es urgente recuperar la educación pública gratuita, laica y obligatoria que impulse la transformación de la sociedad, tarea compartida con el magisterio de cara a la sociedad.

6. Ciudad y Habitát. Por cuanto al derecho a la Ciudad y al Hábitat, reivindicamos la lucha por la defensa de los diversos derechos: a la vivienda, al agua, a la salud, a la educación, a la alimentación, a la cultura y al medio ambiente sano que están involucrados en el disfrute de un hábitat justo, democrático y responsable, a fin de equilibrar la relación campo-ciudad, como se establece en la Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad. Asimismo, impulsamos la unidad de acción en redes locales, regionales, nacionales e internacionales en contra de todos los desalojos, los megaproyectos, la venta de cartera vencida, la privatización de bienes, servicios y espacios públicos, y la urbanización salvaje y destructora de comunidades rurales y urbanas por constructoras privadas como GEO, ARA o HOMEX.

7. Soberanía alimentaria. Rechazamos categóricamente el capítulo agropecuario del TLC, dado el grave riesgo que implica para la soberanía nacional. La importación de maíz y otros productos agropecuarios esenciales aumenta la profunda desigualdad, la migración y miseria. Aquí existe la mayor diversidad genética, patrimonio de la humanidad, que se pondría en peligro con la entrada irrestricta de transgénicos. El maíz no debe ser concebido sólo como una mercancía, sino como parte sustantiva del derecho a la alimentación y a la soberanía popular, en tanto que herencia cultural y parte de nuestra identidad. Sin maíz no hay país y sin fríjol tampoco. Todos los que estamos aquí acudiremos desde luego a la gran marcha convocada para el 31 de enero.

8. Soberanía energética. No aceparemos, bajo ninguna circunstancia, la venta de Pemex, sea que se pretenda realizar por vías de hecho o acudiendo a subterfugios legales. El petróleo es de México y para los mexicanos. Nos sumaremos a la manifestación que se prepara para el próximo 18 de marzo.

9. Tierra, indígenas y autonomías. México tiene una deuda con los pueblos originarios, quienes deben deben alcanzar el reconocimiento a sus derechos políticos plenos. Hacemos nuestras las demandas del EZLN, y nos pronunciamos por el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas a darse las formas de autogobierno y autonomía que ellos decidan dentro de las naciones de las que forman parte, tal y como ya sucede con Los Caracoles y las Juntas de Buen Gobierno que se han ido consolidando en el Estado de Chiapas. Apoyamos la resistencia de las comunidades indígenas a la privatización de sus recursos naturales.

10. Mujeres. El modelo económico imperante pisotea los derechos humanos de las mujeres, incrementa la feminización de la pobreza y niega su derecho al desarrollo. Los fundamentalismos religiosos, económicos y políticos atentan contra los derechos a decidir de las mujeres, las lesbianas, los homosexuales, transexuales y transgénero sobre sus cuerpos. Demandamos la observancia irrestricta y la instrumentación efectiva de los acuerdos y las convenciones internacionales firmados por México, en el ámbito de los derechos de las mujeres. Al mismo tiempo, condenamos la política de militarización que hace suya la violencia sexual como estrategia de control y represión de la organización y movilización social.

11. Economía solidaria. Propugnamos por una economía solidaria, que implica mercados alternativos, los cuales comprenden producción, consumo y comercio con un dinero bajo control social. La migración desde Mesoamérica significa la creación de una geoeconomía política desde Alaska hasta Panamá. La economía solidaria rescata los valores primeros de nuestros pueblos y un crédito al servicio de su libertad y dignidad.

Entre los múltiples acuerdos a los que llegamos, destacan los siguientes:

-En lo personal y en lo colectivo, mantener vivos los valores fundamentales éticos y políticos de la dignidad, de la independencia y de la autonomía frente a los poderes espurios e ilegítimos.

-Alentar, por encima de las diferencias, la unidad y la solidaridad de nuestros esfuerzos junto con quienes luchan por las mismas causas, valores y reivindicaciones en México y en el mundo. Por eso llamamos, desde las bases, a la unidad y articulación organizada de todos los movimientos progresistas y sus dirigencias sociales y políticas, bajo el lema: ‘Dignidad, Unidad y Soberanía Popular’.

-Sentar y consolidar las bases para una nueva organización social y una nueva cultura política, en la que prevalezcan la soberanía de los pueblos y el ejercicio de la democracia directa .

-En respuesta al clamor popular que pregunta ¿qué hacer?, nosotros decimos: impulsar nuevas formas de lucha pacífica y acciones concertadas que reflejen el ascenso de la conciencia y de la acción de las fuerzas que, en la diversidad y en la unidad, luchan por los cambios igualitarios y progresivos en la sociedad. Entre ellas el acceso a los poderes públicos, donde las garantías de imparcialidad, equidad y credibilidad estén garantizadas, por vías electorales y parlamentarias.

-Hacer efectivo el derecho a la comunicación, mediante la gestión social de los medios y el cumplimiento de los tratados en la materia, por lo que apoyamos la creación del Frente Nacional por la Reforma Integral de la Ley de Radio y Televisión.

– Alentar y apoyar la preparación de acciones específicas de lucha social que den viabilidad y éxito a nuestros objetivos, tales como los paros escalonados y la huelga general, la puesta en practica del referéndum, del plebiscito y del mandato revocatorio, entre otras.

-Considerar desde ahora la posibilidad de impulsar la suspensión parcial o total del pago de impuestos determinados.

-A partir de la reciente excarcelación de siete presos políticos, exigimos la cancelación de las reformas judiciales que eliminan las garantías constitucionales, y rechazamos toda forma de criminalización de la lucha social. Demandamos la liberación de todos los presos políticos del país.

-Apoyamos a las comunidades que se oponen a la construcción de las presas La Parota, en Guerrero; Arcediano, en Jalisco; y La Yesca, en Nayarit.

Nos oponemos al campo de concentración que sufren los vecinos de Granjas de Poleo en Ciudad Juárez, Chihuahua.

-Rechazamos categóricamente la construcción del muro de la ignominia que separa a las Américas del norte y del sur y que incrementa el sufrimiento y la muerte de nuestros migrantes en busca de oportunidades para sobrevivir.

-Condenamos la nueva agresión contra el pueblo palestino, y hacemos un llamado a los pueblos del mundo para impulsar una jornada mundial que rompa el cerco de Gaza, que atenta contra la dignidad de toda la humanidad.

-Exigimos la salida inmediata del ejército de Estados Unidos de Afganistán e Irak, que avasalla la soberanía de esos pueblos, así como la suspensión de las amenazas de guerra contra Irán.

– Demandamos una solución pacífica al conflicto social y electoral en Kenia, con pleno respeto a los derechos humanos.

-Manifestamos nuestro apoyo y solidaridad al intercambio humanitario de rehenes en Colombia.

Por ultimo, reiteramos el exhorto mas firme y respetuoso de las redes ciudadanas y de los movimientos sociales a todas las bases y dirigencias de izquierda a hacer un esfuerzo de unidad en la diversidad, de lucha integrada en acciones concretas para enfrentar la crisis que ya está aquí y que va a empeorar con la recesión económica de Estado Unidos. Reiteramos también el lema de la incorporación mexicana al Foro Social Mundial: ‘Dignidad, Unidad y Soberanía Popular ‘.