Tropas de Estados Unidos realizaron maniobras de ensayo en el Golfo Pérsico. Blair afirmó que pasará a «una fase diferente» si Teherán no libera a los marineros retenidos por entrar ilegalmente en aguas iraníes.Por primera vez, desde el inicio de la invasión en Irak, Estados Unidos movilizó su flota en región, realizando ejercicios por aire […]
Tropas de Estados Unidos realizaron maniobras de ensayo en el Golfo Pérsico. Blair afirmó que pasará a «una fase diferente» si Teherán no libera a los marineros retenidos por entrar ilegalmente en aguas iraníes.
Por primera vez, desde el inicio de la invasión en Irak, Estados Unidos movilizó su flota en región, realizando ejercicios por aire y por mar. En las maniobras participaron escuadrones de aviones, buques de guerra y más de 12 mil marines apostados en el Golfo Pérsico.
Los ejercicios militares de Washington se realizaron en la jornada de ayer, a cuatro días de la retención por parte de Irán de 15 marinos británicos acusados de entrar ilegalmente en aguas del país persa. Desde Inglaterra, se afirma que los marineros se encontraban en jurisdicción iraquí, aunque varios medios y funcionarios de Estados Unidos dan por sentado que se encontraban en territorio persa.
En medio de la creciente tensión entre Washington y Teherán, no es un hallazgo contemplar estos hechos como el posible preludio para una intervención del gobierno de George W. Bush y sus aliados en el país islámico. Desde hace semanas viene creciendo el tono de las amenazas, a tal punto que el premier británico Tony Blair, afirmó que si los marinos ingleses no son liberados por la vía diplomática, pasará «a una fase diferente».
En este sentido, la retención de los soldados británicos podría ser, junto con el desarrollo nuclear de Irán, una excelente excusa para comenzar las acciones bélicas. Por otra parte, en términos de estrategia, Estados Unidos ha acrecentado fuertemente su presencia militar en la zona, a tal punto que Irán permanece rodeado por decenas de miles de marines. A esto se le suman, ahora, las maniobras de ensayo.
También hay que tener en cuenta el recrudecimiento de las sanciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) para con Irán, auspiciadas por Estados Unidos, la Unión Europea (UE) e Israel.
En el otro costado, manteniendo un tono más moderado, se encuentran Rusia y China, que sostienen que el problema nuclear iraní debe ser resulto «exclusivamente por la vía pacífica y de la negociación». Así consta en un documento firmado por el presidente chino Hu Jintao y su par ruso, Vladimir Putin, que se adelanta a la posibilidad de un conflicto armado en Irán.
En cuanto a la posibilidad de un ataque de Estados Unidos a las plantas iraníes de enriquecimiento de uranio, la agencia rusa RIA Novosti confirmó que el servicio de inteligencia de Moscú constató la movilización de tropas en la frontera del país persa.
«Los datos que ha obtenido últimamente el servicio de inteligencia militar revelan que el Ejército de Estados Unidos acelera los preparativos para una operación contra Irán», reveló a la agencia de noticias un alto funcionario de los cuerpos rusos de seguridad. De la misma forma, el presidente Putin exhortó a Estados Unidos a que frene con el intento de «arrastrar a la comunidad internacional a una crisis de gran envergadura», refiriéndose a un posible conflicto en Irán.
Sin embargo, a esta altura, se hace evidente que Estados Unidos continúa plantando excusas para atacar a Irán con dos objetivos a corto plazo: el control de los recursos naturales, y el fin de la influencia que este país ejerce sobre la comunidad chiíta de Medio Oriente.
Son varios los analistas que siguen esta línea de pensamiento y entienden que las acciones bélicas están cada vez más cercanas. El sociólogo estadounidense, James Petras, afirmó en declaraciones recientes que el gobierno de Bush «hace tiempo está tratando de provocar un conflicto como pretexto para utilizar la otra ruta, la militar». Asimismo, el historiador militar británico Corelli Barnett, se mostró escéptico del resultado de una posible invasión al explicar que «un ataque a Irán iniciaría efectivamente la Tercera Guerra Mundial».
Por otra parte, algunos especialistas e intelectuales entienden que Bush no cuenta con el crédito político suficiente para embarcarse en «otro Irak», sobre todo por la creciente oposición demócrata. El propio Noam Chomsky afirmó hace unos días que «a pesar del lanzamiento de amenazas, es improbable que el gobierno de George W. Bush ataque a Irán. La opinión pública en Estados Unidos y en todo el mundo se opone de manera abrumadora».
Los más escépticos toman como argumento los movimientos de tropas, la escalada verbal de Washington y los distintos informes de inteligencia de varios países; incluso de Irán, que desde hace meses se prepara para defenderse.
Aquellos con un grado mayor de optimismo, tienen fe en que triunfe la diplomacia. Sin embargo, a pesar de los reiterados intentos de Irán de acercarse a Estados Unidos y la Unión Europea (UE), estos no fueron escuchados. Incluso aquella histórica oportunidad que represento el memorando vía Suiza, en el que el país persa cedía aún en puntos claves, como el reconocimiento del estado de Israel (ver «Dudosa diplomacia, rotunda guerra y tibio retroceso» APM 12/03/2007).
Más allá de las apreciaciones, los hechos fácticos recuerdan a los días previos de la invasión en Irak. Las armas de destrucción masiva iraquíes devinieron en el desarrollo (nunca probado) de armamento nuclear por parte de Irán. Las duras sanciones de la ONU son parecidas a las que otrora se le impusieran al país árabe. Incluso la postura tibia de Rusia y China es similar.
Entonces ¿sólo resta esperar por un nuevo ataque unilateral de Estados Unidos?