Activistas contra la energía nuclear en India ven la delicada situación en Japón como un llamado de alerta para Nueva Delhi sobre su ambicioso programa de desarrollo atómico. Un acuerdo de cooperación nuclear que firmó India con Estados Unidos en octubre de 2008 abrió un mercado de 270.000 millones de dólares para los reactores atómicos. […]
Activistas contra la energía nuclear en India ven la delicada situación en Japón como un llamado de alerta para Nueva Delhi sobre su ambicioso programa de desarrollo atómico.
Un acuerdo de cooperación nuclear que firmó India con Estados Unidos en octubre de 2008 abrió un mercado de 270.000 millones de dólares para los reactores atómicos. Ahora, miembros del Grupo de Proveedores Nucleares, integrado por 45 naciones, hacen fila por contratos.
El mayor de esos contratos fue firmado en diciembre de 2010, con la fabricante francesa Areva. El convenio para crear un parque de energía de 9.900 megavatios, el más grande del mundo, creó controversia pública por el lugar elegido para su construcción: Jaitapur-Madban, en el occidental estado de Maharashtra.
«Además de nuestra oposición a la energía atómica, objetamos la elección del lugar en la costa de Konkan, que se ubica dentro de un cinturón sísmico», dijo a IPS el activista Laxminarayan Ramdas, uno de los líderes de la Coalición para el Desarme Nuclear.
«Los desafortunados acontecimientos en Japón y la posibilidad de un derretimiento de la central nuclear de Fukushima deberían servir de llamado de alerta a los propulsores de la energía atómica en este país», dijo.
Jaitapur, en la costa de Konkan, se ubica dentro de una «zona de riesgo» en el mapa de amenazas sísmicas de India.
En los últimos 20 años hubo tres terremotos en Jaitapur que superaron los cinco puntos en la escala de Richter, y el peor de ellos ocurrió en 1993, de 6.3 puntos, que mató a 9.000 personas en la región de Konkan.
«Es uno de los sitios con mayor biodiversidad del mundo, y un accidente nuclear podría provocar un gran daño y de largo plazo», alertó.
Ramdas, jefe naval de India entre 1990 y 1993 y ganador en 2004 el Premio Ramon Magsaysay para la Paz y el Entendimiento Internacional por sus esfuerzos por acercar a India y Pakistán, tiene prohibido ingresar a Jaitapur por el gobierno de Maharashtra.
«El gobierno está promoviendo el diseño de un reactor (el Reactor Presurizado Europeo, conocido por sus siglas en inglés EPR) que no ha sido aún avalado por la autoridad regulatoria atómica de ningún país, ni siquiera en Francia», señaló. «No sabemos a quién están intentando complacer».
La construcción del primer EPR del mundo en la ciudad finlandesa de Olkiluoto está estancada por un litigio entre las autoridades regulatorias de Finlandia, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, que expresaron preocupación por varios asuntos de seguridad.
La estatal Nuclear Power Corporation of India Ltd. (NPCIL) ha firmado acuerdos de cooperación para el suministro de equipos o combustible nuclear con Argentina, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Kazajstán, Mongolia, Namibia y Rusia, y tiene planes para construir parques de energía atómica.
Los proyectados parques en Kudankulam (en el meridional estado de Tamil Nadu), Mithi Virdi (en el occidental de Gujarat), en Kovvada (en el sudoriental de Andhra Pradesh) y en Haripur (en Bengala Occidental) han desatado protestas de grupos de agricultores y pescadores locales.
Las protestas más intensas se produjeron en Kudankulam, donde se construye una planta de 9.200 megavatios con reactores VVER (con agua presurizada), muy usados en las ex repúblicas soviéticas.
S.P. Udayakumar, quien lidera la influyente Alianza Nacional de Movimientos Antinucleares, con sede en la ciudad de Nagercoil, en Tamil Nadu, dijo a IPS que lo que ocurre en Fukushima podría replicarse en el resto del mundo, sin importar las precauciones que se tomen.
«Hay serias lecciones aquí para India, justo cuando el mundo se prepara para el 25 aniversario del mortal accidente en la planta de Chernóbil el 26 de abril», en lo que ahora es Ucrania, subrayó Udayakumar.
«Luego de que el tsunami en el océano Índico en diciembre de 2004 dañara la instalación nuclear en Kalpakkam y causara varias muertes, el Departamento de Energía Atómica de India se dedico a garantizar que todas las plantas atómicas en el país estaban seguras», dijo Udayakumar.
Aunque los reactores de la Planta de Energía Atómica de Madras en Kalpakkam no sufrieron daños, funcionarios del Departamento admitieron que no fueron construidos para afrontar un tsunami como el de 2004, que mató a 225.000 personas en 11 países.
Tras el accidente en Fukushima, «el público indio debe incorporarse y definirse sobre el peligroso plan de desarrollo atómico que el gobierno indio quiere imponer al pueblo», dijo Udayakumar.
«Hasta ahora, esto se ha caracterizado por falta de transparencia, falta de responsabilidad, adquisiciones de tierras forzadas y represión policial», añadió.
Expertos y funcionarios siguen insistiendo que las 20 centrales atómicas que funcionan en el territorio indio son seguras. El domingo pasado, NPCIL divulgó un comunicado señalando que lo que ocurría en Japón sería analizado.
«Luego de ese análisis, se implementará cualquier refuerzo que sea necesario», señaló en una declaración.