¿Qué es el alerta roja que lanzó en México el Ejército Zapatista del subcomandante Marcos? «Podría ser un paso a la clandestinidad, a profundizar la organización armada. O un paso para devenir en organización política legal. Esto último es más posible, sin descartar que quede por un lado el Ejército Zapatista (EZLN) y por otro, […]
¿Qué es el alerta roja que lanzó en México el Ejército Zapatista del subcomandante Marcos? «Podría ser un paso a la clandestinidad, a profundizar la organización armada. O un paso para devenir en organización política legal. Esto último es más posible, sin descartar que quede por un lado el Ejército Zapatista (EZLN) y por otro, una suerte de brazo político, no como los experimentados en otros países por grupos armados sino algo nuevo y distinto, que seguramente se está debatiendo mucho en Chiapas».
Quien habla, en Buenos Aires, es una voz de enorme prestigio en el análisis del zapatismo, Ana Esther Ceceña, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y la Revista Chiapas. «El zapatismo llegó a un límite, a una hora de definiciones: los acosa el ejército mexicano -en Chiapas está la mitad de todos los efectivos del país-, paramilitares, el saqueo de recursos y la nueva idea sobre ‘fronteras flexibles’ que EE.UU. quiere llevar al sur mexicano», dice Ceceña.
-¿Qué fue estos años del zapatismo ?, preguntó Clarín.
-Cuando vio en 2001 que los tres poderes mexicanos desvirtuaban la Ley indígena e incumplían promesas sobre sus derechos, se replegaron con su plan de «Caracoles» y Juntas de Buen Gobierno.
-¿Cómo fue esa experiencia?
-Fue algo positivo e inédito, una organización propia que avanzó en lo educativo (la mayoría de chicos se educa en esos programas, no en los del estado mexicano allí), en lo sanitario (pasando de medicina alopática a la, principalmente, herbolaria) y en el reparto productivo. Eso influyó en estados vecinos como Oaxaca. Al gobierno le preocupa y con un cerco militar quiere empujar a los zapatistas a una ratonera contra la frontera sur con Guatemala.
-¿Cómo?
-En marzo fue a México la secretaria de Estado de EE.UU., Condoleezza Rice, y habló de fronteras flexibles que garanticen «seguridad». Hubo denuncias, ya desbaratadas, de cultivos de marihuana, lavado de dinero y narcotráfico contra los zapatistas. Hasta dijeron que opera allí Al Qaeda. Y está este asunto de las Maras, bandas delictivas juveniles, que cuando tenían más actividad en Centroamérica nadie hablaba de ellas.
-¿Y ahora qué pasa?
-Quieren cercar al zapatismo. Hay una operación quirúrgica y una ofensiva represiva. El alerta roja responde a ese cuadro. El EZLN está en ese límite. Su organización interna toca techo, no ve que avancen ni sus derechos políticos ni su idea de un nuevo mundo, de que en México «el que mande, mande obedeciendo» (una de sus consignas) o ven que se privatizan recursos como el agua, se amenaza la biosfera. Y en la la OEA, México, EE.UU. y países centroamericanos acordaron una «salvaguardia de fronteras» sospechosa.
Junto al alerta roja, el EZLN salió a pegarle a la clase política, incluido el alcalde de México D.F., Andrés Manuel López Obrador, del PRD y favorito para las presidenciales de 2006. «El zapatismo -para Ceceña- no tiene expectativas con él. Pese a su repliegue, el EZLN conserva adhesión popular y, cuando asoma, se nota. Creo que estarán debatiendo internamente algo de todo esto».