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Trump medita sobre el Gran Oriente Medio (IV)

El asesinato del general iraní Soleimani

Fuentes: Cubainformación.tv

Yo, Trump, sueño con aviones, flotas y marines Creo que ya he dicho, rememorando meditaciones y sueños, que las líneas generales de las operaciones Bolivia y Chile las marco yo en nombre de la Libertad, la Democracia y, claro está, el destino manifiesto. Para la geopolítica mundial y la implantación definitiva y estable del Imperio […]



Yo, Trump, sueño con aviones, flotas y marines

Creo que ya he dicho, rememorando meditaciones y sueños, que las líneas generales de las operaciones Bolivia y Chile las marco yo en nombre de la Libertad, la Democracia y, claro está, el destino manifiesto. Para la geopolítica mundial y la implantación definitiva y estable del Imperio no necesito para nada a mis generales. Son grandes operaciones geopolíticas propias del Emperador y de su Consejo Nacional de Seguridad que es solo eso: un Consejo que yo presido y al que le pido, o no, consejo. En realidad, lo consulto poco en reuniones formales y completas, solo lo hago con los asesores en pequeños grupos o separados. De otra manera sería como una jaula de grillos en celo. Me han dicho que en algunos países los comen después de emparrillarlos un poco.

Cuando lo oigo creo que me están recordando, burlonamente, las hazañas de esos animalitos en nuestra embajada de La Habana. Hicieron creer a todos los diplomáticos que estaban siendo objeto de una guerra sónica desde las zonas colindantes. En realidad eran grillos de cola corta de las Indias, los que en pareo amoroso habían provocado dolores de cabeza, vómitos, vértigo y otros síntomas graves al personal de la embajada. «Han hecho algunas cosas malas en Cuba. Algunas cosas muy malas«, dije en aquél momento, y ordené la retirada del 60% del personal diplomático. Fue como romper de nuevo las relaciones.

Abatir aviones en el suelo y desde el suelo

A los generales los reservo para planificar invasiones ya muy improbables en nuestro tiempo, para calcular los gastos necesarios para la victoria, firmar discursos apocalípticos, reclamar armas nuevas y dictaminar que las activas se han quedado viejas y vendibles para mayor lucro de la industria armamentista.

También me evalúan las posibilidades de un ataque victorioso sobre Venezuela y siempre me responden lo mismo: ¡No es posible desde el mar si no echamos abajo, en tierra, a los aviones rusos! Cuando les pregunto si hay alguna manera para flanquear desde el occidente a esos malditos aviones, ellos me contestan que para ello hay que abatir también a los aviones chinos y que eso debe hacerse igualmente sobre tierra porque en el aire, en los corredores andinos, serán invisibles y operarán riéndose de nosotros. Finalmente les pregunto si desde la Guyana, con apoyo de la OTAN, puedo establecer una «cabeza de playa» con apoyo de los «Grupos de portaviones». A mis generales y almirantes se les ensombrece el rostro y empiezan a sudar copiosamente. Entonces me dicen algo totalmente increíble…

Algo tan increíble como lo de los grillos

(…) Resulta que los ataques, desde el mar, en las aguas próximas a la Guyana, son tan problemáticos como los que puedan realizarse en las otras fronteras mencionadas. Eso me dicen, de nuevo incómodos, mis mandos militares. Esta vez el invento defensivo puede haberse producido -en sus grandes líneas y en sus pequeños detalles operativos- en el Irán sometido a las tensiones que hemos provocado en el Golfo de Omán y en el Golfo Pérsico.

Venezuela que ya tenía cubierto ese frente de guerra desde la planificación de Chávez, es un fuerte aliado de Irán. Ambos países pueden intercambiar tácticas defensivas de interceptación, defensa y protección de las instalaciones estratégicas; incluidas las defensas de zonas marítimas y bloqueo de las mismas. La fortaleza de una alianza seria entre países tan distintos va tan allá como la honradez, una palabra que desprecio.

Irán y Venezuela tienen en común que han sido ferozmente amenazados por el Imperio que soy YO en este momento. Lo he hecho con esos grandes juguetes que hemos tenido los presidentes de los EEUU: el bloqueo total de los países que tienen esa otra dignidad distinta a la nuestra y el ataque desde los grupos de portaviones y bases próximas en los países aliados. Yo soy el Imperio y ellos reniegan del Imperio. Así de sencillo y así de comprensible.

Irán ha escalonado su defensa en un escenario muy parecido al de la costa nordeste de Venezuela incluida la Guyana. Me la explican los mandos de las tres ramas de las Fuerzas Armadas conectando la sala de operaciones de la Casa Negra con otra mayor que hay en el Pentágono.

Sería para nosotros una derrota vergonzosa, indigna de nuestra admirada Armada; inadmisible para gloriosa Fuerza Aérea; inexplicable para conservar el prestigio del Ejército (This We’ll Defend- fight for their country – and for our Freedom, en versiones más desarrolladas); de las unidades de Marines y de las Fuerzas Especiales. Su posibilidad de convertirse en realidad depende fundamentalmente de la mía para asumir riesgos. Ahora bien, la mía que estoy en la cima del mundo, tiene un límite. A poco que cambie de nivel, caeré en el abismo.

Pompeo me vuelve a la realidad

Me ha sacudido Mike (Pompeo) para decirme -muy sobresaltado-, que sería bueno hacer algo contra Irán. Intenté que me explicase otra vez el «toma y daca» con trasfondo iraní que iniciamos el 29 de diciembre y que estuvo a punto de terminar en un desastre con el incendio y casi toma de la embajada de EEUU en Bagdad por militantes de KH.

Lo hizo y yo le indiqué que pese a la que dijese Reuter nosotros no habíamos evacuado a ningún personal diplomático por razones de seguridad y mucho menos al embajador. Le pregunté indignado si él creía más lo que decía RT que en lo que afirmaba su Jefe-Emperator-Presidente. Fue un intercambio de miradas inteligentes con tonterías verbales ya que los dos sabíamos lo que no podíamos decir. Sabíamos también que hasta las paredes oyen en Casas Negras como la mía.

Así que di las órdenes pertinentes para que la historia pudiese resultar lo poco convincente que necesitan los aliados occidentales, y las pequeñas consignas con que alimentar a los medios.

El día 29 comenzaron los hechos que tendrían su desarrollo en horas y días posteriores. Los objetivos eran fundamentalmente seis: el primero darle un golpe formidable a Irán y romper sus alianzas en la zona, fundamentalmente el Líbano y Siria; también con el propio gobierno de Iraq; el segundo asesinar a un líder militar iraní, popular e insustituible: el Jefe de la GNR, el General Soleimani artífice de la planificación de la defensa de Irán y de la unidad de su pueblo en torno a la necesidad de la defensa; el tercero hacer tambalear el Hezbolá en el Líbano y en el propio Irak; el cuarto vincular a los aliados de la guerra contra Irak: Libertad duradera cuyo nombre ha sido cambiado con un eufemismo que no lo supero ni yo (Resolución Inherente), es decir la OTAN y los aliados ocasionales que participaron en la invasión de Irak; el quinto otorgarme la dirección personal del asesinato de Soleimani y del líder iraquí de Kataib Hezbola; el sexto hacer que a Soleimani le acompañase a su cielo el líder de la milicia chiita, Abu Mahdi al Muhandis.

El planeamiento complot y su relato en los medios

El procedimiento fue básico: crear un relato para garantizar la ejecución del asesinato previa información fiable de la CIA; controlar el mensaje transmitido por los medios de comunicación.

Las acciones fueron las siguientes: después de una intensa campaña de desestabilización nosotros atacamos el día 29 cinco bases de la milicia chiita Kataib Hezbolá (KH) en Irak y Siria. Logramos una veintena de muertos. Tal ataque se presentó como la respuesta a los últimos ataques contra las bases iraquíes que albergan las fuerzas de coalición de la «Operación Resolución Inherente». El Departamento de Defensa divulgó que «estas ubicaciones incluían instalaciones de almacenamiento de armas y ubicaciones de comando y control que KH usa para planificar y ejecutar ataques contra las fuerzas de la coalición OIR». Algunos provocadores incitaron a la concentración ante la Embajada de los EEUU en Bagdad y a la quema de algunos elementos no vitales del muro de contención. Previamente habíamos trasladado al embajador fuera de la embajada.

Lo demás fue como esperar lo previsto, y enviar varios helicópteros y drones al escenario del asesinato.

«Fuimos, vimos y él murió», como celebró entre risas, Hilary Clinton, el asesinato de Gadafi. Yo cobré dos pájaros de un mismo tiro.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.