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Entre la espada y la pared

El dilema de Irán en el conflicto de Nagorno-Karabaj

Fuentes: Al Monitor

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

En un país en el que una cuarta parte de la población pertenece a la etnia azerí, que comparte con Azerbaiyán más de 400 millas de frontera y que como en Azerbaiyán la versión oficial del Islam es el chiísmo, no debería ser muy difícil hacer una elección cuando el vecino del norte entra en guerra. Sin embargo, Irán tiene muchas razones para pensárselo dos veces antes de tomar partido a favor de Azerbaiyán en su reciente conflicto con Armenia, un país que comparte unas 27 millas de frontera con la República Islámica y desempeña un papel positivo como único país cristiano de este país abrumado por las sanciones.

Los iraníes de origen armenio conforman la aplastante mayoría de la minoría cristiana de Irán y suponen más de 150.000 personas de una población total de 84 millones. Por lo que se refiere a los azeríes, se desconoce la cantidad exacta, pero según diferentes fuentes varía entre 10 y 20 millones de personas.

En la ciudad de Tabriz, situada en el norte de Irán, decenas de iraníes azeríes salieron a las calles para protestar por la posición neutral del Estado en la guerra, mientras que otros se manifestaron en Teherán coreando consignas de apoyo al ejército de la República de Azerbaiyán.

La postura oficial iraní, expresada por el ministro de Asuntos Exteriores en varias ocasiones, ha sido pedir contención a ambas partes y ofrecerse a mediar. A principios de esta semana el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní Saeed Khatibzadeh declaró a Reuters que “Irán ha preparado un plan con un marco específico que contiene detalles tras consultar a ambas partes de la disputa, Azerbaiyán y Armenia, así como a Estados regionales y vecinos, y seguirá este plan”.

Es importante señalar que aunque la postura oficial iraní ofrece su mediación y se abstiene de tomar partido, reconoce la polémica región de Nagorno-Karabaj como territorio azerí y pide a Armenia que se retire de él. Esta es la postura expresada por Ali Rabiei, portavoz de la presidencia iraní y también es de forma no oficial aunque sorprendente la expresada por Ali Akbar Velayati, asesor de cuestiones internacionales del líder supremo iraní, que expresó este punto de vista al periódico Kayhan, cuyo director se cree que es uno de los hombres de confianza del ayatolá Ali Jamenei.

Jamenei, que es iraní azerí, todavía no ha hecho declaraciones al respecto, pero varios de sus representantes en el noroeste de Irán de población azerí hicieron pública una declaración de apoyo a Azerbaiyán en el conflicto. Los firmantes de la declaración (los representantes de Jamenei en las provincias de Ardabil, Azerbaiyán oriental, Azerbaiyán occidental y Zanjan) pusieron de relieve que “Nagorno-Karabaj pertenece sin lugar a dudas a Azerbaiyán y el paso dado por su gobierno para reconquistar la región es totalmente legal de acuerdo con la sharia y está en consonancia con cuatro resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU”. Además, el representante de Jamenei en la República de Azerbaiyán, Ali Akbar Ajagnejad, afirmó en un discurso pronunciado el pasado 3 de octubre que está dispuesto a ir a Nagorno-Karabaj a luchar junto a la juventud azerí hasta morir como un mártir.

La postura iraní parece contradictoria por el momento, pero el hecho es que quienes toman decisiones en Teherán están haciendo tiempo para dar con una solución que los libre de la necesidad de tomar postura porque tomen la postura que tomen tendrá algunas repercusiones amargas. Si Teherán decide apoyar a Armenia, las repercusiones internas no serán fáciles dado el amplio apoyo que tiene Azerbaiyán entre las personas azeríes que viven en Irán; además, no hay ni que mencionar que las relaciones con Azerbaiyán sufrirán un duro golpe.

Esto va a proporcionar a Israel (que ha apoyado a Azerbaiyán vendiéndole armas) una influencia adicional en la frontera de Irán. Hace solo unas semanas Israel llegó a un acuerdo de normalización de relaciones con los Emiratos Árabes Unidos y con Baréin, lo que le proporciona un acceso sin precedentes a las aguas del Golfo pérsico.

El 30 de septiembre un drone que había entrado en el espacio aéreo iraní fue abatido por la defensa aérea del país. La preocupación de Irán por los drones de Azerbaiyán tiene que ver sobre todo con el hecho de que la mayoría de los drones de Bakú son comprados a Israel.

En 2014 Irán acusó a Azerbaiyán (sin nombrarlo) de ser la base desde la que se lanzó un drone israelí que Teherán afirma haber derribado cerca de la extremadamente sensible instalación de enriquecimiento nuclear de Natanz en el centro de Irán. Aunque los altos cargos iraníes no mencionaron específicamente a Azerbaiyán, afirmaron que el drone provenía de “una antigua república soviética en el norte”. El gobierno de Azerbaiyán lo ha negado y lo ha calificado de “provocación”.

Otro elemento sensible que hace que Irán desee que esta guerra termine antes de llegar a un punto de no retorno son los recientes informes acerca de que Turquía están trasladando a combatientes sirios para luchar junto Azerbaiyán. Un informe del periodista de Al Monitor Sultan Kanj confirmó esos informes y puso de relieve el hecho de que militantes sirios respaldados por Turquía se están convirtiendo en un destacamento especial regional preparado para intervenir ahí donde Ankara se vea implicada. En sí mismo esto supone un motivo de preocupación para Teherán, que no acepta tener tales fuerzas cerca de sus fronteras. Para Irán es una amenaza para su estabilidad en su frontera norte y para Turquía es un peso que es poco probable que acepte en su patio trasero. Además, según algunos informes el presidente Recep Tayyip Erdogan trata de sacar ventaja del hecho de que Rusia esté empantanada en conflictos en otros lugares para reivindicar un papel más importante en la zona.

La multitud de combatientes a ambos lados de las fronteras es motivo de preocupación para Teherán. La gran cantidad de combatienes armenios cristianos que se dirigen a Armenia provenientes de Líbano y Siria para luchar junto con las fuerzas armenias en Artsaj (como se conoce la región en armenio) supone también una amenaza a largo plazo para la estabilidad y trae cerca de casa la inestabilidad de Levante.

Por muchas razones la rivalidad armenia-azerí fuera de Irán podría extenderse más allá de las fronteras de la República Islámica y a eso es a lo que Teherán se anticipa al enviar fuerzas a las zonas fronterizas.

La promesa de estabilidad que la clase dirigente islámica de Irán siempre ha hecho para justificar su implicación en conflictos fuera del país, como en Siria e Irak, se ve ahora amenazada, especialmente con el cóctel de actores del otro lado de la frontera.

La economía es otro factor que preocupa a los responsables de la toma de decisiones iraníes debido a la presión que aumenta día a día en medio de las sanciones estadounidenses adicionales. El plan de unir la ciudad portuaria de Chabahar al sur de Irán con Rusia por medio de una línea de ferrocarril que atraviese Azerbaiyán es otro motivo de preocupación para Teherán, mientras que en el lado armenio un gaseoducto de 90 millas de largo deja claro que esta vez Irán no puede elegir cuidadosamente su postura basándose únicamente en sus propias preferencias.

En la década de 1990 el conflicto de Karabaj creó otro tipo de dilema a Irán. Teherán medió entre los dos recién creados países, aunque estaba más del lado de Azerbaiyán, postura que se refleja en los diarios del difunto presidente Hashemi Rafsanjani y en varios otros informes de altos cargos iraníes que fueron testigos de ese periodo. Según un informe de Mashregh News, afiliado al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, Irán facilitó el paso de cientos de miles de combatientes afganos a Azerbaiyán para luchar junto al gobierno del difunto presidente Haydar Aliyev, padre del actual presidente Ilham Aliyev. Sin embargo, en menos de dos años acabó la alianza de Aliyev con los iraníes, les pidió que se marcharan y empezó una campaña en contra de su principal aliado, el Partido Islámico, cuyos dirigentes fueron detenidos acusados de estar financiados por Teherán.

Después de 1994 Irán se inclinó más del lado de Armenia debido a las diferencias políticas con Aliyev. Con todo, voluntarios iraníes siguen acudiendo en masa a Azerbaiyán para luchar junto a los azeríes en la guerra con Armenia y muchos combatientes iraníes murieron y fueron enterrados en diferentes localidades cerca del frente.

Ali Hashem es un periodista que se ocupa de cuestiones iraníes y regionales. También es investigador afiliado del Centro de Estudios Islámicos y del Asia Occidental, Royal Holloway, Universidad de Londres. Su investigación se centra en Oriente Próximo, especialmente en la diplomacia digital, Irán, Líbano y la política iraquí. En Twitter: @alihashem_tv

Fuente: https://www.al-monitor.com/pulse/originals/2020/10/iran-dilemma-nagorno-karabakh-azerbaijan-armenia-mediate.html

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.