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Entre la espada y la pared

En un país en el que una cuarta parte de la población pertenece a la etnia azerí, que comparte con Azerbaiyán más de 400 millas de frontera y que como en Azerbaiyán la versión oficial del Islam es el chiísmo, no debería ser muy difícil hacer una elección cuando el vecino del norte entra en guerra. Sin embargo, Irán tiene muchas razones para pensárselo dos veces antes de tomar partido a favor de Azerbaiyán en su reciente conflicto con Armenia, un país que comparte unas 27 millas de frontera con la República Islámica y desempeña un papel positivo como único país cristiano de este país abrumado por las sanciones.

Traducido por MFO