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Debate sobre el campo en México

El movimiento que no aguantó más

Fuentes: Masiosare

Dirigente de una importante organización campesina, el autor examina las causas que condujeron a la dispersión de uno de los movimientos más importantes de los hombres del agro en los últimos años. El análisis abarca desde los cálculos particulares de los dirigentes que dividieron al Movimiento El Campo No Aguanta Más, hasta viejas debilidades de […]

Dirigente de una importante organización campesina, el autor examina las causas que condujeron a la dispersión de uno de los movimientos más importantes de los hombres del agro en los últimos años. El análisis abarca desde los cálculos particulares de los dirigentes que dividieron al Movimiento El Campo No Aguanta Más, hasta viejas debilidades de las organizaciones, como su débil cultura democrática y las prácticas clientelares

Es muy importante entender qué pasó con el Movimiento El Campo No Aguanta Más (ECNAM) y cuáles fueron los factores que llevaron a su debilitamiento y dispersión para sacar las lecciones pertinentes y no cometer los mismos errores.

Durante varias décadas, el movimiento campesino estuvo encuadrado en los mecanismos de control manejados por los gobiernos priístas. No existieron libertad asociativa, pluralismo ni autonomía política; generándose una cultura organizativa no propicia para el desarrollo de organizaciones más independientes y con fortaleza suficiente para incidir en las políticas públicas y en el mercado a favor de los campesinos.

En las últimas décadas, las políticas de liberalización comercial, privatización de empresas públicas y disminución del financiamiento y de los subsidios públicos han significado una fuerte disminución de los ingresos de los campesinos por la venta de sus productos. Por otra parte, la crisis del régimen priísta llevó a una mayor diversificación política. En los últimos años se han formado en los ámbitos local, regional y nacional muchos grupos que buscan una mayor defensa de los intereses de los campesinos y que están a la búsqueda de alternativas de organización más amplias.

Las condiciones económicas y políticas de fines de 2002 y la voluntad política de varias organizaciones de actuar conjuntamente llevan a la formación de la coalición campesina llamada Movimiento El Campo No Aguanta Más.

El acuerdo

A partir de sus demandas y sus acciones, esta coalición logró que el tema del campo se colocara como uno de los aspectos centrales del debate nacional.

El 28 de enero de 2003, en la ciudad de México se realizó una gran manifestación que involucró a buena parte de las organizaciones campesinas de nuestro país. Además obtuvo el apoyo de sindicatos, estudiantes, organizaciones sociales y las simpatías de un gran sector de la población capitalina. En los siguientes meses, el gobierno federal aceptó entrar en negociaciones y para el 28 de abril se firmó el llamado Acuerdo Nacional para el Campo (ANC).

En el ANC se establecieron tres niveles de acuerdos. El primero se refería a una serie de acciones inmediatas para el establecimiento de algunos programas de apoyos a los campesinos. El segundo era para la revisión de las reglas de operación de los programas para el campo; y el tercero se enfocaba en temas más estructurales que deberían ahondarse en los siguientes meses. Para el seguimiento y cumplimiento de estos acuerdos se estableció una comisión de ocho representantes de las organizaciones campesinas y representantes del gobierno federal. Esta comisión debería asegurar el cumplimiento de lo pactado hacia fines de septiembre de 2003.

Los errores

Mas allá de la reacción de los grandes empresarios, de los grupos políticos conservadores y de los funcionarios del gobierno federal que se opusieron a cualquier avance significativo en las negociaciones, es importante ubicar cuáles fueron los elementos que llevaron al debilitamiento de la coalición campesina y por lo tanto a que no hubiera avances significativos en las negociaciones.

La coyuntura exigía fortaleza de la coalición campesina y una mejor coordinación operativa para tratar la gran cantidad de temas establecidos en el ANC, pero lo que se dio fue una gran dispersión.

¿Por qué no fue posible contar con una conducción estratégica más unificada y eficaz?

Al respecto señalamos los siguientes elementos:

1. Una buena parte de los dirigentes que participaron en el impulso de la movilización y las negociaciones se centraron en el aspecto político-electoral, ya que se acercaban las elecciones para diputados federales. Se consideraba que desde la Cámara de Diputados se podría construir una fuerza política campesina que impulsara cambios en las políticas del gobierno federal. Si bien la nueva composición de la Cámara permitió lograr un mayor presupuesto para el campo, la posición dominante que obtuvo el PRI le dio una nueva dinámica política a la coalición campesina. Las diferentes estrategias políticas de los grupos campesinos llevaron a un debilitamiento y dispersión en la conducción de la coalición campesina.

2. Varios grupos campesinos, principalmente del CAP, pero también de algunos que participaban en el ECNAM, como la CCC, CIOAC, CODUC y la CNPA, le dieron prioridad a la negociación de los programas inmediatos, como los de Vivienda Rural y Adultos Mayores y otros programas a través de la SRA. La lógica de estos grupos era que las movilizaciones valían la pena, siempre y cuando se obtuvieran resultados concretos para sus afiliados a partir de cuotas de recursos seguros que permitieran a los dirigentes demostrar que habían tenido éxito. Estos grupos tenían como objetivo central que 80% de los recursos de los nuevos programas se asignaran a las organizaciones campesinas firmantes del ANC.

3. Otros grupos, como la ANEC, CNOC, MOCAF, AMUCSS, UNOFOC y otros, en los hechos centraron más sus esfuerzos en la revisión de las reglas de operación de varios programas. Se consideraba que era importante una reorientación de los programas y del funcionamiento de las instituciones, de tal manera que los campesinos pudieran tener más acceso a los apoyos fiscales. Se consideraba que deberían establecerse reglas claras, transparencia, mayor eficacia operativa y prioridades a los pequeños productores, principalmente de las regiones más marginadas. Dependería entonces de las capacidades de cada organización para el acceso a estos recursos.

4. No se contó con un esquema adecuado que incorporara más grupos campesinos a la coalición del ECNAM. Varias organizaciones regionales solicitaron su incorporación y no se dio una respuesta positiva. En tanto, con otros grupos, como algunos del CNI, de Atenco y de la COCIP, que participaron en varias reuniones, no se estableció un mecanismo adecuado de coordinación. No se concretó la formación de los ECNAM estatales, que hubiera servido de atracción a muchos grupos locales y regionales. Esto se debió, en buena medida, a la concepción de que el ECNAM era una coalición principalmente de grupos nacionales.

5. Grupos como la UNORCA hicieron el cálculo político de que saldrían más beneficiados, y tal vez podrían crecer o tener mayores posibilidades de tratar los aspectos que les interesaban, si se presentaban como no firmantes del Acuerdo Nacional para el Campo, y de hecho disminuyeron su participación en las negociaciones.

La división

En octubre de 2004, cuando en la Comisión de Negociación y Acuerdos se revisaron los avances del Acuerdo Nacional para el Campo, era ya un hecho la división del bloque campesino. El gobierno federal presentó un informe en el cual se decía que había un avance de 94% en el cumplimiento del ANC; por lo tanto debería terminarse con las funciones de la Comisión de Negociación y Acuerdos y seguir la evaluación. En el Consejo Mexicano de Desarrollo Rural Sustentable, dependiente de la SAGARPA, el CAP y la CNC validaron esta propuesta, misma que fue rechazada por ECNAM y El Barzón. Posteriormente en el CMDRS, ante la posición del ECNAM de que se mantuviera la misma integración de la comisión de negociación, y que el gobierno federal parecía aceptar, el CAP y la CNC plantearon que la evaluación del ANC fuera en el pleno del CMDRS. El pleno contaba con unas 40 representaciones y en buena parte no habían tenido que ver con las negociaciones del ANC. Esta situación llevó a concluir con la negociación política más amplia. En los siguientes meses quedó claro que los dirigentes del CAP habían negociado unilateralmente la obtención de recursos para su funcionamiento en el ámbito nacional y en los estados, y además un acceso privilegiado -vía cuotas- a los recursos de varios programas, como el de Vivienda Rural, Adultos Mayores y otros programas de la SRA.

En el ECNAM no hubo capacidad para reorientar la movilización y las negociaciones, por lo que no se lograron mayores avances a partir de lo pactado en el ANC.

Varios aspectos influyeron para que todo el proceso se debilitara:

1. No se pudo sostener una comisión de coordinación que actuara de manera más unitaria, con suficiente autoridad y capacidad operativa para orientar nuevas acciones.

2. Los grupos que participaban en el CAP optaron por fortalecer esta organización y minimizar las acciones de ECNAM.

3. No se estableció un esquema adecuado para incorporar otras organizaciones nacionales y regionales afines, además de una mayor coordinación en el ámbito regional y estatal de los grupos que participaban en el ECNAM.

4. Algunos temas agudizaron las diferencias al interior del ECNAM:

a) En septiembre de 2004, ante la reunión de la OMC en Cancún y en la cual el aspecto agrícola era estratégico, la UNORCA y la CIOAC trataron de aparecer como los promotores centrales de la movilización campesina que se programó; de alguna manera bloquearon una participación más amplia y unitaria del Movimiento El Campo No Aguanta Más, que era algo también más aceptable por la Vía Campesina.

b) Varios grupos siguieron trabajando en función de obtener cuotas de recursos de Adultos Mayores, Vivienda Rural y otros programas, cuando otros grupos se orientaban más a negociar criterios de aplicación general para que recibieran apoyos los que cumplieran.

c) La CCC, CIOAC, CODUC y la UNORCA sostenían que no se hicieran negociaciones conjuntas sobre los programas con las secretarías del Estado, y las demás organizaciones insistían en que deberían tratarse conjunta y públicamente los criterios y mecanismo de operación de los programas.

d) La mayoría de organizaciones consideraba que había fuertes diferencias con el CAP y que, por lo tanto, los grupos que participaban en este organismo deberían mostrar mayor interés en fortalecer al ECNAM. Si les interesaba el movimiento ECNAM deberían retirarse del CAP.

e) Durante varios meses se discutió si el movimiento ECNAM debiese estructurarse más formalmente y algunas organizaciones se opusieron, entre ellas las que participaban en el CAP.

Pliego de mortaja

Para julio de 2004, en una reunión de El Campo No Aguanta Más, se consideró que no había condiciones para nuevas reuniones a corto plazo y que en los siguientes meses se podrían restablecer la coordinación y la acción conjuntas.

Sin embargo, en las siguientes semanas, varios grupos manejaron que se había disuelto el movimiento, por lo que se profundizaron las diferencias y ya no se dio en los siguientes meses una nueva reunión.

Hubo señalamientos de que las diferencias eran secundarias ante las coincidencias en aspectos estratégicos; que la situación política de cara al 2006 volvería a unificar a las organizaciones campesinas en un movimiento progresista más amplio, o que como hay diferentes etapas, en una nueva coyuntura podría darse una nueva coordinación.

Sin embargo, no deberían desdeñarse las causas de estas diferencias, que al final de cuentas se convirtieron en la fuente de rupturas y dispersión.

***

Si se quiere un movimiento campesino progresista más amplio, algunas cuestiones deben resolverse. Me refiero a cuestiones como la débil cultura democrática de las organizaciones; la insuficiente capacidad para hacer balances más objetivos y que incluyan la autocrítica; el faccionalismo organizativo, las dirigencias personalistas y caudillistas deben ser superadas; lo mismo ha de suceder con la construcción de bases sociales y movilización a partir de prácticas clientelistas. También se precisa una mejor articulación de los grupos nacionales con los locales y regionales, así como de las demandas estructurales con las coyunturales, o las de interés particular de cada grupo. Eso, y buscar un esquema más adecuado y eficaz de negociación con el Estado.

Una parte del movimiento campesino progresista no pasó la prueba. Es una lástima, porque si algo necesitan los campesinos de México es una fuerte coalición progresista.

Glosario de siglas:

CAP. Congreso Agrario Permanente.

ECNAM. Movimiento El Campo No Aguanta Más.

CCC. Central Campesina Cardenista.

CIOAC. Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos.

CODUC. Coalición de Organizaciones Democráticas Urbanas y Campesinas.

CNPA. Coordinadora Nacional Plan de Ayala.

SRA. Secretaría de la Reforma Agraria.

ANEC. Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo.

CNOC. Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras.

MOCAF. Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales.

AMUCSS. Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social.

UNOFOC. Unión Nacional de Organizaciones en Forestería Comunitaria.

CNI. Congreso Nacional Indígena.

COCIP. Coordinadora de Organizazciones Campesinas e Indígenas Populares.

SAGARPA. Secretaría de Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación.

CNC. Confederación Nacional Campesina.

CMDRS. Consejo Mexicano para el Desarrollo Rural Sustentable.

UNORCA. Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas.

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El autor es asesor general de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC).