Parece que todo lo que ha sucedido alrededor del actual conflicto condujo a la muerte del viejo orden unipolar y creó una rápida transición a un mundo multipolar.
La operación militar especial de Rusia en defensa del Donbass, iniciada con el fin de proteger a las personas que durante ocho años han sido objeto de abusos y genocidio por parte del régimen de Kiev, y también para llevar ante la justicia a quienes han cometido numerosos y sangrientos crímenes contra la población civil, incluidos los ciudadanos de la Federación de Rusia, tal como lo comunicó el Presidente Putin, consiste en desmilitarizar y desnazificar a Ucrania. Como Rusia no puede vivir bajo la espada de Damocles, representada por Ucrania, no tuvo otra opción que actuar como actuó; cruzarse de brazos hubiera conducido a una nueva guerra mundial.
Estados Unidos y la OTAN, que desde la disolución de la Unión Soviética han mantenido una guerra no declarada contra Rusia, implantaron unas seis mil sanciones draconianas que ya tenían planificadas, entre otras: cerraron el espacio aéreo para las aerolíneas rusas; congelaron las reservas financieras del Banco Central de Rusia, que estaban depositadas en los bancos de los países del G7; desconectaron al Sistema Financiero Ruso del SWIFT, para impedirle que realice operaciones bursátiles en dólares o euros, y otras medidas que debían llevar al colapso de la economía rusa.
El Presidente Biden declaró que Vladímir Putin “no puede permanecer en el poder”, y cuando Antony Blinken, su Secretario de Estado, intentó justificar dicha expresión, aclarando que lo que quiso decir es que “el presidente Putin no puede estar facultado para librar una guerra o participar en una agresión contra Ucrania o contra quien sea”, el mandatario estadounidense lo desautorizó e indicó que no se retractaba de nada, que había expresando la indignación moral que sentía y no se disculpaba por ello y, sin sentirse satisfecho con la barrabasada cometida, llamó al Presidente Xi Jinping y le advirtió sobre las terribles consecuencias para Pekín si China le prestaba a Rusia apoyo material en el contexto del actual conflicto con Ucrania; le faltó añadir que tampoco se disculpaba ni sentía indignación moral por haber instigado a que EEUU diera al Presidente Slobodan Milošević el siguiente ultimátum: O abandonas Kosovo o, sin que nos importen los acuerdos de Teherán, Yalta y Postdam, ni la existencia de la ONU, mediante una operación que vamos a llamar “Intervención Humanitaria”, salvaremos Yugoslavia de la misma Yugoslavia.
No se quedó atrás la bravucona Victoria Nuland, quien advirtió a China que “la neutralidad no es una opción en este caso, que esto es una violación del derecho internacional, una violación de la soberanía, que Pekín no debería querer estar con alguien que imponga este tipo de brutalidad a su propio pueblo. Queremos que China utilice su influencia sobre Rusia para poner fin a esta guerra”.
También, algunos líderes europeos advirtieron a China del gran desprestigio que sufriría en el caso de ayudar a Rusia a paliar las sanciones impuestas por Occidente por la operación militar en Ucrania. Úrsula Von der Leyen, presidente de la Comisión Europea, declaró que “los ucranianos comparten nuestros valores. Defienden nuestros principios. Son ellos los que quieren una democracia pacífica y Rusia está atacando eso”. Y como todos los vasallos de EEUU en Europa, calló sobre las raíces nazis de los “demócratas” ucranianos y de las barbaridades que cometen contra su población.
Pese a las fuertes presiones ejercidas por EEUU y la UE, ni China ni la India y otros países se sumaron a las sanciones contra Rusia impuestas por Occidente; es que todo país que quiera garantizar los intereses de su pueblo no se debe doblegar ante las presiones de otras naciones y debe tener una política exterior independiente.
Así, por ejemplo, China no se amedrentó ante tanta bravuconada y Hua Chunying, portavoz del Ministerio de Exteriores chino, dijo que las legítimas demandas de seguridad de Rusia se deben tomar en serio y abordarlas adecuadamente, que es de irresponsables acusar a los demás de no luchar contra un incendio mientras echa leña al fuego y culpó a EEUU de ser el principal instigador de la crisis de Ucrania, por adelantar a la OTAN más de 1.000 Km en las últimas dos décadas -en cinco oleadas de expansión hasta llegar a las puertas de Rusia- y que durante ese período el número de miembros de la alianza pasó de 16 a 30. E hizo la pregunta clave: ¿Pensó alguna vez en las consecuencias de presionar a un gran país contra las cuerdas?
Para Pekín, la OTAN y EEUU no pueden hablar de moralidad hasta que pidan disculpas por los daños causados a los países a los que han llevado a cabo acciones militares, como Yugoslavia, Irak, Libia, Siria y Afganistán. Le Yucheng, Viceministro de Exteriores chino, tachó a la OTAN de ser un remanente de la Guerra Fría que amenaza a la paz mundial y dijo: “La búsqueda de la seguridad absoluta es, precisamente, la inseguridad absoluta… China y Rusia han mantenido siempre una buena relación de cooperación energética en los campos del petróleo y el gas y continuarán conservando el espíritu de respeto, igualdad y beneficio mutuo”.
El Presidente Xi Jinping dijo que China reaccionará con dureza si EEUU le impone sanciones por su postura hacia Rusia, que el actual conflicto de Ucrania sólo se solucionará a través de negociaciones entre Rusia, EEUU y la OTAN, que resuelva la esencia de la crisis y dé seguridad a todas las partes. Estimó que la solución del conflicto se debe basar en el respeto mutuo entre las principales potencias mundiales, en la ausencia de la mentalidad de la Guerra Fría, en la abstención de una confrontación entre los bandos y en la construcción paulatina de una arquitectura de seguridad global y regional equilibrada, eficaz y sostenible. “EEUU y la OTAN deben también entablar un diálogo con Rusia para resolver la esencia de la crisis de Ucrania y las preocupaciones de seguridad tanto de Rusia como de Ucrania. En vista de la situación mundial actual, la comunidad internacional debe abogar por la paz, uno de sus tesoros más preciados”.
China se opone a las sanciones ilegales adoptadas por Occidente contra Rusia, porque tendrán un efecto devastador y provocarán una crisis grave de la economía mundial, el comercio, las finanzas, la energía, los alimentos, las cadenas de producción y los suministros, lo que empeorará todavía más la difícil situación del mundo y causará pérdidas irreparables. China comprende las legítimas preocupaciones que en asuntos de seguridad empujaron al Presidente Putin a recurrir a la fuerza contra Ucrania y evita calificar el envío de tropas rusas como una “invasión”, porque ¿qué palabra usaron los militares estadounidenses cuando iniciaron unilateralmente, sin base legal alguna ni autorización de la ONU, acciones militares contra tantos países?
La Embajada de China en Moscú indicó que “de los 248 conflictos armados que se produjeron entre los años 1945 y 2001 en 153 regiones del mundo, 201 fueron iniciados por EEUU, lo que supone el 81% del número total”. Además, señaló que Washington es “culpable de las actuales tensiones en torno a Ucrania. Si alguien sigue echando aceite a la llama mientras acusa a otros de no hacer lo posible por apagar el fuego, ese tipo de comportamiento es claramente irresponsable e inmoral”.
Según el Presidente Putin, las sanciones contra Rusia fueron un duro golpe para la economía global, porque afectaron a los propios europeos y estadounidenses. La congelación de una parte de las reservas del Banco Central Ruso socavaron la fiabilidad de los llamados activos de primera clase. “De hecho, tanto Estados Unidos como la UE declararon el ‘default’ en cuanto a sus obligaciones ante Rusia”.
Occidente no le perdona a Rusia su curso independiente y su voluntad de defender sus intereses, no necesita una Rusia fuerte y soberana. La operación militar rusa en Ucrania es sólo una excusa para imponer nuevas sanciones antirrusas. “Es evidente que estos últimos acontecimientos ponen fin al dominio global de los países occidentales en política y economía. Es más, ponen en duda el modelo económico que durante decenios se imponía a los países en desarrollo y al mundo en general… Luchamos por el derecho a ser y seguir siendo Rusia. La lucha que estamos librando es una lucha por nuestra soberanía, por el futuro. Rusia nunca seguirá el ejemplo de los que se han resignado a vivir doblegados, aceptando servilmente las decisiones de su señor. Es así como viven muchos países y también Europa, pero Rusia nunca se verá en una situación tan lamentable y humillante”, dijo el Presidente Putin.
Serguéi Lavrov, Ministro de Exteriores de Rusia, dijo: “Este es un momento histórico y trascendental en la historia moderna, porque refleja la batalla, en el sentido más amplio de la palabra, sobre cómo será el orden mundial”. Parece que todo lo que ha sucedido alrededor del actual conflicto condujo a la muerte del viejo orden unipolar y creó una rápida transición a un mundo multipolar, cuya aparición Estados Unidos quiso evitar por todos los medios. En la puerta del horno, se le quemó el pan.
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