Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens y revisado por Caty R.
Yukiya Amano, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), montó una franca defensa de la actitud de la autoridad nuclear de las Naciones unidas hacia Irán en una reciente entrevista. Descartó la afirmación de parcialidad de Teherán y respaldó las inspecciones de la agencia en Irán. También declaró categóricamente que todo el uranio enriquecido por Irán es monitoreado por el OIEA y que «a pesar de algunas preguntas sin respuesta, no podemos afirmar que Irán busque armas nucleares».
Ante otra vuelta de conversaciones nucleares sobre Irán programada para el 21 y 22 de enero en Estambul, los puntos de vista de Amano suministran una idea oportuna de la compleja relación del organismo con Irán que ha sido remitida al Consejo de Seguridad de la ONU, el cual por su parte ha sometido a ese país a varias vueltas de sanciones. Irán condena abiertamente esas sanciones como injustas y sigue insistiendo en que su programa nuclear es enteramente pacífico.
En la lista de preguntas del entrevistador de la revista alemana Der Spiegel falta toda referencia a las revelaciones de WikiLeaks de que al volver de Irán los inspectores del OIEA hicieron una presentación privada a diplomáticos estadounidenses. Otra revelación de WikiLeaks destacó la auto-descripción de Amano diciendo que está en el mismo bote que EE.UU. en todos los temas estratégicos cruciales. Puede que Amano, caracterizado por su línea dura pro estadounidense, no se dé cuenta, pero semejantes revelaciones afectan la reputación del OIEA y su liderazgo.
En lugar de enfrentar el tema de cara, aunque sea con una crítica limitada a los inspectores del organismo -algunos de los cuales han sido acusados de espiar para Occidente- Amano no se ha disculpado, y recicla una actitud frente a Irán que puede ser contraproducente por lo menos con Estados miembro de naciones en desarrollo, participantes en su mayoría, si no todos, en el Movimiento de No Alineados, un elocuente apoyo de Irán en el OIEA.
Al afirmar en la entrevista en Der Spiegel que la información del OIEA sobre las actividades nucleares de Irán es «limitada», Amano perdió una oportunidad de hacer una declaración pública que prohibiría un futuro favoritismo hacia EE.UU. por parte de los inspectores del organismo. Evidentemente, el que no lo haya hecho deja abierta la puerta para futuros privilegios otorgados por el OIEA a EE.UU. A pesar de la insistencia de Amano en que representa a «todos los miembros», parece que representa a algunas naciones más que a otras.
Tampoco dijo nada Amano sobre el acuerdo de canje nuclear, que el organismo propuso primero en octubre de 2009, y que ha sido reformulado por el triunvirato de Irán, Turquía y Brasil bajo la apariencia de la Declaración de Teherán desde mayo de 2010.
Por otra parte, el representante iraní ante el OIEA, Ali Asghar Soltanieh, dijo a los medios que el tema de un canje nuclear para un reactor en Teherán se discutirá en la reunión de Estambul. Si es así, el OIEA debería estar presente, así como Turquía, para lograr una reunión exitosa, por lo menos respecto al tema importante de la ayuda legal del OIEA a un Estado miembro que sigue cooperando con el OIEA a pesar de varias vueltas de sanciones.
En una advertencia a las seis potencias que negocian con Irán respecto al caso nuclear de ese país, Soltanieh ha dicho que es posible que, en caso de fracaso de las conversaciones en Estambul, Irán no participe en otras futuras vueltas. EE.UU. y sus aliados deben tomar en serio esta advertencia porque podría anunciar un nuevo, e inquietante, capítulo en la historia del impasse nuclear con Irán.
Mientras tanto las noticias que llegan de Israel sugieren que, aparte de los desacuerdos políticos entre el gobierno y los dirigentes militares y de inteligencia sobre la opción militar respecto a Irán, el primer ministro Benjamin Netanyahu está haciendo todo lo posible por impedir que se extinga el fuego belicista contra Irán. Esto tiene lugar después de una admisión de Meir Dagan, el jefe saliente de la agencia de inteligencia Mossad, de que Irán no logrará poseer la capacidad para producir armas nucleares hasta más adelante en este año. Según el periódico israelí Haaretz, Netanyahu hace lo que el presidente de EE.UU. George W. Bush hizo en 2002-2003 antes de su invasión de Iraq: reemplazar a los generales que se oponían por otros dóciles que ejecutarán las órdenes de guerra.
Sin embargo, no será fácil impulsar la preparación para la guerra, en vista de las ineludibles implicaciones políticas de nuevas evaluaciones como la de la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, de que las sanciones están dando resultado y han «ralentizado» el programa nuclear de Irán.
Clinton ha estado viajando por la región del Golfo Pérsico, con el intento de convencer a países amistosos con Irán como Omán (y en menor grado Qatar) de que a pesar de la nueva información sobre el programa nuclear de Irán, hay que mantener la presión sobre ese país, una posición que provoca preguntas sobre la calidad de la evidencia que respalda las afirmaciones de que Irán está en el proceso de adquirir armas nucleares.
Es una pregunta que Clinton y otros diplomáticos occidentales prefieren poner en segundo plano, concentrándose en su lugar en la necesidad de mantener la presión sobre Irán, un enfoque político compartido por Amano, quien no mencionó en su entrevista el arsenal nuclear de Israel.
Si lo hubiera hecho habría indicado un enfoque más equilibrado por parte del director general de un organismo que actualmente opera bajo una nube de sospechas de que se ha convertido cada vez más en un instrumento de la política de EE.UU. frente a Irán.
Kaveh L Afrasiabi es doctor y autor de «After Khomeini: New Directions in Iran’s Foreign Policy (Westview Press). También es autor de «Reading In Iran Foreign Policy After September 11» (BookSurge Publishing, 23 octubre 2008) y su último libro Looking for rights at Harvard, se encuentra actualmente en venta.
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