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El pingüinazo

Fuentes: La Jornada

La importancia de las elecciones presidenciales de 2006 está provocando desde ahora enorme tensión en el país y un nerviosismo de los actores políticos, como se vio con la reaparición pública del subcomandante Marcos el sábado 6 de agosto, portando un ave que anda como pingüino, y cuatro días después con la de Carlos Salinas […]

La importancia de las elecciones presidenciales de 2006 está provocando desde ahora enorme tensión en el país y un nerviosismo de los actores políticos, como se vio con la reaparición pública del subcomandante Marcos el sábado 6 de agosto, portando un ave que anda como pingüino, y cuatro días después con la de Carlos Salinas de Gortari.

1. La reaparición política de Salinas el 10 de agosto en Valle de Chalco, luego de 14 años de ausencia en esa comunidad, adonde asistió a reunirse con acarreados por el sacerdote Enrique González Torres, ex rector de la Universidad Iberoamericana, y para advertir que impondrá un candidato suyo y que su fuerza política y económica será decisiva en 2006, señala con claridad el contexto político prelectoral que vive México, y la naturaleza de la disputa por el poder.

2. México vive una grave crisis no nada más por el desmantelamiento que hace Fox de la nación y de sus riquezas estratégicas, por la entrega sigilosa del control del aparato de Estado a agentes estadunidenses, por la escandalosa corrupción de la familia presidencial, de los foxistas y de los traficantes de influencias nacionales y extranjeros que han hecho del país un botín o por las políticas antisociales y antinacionales del gobierno que han obligado a millones de mexicanos a huir a Estados Unidos y a otros países en el éxodo más notable en la historia latinoamericana. La crisis es también porque las estructuras de impunidad de la «clase política» siguen ahí y amenazan perpetuarse seis años más.

3. Al país le urge un gobierno que rescate a la nación, instaure un gobierno de todos que sepa «mandar obedeciendo», como preconizan los zapatistas, y que al mismo tiempo que sepa aplicar la ley con mano de hierro tenga la capacidad de buscar consensos para devolver la esperanza a los millones de mexicanos que viven en la miseria.

4. En este contexto sigue sorprendiendo a muchas gentes de izquierda que el discurso del EZLN en los dos últimos meses sea monotemático y reiterativo, buscando a todas luces, según se dice, descalificar al PRD y al que va a ser su candidato presidencial, con la pretensión, que muchas voces de esa izquierda mexicana han señalado, de evitar su triunfo en 2006 para emerger entonces en alianza con otras organizaciones como una fuerza radical que impulse una transformación a fondo del país, lo que sería más difícil, se dice, con un gobierno reformista.

5. En «La interpretación» (La Jornada, 29/7/05) señalábamos que en amplios sectores existían dos interpretaciones de la nueva iniciativa zapatista. Una que entendía, conforme al texto de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, que ante los estragos devastadores del neoliberalismo en México y en el mundo y la experiencia represiva que han sufrido los indígenas chiapanecos de parte del gobierno foxista, los zapatistas, con su gran ascendiente moral, insistían en que se delineara una mejor estrategia de lucha contra esas políticas para encontrar una alternativa no electoral a las mismas. Y la otra que sostenía, fundándose en los doce textos publicados del subcomandante Marcos, que se trataba no sólo de elaborar propuestas, sino de una iniciativa con una intencionalidad electoral para posicionarse en el espectro público del país a costas del PRD y de su candidato, buscando deliberadamente su derrota.

6. La segunda interpretación ha sido la que se ha impuesto, en particular después de la experiencia de la primera reunión preparatoria de la Sexta (6 y 7 de agosto), de las intervenciones que tuvo ahí el subcomandante Marcos y de sus comunicados posteriores, en los que muchos advirtieron un discurso de intolerancia y descalificaciones, con pretensiones apodícticas, muy distante del que se sustentó en los principios zapatistas, y en el que pareció buscar posicionarse como un miembro de la «clase política», interviniendo abiertamente en el proceso electoral.

7. El hecho de que en esta reunión, según las crónicas de Elio Henríquez y Hermann Bellinghausen, se hablara más del contexto electoral que de los temas planteados en la Sexta y de que el Sub no tocara ni con el pétalo de una rosa a Fox ni a Pablo Salazar Mendiguchía y descargara toda una furiosa andanada contra el PRD y contra el que va a ser su candidato, ha dado pábulo a esta interpretación, y tanto Rubén Aguilar como el secretario de Gobernación Abascal, muerto de risa ante los micrófonos de López Dóriga el día 9, han elogiado de nuevo que el EZLN se esté yendo por la vía político-electoral. Por lo que, independientemente de estas interpretaciones, habría que decir que, aun si fuera el caso, el EZLN no tiene fuerza política como para vetar a un candidato presidencial y que, en el supuesto de que Marcos persistiera en los próximos diez meses en este discurso, no lograría minar las posibilidades de Andrés Manuel López Obrador y sólo se empequeñecería y desvirtuaría las tesis del EZLN. No hay que olvidar que Cuauhtémoc Cárdenas sólo se desprestigió y empequeñeció con un discurso similar en el que las invectivas suplieron a los argumentos y ello a pesar de tener todo el apoyo de los medios, como está siendo ya el caso de los zapatistas.

8. La crítica al PRD y a muchos de sus hombres debe seguirse haciendo, y aquí la hemos hecho desde antes que emergiera públicamente el EZLN, como muchos otros la han hecho, incluyendo al zapatismo, pero en su justa medida y no como hace la derecha en el poder ni de manera totalizadora, incluyendo en la defenestración a todos sus miembros y militantes, pues hacerlo así equivale a confundir a la cúpula con quienes luchan de manera honesta y congruente, sin olvidar que más de mil militantes perredistas han sido asesinados por los gobiernos tecnocráticos en los últimos años, y sobre todo que millones de mexicanos acudirán a las urnas porque tienen la convicción de que por esa vía pueden propiciar el cambio.

9. Las cúpulas del PRD y del gobierno capitalino, es cierto, como ha estado recordándolo Marcos, se aliaron con Zedillo y con la rectoría de la UNAM en 1999-2000 para aplastar sin conseguirlo al CGH y al movimiento estudiantil, que defendió con éxito el carácter público de la universidad, pero no hay que olvidar tampoco que grupos del FZLN públicamente hicieron lo mismo y que el EZLN jamás se deslindó entonces de sus acciones.

10. Ante todo esto no puede dejar de advertirse el nuevo riesgo. El discurso electoral zapatista puede llegar a revertirse en su contra, aislándolo y haciendo fracasar su iniciativa, como ya está siendo el caso, y sobre todo deteriorando su propia imagen, construida con el esfuerzo y la sangre de los campesinos indígenas de los Altos, de las Cañadas y de la selva y con el esfuerzo de ciudadanos de todo el planeta. Y ello sería deplorable, porque el EZLN tiene ganado a pulso un sitio clave en la construcción del otro mundo que todos queremos, el que ha contribuido a definir con un discurso no de ruindad, sino de grandeza.