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Canadá

El pionero del medio ambiente se prepara para la guerra

Fuentes: IPS

El gobierno de Canadá gasta más de 60.000 millones de dólares en la compra de aviones y barcos militares, mientras recorta más de 200 millones en fondos para la investigación y el seguimiento de problemas ambientales. Entre los programas recortados por el primer ministro Stephen Harper está la red canadiense de vigilancia de la ozonosfera, […]

El gobierno de Canadá gasta más de 60.000 millones de dólares en la compra de aviones y barcos militares, mientras recorta más de 200 millones en fondos para la investigación y el seguimiento de problemas ambientales.

Entre los programas recortados por el primer ministro Stephen Harper está la red canadiense de vigilancia de la ozonosfera, respetada mundialmente y que tuvo un papel decisivo en el descubrimiento del primer hueco en la capa de ozono sobre este país de América del Norte la pasada primavera boreal.

«Los ajustes propuestos van tan lejos que la red no podrá hacer ciencia seriamente», advirtió Thomas Duck, experto atmosférico en la Universidad Dalhousie, de Halifax.

Canadá fue pionera en el desarrollo de la primera herramienta precisa para medir la capa de ozono, gracias a la cual se descubrió en los años 70 que esta se hacía cada vez más delgada en algunas áreas.

El hallazgo llevó a la firma en los años 80 del Protocolo de Montreal sobre Sustancias que Agotan el Ozono.

Este país administra un tercio de las estaciones en el Ártico dedicadas a vigilar la ozonosfera. También alberga el archivo mundial, consultado por científicos de todo el mundo, sobre información de la capa que cubre la Tierra a una altitud de alrededor de 15 a 30 kilómetros de su superficie y protege a todos los organismos vivos de los dañinos rayos ultravioletas (UV).

«Solo había una persona administrando todo el archivo, y ya recibió una carta de despido», dijo Duck a IPS.

La investigación y seguimiento de la capa de ozono es parte de las tareas de Environment Canada (Ambiente Canadá), departamento gubernamental encargado de proteger el ambiente, promover la conservación y proveer información climática y meteorológica.

Esa oficina equivaldría en Estados Unidos a una combinación de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) y la Administración Atmosférica y Oceánica Nacional (NOAA, por sus siglas en inglés).

Environment Canada contaba con un presupuesto de 1.070 millones de dólares en 2010, que ahora fue reducido 20 por ciento para el periodo 2011-2012. Los fondos de EPA y de NOAA para el año pasado fueron de 10.300 millones y 5.500 millones de dólares respectivamente.

Unos 776 empleados de Environment Canada fueron despedidos. Ese departamento ha sido objetivo favorito de recortes y reducciones de personal en la última década, al punto de que es apenas funcional, indicó Duck.

Recortes similares se realizan en Fisheries and Oceans Canada (Pesca y Océanos Canadá), departamento responsable de proteger y administrar las zonas marítimas canadienses, incluyendo los Grandes Lagos.

No sorprende que cada vez más científicos abandonen el país.

«Mis colegas internacionales están impactados por lo que ha ocurrido en Canadá. Fuimos líderes mundiales por mucho tiempo en ciencia e investigación ambiental», señaló Duck.

En 1988, Canadá organizó y auspició la primera conferencia internacional de alto nivel sobre cambio climático, realizada en Toronto.

La Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro en 1992, y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente contaron también con un destacado liderazgo de canadienses.

Pero todo eso llegó a su fin, subrayó Duck. Ahora, con la excusa de reducir el modesto déficit fiscal, el gobierno de Harper ajustó los programas ambientales, incluyendo los que hacen un seguimiento de los metales pesados y contaminantes, y que, por tanto, tenían un impacto importante en la salud y bienestar de los propios canadienses, apuntó.

«Hablo claro porque estos recortes serán muy malos para mis hijos», añadió.

Duck fue uno de los pocos científicos canadienses dispuestos a hablar abiertamente con IPS.

Los especialistas que trabajan para el gobierno se encuentran bajo una «orden mordaza», que les impide hablar con los medios de comunicación bajo ninguna circunstancia salvo un permiso especial de la oficina del primer ministro.

Pero tampoco quisieron declara los científicos que trabajan en universidades, por temor a perder fondos para sus programas o sufrir otras formas de represalias.

«Habrá un bombardeo sobre cualquiera que hable con ustedes», alertó Duck a IPS. «Mis perspectivas de hacer cualquier trabajo con Environment Canada son ahora cero», aseguró.

Organizaciones de la sociedad civil tienen experiencia en represalias del gobierno canadiense. Muchas que cuestionaron las políticas oficiales perdieron su financiamiento.

Durante 34 años, la no partidista Red Ambiental Canadiense caminó exitosamente en la línea entre las necesidades del gobierno y las de sus más de 650 miembros de la sociedad civil. Pero, el 13 de octubre, luego de esperar más de seis meses por sus habituales 536.000 dólares de fondos anuales del Estado, el grupo fue informado por una carta que no los recibiría… nunca más.

La red era el mejor canal de comunicación entre el gobierno y la sociedad en los asuntos ambientales. Ahora la administración de Harper dice que esto se puede hacer en forma más efectiva a través de Internet.

Apenas seis días después de recortar esos fondos para la red, el gobierno de Canadá firmó contratos por 32.000 millones de dólares para la construcción de barcos para la Armada y la Guardia Costera. También se comprometió a gastar otros 29.000 millones de dólares en 65 aviones de combate.

«Uno de los primeros actos del gobierno de Harper fue reducir a cero nuestro financiamiento», dijo Hannah McKinnon, de la Climate Action Network Canada (CAN Canada), organización ambientalista que recibía fondos del gobierno antes de las elecciones de 2006.

«Los canadienses están profundamente preocupados por el cambio climático y quieren que su gobierno actúe», agregó.

En vez de acciones, el gobierno de Harper hace promesas y afirma que la economía es más importante, y que proteger el ambiente tiene un costo demasiado alto. Las únicas acciones que se toman son a nivel provincial y local, añadió McKinnon.

«Si se necesita reducir el déficit presupuestal federal, ¿por qué Canadá continúa dándole a la industria petrolera y gasífera 1.400 millones de dólares (canadienses, equivalentes a 1.300 millones estadounidenses) en subsidios cada año?», cuestionó.

Fuente original: http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=99551