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El legado mortal de la Guerra Fría

El programa «Átomos para la Paz» de USA ayudó a exportar la tecnología nuclear a Irán y más allá

Fuentes: Democracy now

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

«El espectro de la guerra nuclear blandido por Corea del Norte o Irán se ha cernido sobre el mundo en los últimos meses. Pero más allá del miedo y de la premonición surge amenazante una amenaza de alcance mucho más extenso, la vasta cantidad de material nuclear de grado militar repartido por el globo. Y no fueron Kim Jong Il ni los ayatolás de Irán los que lo repartieron. Fue USA.» Son las primeras líneas de una nueva exclusiva del periodista del Chicago Tribune, Sam Roe.

La investigación de Roe estableció que varias toneladas de material nuclear USamericano de grado militar distribuido durante el programa Átomos para la Paz de la Guerra Fría siguen repartidas en todo el planeta. El gobierno de USA no ha logrado recuperar cuarenta toneladas de uranio altamente enriquecido – suficientes para producir más de 1.400 armas nucleares. Aunque el gobierno de Bush dice que trata de sacar combustible de grado militar de varios reactores de investigación en todo el mundo, numerosos expertos nucleares creen que USA no sabe cuánto uranio enriquecido existe en el extranjero – o ni siquiera conoce dónde está.

· Sam Roe, periodista del Chicago Tribune. Su serie sobre el programa USamericano de la Guerra Fría «Átomos para la Paz» es publicado esta semana.

TRASCRIPCIÓN NO EDITADA

AMY GOODMAN: Sam Roe es periodista del Chicago Tribune, autor de esta serie investigativa, que habla con nosotros desde Chicago. Bienvenido a Democracy Now!

SAM ROE: Gracias por esta entrevista.

AMY GOODMAN: ¿Por qué no comienza con esta última historia que hemos visto en las noticias sobre la posibilidad de que alguien en la antigua Unión Soviética tenga ahora material nuclear de grado militar?

SAM ROE: Sí. Fue un caso que recién salió a la luz la semana pasada, cuando atraparon a alguien que tenía una pequeña cantidad de uranio altamente enriquecido en bolsas de plástico en un bolsillo de su abrigo. Y lo que es importante en este asunto es que el uranio altamente enriquecido es el Santo Grial de los materiales nucleares. Es lo único con lo que puedes fabricar fácilmente una bomba. No requiere mucha pericia técnica si tienes suficiente material para crear una fisión nuclear. Es la razón por la que hay tanta preocupación por el uranio altamente enriquecido. En segundo lugar, es fácil de transportar. Así que si alguien lo puede colocar simplemente en su bolsillo y cruzar la frontera, causa mucha preocupación. El caso es verdaderamente interesante, porque en realidad durante los últimos años no ha habido muchos casos de contrabando nuclear, pero éste fue uno de los más recientes, y el más inquietante.

AMY GOODMAN: Describa, Sam Roe, ese programa de Átomos para la Paz.

SAM ROE: El programa Átomos para la Paz fue en realidad ese atrevido experimento del presidente Eisenhower, lanzado en 1953, y el concepto era que USA distribuiría tecnología nuclear por todo el mundo a otras naciones si éstas prometían no fabricar armas nucleares. Así que ésa fue la gran bicoca. En aquel entonces, sabes, teníamos armas nucleares, y pensamos, correctamente, que otras naciones terminarían por construir armas propias, así que, por qué no ponerse de acuerdo, ¿por qué no obtener algún tipo de control del asunto? Y la Unión Soviética vio lo que estábamos haciendo, así que decidió hacer lo mismo, y tuvimos esa especie verdaderamente interesante de juego de ajedrez de la Guerra Fría, en el que USA y la Unión Soviética, suministraban reactores de investigación, tecnología nuclear, y uranio altamente enriquecido a todo el mundo, y ése es el material que ahora anda por ahí. Es el material que nos preocupa tanto.

AMY GOODMAN: ¿Qué papel juega la IAEA, la Agencia Internacional de Energía Atómica, en el control de esto?

SAM ROE: Bueno, ellos pueden controlar a algunos países, y van a algunas instalaciones, y comprueban las cantidades de material y se aseguran de que no haya ciertas infracciones, pero – y eso no se discute mucho – tienen realmente pocos fondos y sólo tienen una cantidad limitada de personal para que vaya a algunos de esos sitios. Y como hemos visto en Irán y otros sitios, a veces sólo les dicen, sabes, váyanse, o vuelvan otro día. Y así, cuando miras el cuadro general, no hay mucho control de este material en todo el mundo, no tanto como debería haber.

AMY GOODMAN: Sam Roe, ¿Puede contarnos la historia de Armando Travelli?

SAM ROE: Armando Travelli es un personaje interesante porque, notablemente, él, y sólo él, en cierto modo dirigió este esfuerzo de salir y tratar de que ese uranio altamente enriquecido volviera a manos de USA durante el último cuarto de siglo, y él mismo es una historia interesante. Creció en cierto modo en los escombros de la Italia desgarrada por la Segunda Guerra Mundial, y como niño fue parte de la nueva era atómica, en la que pensó que algún día todo funcionaría con energía nuclear – coches, barcos, aviones, todo – y vino a USA porque quería formar parte de esta nueva generación nuclear y ascendió rápidamente para convertirse en estrella en el campo de la ingeniería nuclear allá fuera de Chicago en Argonne National Labs, diseñando algunos de los mayores reactores de investigación jamás concebidos.

Y entonces, una vez que India detonó su bomba en 1974, utilizando parte de ese material de Átomos para la Paz que fue distribuido por Canadá y USA, USA quiso repentinamente que le devolvieran ese material, y no pudieron ir simplemente a esos países, y con cañones en ristre, exigir que se lo devolvieran o recuperarlo por fuerza, porque lo habíamos vendido o alquilado o regalado. Ya no era nuestro. Y así, tuvimos que encontrar alguna manera de cambiarlo por algo. Tuvimos que encontrar algún modo de convencer a esos países de que nos devolvieran el material.

Y así, llegaron donde Armando Travelli, y le dijeron: «¿Puede usted, como científico, ayudarnos con este problema? ¿Puede tomar este apuro diplomático en el que nos encontramos e inventar nuevos combustibles? ¿Puede inventar algo que todos esos otros países puedan utilizar en sus reactores en todo el mundo en lugar de uranio altamente enriquecido?» Y él dijo: «Sí, es posible.» Y dijeron: «¿Puede dirigir esta tarea? ¿Inventará esos combustibles y luego irá a esos países y en cierto modo actuará como diplomático y los persuadirá para que usen ese nuevo material?»

Y él se sintió algo desconcertado, porque la obra de su vida era, sabes, diseminar la tecnología nuclear, no ponerle riendas. Creía realmente en la tecnología nuclear, pero estaba convencido de que era estúpido que hubiera ese material de grado militar diseminado por el globo. Así que decidió hacerlo. Decidió dedicar el resto de su vida a recuperar todo ese material.

AMY GOODMAN: Y explique su relación con Rumania.

SAM ROE: Rumania es un caso realmente interesante, porque fue uno de los primeros encargos que recibió del Departamento de Estado. Esto fue a comienzos de los años ochenta, cuando el dictador Ceausescu todavía estaba involucrado en Rumania, todavía gobernaba el país. Pero el dictador ofreció: «Sí, le devolveré su uranio altamente enriquecido, USA. Vengan, y hablemos.» Así que Armando fue a Rumania y vio el reactor para ver si tal vez podían colocar algún material en ese reactor a cambio del uranio altamente enriquecido.

Pero USA, sorprendentemente, obstruyó en cierto modo toda la misión por cuestión de dinero. Los rumanos querían que USA ofreciera algo de dinero para pagar por el asunto, y USA no estaba dispuesto a hacerlo, y lo obstruyó durante varios años. Y mientras sucedía, el reactor y la gente en el reactor en el gobierno rumano utilizaron ese reactor suministrado por USA y el uranio altamente enriquecido para separar plutonio, que es el primer paso para hacer una bomba atómica. No hay otro motivo para separar plutonio que comenzar un programa de armas nucleares.

Así que eso sólo te muestra que hay realmente una lección del legado de Átomos para la Paz: si dejas que ese material esté por ahí demasiado tiempo, sabes, puede suceder ese tipo de cosa. En última instancia, el gobierno rumano, una vez que ejecutaron a Ceausescu en 1989, reconocieron lo que había ocurrido e impusieron algunas salvaguardias adicionales, pero en realidad parte de ese uranio sigue en Rumania.

AMY GOODMAN: Y otros países con los que es asociado – por ejemplo, Taiwán.

SAM ROE: En Taiwán, eso también fue un caso interesante. Canadá había suministrado a India el reactor que India utilizó para construir su primera arma atómica. Y una instalación nuclear idéntica fue entregada a Taiwán por Canadá. Y así, los USamericanos sospechaban que Taiwán también estuviera construyendo armas nucleares. En Canadá, estaban embarazados por lo que acababa de suceder en India. No querían que eso fuera revelado, sabes, ahora otro reactor canadiense podría estar iniciando un programa de armas nucleares, así que USA ofreció que intervendría y fue allá para ver ese reactor, y Armando Travelli estuvo a cargo.

Fue y quedó espantado por lo que vio. Desde afuera, ese reactor en Taiwán parecía como un reactor típico. Tenía un techo en forma de cúpula, no tenía ventanas y estaba hecho de hormigón. Pero al entrar, era muy extraño. Era oscuro, y tenía ese tono verde, y tocaban esa música china, no lo que es típico en un reactor. Y alzándose en medio del reactor había esa estructura de 10 metros parecida a una tumba, sólo ese inmenso bloque de hormigón, casi como un templo chino. Y él y su equipo, sólo marcharon hacia él con sus anfitriones, y controlaron todo. No había investigación. No había científicos o ningún tipo de experimentos a la vista, y cuando salió dijo a sus colegas – Armando dijo a sus colegas: «Ésa es una máquina para hacer plutonio. No hay otro motivo para eso.» Así que durante los años siguientes, iban y venían a Taiwán, y los taiwaneses terminaron por cansarse del escrutinio y cerraron el lugar.

AMY GOODMAN: Sam Roe, ¿es fácil transportar material nuclear?

SAM ROE: Bueno, con uranio altamente enriquecido, es bastante fácil, porque no es altamente radioactivo, así que si tuvieras ese Santo Grial de material militar, podrías ponerlo en tu bolsillo y podrías llevarlo contigo y no te va a dañar. Y podrías cruzar las fronteras con relativa facilidad. Una vez que ha sido quemado en un reactor, es altamente radioactivo, y requeriría una cierta pericia técnica para robarlo y salirse con la suya, pero uno de los problemas es que parte del combustible que ha sido quemado en esos reactores en ultramar ha estado allí tanto tiempo, que ya no es altamente radioactivo. Si algo es depositado durante 30 años, si uranio altamente enriquecido es quemado en un reactor y se queda ahí durante 30 años, puede ser robado y ser robado en secreto con bastante facilidad. Así que también hay que prestar atención ese material.

AMY GOODMAN: El ruso que supuestamente estaba tratando de vender uranio lo había ocultado en dos bolsas de plástico en su bolsillo, ¿es lo que descubrieron las autoridades georgianas?

SAM ROE: Sí, sólo te muestra lo fácil que es llevarse secretamente ese material. Y por eso todos deberíamos prestar atención al uranio altamente enriquecido. Primero, es lo que puedes utilizar para hacer fácilmente una bomba y, segundo, puedes ocultarlo y transportarlo fácilmente. Si terroristas lo consiguen, sería difícil de detectar, y por eso hay un esfuerzo en este país y en algunos otros sitios por hacer un inventario, hacer un inventario global, de dónde hay uranio altamente enriquecido.

Sabes, es lo único que podría reventar al mundo. ¿Por qué no tener un indicador mejor sobre cada sitio en el que se encuentra en el mundo no sólo para protegerlo, no sólo para colocar candados y rejas, porque en última instancia eso podría no bastar para impedir un delito interno – porque es tan valioso, incluso alguien que lo está protegiendo podría decidir robarlo y venderlo? – ¿por qué no destruirlo todo? ¿Por qué no tomarlo y diluirlo, mezclarlo con algo que no pueda hacer una bomba? Eso es lo que mucha gente está pidiendo ahora.

AMY GOODMAN: Comienzas tu artículo con un párrafo muy provocador sobre el espectro de la guerra nuclear blandido por Corea del Norte o Irán que se ha cernido sobre el mundo en los últimos meses, pero no son Kim Jong-il o los ayatolás de Irán los que lo han colocado allí; lo hizo USA. Háblenos un poco más sobre eso, USA e Irán y las armas nucleares.

SAM ROE: Bueno, creo que la mayoría de la gente, cuando habla de bombas nucleares sueltas o piensa en el tema, lo hace en términos de que se trata de un problema que está en ultramar o que es algo que crearon los soviéticos o algo semejante. Pero tenemos que recordar que es una especie de problema que nosotros creamos en primer lugar. Fue un problema hecho por nosotros mismos, y durante los últimos 30 años, USA no ha hecho un buen trabajo en el logro del control de este material.

Y una historia que realmente quedó por debajo del monitor de radar es que uno de los reactores en Irán que ha sido escrutado fue realmente suministrado a Irán para comenzar por USA, bajo el Shah. Escribí sobre el tema el año pasado: que en los años setenta, USA dio a Irán un reactor de investigación y uranio altamente enriquecido, y que ese reactor ha sido en los últimos años uno de los sitios en los que los iraníes han hecho algunas cosas que la IAEA dice que fueron infracciones, así que USA se queja de cómo Irán viola reglas internacionales y crea un programa de armas nucleares, etc., etc. Ya sabes, algunas de esas infracciones han tenido lugar en un reactor que nosotros les entregamos para comenzar.

AMY GOODMAN: Bueno, quiero agradecerte por hablar con nosotros, Sam Roe, periodista. Su serie sobre el programa de la Guerra Fría de USA, Átomos para la Paz, es publicada esta semana en el Chicago Tribune, y anotaremos el enlace. Gracias por hablar con nosotros desde Chicago.

SAM ROE: Gracias por la entrevista.

http://www.democracynow.org/article.pl?sid=07/01/30/1515256