La prohibición mundial de bombas de dispersión está teniendo un impacto extraordinario en la limitación de las inversiones en este tipo de armas, que matan y mutilan indiscriminadamente a civiles. Así lo concluye la actualización 2018 del informe anual «Worldwide Investments in Cluster Munitions, a Shared responsability» (Inversiones mundiales en municiones de dispersión, una responsabilidad […]
La prohibición mundial de bombas de dispersión está teniendo un impacto extraordinario en la limitación de las inversiones en este tipo de armas, que matan y mutilan indiscriminadamente a civiles. Así lo concluye la actualización 2018 del informe anual «Worldwide Investments in Cluster Munitions, a Shared responsability» (Inversiones mundiales en municiones de dispersión, una responsabilidad compartida) publicado hoy por la organización internacional PAX, coincidiendo con el día en el que se cumple el décimo aniversario de la convención de bombas de dispersión que se firmó en Oslo, y al que desde entonces se han añadido un total de 120 países.
Comparado con el informe del 2017, el nivel mundial de financiación en este tipo de munición ha disminuido en un 344%, pasando de 31 mil millones de dólares a 9 mil millones. La caída apresurada se debe en parte a la interrupción de la producción y entrega de estas armas prohibidas por parte de dos de sus principales fabricantes con sedes norteamericanas: Textron y Orbiral ATK. Ambos productores han hecho declaraciones públicas sobre el tema, Orbital ATK ha señalado que «las municiones de dispersión no tienen lugar en el arsenal de los ejércitos modernos».
El análisis identifica las entidades financieras que invierten en acciones o bonos de empresas productoras de bombas de dispersión, que pasan a formar parte del Hall of Shame («Salón de la Vergüenza»). En esta edición, se han identificado en esta lista de la vergüenza, 88 instituciones financieras de diferentes regiones que invirtieron un total de casi 9 mil millones de dólares en los 7 productores de bombas de dispersión identificados, casi la mitad del número de inversores reportados en 2017 (151). De estas 88 instituciones financieras, sólo siete tienen su sede a estados que se han acogido a la Convención sobre municiones de dispersión. Las 7 empresas productoras con evidencia suficiente de haber producido componentes claves o bombas de dispersión completas o submuniciones explosivas durante el periodo comprendido entre 2008 y 2017, identificadas en por el informe son China Aerospace Science and Industry (China), Hanwha (Corea del Sur), Norinco (China), Poongsan (Corea del Sur), y Avibras (Brasil), Bharat Dynamics Limited (India) y LigNex1 (Corea del Sur), que se suman este año a la lista.
«La caída drástica tanto de número de inversores, como de la suma total invertida en comparación con el informe anterior, muestra como las instituciones están rechazando a escala mundial la producción de bombas de dispersión. Sin embargo, tenemos que poner el foco en el nacimiento de nuevos productores, así como en las inversiones que todavía siguen. Este tipo de armas fueron prohibidas por la comunidad internacional debido a su naturaleza indiscriminada y su historial comprobado de asesinatos y daños a civiles», explica Héctor Guerra, director de la Cluster Munition Coalition (coalición contra las bombas de dispersión).
Es importante tener en cuenta que no todos los enlaces financieros con productores de bombas de dispersión están listados en el *Hall *of *shame publicado. Por un lado, existe una disponibilidad limitada de información pública sobre la producción de munición de dispersión y de las inversiones a las compañías productoras; y de otra, el informe sólo incluye inversiones significativas en un umbral del 0,1% de su total de acciones y bonos.
Es por eso que hay bancos que invierten en empresas productoras de bombas de dispersión pero que no aparecen en el listado del informe, como es el caso de los bancos españoles BBVA, que invierte en el 0,68% del total de bonos y/o acciones de Orbital ATK y 0,03% de Textron, y Banca March que invierte en el 0,04% de Textron. A pesar de que la cantidad de la inversión es inferior al umbral y que ambas empresas han expresado públicamente que han abandonado la producción de estas armas, continúa siendo reprobable ya que en el momento que se adquirieron los bonos y acciones de estas empresas, sí que producían bombas de dispersión.
«Los estados entienden cada vez más la inversión en compañías de producción de bombas de dispersión, como un apoyo esencial por la utilización de estas armas atroces. En un momento en que ha reaparecido su uso en conflictos en Siria y Yemen, entre otros, es más importante que nunca acabar con las inversiones por la fabricación de estas bombas prohibidas internacionalmente«, señala Michel Uiterwaal, líder del proyecto sobre municiones de dispersión a PAX, y coautor del informe.
Las municiones de dispersión son armas que representan una grave amenaza para las poblaciones civiles, durante y mucho después de un ataque. Debido a su naturaleza intrínsecamente indiscriminada, las bombas de dispersión están prohibidas por la Convención de 2008, que también prohíbe la asistencia a la producción, a través de la inversión y la financiación, de bombas de dispersión. Bajo el liderazgo de PAX, la campaña Stop Explosive Investments -de la que forma parte el Centro Delàs de Estudios por la Paz y la campaña Banca Armada- llama a todas las instituciones financieras y estados a poner fin a todas las inversiones en compañías que continúan invirtiendo en la producción de este tipo de armas. Sin financiación, estas bombas no se pueden producir, y cada arma que no se produce es un arma que no puede matar o herir población civil.
Podéis consultar y descargar el informe completo aquí.