Las 132 naciones en desarrollo emergen a un ritmo «sin precedentes en su velocidad y escala», indica el último Informe sobre Desarrollo Humano (IDH), divulgado este jueves 14. Y «nunca en la historia las condiciones de vida y las perspectivas de tantas personas cambiaron en forma tan dramática y rápida», dijo Khalid Malik, autor principal […]
Las 132 naciones en desarrollo emergen a un ritmo «sin precedentes en su velocidad y escala», indica el último Informe sobre Desarrollo Humano (IDH), divulgado este jueves 14. Y «nunca en la historia las condiciones de vida y las perspectivas de tantas personas cambiaron en forma tan dramática y rápida», dijo Khalid Malik, autor principal del estudio, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
«Sin duda alguna, las tres economías más grandes del Sur, China, India y Brasil, son las fuerzas motoras de este fenómeno, debido tanto a su enorme tamaño como a la velocidad de su proceso general en desarrollo humano», dijo Malik, director de la Oficina del IDH, en entrevista con IPS.
Para 2020, la producción económica combinada de esas tres naciones emergentes sobrepasará a las de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña e Italia juntos, dice el estudio de 203 páginas.
Y «gran parte de esta expansión es impulsada por nuevas asociaciones comerciales y tecnológicas con el propio Sur», según el IDH.
Los cinco primeros lugares en el Índice de Desarrollo Humano, con 187 países, están ocupados por naciones del Norte: Noruega, Australia, Estados Unidos, Holanda y Alemania.
En el fondo de la lista se ubican estados del Sur: Burkina Faso, Chad, Mozambique, República Democrática del Congo y Níger.
Pero Malik destacó que el IDH 2013 identifica más de 40 países en desarrollo, en todos los continentes, que mejoran en su desempeño en desarrollo humano, un progreso que se acelera particularmente desde 2000.
El estudio indica que el Sur «se desarrolla a un ritmo sin precedentes en la historia humana, con cientos de millones de personas saliendo de la pobreza y miles de millones más destinadas a integrarse a una nueva clase media mundial».
IPS: El Sur incluye a países como México, Corea del Sur y Chile, pero ¿cómo justifica su categorización cuando México dejó el grupo de los 77 países en desarrollo para unirse al mundo industrial en 1994, Corea del Sur lo hizo en 1996 y Chile en 2010?
KHALID MALIK: Los términos «Sur» y «Norte» son usados en el informe para distinguir entre las naciones industriales ya históricamente establecidas como tales (las de esta última categoría) y las economías emergentes más recientes.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), considerada el club de los ricos, también de hecho incluye a México, Corea del Sur, Chile y Turquía, todos países que sin embargo integran el Sur en el sentido amplio.
Los orígenes geográficos y las connotaciones de los términos son por supuesto inexactos. Australia y Nueva Zelanda son considerados países del «Norte».
IPS: El IDH pone como referencia del progreso del Sur temas de gobernanza, como democracia multipartidaria, derechos humanos y transparencia. ¿Cómo justifica entonces que China, considerada por Occidente un régimen no democrático y sin libertad de prensa, emerja como la segunda economía mundial? ¿No debería ser la democracia multipartidaria una parte integral del progreso económico en el Sur?
KM: El informe de 2013 identifica a más de 40 países en desarrollo, incluyendo a China, que hicieron destacados avances en desarrollo humano en las últimas décadas, un progreso que se aceleró en los últimos 10 años.
Esos países representan una variedad de historias nacionales y sistemas políticos en evolución. La mayoría de esos países, aunque no todos, serían caracterizados hoy como democracias multipartidarias.
El informe aboga fuertemente a favor de darle a la gente una mayor voz y oportunidades para una participación significativa en la vida civil, lo que ha sido por mucho tiempo central en la filosofía del desarrollo humano.
El informe señala que la mejora de los estándares de vida y de los niveles educativos deriva en mayores expectativas y más demandas a los gobiernos en términos de responsabilidad y efectiva prestación de los servicios sociales.
El hecho de que algunos «estados desarrollistas» (que promueven su industrialización y desarrollo autónomo) no fueron democracias en diferentes etapas de su evolución fomentó la idea equivocada el que la mayoría de los más efectivos estados desarrollistas son típicamente autocráticos.
Pero la evidencia de la supuesta relación entre autoritarismo y desarrollo es escasa. Países democráticos como Estados Unidos y Japón, luego de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), fueron muy exitosos como estados desarrollistas.
Desde los años 50, los países escandinavos actuaron también como estados desarrollistas, donde la legitimidad política deriva de los servicios sociales y del pleno empleo, y no de un crecimiento rápido.
En Brasil, México, Chile y otros países de América Latina, el progreso del desarrollo humano se aceleró desde la consolidación de los gobiernos civiles democráticamente electos en las últimas dos décadas.
La cultura política china está evolucionando rápidamente, mientras los estándares de vida mejoran, con una ciudadanía cada vez más informada y que cada vez exige más al gobierno que dé cuentas.
India, una de las principales fuerzas del Sur emergente, ha sido la mayor democracia representativa del mundo por más de seis décadas.
Fuente: http://www.ipsnoticias.net/wap/news.asp?idnews=102513