Mientras la insurgencia separatista disminuye en Cachemira, el valle es acosado por ejércitos de turistas que traen consigo los dólares pero devastan la frágil ecología de la «Suiza de Asia». Alarmado ante la rápida destrucción, el estadual Departamento de Ambiente exigió en un informe medidas inmediatas de remediación contra las construcciones no planificadas en el […]
Mientras la insurgencia separatista disminuye en Cachemira, el valle es acosado por ejércitos de turistas que traen consigo los dólares pero devastan la frágil ecología de la «Suiza de Asia».
Alarmado ante la rápida destrucción, el estadual Departamento de Ambiente exigió en un informe medidas inmediatas de remediación contra las construcciones no planificadas en el centro turístico de Sonamarg, 87 kilómetros al noroeste de esta ciudad, capital veraniega del estado de Jammu y Cachemira.
«Aunque la construcción de infraestructura moderna es de fundamental importancia para satisfacer las necesidades de la industria turística, es importante diseñar esas edificaciones de un modo amigable con la ecología, para preservar la frágil ecología y el ambiente de Sonamarg», señala el reporte, aún sin publicar.
«Las obras que ya se han realizado en Sonamarg, o que están en construcción, tienen impactos serios y adversos sobre la ecología y el ambiente», plantea el estudio, al que IPS tuvo acceso exclusivo.
Según la investigación, los residuos generados por cientos de miles de turistas se desechan sin tratar, mientras que los líquidos tóxicos se abren paso en el río Sindh, que atraviesa la localidad turística.
«Esto causa una amplia contaminación del río, porque no hay en funcionamiento ninguna planta de tratamiento de los líquidos residuales», señala el informe.
Los desechos municipales sólidos no se manejan de acuerdo con criterios científicos, como prescribe la Ley de Protección Ambiental de 1986, agrega. «A este fin, es necesario crear un relleno sanitario moderno, obligatorio en el marco de la ley».
Según ambientalistas de Cachemira, que forma parte del estado indio de Jammu y Cachemira, sostienen que hasta ahora Sonamarg no exhibe los estragos visibles en otros famosos puntos turísticos del estado, como Gulmarg y Pahalgam.
«Lamentablemente, este prístino valle recorre el mismo camino que los otros importantes puntos turísticos, y ahora se verá la misma clase de degradación en Sonamarg», dijo a IPS el ambientalista Musavir Ahmed, de la organización no gubernamental Serene Kashmir.
«Pahalgam y Gulmarg se han convertido en selvas de cemento a través de una construcción no planificada que ignoró cuestiones básicas, como el tratamiento de los desechos líquidos y sólidos», señaló Ahmed.
Los puntos turísticos de Cachemira atrajeron visitantes en las últimas dos décadas de insurgencia violenta, pero los efectos de su llegada se sienten cada vez más a medida que la paz desciende sobre el valle.
Según cifras oficiales, 1,4 millones de turistas visitaron Cachemira en el verano boreal de 2011, y el año fiscal 2011-2012 generó 950 millones de dólares, en comparación con 531 millones de dólares de 2006-2007.
Alrededor de medio millón de personas están directa o indirectamente asociadas con la industria turística en la región de Cachemira, que representa a siete millones de los 12,5 millones de habitantes del estado.
Tal es la rapidez de la degradación que organizaciones ambientalistas temen que las mismas características que atraen a los turistas ahora conduzcan a su destrucción.
La organización no gubernamental Pahalgam Peoples Welfare (PPW) presentó un litigio de interés público en la Alta Corte de Jammu y Cachemira, pidiendo una intervención para frenar las construcciones ilegales en Pahalgam. El tribunal ya realizó los anuncios pertinentes al gobierno y a la Autoridad de Desarrollo de Pahalgam.
«A través del litigio de interés público hemos transmitido al tribunal que se está violando los estatutos de construcción», dijo Reyaz Ahmed, de PPW.
«Poderosos funcionarios e influyentes empresarios han convertido las zonas verdes del plan maestro en áreas para la construcción, tras adquirir tierras en Pahalgam», dijo Ahmed.
Los ambientalistas se sienten alentados por el hecho de que el tribunal haya pasado por alto los planes del gobierno de limpiar el famoso lago Dal, en Srinagar, que se ha convertido en un vasto pozo séptico debido a que en él se vierten aguas servidas.
Sabah ul Solim, científico de la Autoridad para el Desarrollo de Lagos y Cursos Hídricos de Cachemira, dijo que ahora el Dal se ha vuelto un depósito de nutrientes, lo que está alterando el equilibrio ecológico.
«El lago Dal se ha vuelto tan rico en nutrientes que los agricultores usan el sedimento como abono orgánico», dijo Solim a IPS.
Los nutrientes fomentan el crecimiento de obstinadas hierbas subterráneas que asfixian a otras especies vegetales y reducen la profundidad del lago.
«Tenemos alrededor de 6.000 personas viviendo en las cercanías del lago, mientras que hay 600 casas flotantes que albergan a turistas», dijo Solim.
«Todos los desechos sin tratar de hogares, hoteles y casas flotantes son vertidos en el lago, con resultados lamentables», agregó.
«Intentamos instalar miniplantas de tratamiento de aguas servidas en las casas flotantes, pero resultaron poco prácticas de operar y mantener», dijo Solim.
Según Shahid Ahmad, quien enseña ciencia ambiental en el Sri Pratap College de Srinagar, el lago también se ha vuelto más pequeño.
De acuerdo con estimaciones oficiales, el lago Dal perdió 10 kilómetros cuadrados debido a la proliferación de construcciones en sus riberas, desde 1953, cuando ocupaba 25 kilómetros cuadrados.
Este caso no es aislado en Cachemira. Ahmad señaló que los lagos Wullar, Mansbal y Anchar están bajo similar amenaza.
«El Wullar, uno de los lagos de agua dulce más grandes de Asia, pasó de 190 a 72 kilómetros cuadrados», ejemplificó.
Gulmarg, 50 kilómetros al norte de Srinagar, no tiene planta para tratar los desechos, aunque miles de turistas atestan el centro de esquí cada verano, dejando a su paso grandes cantidades de basura.
«Claro que hay lagunas» en la política turística de Cachemira, dijo el encargado de turismo, Atal Dillu. «Estamos trabajando en la instalación de plantas para el tratamiento de aguas servidas e incineradores en los principales sitios turísticos».