Haciendo el papel de cínico, he dicho y repetido desde hace pocos años: podría estar de acuerdo con las invasiones militares de Estados Unidos y sus socios en la OTAN, que luego de asesinar a millones de personas se han apoderado de las incalculables riquezas de países como Afganistán, Irak, Libia, Siria, Yemen y Somalia. Sí, siendo cínico, repito, podría estar de acuerdo, pero ¿En dónde están los miles y miles y miles de millones de dólares que han sido expoliados en esas y otras naciones en los últimos 30 años, para no ir más lejos?
La pregunta es válida por una razón simple y concreta: la pobreza en los principales países de la OTAN, empezando por Estados Unidos, no para de aumentar. Más invaden y asesinan, bajo el pretexto de llevar la democracia y los derechos humanos, más seres duermen en sus frías calles hasta la rápida muerte. Muertes que sólo son mencionadas en las estadísticas anuales de algunas organizaciones y retomadas brevemente por los grandes medios. Ellas no venden pero sí incomodan.
Para escribir sobre la pobreza en Estados Unidos se necesita tiempo y espacio, pues existe mucho material: tiene 340 millones de habitantes, y casi 40 millones en la pobreza, o sea alrededor del 12% de su población. Sin contar las «condiciones críticas», o de miseria absoluta, de otros millones que nadie conoce la cantidad exacta, pero son los que viven en las calles, en el metro, donde puedan o los dejen.
A pesar de ser el principal ladrón de riquezas en el mundo, la pobreza y miseria que tiene la primera economía del mundo es muy alta en comparación con otros países ricos. Esto se debe principalmente porque Estados Unidos tiene una mayor desigualdad económica y social, con una red de protección social muy inferior a la de algunas otras naciones desarrolladas.
En esta ocasión quiero dar unas puntadas a la pobreza que galopa desbocada por muchos países de Europa, la cual parecía estar en buen camino hasta que hace pocos días se conoció que Francia, miembro importante de la OTAN y una de las principales economías el mundo, está al borde de la quiebra, según su propio Primer Ministro.
Me sorprendió ello porque el gobierno del presidente Macron está decidido a invertir el 5% del PBI en armas para, presuntamente, para defenderse de Rusia, cuando esta nación nunca ha demostrado la intención de atacar a Europa, después de Ucrania. Francia no es la única nación que debe hacer la multimillonaria inversión: Trump exigió que todos los miembros de la OTAN debían hacerlo, pues ya Estados Unidos no podía seguir «protegiéndolos». Y buena parte de las armas que se deben adquirir serán compradas al complejo militar de Estados Unidos. Una jugada maravillosa para la economía de ese país. Los europeos han intentado protestar, pero solo queda en pataleos.
La pobreza en Francia y otros países europeos no es nueva, aunque no deja de sorprender. El intercambio de sexo de universitarias por un cuarto para vivir ya dejó de ser escándalo. La prostitución de universitarios, hombres y mujeres, para sobrevivir tampoco ya lo es. Se volvió normal que hasta universitarios deban hacer fila para recibir algunos alimentos diarios.
Ya es casi normal escuchar que muchos trabajadores con sus familias deban dormir en carpas o en sus vehículos, pues hasta dejaron de ser tema en los medios de comunicación, ya que desagradan al público. Ya no solo son sirios, afganos o de otras nacionalidades, que la OTAN invadió y desestabilizó, las que piden limosna o limpian parabrisas en los semáforos: poco a poco alemanes, italianos o franceses les hacen competencia.
La derecha y la extrema derecha están, como siempre lo ha mostrado la historia, aprovechando de esta situación para hacer crecer la fobia contra los extranjeros, señalándolos como los culpables de los males económicos y el desempleo. En estados Unidos, como lo escribí en un artículo anterior, se persiguió y se asesinó a los chinos desde mediados del siglo XIX hasta bien entrado el siglo XX porque le estaban robando el trabajo a los «blancos».
Durante siglos en Europa se persiguió a los judíos por lo mismo, siendo expulsados en varias ocasiones en masa. Hitler no inventó esa persecución. Desde hace siglos se persigue y hasta se mata a los árabes, por idéntico motivo. Los africanos, que vienen a buscar lo que los europeos se les robaron durante siglos, y siguen haciéndolo, son hasta tiroteados en alta mar para evitar que sus barcazas lleguen a las costas europeas.
Hay que parar la migración para que la economía mejore, se dice en la Casa Blanca y se repite en la Unión Europea. Y, ¿Quién va a realizar el trabajo que los migrantes realizan por unas monedas? Sin ellos estas naciones ricas se desploman totalmente, pues sus cimientos no aguantan: están creadas en base al robo, incluido el de brazos humanos.
Robo que empezó cuando salieron los primeros africanos como esclavos hacia las «nuevas tierras», y los europeos colonizaron violentamente a las que eran unas desarrolladas naciones de ese continente. Ni qué decir del robo, en cantidades inimaginables, de los tesoros en América Latina y el Caribe. Sin ese robo, repleto de sangre humana, no hubiera podido haber revolución industrial ni capitalismo. Sin ese robo la mayoría de europeos hubieran desaparecido en el siglo XVI, pues el hambre rondaba cada rincón.
Lo irreal es que ese sistema, basado en el robo y la muerte, ahora está acabando con millones de personas. Lo vemos en las calles de tantísimas ciudades europeas, donde se arruman hasta familias durmiendo en cartones hasta en el terrible invierno. Algunos ejemplos:
- Italia: Casi 60 millones de habitantes. En el 2023 tenía un 22% de pobres o «excluidos sociales». Para el 2024 ya eran 23,3%, o sea casi 14 millones de personas.
- Alemania: Tiene 83 millones de habitantes. La «máquina industrial» de Europa acabó 2024 con un porcentaje de 15,5% de su población en la pobreza, un aumento de 1,1 puntos respecto a 2023, cuando el riesgo de pobreza fue del 14,4%. Son casi 13 millones de personas pobres en el último año y sin esperanza de que esto se revierta.
- Francia: Casi 70 millones de habitantes. Pasó del 14,4% de pobres en 2022 al 15,4% en 2023. Se acaba de anunciar que se llegó al 19% en el 2024. Cifras que son casi las mismas que en Colombia.
- En 2024, España lideró el índice de miseria de Europa, muy por encima de Portugal e Italia. El deterioro económico en ese país también se expresa en indicadores sociales: en 2024, fue el triste líder de la pobreza infantil en la UE, con el 14,7% cerca de un millón de niños viven en situación de miseria económica. Y un 26,5% de la población.
- Los países europeos con más porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social son Rumanía, con un 32%; seguido de Bulgaria, con un 30%; España, con un 27%; y Grecia, con un 26%.
La Unión Europea tiene casi 450 millones de habitantes. De ellos el 21% está en riesgo de pobreza o exclusión social. O sea, una quinta parte. Ningún dirigente habla de invertir en lo social, por el contrario: el cierre de hospitales, de aulas, de recortes a la cultura y educación está en ascenso vertiginoso. Todos, pero todos, hablan de ese 5% del PBI a sacar del bolsillo y las jubilaciones de los ciudadanos, para invertir en armas compradas a Estados Unidos: para protegerse de un fantasma que les obligó a creer el «coco» de Washington.
Y no dejo de preguntarme: ¿En dónde están, en qué son utilizadas esas riquezas faraónicas que la OTAN ha robado en tantos países durante los últimos 30 años?
Fuente: https://venezuela-news.com/en-donde-esta-lo-que-la-otan-ha-robado-por-hernando-calvo-ospina/
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