La cooperación entre países del Sur se presenta como clave en la cumbre de tres días que comenzó este lunes en Nueva York para revisar el compromiso mundial con los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Pero el problema es que en el Sur también hay grandes y pequeños, poderosos y débiles. «Es muy emocionante mirar […]
La cooperación entre países del Sur se presenta como clave en la cumbre de tres días que comenzó este lunes en Nueva York para revisar el compromiso mundial con los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Pero el problema es que en el Sur también hay grandes y pequeños, poderosos y débiles.
«Es muy emocionante mirar la cooperación Sur-Sur en el contexto de lo que está ocurriendo aquí», dijo Olav Kjorven, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Se trata de «un elemento muy importante y deberíamos prestarle más atención, porque puede ayudarnos a acelerar el progreso hacia los Objetivos del Milenio», agregó.
Sin embargo, a algunos les preocupa que esta cooperación pueda reproducir las desigualdades existentes entre los países ricos y pobres, especialmente en las áreas del comercio y la asistencia.
«Hay muchas cosas positivas en torno a ella», pero eso no impide que sea problemática, dijo a IPS el director del capítulo africano de la Red del Tercer Mundo, Yao Graham.
Como dentro del Sur en desarrollo conviven distintos casos, con países menos adelantados como Somalia y Afganistán y potencias emergentes como China e India, preocupa que la cooperación Sur-Sur pueda llevar a la misma clase de políticas de asistencia sujetas a condiciones que muchas naciones pobres condenan.
«Las críticas a India como donante se centran en que impone a su asistencia al exterior las mismas condiciones que se niega a aceptar como país receptor, vinculando su ayuda a la compra de bienes y servicios indios», escribió Himanshu Jha en un informe presentado el día 17 por Social Watch.
La Oficina del Asesor Especial de las Naciones Unidas para África dio a conocer este lunes un reporte que advierte que las interacciones financieras entre los socios de desarrollo del Sur pueden ser potencialmente negativas.
El informe urge a África a adoptar una posición más estratégica y a ejercer un mayor control sobre sus relaciones económicas con sus vecinos del Sur.
«Aunque algunas economías emergentes tienen una estrategia para África, África no tiene una estrategia hacia las economías emergentes», señala el estudio.
En 2007, las actividades comerciales entre los países africanos y otras naciones pobres generaron 148.000 millones de dólares, lo que implicó multiplicar por más de 16 lo facturado en 1990.
Aunque las ganancias para los gobiernos africanos han aumentado a consecuencia de estas relaciones, el informe también muestra que el sector manufacturero y de la construcción se han visto perjudicados por abrir sus mercados a sus socios del Sur.
De hecho, el proyecto de documento final que emanará de la Cumbre Mundial sobre los Objetivos de desarrollo del Milenio se compromete a «ayudar a fortalecer y potenciar la capacidad comercial y la competitividad internacional de los países en desarrollo para garantizar beneficios equitativos a partir de mayores oportunidades comerciales, e impulsar el crecimiento económico».
Sin embargo, el documento también reconoce la importancia de la cooperación Sur-Sur, que se menciona seis veces.
«Enfatizamos que la cooperación Sur-Sur no es un sustituto, sino más bien un complemento, de la cooperación Norte-Sur», agrega.
Los Objetivos del Milenio, definidos en 2000 por la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), incluyen reducir a la mitad la proporción de personas que padecen pobreza y hambre (en relación a 1990), garantizar la educación primaria universal, promover la igualdad de género y reducir la mortalidad infantil y la materna.
Y también combatir el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), el paludismo y otras enfermedades, asegurar la sustentabilidad ambiental y fomentar una asociación mundial para el desarrollo, todo esto con 2015 como fecha límite.
Un informe difundido el 16 de este mes por el Grupo de Tareas sobre el Desfase en el Logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio se centra en el impacto de la crisis económica sobre la asistencia oficial al desarrollo.
Los líderes mundiales se comprometieron en 1970 a asignar 0,7 por ciento de su producto interno bruto (PIB) al desarrollo, pero actualmente ese porcentaje es de apenas 0,33.
El informe muestra que las crisis financieras han contribuido con el no cumplimiento de los compromisos de asistencia, para los cuales este año faltan 20.000 millones de dólares.
Por lo tanto, y pese a representar una pequeña porción de toda la asistencia oficial al desarrollo, la ayuda del Comité de Asistencia para el Desarrollo y de los donantes de los países pobres es cada vez más importante, señala.
En 2008, los países pobres y emergentes aportaron 10.000 millones de dólares en asistencia. Se cree que esa cifra aumentó en 2009 y se espera que llegue a unos 15.000 millones de dólares para este año.
Estas estimaciones son parciales, dado que sólo representan el dinero de países que reportan sus actividades de asistencia ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que recopila estas cifras. China, India y Venezuela, por ejemplo, no reportan sus esfuerzos de asistencia ante esa entidad, pero también son consideradas donantes importantes.
Pero la cooperación Sur-Sur «se trata de mucho más que transferencias financieras», explicó Kjorven.
«Se trata de compartir conocimientos y experiencia… La crisis económica mostró que buena parte de la innovación real que tiene lugar en el mundo para hacer frente a la crisis ocurre en los países en desarrollo, y llevar la experiencia de éxitos en una parte específica del mundo a otros países en desarrollo es una manera muy efectiva y redituable de lograr avances en los Objetivos del Milenio», sostuvo.
Fuente: http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=96471