El conflicto estudiantil en la provincia Canadiense de Quebec contra el aumento de las matrículas parecía estar entrando en una impasse tras el rechazo masivo de los estudiantes a las negociaciones con el gobierno y la posterior renuncia de la ministra de Educación Line Beauchamp. La renuncia de Beauchamp, luego del fracaso de las negociaciones […]
El conflicto estudiantil en la provincia Canadiense de Quebec contra el aumento de las matrículas parecía estar entrando en una impasse tras el rechazo masivo de los estudiantes a las negociaciones con el gobierno y la posterior renuncia de la ministra de Educación Line Beauchamp.
La renuncia de Beauchamp, luego del fracaso de las negociaciones y el aumento de las movilizaciones callejeras, fue seguida por la asunción como nueva ministra de Educación de Michlelle Couchesne, mano derecha del Primer Ministro Charest, que ya había ocupado ese cargo unos años antes mostrando su política de ajustes en la educación y oposición a las huelgas. El nombramiento de Couchesne vino a reforzar la política de represión y persecuciones a los estudiantes en huelga que se viene desarrollando en las últimas semanas pero que se agudizó en los últimos días.
Si bien al principio parecía que Couchesne solo iba a hacer una maniobra para suspender el trimestre en universidades y terciarios, y de esa manera intentar quitar sustento al movimiento separando al activismo y los manifestantes de los centros educativos (y su base de reunión), la verdad es que desde el gobierno se inició un giro represivo contra los estudiantes. Este giro se vio coronado el viernes pasado con la aprobación de la ley especial 78 que judicializa la protesta educativa poniendo multas a quienes convoquen a movilizaciones, generalizando los arrestos, prohibiendo participar de las marchas con el rostro cubierto e imponiendo la obligación de informar a la policía, con ocho horas de anticipación, la realización y la ruta de cualquier manifestación en la que participen 50 personas o más.
28 noches de descontento
Ayer se cumplió la jornada número 28 de protestas nocturnas que se vienen incrementando en número de manifestantes y enfrentamientos con la policía. Las marchas nocturnas que se iniciaron como una forma más de protesta se radicalizaron en los últimos días contra la aprobación de la ley 78 que al restringir las protestas permite a la policía establecer un virtual «toque de queda» reprimiendo y encarcelando manifestantes. Es por eso que la violencia policial se incrementó los últimos días con 69 presos en la marcha del sábado (que terminó con enfrentamientos callejeros hasta las 2 de la madrugada) y 300 arrestos en la movilización nocturna del domingo.
Como señala una de las crónicas de la marcha del domingo: «manifestantes y policías comenzaron un interminable juego del gato y el ratón en las calles del Quartier Latin. A penas eran dispersados, los grupos se reunían y comenzaban a marchar. Las personas que se encontraban en las terrazas las veían pasar con temor o curiosidad. Algunos los abucheaban y otros mostraban su apoyo. Pequeños grupos se mantuvieron en las calles hasta pasadas las 2:30 am (…) Los dos campos se fueron formados en varias oportunidades en las esquinas de la calle St-Denis y Ontario, donde se formaron barricadas gracias a un material de construcción que había disponible. Los manifestantes lanzaron piedras y botellas por largo rato. Los policías por su parte, realizaron arrestos masivos que dieron lugar a 275 interpelaciones. Otras 30 personas fueron detenidas de forma individual. Como el sábado, el escuadrón antidisturbios de la Sûreté du Québec hizo temer a varios manifestantes». (http://noticiasmontreal.com/)
La ley aprobada por el gobierno de Charest que pretende apostar a la represión para acabar con el movimiento le podría estar jugando en contra, como ya lo demuestran la intensificación de los enfrentamientos de las marchas nocturnas y la publicación de encuestas que señalan que más del 50% de la población rechaza la ley 78 por considerarla «muy severa» e ineficaz para dar «una solución al conflicto estudiantil». Es decir que la vía represiva de Charest en realidad podría dar lugar a una vigorización (e incluso una radicalización) del movimiento y una renovada solidaridad por parte de otros sectores con los que han venido luchando juntos en estos meses.
100 días de huelga y una «marea humana» en las calles de Montreal
Hoy (22/5) una gran movilización, que según los medios llegaba a los 250.000 manifestantes, inundó las calles de Montreal al cumplirse los 100 días de huelga estudiantil. Esta manifestación estaba convocada por las tres principales asociaciones estudiantiles (la FEUQ, la FECQ y la CLASSE), y es apoyada por las principales centrales sindicales y movimientos sociales y comunitarios. Esta sería la tercer gran movilización luego de las marzo y abril que llegaron a reunir entre 250.000 y 300.000 personas.
La CLASSE había anunciado ayer que no iba a reconocer la ley 78 y por lo tanto no iba a anunciar el recorrido de su marcha a la policía como un gesto de «desobediencia» y también está convocando asambleas para el fin de semana en las que se discuta la forma de «reconducir» el conflicto durante el verano.
La brutal represión del gobierno de Charest, la ley de emergencia y las maniobras para no retroceder en el aumento de las matrículas debe ser enfrentada con la mayor unidad en las calles con los trabajadores, jóvenes y pueblos originarios como se ha venido realizando en distintos momentos de la lucha durante los últimos 100 días. La multitudinaria movilización del día de hoy es una muestra de que es posible. De esta forma en las próximas semanas quizás podamos ver como de la «primavera del maple» se pasa a lo que algunos analistas están empezando a llamar «el verano caliente» de Quebec.
Fuente: http://sordoruido.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.