Cuando Cuba asumió la presidencia del Movimiento de No Alineados (Noal) en 1979, Occidente acusó a la coalición de carecer de legitimidad debido a los vínculos de La Habana con la Unión Soviética. Desde entonces, las potencias occidentales y algunos de sus principales medios de comunicación se refieren al Noal como el «así llamado Movimiento […]
Cuando Cuba asumió la presidencia del Movimiento de No Alineados (Noal) en 1979, Occidente acusó a la coalición de carecer de legitimidad debido a los vínculos de La Habana con la Unión Soviética.
Desde entonces, las potencias occidentales y algunos de sus principales medios de comunicación se refieren al Noal como el «así llamado Movimiento de No Alineados», aun cuando la presidencia de Cuba terminó en 1983.
Irán asumirá la presidencia del grupo a fines de este mes, por primera vez en la historia de este grupo de 120 miembros, y es muy probable que Occidente reaccione de la misma manera.
Israel, que amenazó con atacar unilateralmente a Irán, país al que acusa de desarrollar armas de destrucción masiva, instó al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, a no participar de la próxima cumbre del Noal, que se realizará en Teherán entre el 26 y el 31 de este mes.
El periódico israelí Haaretz informó la semana pasada que el primer ministro de ese país, Benjamín Netanyahu, le había pedido personalmente a Ban que no acudiera a la cumbre del Noal, señalando que el gobierno de Irán es «un régimen que representa el mayor peligro para la paz mundial».
Pero Ernest Corea, exembajador de Sri Lanka en Estados Unidos y autor del libro «Non Alignment: The Dynamics of a Movement» («No alineamiento: la dinámica de un movimiento»), dijo a IPS que si Ban asiste a la cumbre en Teherán, «establecerá un precedente y reafirmará los lazos entre la ONU y el Noal».
Por supuesto, debe asistir al encuentro, opinó Corea, pero debería abstenerse de realizar conversaciones bilaterales con los líderes iraníes en asuntos clave que están bajo el ámbito del Consejo de Seguridad, a menos que este órgano se lo autorice.
En un editorial titulado «El jefe de la ONU debe boicotear la conferencia en Teherán», el periódico estadounidense The Washington Post sostuvo el miércoles que «la conferencia promete ser un festival de resistencia a Estados Unidos, al Consejo de Seguridad y a Israel».
El diario especuló que Ban procuraría persuadir a Irán de suspender su programa de desarrollo nuclear. «Eso implica la idea de que el líder de la ONU tiene más influencia que cualquier otro que lo haya intentado antes. Se nos ha dicho que el señor Ban cree que se trata de un momento crucial para un último esfuerzo diplomático. Pero no parece ni remotamente que vaya a tener éxito», sostuvo The Washington Post.
Si la preocupación es el programa atómico de Irán, dijo un diplomático árabe a IPS, «¿por qué Occidente sigue evitando diplomáticamente el tema de por qué Israel puede tener armas nucleares pero Irán no?»
Teherán insiste en que el único objetivo de su programa es atender sus crecientes necesidades energéticas y no la fabricación de armas de destrucción masiva.
Chakravarthi Raghavan, periodista que ha cubierto temas de la ONU en Nueva York y en Ginebra por décadas, dijo a IPS que, le guste o no a Occidente, el Noal representa al mayor grupo de naciones y miembros del foro mundial. «Cualquiera sean las opiniones y políticas del país anfitrión, sería una tontería que la Secretaría de la ONU no fuera allí para presentar la visión del foro mundial y que actuara como un defensor de los intereses de Estados Unidos e Israel, o de los grupos proisraelíes» en Washington, dijo Raghavan, quien ha asistido a las cumbres del Noal desde que surgió. Añadió que Ban era «solamente el jefe de la Secretaría de las Naciones Unidas, de acuerdo con la Carta de la ONU, aunque U Thant (ex secretario general) haya dicho en una conferencia de prensa en los años 60 que el jefe del foro mundial también actuaba como conciencia de la humanidad».
Consultado si Ban pensaba asistir a la cumbre, su portavoz adjunto, Eduardo del Buey, declaró la semana pasada: «No tenemos ningún viaje que anunciar. Cuando el secretario general tenga algo que anunciar, lo hará».
Presionado por la prensa el miércoles, añadió: «Los medios están llenos de informes… No vamos a comentar ningún viaje. Puedo seguir repitiendo esto, si quieren. Lo he venido haciendo en los últimos días».
En una declaración el lunes 13, la Liga Antidifamación, un fuerte grupo de presión proisraelí, instó a Ban a «dejar en claro que no tiene intenciones de viajar a Irán a fines de este mes».
En una carta al secretario general, la Liga señaló: «Su presencia en la capital iraní esta vez será contraproducente a los esfuerzos de la comunidad internacional para hacer que Irán cumpla con sus obligaciones bajo el Tratado de No Proliferación Nuclear y abandone sus ambiciones atómicas».
La organización no ha recibido aun una respuesta de Ban.
El Noal, creado en 1961, fue presidido por 12 países del Sur en desarrollo, incluyendo a Argelia, India, Indonesia, Malasia, Sri Lanka, Sudáfrica, la ex Yugoslavia y Zimbabwe. Egipto entregará la actual presidencia a Irán en la reunión de Teherán.
Corea dijo a IPS que el no alineamiento en la Guerra Fría ya era una opción en política exterior antes del nacimiento del Noal.
Como una vez explicó Jawaharlal Nehru, primer ministro de India entre 1947 y 1967, el no alineamiento es el medio por el cual los nuevos estados independientes pueden controlar su política exterior.
El Noal «es una coalición de países que siguen una política exterior de no alineamiento, o que profesan hacerlo», indicó Corea. Sus principios fundadores siguen intactos y son relevantes en el mundo de hoy: respeto y beneficio mutuo, no agresión, no interferencia y coexistencia pacífica, indicó.
La relevancia del Noal debe ser evaluada considerando cuán seriamente sus miembros aplican estos principios, declaró. «Todos los países que ocupan la presidencia del Noal buscan tener influencia. Algunos lo logran, otros no», dijo Corea.