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FMI contra la pared en Nicaragua

Fuentes: Prensa Latina

La demostrada incapacidad del Fondo Monetario Internacional (FMI) para resolver los problemas de pobreza en Nicaragua, y las recientes críticas del gobierno sandinista mantienen hoy al organismo financiero contra la pared. «Los días quizás no, pero tal vez tenga los años contados», aseguró a Prensa Latina el vicesecretario general del Frente Sandinista de Liberación Nacional […]

La demostrada incapacidad del Fondo Monetario Internacional (FMI) para resolver los problemas de pobreza en Nicaragua, y las recientes críticas del gobierno sandinista mantienen hoy al organismo financiero contra la pared.

«Los días quizás no, pero tal vez tenga los años contados», aseguró a Prensa Latina el vicesecretario general del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Tomás Borge, en alusión a una eventual salida del FMI del país centroamericano.

En opinión del único sobreviviente de los fundadores del FSLN y también diputado del Parlamento unicameral, prescindir de las recetas económicas del organismo internacional traerá consigo la independencia económica y social del país centroamericano.

El FMI, cuya sede está en Washington, nunca fue santo de la devoción del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, pero se puede asegurar que está en «capilla ardiente» desde la semana pasada, a raíz de las críticas vertidas por el líder sandinista.

«Â¿Dónde están las virtudes y beneficios de esas políticas?», preguntó Ortega, en un discurso ante el cuerpo diplomático acreditado en Managua.

El jefe de Estado, quien asumió el cargo el 10 de enero pasado, recordó que Nicaragua está entre los países más pobres de América Latina y del mundo, pese a haber cumplido fielmente las condiciones impuestas por el FMI durante los últimos 16 años.

Estamos heredando un país que se encuentra en postración total, recalcó el mandatario, tras enumerar los espeluznantes niveles de pobreza, desempleo y miseria que exhibe la nación centroamericana.

Pero lo que hizo realmente temblar las rodillas al FMI fue el anuncio hecho por Ortega de que su gobierno va a valorar seriamente si tiene sentido seguir aplicando esas políticas.

«Porque si al cabo de 16 años esa política nos dice que no ha dado los resultados esperados (…) Âíhay que provocar algunos cambios!», advirtió el presidente nicaragüense, quien anunció, sin embargo, que de todas formas negociará el próximo programa económico con el FMI.

El futuro acuerdo, no obstante, priorizará los temas sociales y las vertientes que realmente conduzcan a combatir la pobreza, advirtió.

Pero las críticas al FMI no se limitan solamente a los círculos cercanos al FSLN o al gobierno de Ortega.

En opinión del economista independiente Néstor Avendaño, el Fondo nunca ha honrado el nombre de su programa en el caso de Nicaragua: Programa del crecimiento económico y de reducción de la pobreza.

En términos similares se manifiesta Adolfo José Acevedo, otro experto también alejado de posiciones oficialistas.

El FMI no solo impulsa políticas restrictivas que tienden a deprimir la actividad económica y el empleo, sino que subordina todo lo demás al objetivo de asegurar, al costo que sea, el pago de la deuda pública de los países en desarrollo, afirma Acevedo.

La fecha de las negociaciones aún no ha sido fijada, pero el gobierno sandinista trabaja arduamente en la preparación de su propuesta.

El jefe negociador por la parte nicaragüense será el nuevo presidente del Banco Central, Antenor Rosales, quien recientemente confesó al semanario Confidencial que se sentirá «muy feliz» el día que su país pueda prescindir del FMI.