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FSM Madrid 2010: sembrando alternativas, alimentando esperanzas

Fuentes: Rebelión

Estos 4 días de enero ya son parte de nuestra particular memoria generacional. Esa memoria que empezamos a escribir en las calles de Niza hace ya 10 años con los ojos ardiendo por el gas picante que tiraba la policía francesa. Que continuamos en Génova al año siguiente, con el sonido que aún algunas noches […]

Estos 4 días de enero ya son parte de nuestra particular memoria generacional. Esa memoria que empezamos a escribir en las calles de Niza hace ya 10 años con los ojos ardiendo por el gas picante que tiraba la policía francesa. Que continuamos en Génova al año siguiente, con el sonido que aún algunas noches recuerdo de las sirenas de coches de policía y ambulancias intentando cercar la desodebiencia organizada que nos llevó a ocupar la ciudad y en donde asesinaron al compañero Carlo Giuliani. Esa memoria que guarda un recuerdo indeleble de las sesiones del Foro Social Europeo de Florencia en 2002, donde empezamos a entender que el internacionalismo era mucho más que una consigna. También de la manifestación antiguerra del 15 de febrero de 2003, convocada en el Foro de Florencia, que ha sido la más multitudinaria a la que hayamos asistido nunca. La memoria se interrumpe abruptamente durante unos cuantos años, en los que el movimiento antigloblalización entra en crisis, pero su mensaje se mantiene: este no es el mejor sistema posible y hay que luchar para cambiarlo. Y el nexo se recupera en el 2008, cuando unas pocas organizaciones deciden lanzar la propuesta de organizar un nodo local del Foro Social Mundial descentralizado de ese año. El éxito inesperado demostró lo evidente: Madrid necesitaba un lugar de encuentro y reflexión de los movimientos críticos. La continuidad mantenida al año siguiente en la celebración del Foro y la decisión tomada por la Asamblea de Movimientos Sociales de iniciar un proceso de articulación entre distintos colectivos fueron aciertos notables. Aquí radica la principal diferencia entre el proceso del Foro en Catalunya1 y el que hemos desarrollado en Madrid y es la principal causa de su éxito y de sus perspectivas de continuidad. En Catalunya han celebrado dos Foros, en 2008 y 2010, con una asistencia importante, pero la Asamblea de Movimientos allí ha tenido poca continuidad y eso se nota tanto en el trabajo preparatorio previo como en las posibilidades de acción conjunta posterior.

Foro 2010: el evento sigue superando al proceso

El Foro Social Mundial en Madrid de 2010 ha sido el más concurrido de los tres celebrados hasta ahora. Junto con los tradicionales talleres este año había una novedad: 7 espacios de encuentro sobre diferentes temáticas ( Madrid, Europa, Feminismo, Ecología, Inmigración, Crisis Global y Comunicación) para discutir sobre campañas e iniciativas de movilización concretas. El objetivo de estas reuniones era darle al Foro un sentido de continuidad y de convertirse en dinamizador de campañas. Aunque no todos los espacios consiguieron presentar alguna iniciativa, otros como el de Madrid o el de Ecología han propuesto o la creación de una Plataforma para luchar por otro Madrid o la celebración de unas Jornadas sobre el Cambio Climático para el mes de marzo organizadas por la Asamblea de Movimientos Sociales (AMS). Estimamos que por el Foro han podido pasar durante los 4 días unas 3000 personas. En la Asamblea de Movimientos del domingo, no obstante, estuvieron unas 150 personas. Es decir, el desfase entre la gente que acude al Foro para escuchar algún taller es muy grande aún con aquellos/as dispuestos/as a implicarse en actividades militantes. Esta es una de las tareas prioritarias de la AMS: convencer a toda la gente que se acerca al Foro de que merece la pena seguir trabajando durante todo el año en campañas comunes.

Talleres para actuar y para reflexionar

Dentro de los talleres del Foro me gustaría centrarme en el análisis de dos de ellos: el referente a la destrucción de Madrid y el que trató sobre la relación entre partidos y movimientos.

En el primero, que coordiné, sirvió para conocer el estupendo trabajo que han hecho las compañeras y compañeros del Observatorio Metropolitano en su «Manifiesto por Madrid», breve pero descarnado relato del Madrid Global que han edificado los de arriba para machacar a los de abajo. En este contexto tan negativo, aparecen algunas resistencias en lugares como la Cañada Real (el «Haití de Madrid» como lo bautizaron en otro taller sobre la inmigración en esta depauperada zona) o en barrios como Carabanchel Alto y Hortaleza. Estos ejemplos demuestran que es posible enfrentarse a las políticas de la derecha desde la calle e, incluso, conseguir algunas victorias, como la que obtuvieron en Hortaleza contra la instalación de una gasolinera de Repsol al lado de un parque. Mientras la izquierda parlamentaria madrileña permanece ausente de toda oposición de calle a las políticas de Aguirre y Gallardón, nuestra única esperanza se centra en reactivar al tejido social, sindical y vecinal y construir espacios de reflexión y acción conjunta de los que no queremos este Madrid especulativo y depredador. La posible creación de una Plataforma por otro Madrid sería un paso muy positivo en esta dirección.

El Taller sobre la relación entre partidos y movimientos fue el más concurrido de todo el Foro, con 180 personas. No pude asistir al mismo, pero he podido contrastar opiniones de distintas personas que sí estuvieron e incluso leer crónicas que solo argumentan desde el prejuicio declarado2. Creo que es interesante hacer una reflexión sobre el objeto mismo del encuentro. El hecho de que fuera el taller más nutrido del Foro ya indica algo: este asunto interesa, tanto a activistas sociales como a militantes políticos. La fórmula empleada para organizar el taller, con el formato de intervenciones de minuto y medio, era poco propicia para la argumentación razonada y favorecía más la consigna y la polémica, lo que provocó más intervenciones del público asistente, por otra parte. Sin embargo, la tesis central de este debate no tengo claro si fue abordada de la manera correcta: ¿las relaciones entre fuerzas políticas de izquierda alternativa y movimientos sociales críticos deben ser funcionales o simbióticas? Yo apuesto por lo segundo, pero entiendo que las desconfianzas de los militantes de movimiento hacia los partidos están justificadas. Por esa razón, las organización políticas de izquierdas que tienen sus lealtades abajo, en los movimientos de base, deben dar ejemplo, trabajar lealmente en ellos, ser transparentes y no adaptarse a las presiones que impone el sistema político actual , sobre todo a través de sus instituciones representativas. Porque ese es el nudo gordiano del asunto: conocer si es posible que exista un partido cuya práctica política ponga siempre por delante los intereses de los/as trabajadores/as y los movimientos sociales frente a las presiones por gestionar el sistema, que inevitablemente, con la actual relación de fuerzas, llevan a la frustración de las aspiraciones de los y las de abajo. Me consta que en el debate surgieron posiciones que iban desde el movimentismo extremo (» los partidos ya no son necesarios») a otras que, desde la izquierda, consideran que » hay que meterse en el barro» de la gestión del poder aquí y ahora, como sucede en América Latina, para procurar mejoras parciales a la clase trabajadora . No entraré a polemizar abiertamente en este escrito sobre estas dos posiciones, que tienen ambas argumentos coherentes, pero creo que resumen bien las dos almas hoy en día mayoritarias tanto en el campo de la izquierda social como en el de la izquierda política. Pero, la aplicación combinada del «pensamiento histórico» con el «pensamiento político»3 nos llevan a concluir que ninguno de estos dos axiomas son válidos para periodos largos. Por el contrario, solo el trabajo a largo plazo, movido siempre por esa «lenta impaciencia» de la que hablaba nuestro añorado Bensaid podrá ayudar a encontrar un tercer paradigma: el de un partido que se funda con los movimientos y con la clase obrera y que sea tan leal a ellos como lo son las instituciones y los partidos de la derecha a la clase dominante.

La memoria de este periodo comenzó en Niza con los ojos llorosos por el gas. 10 años después, se mantiene viva porque estamos sembrando las alternativas del futuro y alimentando las esperanzas del presente. El Foro Social Mundial en Madrid de 2010 ha sido un terreno fértil.

Notas:

[1] Ver artículo de Esther Vivas en http://www.anticapitalistas.org/node/4807

[2] http://www.kaosenlared.net/noticia/hegel-comeflores-foro-social-mundial-madrid-descentralizado

[3] ver Bensaid, » Tomar Partido» http://www.vientosur.info/articulosweb/noticia/?x=2740

 

* El autor es militante de Izquierda Anticapitalista.

Rebelión ha publicado este artículo con permiso del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.