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César Chávez y Martin Luther King

¿Fue (¿es?) un sueño la coalición de afro-estadounidenses y latinos?

Fuentes: Rebelión

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

A principios de 1968 la filosofía de la no-violencia se hundía bajo un tsunami de derramamiento de sangre y muerte. El verano anterior, habían estallado disturbios en grandes centros urbanos en todo EE.UU. En Detroit, donde tuvo lugar la peor violencia, murieron cuarenta y tres personas. La Ofensiva del Tet dejó su marcha en el mes de febrero y terminó con 2.259 soldados estadounidenses y miles más de vietnamitas muertos. Desde fines de febrero, los marines estadounidenses habían estado bajo sitio en Khe Sanh por soldados regulares norvietnamitas en lo que llegaría a ser la batalla más prolongada de la guerra de EE.UU. en el Sudeste Asiático.

En los viñedos de California, la huelga de dos años y medios de trabajadores filipinos, mexicanos y mexicanos estadounidenses estaba bajo ataque de granjeros corporativos y sus aliados. La violencia dirigida contra los piquetes había generado propuestas de represalias entre los huelguistas. A fin de volver a comprometer a su organización con la filosofía de la no-violencia, el organizador sindical de cuarenta años de edad, inició el 15 de febrero lo que se convertiría en una huelga de hambre de 25 días. Reflexionando sobre su filosofía unos pocos años después, Chávez dijo a un entrevistador: «En la historia se han logrado algunos grandes éxitos no-violentos… El ejemplo más reciente es el de Gandhi. Para mí es el más hermoso… Es fantástico cómo logró que tanta gente hiciera cosas, lo que representa toda la esencia de la acción no-violenta.» 1

En el lugar en el que el río Mississippi abandona Tennessee, trabajadores del aseo organizados por la Federación Estadounidense de Empleados Estatales, Distritales y Municipales (AFSCME, por sus siglas en inglés) del Local 1733, abandonaron sus labores en Memphis el 12 de febrero cuando los supervisores utilizaron la inclemencia del tiempo como excusa para enviar a casa sin paga a los trabajadores afro-estadounidenses, pero mantuvieron a los empleados no-negros trabajando con paga completa. El día siguiente y de nuevo dos semanas después, la policía atacó marchas pacíficas en apoyo a los huelguistas. Los miembros del sindicato adoptaron la consigna: «Soy un hombre» y el reverendo James Lawson basado en Memphis, quien se había entrenado en India en la filosofía no-violenta de Gandhi, llegó a ser presidente del comité de huelga. Pidió a su antiguo amigo, el reverendo Martin Luther King Jr., de 39 años, que fuera a Memphis a apoyar la huelga. 2

En el ojo de esa violenta tormenta en marzo de 1968 iban dos hombres que hoy son reconocidos como lo más famosos practicantes estadounidenses de la no-violencia gandhiana. Los dos lucharon por adherirse a la filosofía de la desobediencia civil no-violenta dentro de la turbulencia del clímax de movilizaciones de masas profundamente arraigadas en las historias y tradiciones particulares de dos comunidades dispares. César Chávez y Martin Luther King nunca se encontraron y probablemente nunca se comunicaron si no fuera por telegrama. En retrospectiva, su unión parece haber sido la máxima alianza entre negros y morenos. Pero en marzo de 1968, las condiciones en el terreno no permitieron verlo con tanta claridad.

Mi propósito en este ensayo es menos imaginar lo que podría haber sido que describir las condiciones extremadamente hostiles en las que se movieron ambos hombres. De esta manera, podemos comenzar a agudizar nuestro entendimiento de la filosofía y de las prácticas organizativas de dos movimientos sociales clave de negros y morenos y cómo se traslaparon en una coyuntura crítica en los años sesenta revolucionarios. A fin de desvelar las numerosas razones por las cuales nunca llegó a realizarse una alianza King-Chávez, tenemos que dejar de lado más de cuarenta años de hagiografía y cooptación. En otras palabras, la estatura contemporánea de ambos hombres, como objeto de festivos y sellos de correo, no debiera ser reinsertada en el tiempo si queremos evitar una deformación de los antecedentes históricos. En 1968, ambos hombres eran conocidos pero todavía no beatificados. Más importante es que cada cual estaba profundamente inmerso en un complejo movimiento social en un momento peligroso del desarrollo de ese movimiento; cada cual era consciente de las acciones del otro, pero la compleja serie de contactos y maniobras que es muy probable los hubieran llevado a colaborar recién acababa de comenzar.

El 23 de febrero, el presidente Lyndon Johnson hizo una declaración como respuesta a las recomendaciones recién publicadas por el Comité Inter-Agencias sobre Asuntos Mexicano-Estadounidenses. Concluyó declarando: «Con este informe de progreso y acción, hemos iniciado la ruta hacia la plena oportunidad para mexicano-estadounidenses, puertorriqueños, y otra gente de habla española de nuestro país.» 3 Menos de una semana después, el 1 de marzo, la Comisión Nacional Asesora sobre Desórdenes Civiles, conocida como Comisión Kerner, publicó su informe. Johnson había encargado a la comisión que analizara las causas sociales de los disturbios urbanos que habían tenido lugar en el verano de 1967 y que habían llevado a un total de 84 muertes en todo el país. Entre las conclusiones del informe estaba la declaración: «Es tiempo ahora de volcarse con todo el propósito a sus órdenes a la principal tarea no terminada de esta nación. Es hora de adoptar estrategias para la acción que produzcan un progreso rápido y visible. Es hora de cumplir las promesas de la democracia estadounidense para todos los ciudadanos – urbanos y rurales, blancos y negros, con apellidos españoles, indios estadounidenses, y todos los grupos minoritarios.» 4

El doctor King calificó el Informe Kerner de «advertencia de un médico de la muerte que se aproxima, con una receta para la vida,» y agregó: «el deber de todo estadounidense es administrar el remedio sin consideración por el coste y sin demora.» 5 En contraste con su retórica anterior en la lucha por los derechos civiles el lenguaje del doctor King se hacía ahora cada vez más apocalíptico. En un telegrama enviado al miembro de la Comisión Kerner, Roy Wilkins, escribió: «Mi única esperanza es que el EE.UU. blanco y nuestro gobierno nacional escuchen sus advertencias e implementen sus recomendaciones. Al ignorarlas nos hundiremos inevitablemente en un Apocalipsis racial de pesadilla. Dios quiera que su excelente informe eduque a la nación y la conduzca a la acción antes de que sea demasiado tarde.» 6 Aunque el informe vendió casi tres cuartos de millón de copias en la primera semana de marzo y creó una inquieta ola de optimismo entre los activistas, la elección de Richard Nixon en noviembre y la continuación de la guerra en el Sudeste Asiático significaron que habría un mínimo de seguimiento de alguna de sus recomendaciones políticas. Las relaciones de raza en EE.UU. parecían orientarse hacia un precipicio y lo mismo ocurría con la aventura militar de EE.UU. en Vietnam. Mientras King especulaba sobre el potencial para conflicto racial, el 27 de febrero, la voz más autoritativa en los medios de EE.UU., Walter Cronkite de CBS News, presentó un editorial pronosticando que una victoria militar en Vietnam nunca tendría lugar. 7

Unos pocos días después de la publicación del Informe Kerner, estudiantes mexicano-estadounidenses de secundaria, frustrados por la negativa del consejo escolar de encarar sus reivindicaciones sobre condiciones en las escuelas, salieron de varias escuelas secundarias en East Los Ángeles. La primera fase de los «Blowouts» o huelgas duró del 5 al 8 de marzo y marcó la aceleración de la militancia juvenil en las comunidades mexicano-estadounidenses en todo el Sudoeste. Durante los meses siguientes, estudiantes afro-estadounidenses se unieron a los estudiantes chicanos para emprender protestas no-violentas diseñadas para llamar la atención a las condiciones dilapidadas de sus escuelas, maestros racistas, currículos eurocéntricos, y división del alumnado en grupos que los orientaba hacia capacitación vocacional y las fuerzas armadas y los alejaba de la educación superior. 8 Inspirados por las continuas acciones de César Chávez y de la Unión de Trabajadores Agrícolas de EE.UU. (UFW), muchos de los activistas estudiantiles siguieron adelante para participar en la política contra la guerra y las elecciones. Algunos se unieron a los trabajadores agrícolas, otros se encontraron con Robert Kennedy durante una caravana electoral de marzo organizada por el antiguo organizador chicano Bert Corona de la Asociación Política Mexicano-Estadounidense (MAPA). La caravana de automóviles de Kennedy pasó lentamente por una prolongada sección del condado de Los Ángeles desde Long Beach hasta Compton, pasando por East Los Ángeles, terminando en el centro de Los Ángeles mexicano – La Placita en la calle Olvera donde fue recibido por hordas de partidarios entusiastas.

El 5 de marzo, Martin Luther King envió un telegrama dirigido a «Cesar Chaves [sic], United Farm Workers, P.O. Box 120, Delano, Calif.» «Estoy profundamente conmovido por su coraje al ayunar como su sacrificio personal por la justicia a través de la no-violencia.» King escribió: «su compromiso pasado y presente es un elocuente testimonio del poder constructivo de la acción no-violenta y la impotencia destructiva de la represalia violenta. Usted representa hoy un ejemplo viviente de la tradición gandhiana con su gran fuerza por el progreso social y sus poderes espirituales curativos. Mis colegas y yo le cumplimentamos por su bravura, le saludamos por su trabajo infatigable contra la pobreza y la justicia, y oramos por su salud y su continuo servicio como uno de los hombres destacados de EE.UU. La difícil condición que atraviesa su gente y la nuestra es tan grave que todos necesitamos desesperadamente el inspirador ejemplo y el liderazgo efectivo que usted ha dado.» Diez años después, Chávez recordó: «Me emocionó profundamente que alguien que enfrentaba él mismo una lucha tan tremenda se tomara el tiempo para preocuparse de una lucha que tenía lugar al otro lado del continente.» 9

En retrospectiva, el mensaje de King parecería ser un discreto seguimiento a una invitación a Chávez para que participara en la Campaña de la Gente Pobre programada para el verano. Andrew Young, uno de los asistentes más cercanos de King, había visitado a Chávez en Delano en febrero para entregar la solicitud personal del doctor King. Según Young: «nos sorprendió felizmente la reacción positiva de César Chávez y de los Trabajadores Agrícolas de California.» Aunque Chávez nunca participó personalmente en la Campaña, un representante de la UFW estuvo presente en la reunión de planificación del 14 de marzo en la oficina de King en Atlanta. 10

Chávez dijo posteriormente a un entrevistador que en una ocasión había hablado por teléfono con King pero no hay claridad sobre la oportunidad del llamado y los cercanos a Chávez se preguntan por qué, si en realidad Chávez había recibido un llamado de King, nunca lo había mencionado. 11 LeRoy Chatfield, por ejemplo, cuando le preguntaron sobre el llamado, respondió: «Si me hubiera preguntado directamente, diría que ‘no’, nunca hablaron. No tengo motivos para contradecir a César al respecto, pero expresaría la opinión de que una tal conversación tuvo que tener la naturaleza de un llamado de ‘cortesía’ porque César, que yo sepa, nunca la convirtió en un tópico de conversación o en tema de una reunión. 12

El domingo 10 de marzo, Chávez terminó su ayuno en una misa al aire libre realizado en Delano Memorial Park. El ayuno había comenzado el 15 de febrero cuando Chávez abandonó Filipino Hall y caminó los 5 kilómetros hasta la vieja gasolinera de adobe en Forty Acres. En el tercer de año de la huelga de Delano Grape, un alto sentido de violencia permeaba los campos de California. Habían disparado contra algunos huelguistas o habían sido físicamente amenazados, y había rumores sobre incendios por ellos de cobertizos y de que habían lanzado piedras a rompehuelgas. Chávez esperaba utilizar el ayuno como oportunidad para reflexionar sobre el verdadero significado de la no-violencia y los valores éticos del movimiento de los trabajadores agrícolas. En un anuncio a los miembros del sindicato, señaló que como la nación vivía un período de gran violencia era importante mostrar que ésta es moralmente errónea y contraproducente. Subrayó que lo que quería hacer no era una huelga de hambre porque una huelga sería una forma de coerción y por ello no genuinamente no-violenta. El abogado de la UFW dijo después que en ese momento de la huelga de la uva, cuando habían comenzado a aparecer divisiones internas, la huelga fue «el cemento que mantuvo unido al sindicato.» Otros voluntarios fueron menos optimistas. El ex cura católico John Duggan, por ejemplo, se refirió a la huelga incluso años más tarde como «un espectáculo religioso organizado por propagandistas (por bien intencionados que hayan sido). 13

En la misa para celebrar el fin del ayuno, el padre Mark Day ofició ante clérigos de diferentes fes y denominaciones. Trescientas barras de pan fueron distribuidos a más de 4.000 personas (8.000 según algunos participantes). El pan era pan de semita , el pan redondo con gusto a anís que se decía se basaba en la receta para matzo utilizado por españoles cripto-judíos en el Siglo XVII. Jim Drake del Ministerio Migrante de California leyó una declaración preparada para Chávez por Drake y Chris Hartmire. La declaración incluía la frase: «Somos pobres, pero tenemos algo que los ricos no poseen – nuestros cuerpos y nuestros espíritu y la justicia de nuestra causa.» 14

En un intento por recibir un apoyo más amplio para los trabajadores, Jim Drake, graduado del Occidental College en Los Ángeles y del Union Theological Seminary, utilizó sus contactos con la AFL-CIO para invitar a Robert Kennedy. Un asesor de Kennedy señaló que el apoyo del senador a Chávez en 1966 había causado una ola de mensajes de odio a los rojos y que la reunión con Chávez podría costar votos muy necesarios a Kennedy en la primaria en California si decidiera entrar a la contienda presidencial. «Lo sé,» respondió Kennedy, «pero me gusta

César.» 15 Kennedy había encontrado a Chávez por primera vez en Los Ángeles donde éste estaba organizando campañas de registro de votantes. Se vieron de nuevo el 16 de marzo de 1966, en el primer año de la Huelga de la Uva, cuando Kennedy acompañó a Chávez, Dolores Huerta y a otros a los viñedos Delano, a los piquetes, y a Filipino Hall donde el senador habló a los miembros del sindicato. Entonces Kennedy se sumó a los senadores Harrison Williams de Nueva Jersey y George Murphy de California en la escuela secundaria local para realizar audiencias sobre el trabajo agrícola inmigrante. En una sesión anterior de esas audiencias, Chávez terminó su testimonio con una referencia sesgada a los disturbios de Watts del año anterior, diciendo: «Espero que no tengamos llegar al extremo de la revolución negra y el derramamiento de sangre resultante para demostrar que los trabajadores agrícolas están cansados de la discriminación ocupacional y que estamos listos para nuestra libertad.» Kennedy y Chávez volvieron a encontrarse brevemente a fines de 1967 en un acto de recolección de fondos en el condado Marin, California. 16

El senador Kennedy decidió asistir y voló de un acto en Des Moines, Iowa, a California. Jerry Cohen y Jim Drake recibieron a Kennedy en el aeropuerto y lo condujeron con su asistente de Bakersfield a Delano. Cohen recuerda que el senador parecía nervioso y más adelante Kennedy dijo a Dolores Huerta y Mack Lyons que había visto a un hombre en la multitud que llevaba una pistola. Los miembros del sindicato rodearon a Kennedy en un círculo protector al abandonar el mitin. 17 La declaración oficial de Kennedy entregada a los periodistas decía:

Esta es una ocasión histórica. Hemos venido por respeto a una de las personalidades de nuestro tiempo – César Chávez. Pero también vengo aquí a felicitaros a todos, que estáis empeñados con César en la lucha por la justicia para el trabajador agrícola, y la lucha por la justicia para el estadounidense de habla española… El mundo debe saber que el trabajador agrícola migrante, el mexicano-estadounidense, viene por su propio derecho… Y cuando vuestros hijos y nietos participen en – vayan a la escuela secundaria, y a la universidad, y tengan buenos trabajos con buenos salarios – cuando los veáis, les diréis: «Yo lo hice. Yo estuve ahí, en el punto de dificultad y peligro.» Y aunque podréis estar viejos y cansados de tantos años de trabajo, nadie tendrá más estatura moral que vosotros cuando digáis: «Yo marché con César.»

Cuando estaba a punto de partir, Kennedy subió repentinamente sobre el techo de su coche y comenzó a hablar a los trabajadores agrícolas en un castellano tan desfigurado que muchos de los que aplaudían no tenían la menor idea de lo que estaba diciendo. Según Chávez, Kennedy le miró y dijo: «Estoy asesinando el lenguaje, César ¿verdad?» Chávez sonrió y respondió, «Sí.» Kennedy se fue poco después. 18

La visita de Kennedy aseguró al movimiento de los trabajadores agrícolas el tipo de exposición a escala nacional que había esperado pero con el que nunca había contado. Sólo una cosa podría haber tenido un impacto público aún mayor – la presencia de Martin Luther King. Aunque algunos observadores han planteado si King fue invitado o no a asistir a la manifestación y misa, el confidente de Chávez, LeRoy Chatfield dijo: «No soy consciente de que hayamos considerado invitar a Martin Luther King, Jr. a Delano a celebrar el fin del ayuno. No estoy seguro de que en esos días hayamos visto en el doctor King un futuro personaje festivo nacional sino más bien un dirigente, en competencia y cooperación con muchos otros por hacer progresar la causa de los negros.» 19 No nos sorprendería que Chávez y sus asociados, tan concentrados en los detalles de una prolongada huelga, que en marzo del 68 parecía muy alejada de la victoria, no estuvieran particularmente preocupados del envío de invitaciones a dirigentes de los derechos civiles empeñados en sus propias luchas separadas, aunque relacionadas.

Según uno de sus asesores más cercanos, César había adoptado una posición «cuidadosa, recelosa, y distanciada» hacia King, primordialmente por la fuerte denuncia pública de King de la política del gobierno de Johnson en Vietnam. Aunque Chávez y el resto de la dirigencia de la UFW se oponían a la guerra, sus aliados en la AFL-CIO, Seafarers, y otros sindicatos apoyaban la política de guerra del presidente demócrata. Incluso en 1970, los sindicatos de la construcción pagaron a trabajadores en la Ciudad de Nueva York para que realizaran mítines a favor de la guerra y atacaran a manifestantes contra la guerra. George Meany, jefe de la AFL-CIO era particularmente belicista, y en 1972 se negó a apoyar al candidato contra la guerra George McGovern. Sin embargo, cuando los Teamsters y United Auto Workers se retiraron de la AFL-CIO a mediados de 1969, grandes sectores del trabajo organizado comenzaron lentamente a expresar su oposición a la guerra. 20

En marzo del 68, Chávez no podía arriesgar una dramática ruptura por el tema de Vietnam con los grandes sindicatos que lo apoyaban. Al mismo tiempo, muchos de los trabajadores de la UFW consideraban poco patriótico oponerse a una guerra en la que combatían muchos de sus jóvenes. En una entrevista de 1970, Chávez explicó: «Pensaban que era desleal hacerlo – pienso que no querían la guerra pero era una cuestión de que si se pronunciaban, ‘soy desleal,’ y es algo muy pronunciado con los mexicanos, sabe.» Al mezclarse voluntarios de los campus universitarios con los trabajadores agrícolas, aumentaron las tensiones y los malentendidos relacionados con la guerra y el servicio militar. Chávez dijo a un entrevistador que «algunos de los voluntarios estaban a favor de terminar la guerra de Vietnam por encima de todo, y eso horrorizó a los trabajadores porque pensaron que era antipatriótico.» 21 Ante la naturaleza compleja de su coalición, Chávez adoptó en 1968 un perfil mucho menos público contra la guerra que King.

En la mañana del 14 de marzo en Paschal’s Motor Lodge en Atlanta, King convocó a una reunión de unos ochenta organizadores y dirigentes de organizaciones no-blancas. Anunciada como «Conferencia del Grupo Minoritario» los dirigentes iniciaron la planificación preliminar de la Campaña de la Gente Pobre. A pesar de la oposición de dentro de su propio círculo íntimo respecto a la idea de una coalición de base amplia, King estaba a punto de intentar en el ámbito nacional lo que Chávez construía lentamente en Delano en un contexto local. Varios años antes, Chávez había articulado planes para una amplia movilización de los pobres con sus orígenes en la particularidad militante de los trabajadores agrícolas de California. «Nuestros objetivos tienen que ser más amplios que los objetivos tradicionales de los sindicatos,» había señalado. «Ahora sabemos que debemos construir más que un sindicato. Es un movimiento. Es un movimiento de los pobres.» Para King, la alianza multirracial que intentaba crear marcaría «el día en el que se juntaron los huesos», como en la historia bíblica de Ezekiel.» 22

La Conferencia del Grupo Minoritario reveló quela profundidad del conocimiento que cada grupo tenía de los demás era superficial en el mejor de los casos. El asistente de King, Bernard Lafayette, de 28 años, se esforzó por explicarle las diferencias culturales entre chicanos y puertorriqueños. Bert Corona, sin embargo, recordó que King «siempre mostró una sensibilidad para las necesidades de los mexicanos… Era muy solidario y comprensivo.» King también dejó una impresión particularmente fuerte en Baldemar Velásquez, líder de una organización de trabajadores agrícolas en Ohio. 23 Representantes de grupos mexicano-estadounidenses y de estadounidenses nativos y de mineros pobres blancos del carbón escucharon mientras King describía sus ideas para las acciones planificadas para ese verano en Washington. D.C. Según Reies López Tijerina, King se sentía apremiado por la necesidad de poner en primer lugar los derechos de los estadounidenses nativos. Tijerina dio conferencias a los dirigentes negros sobre la complejidad del Tratado de Guadalupe Hidalgo de 1848 y el tema de los terrenos cedidos por el gobierno. Aunque se habían reunido brevemente en la conferencia de Nueva Política en Chicago el año antes, King no sabía mucho sobre Tijerina. Lo que es más importante, los asesores de King tuvieron que enfrentar el hecho de que el currículo de Tijerina incluía un choque armado con autoridades estatales de Nuevo México; un «tratado de defensa mutua» firmado con militantes estadounidenses nativos y militantes negros radicales que representaban al SNCC [Comité Coordinador Estudiantil No Violento], los Panteras Negros, y la organización US de Ron Karenga, entre otros; y un ardiente discurso en febrero en UCLA en el cual Tijerina prometió cuestionar agresivamente al gobierno federal. 24

El diálogo entre los diferentes movimientos y sus principales dirigentes perdió su principal interlocutor cuando King partió para hacer un discurso previamente programado en Michigan esa noche. Hablando en la escuela primaria en Grosse Point cerca de Detroit, King dijo al público: «En algún momento debemos llegar a ver que el progreso humano nunca se mueve sobre las ruedas de la inevitabilidad, llega mediante los esfuerzos incansables y el trabajo persistente de individuos dedicados que están dispuestos a ser colaboradores de Dios y sin ese duro trabajo el tiempo en sí se convierte en un aliado de las fuerzas primitivas del anquilosamiento social. Y por eso siempre tenemos que ayudarle al tiempo y darnos tiempo que siempre el momento es el adecuado para hacer lo correcto.» 25 Un abucheador en el público gritó «traidor» mientras afuera los miembros en el auditorio de una milicia derechista llamada Breakthrough llevaban letreros que decían «Cuidado – King Snake [Serpiente]» y «¡Que se vaya el Anticristo! Según los que lo llevaron a su hotel después del evento, King estaba visiblemente sobresaltado.

El potencial para violencia ya se sentía dentro del círculo inmediato de Chávez y King. Poco tiempo después de su ayuno, Chávez describió a Dolores Huerta su actitud respecto a las constantes amenazas contra su vida. «Me acabo de decidir que sé lo que va a pasar tarde o temprano,» dijo, «no hay nada que pueda hacer.» 26 Los compañeros de King no estaban menos preocupados de que su líder estuviera resignado ante los peligros que lo rodeaban. Durante una repentina vacación en México con Ralph Abernathy y un pequeño grupo de asesores, King parecía distraído y morboso. Muchos de sus compañeros sintieron que algo o alguien perseguía al líder de los derechos civiles. Ahora sabemos que sus temores estaban bien fundados. Supremacistas blancos y asesinos a sueldo no eran los únicos que rastreaban a King y Chávez. El 6 de marzo, el director del FBI, J. Edgar Hoover, había creado una unidad especial para seguir la pista, y si resultaba necesario sabotear, a todos los participantes potenciales de la Campaña de la Gente Pobre. 27

King estaba ahora totalmente inmerso en una agitada campaña por todo el país para impulsar la Campaña de la Gente Pobre y pronunciarse contra la creciente guerra en Vietnam. El 16 de marzo, habló en Anaheim, California ante la convención del Consejo Demócrata de California. En el insólito espacio del Hotel Disneyland, declaró, «el gobierno es emocionalmente hostil a las necesidades de los pobres» y llamó a que el Partido Demócrata retirara su apoyo al presidente Johnson. 28 Perfectamente consciente de que Bobby Kennedy había visitado Delano la semana antes, King prometió que en el futuro cercano realizaría un viaje informativo por los campos de trabajo de inmigrantes. Sólo podemos imaginar que una reunión con Chávez habría sido el clímax de ese viaje.

El 16 de marzo ocurrieron otros dos eventos decisivos. En la sala de reunión del Viejo Edificio de Oficinas del Senado, Kennedy anunció que buscaría la nominación del Partido Demócrata. «Anuncio hoy mi candidatura a la presidencia de EE.UU… [a fin de] cerrar las brechas que ahora existen entre blancos y negros, entre ricos y pobres, entre jóvenes y viejos,» dijo. A miles de kilómetros de distancia, un pelotón del ejército de EE.UU. ejecutó a entre 200 y 400 civiles desarmados en My Lai 4, un grupo de aldeas en el norte de Sudvietnam. La violencia legalizada e indiscriminada – el fundamento de todas las guerras – se mostró con todas sus contradicciones cuando soldados de EE.UU. cometían asesinatos masivos y otros trataban de impedirlo. Era precisamente el tipo de violencia sin sentido contra la cual Chávez y King habían dedicado sus vidas.

Los dos dirigentes que actualmente son los más identificados como líderes de movimientos sociales «de base racial» también estuvieron profundamente implicados en las luchas laborales de su época. En 1968, el tema de los derechos de los trabajadores se fundía a la perfección con la lucha por igualdad de derechos de las comunidades de color. La categoría de raza se transformaba cada vez más en una categoría intelectual y el principio organizador de la clase racializada. A pesar de la relativa homogeneidad racial y étnica de las comunidades que representaban, King y Chávez no practicaron una estrecha «política de identidad» como se llegó a definir ese término más tarde. En marzo del 68 especialmente, sus agendas se concentraban directamente en las condiciones económicas de sus partidarios así como en su condición racializada. La condición difícil de la mano de obra explotada había sido siempre el centro de atención de César Chávez, quien se consideraba ante todo como organizador sindical. Recién a comienzos de los años setenta reconoció cómo la UFW había influenciado y contribuido a la movilización más amplia de comunidades mexicano-estadounidenses respecto a una amplia gama de temas que iban de la reforma educacional a la guerra en el Sudeste Asiático. El Movimiento Chicano en todas sus variaciones era en su base un movimiento de orgullo étnico o étnico «nacionalista» en la medida en que intentaba movilizar a una comunidad mexicano- estadounidense racializada y políticamente privada de derechos. Mientras a fines de los años sesenta, Chávez todavía se mostraba cauteloso ante los activistas del «Poder Moreno», el crecimiento de la militancia chicana era impensable sin el ejemplo de la lucha de los trabajadores agrícolas. 29

En 1968, el doctor King se había orientado crecientemente hacia un análisis económico de la situación que enfrentaban los afro-estadounidenses. El 18 de febrero, King dijo a sus feligreses en la Iglesia Bautista Ebenezer: «Hasta que la humanidad se eleve por sobre la raza, la clase y las naciones, nos destruiremos mediante el abuso de nuestro propio poder e instrumentos.» En su libro: «Adónde vamos: ¿Caos o comunidad?», publicado el año antes, había escrito: «Los desplazados fluyen hacia ocupaciones que proliferan en los servicios. Estas empresas no están tradicionalmente sindicalizadas y proveen bajas escalas de salarios con horas más largas. Los negros presionados a entrar en esos servicios necesitan protección sindical, y el movimiento sindical necesita su membresía para mantener su fuerza relativa en la sociedad en su conjunto… Para realizar plenamente nuestro rol como negros tenemos que esforzarnos por una representación e influencia realzadas en el movimiento sindical. Nuestros jóvenes tienen que pensar en carreras sindicales con tanta seriedad como los hacen en carreras de negocios y profesiones.» En contraste con las sospechas hacia los sindicatos que había mostrado King al comienzo de su carrera, especialmente los sindicatos que promovían prácticas racistas, King ahora apoyaba a los sindicatos como aliados clave en la lucha. 30

La decisión de emprender repetidas incursiones hacia el entorno combativo que rodeaba a los trabajadores del aseo de Memphis fue el tipo de acción que King tenía que emprender si quería transformar el movimiento por los derechos civiles afro-estadounidense en una coalición pan-étnica de trabajadores y pobres. En «Adónde vamos», había argumentado que «en una sociedad multi-racial ningún grupo puede lograr algo por sí solo. Es un mito si se cree que los irlandeses, italianos y judíos… llegaron al poder mediante el separatismo… Su unidad como grupo siempre fue aumentada al unirse en alianzas con otros grupos como maquinarias políticas y sindicatos.» La huelga de los trabajadores del aseo fusionó temas de raza y clase de modos tan sólidos que no fueron vueltos a ver con tanta claridad hasta las secuencias del Huracán Katrina en 2005.

El 18 de marzo, King viajó a Memphis para hablar ante un mitin de unos 20.000 (el cálculo del FBI es de entre 9.000 y 12.000) en el Templo Obispo Charles Mason. «Estáis exigiendo que esta ciudad respete la dignidad del trabajo,» declaró, «tantas veces pasamos por alto el trabajo y la importancia de los que no tienen puestos profesionales, de los que no están en los así llamados puestos importantes. Pero quisiera deciros esta noche que cada vez que estáis involucrados en trabajo que sirve a la humanidad y que sirve a la edificación de la humanidad, tiene dignidad y tiene valor.» 31 Ese mismo mensaje podría haberse aplicado fácilmente a los trabajadores agrícolas. Ese lenguaje resonó con lo que Chávez había dicho por lo menos desde el comienzo de la Huelga de la Uva en 1965 y lo que articularía de modo muy sucinto un año después de su ayuno en una carta a un cultivador corporativo que se oponía al sindicato. En esa carta, Chávez escribió: «somos hombres y mujeres que han sufrido y aguantado mucho, y no sólo por nuestra lamentable pobreza sino porque nos han mantenido pobres. El color de nuestra piel, el lenguaje de nuestros orígenes culturales y nativos, la falta de educación formal, la exclusión del proceso democrático, la cantidad de nuestros hombres muertos en recientes guerras – todas esas cargas han tratado de desmoralizarnos generación tras generación, para quebrantar nuestro espíritu humano. Pero Dios sabe que no somos bestias de carga, implementos agrícolas, o esclavos alquilados; somos hombres.» 32

En Memphis, el volante que anunció una «Marcha por la justicia y trabajo» reflejó la filosofía de no-violencia gandhiana que marcó las carreras de King y Chávez. «Será una marcha de la dignidad,» declaró King, agregando: «La única fuerza que utilizaremos es la fuerza del alma que es pacífica, afectuosa, valerosa, pero militante.» 33 El 28 de marzo, King marchó con los trabajadores del aseo y sus partidarios. Provocadores comenzaron a romper escaparates y la policía atacó a la multitud con porras, gas lacrimógeno, mace, y tiros. La policía arrestó a doscientas ocho personas y sesenta fueron heridos. La policía mató a tiros a Larry Payne de 16 años. Mientras sus partidarios apartaban rápidamente a King de la violencia, debe haberse preguntado cómo una movilización de masas en Washington D.C. podría posiblemente tener éxito si no lograba evitar la violencia en Memphis. Consideró la posibilidad de iniciar un ayuno como lo habían hecho Gandhi y Chávez. 34

El 31 de marzo, César Chávez celebró sus 41 años en California. King, hablando en la Catedral Nacional en Washington, D.C., reiteró su oposición a la guerra en Vietnam y anunció los planes finales para la Campaña de la Gente Pobre. «Venimos a pedir a EE.UU. que se ajuste a la inmensa nota promisoria que firmó hace años. Y venimos a emprender una dramática acción no-violenta, a llamar la atención sobre el abismo que existe entre la promesa y el cumplimiento; a hacer visible lo invisible,» declaró durante el discurso. En Vietnam, el mes terminó con 1.764 víctimas mortales estadounidenses y miles de muertos vietnamitas. Al concluir un discurso sobre la guerra transmitido por televisión en todo el país, el presidente Johnson hizo el inesperado anuncio de que se retiraría de la contienda electoral porque «Ahora hay división en la casa estadounidense. Hay división entre todos nosotros esta noche. Y al creer en la confianza que se ha depositado en mi persona, como presidente de todo el pueblo, no puedo hacer caso omiso del peligro para el progreso del pueblo de EE.UU… Por lo tanto, pido a todos los estadounidenses, sean cuales sean sus intereses o preocupaciones personales, que se protejan contra la división y todas sus desagradables consecuencias.» 35

Por lo tanto, marzo del 68 terminó con Chávez debilitado por su largo ayuno, King cada vez más abrumado de trabajo y agotado, la continua violencia en el Sudeste Asiática, y la caída de un presidente. El potencial para una poderosa coalición dirigida por César y Martin, los eminentes representantes de sus respectivas comunidades, nunca se realizó. Sólo nos queda imaginar lo que podrían haber logrado en conjunto. Lo que es obvio es que en marzo del 68 los dos hombres iban navegando en las mismas aguas traicioneras de la raza y la clase, la pobreza y la guerra, coaliciones multi-raciales y estrechos nacionalismos étnicos en el barco frágil de la no-violencia militante. Cuarenta años después, ¿cómo podemos comprender mejor la relación Chávez-King?

Al sacar la cuenta del complejo momento de marzo del 68 para comprender mejor sus condiciones de posibilidad, queda claro que ese mes no se compuso de estructuras lineares en las que un líder siguió pasivamente el ejemplo del otro, sino más bien de que ambos hombres seleccionaron independientemente tácticas específicas que serían potencialmente útiles para su causa. Chávez había sido impresionado por el uso del boicot por activistas de los derechos civiles en el Boicot de los Buses de Montgomery. Pero, como uno de los más cercanos asesores de Chávez explicó en una entrevista: «Lo último que quería Chávez era ser considerado como una versión de trabajador agrícola de un Martin Luther King, Jr.» 36 Como lo sugieren los dos telegramas enviados por King a Chávez, King reconoció las afinidades lógicas entre los dos movimientos aunque sólo tenía un conocimiento superficial de las condiciones que enfrentaban los trabajadores agrícolas de California. En breve, las tácticas militantes y no-violentas de ambos dirigentes resultaron de un contexto histórico compartido y de influencias mutuas, no de que un líder copiara al otro.

El concepto erróneo de algunos historiadores de que las acciones de Chávez simplemente imitaban las de King, especialmente respecto a las prácticas religiosas y la iconografía que enmarcaba las acciones de Chávez, revela una ignorancia de la genealogía de las insurgencias mexicanas y mexicano-estadounidenses. En particular, el uso del ayuno, de los peregrinajes, y de la misa católica como instrumentos para movilizar comunidades es un lugar relativamente común en la historia de los movimientos sociales latinoamericanos. Además, como señaló el segundo mensaje de King, Chávez operó plenamente dentro de una segunda tradición – el pacifismo militante inspirado por Gandhi – en el cual King también encontró su inspiración. En efecto, ambos hombres estaban vinculados por agendas que reflejaban críticas sociales y objetivos prácticos correspondientes dentro de un contexto de condiciones análogas, especialmente en comunidades racializadas, ciudadanías de segunda clase, y la explotación de la mano de obra.

Las movilizaciones del trabajador agrícola y del trabajador del aseo de Memphis pusieron en primer plano las luchas sindicales incluso si negaban el rechazo por el capitalismo de EE.UU. de la humanidad básica del trabajador. La consigna «Soy un hombre» capturó la esencia no sólo de la lucha por la igualdad racial sino también por condiciones de trabajo humanas. Como señalara años después Andrew Young: «En todo caso, el movimiento de los derechos civiles hasta 1968, era fundamentalmente un movimiento de clase media… César Chávez y George Wiley tenían movimientos de gente pobre.» 37

La campaña de los trabajadores agrícolas movilizó a los trabajadores alrededor de la demanda de condiciones decentes de trabajo y un rechazo implícito del racismo antimexicano en el Sudoeste; la huelga de Memphis se opuso tanto a la explotación de la mano de obra como al racismo en el Sur. En ambos casos, fue la paradójica combinación de pacifismo militante y la reacción violenta de las autoridades estatales lo que llevó a que grupos agraviados y racializados en los contextos locales se hicieran parte de una cadena serial de movimientos sociales dispares que hoy son conocidos como los años sesenta.

En esa tarde tormentosa del 3 de abril, la noche antes de su muerte, el doctor King dijo a una multitud de pie en Memphis: «La pregunta no es ‘Si me detengo a ayudar a ese hombre necesitado ¿qué me sucederá?’…La pregunta es: ‘Si no me detengo a ayudar a los trabajadores del aseo ¿qué les sucederá a ellos?'» Mientras el discurso que llegó a ser conocido como «He estado en la cumbre de la montaña» ascendió a un crescendo, advirtió: «la nación está enferma. Hay problemas en el país. Confusión por doquier… Ya no es una elección entre violencia y no-violencia en este mundo; es no-violencia o no-existencia.» El día siguiente, King pasó la mañana en reuniones con su equipo y un grupo de activistas negros que cuestionó la efectividad de la no-violencia, hizo un llamado a su madre en Atlanta, durmió una breve siesta, y en la tarde salió al balcón de su motel en camino a una cena con amigos. En California, César Chávez debía hablar en la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en Sacramento. Hacia el fin de la transmisión de noticias de la noche de CBS, Walter Cronkite anunció que King había sido asesinado. Chávez dijo después a un entrevistador: «Martin Luther King definitivamente me influenció, y mucho más después de su muerte. Su espíritu no muere, las ideas permanecen.» 38

 

De ningún modo es claro lo que podría haber producido una alianza King-Chávez. Sería utópico creer que una coalición SCLC-UFW, suponiendo que hubiera sobrevivido la interferencia gubernamental de la Campaña de la Gente Pobre, podría haber aumentado las filas de una movilización a escala nacional dirigida por dos carismáticos seguidores de la no-violencia gandhiana. Después de todo, la juventud negra y chicana comenzaba a moverse hacia una forma confrontacional de nacionalismo étnico más asociada con el temprano Malcolm X. Como dijo genialmente Stokely Carmichael después del asesinato del doctor King: «EE.UU. blanco acaba de matar la no-violencia.» 39 En marzo de 1969, la juventud mexicana estadounidense de todo el Sudoeste se reunió en Denver para declarar los principios del nuevo Movimiento Chicano, mientras los Young Lords puertorriqueños y el Partido de las Panteras Negras aumentaban lentamente el número de sus miembros. Si se suma a este giro que se apartaba de lo que era percibido como pacifismo no efectivo, la intensificación de las operaciones de mantenimiento del orden orientadas a desorganizar a grupos progresistas, y la elección de Richard Nixon con una plataforma de «ley y orden», uno comienza a sentir que una cooperación entre King y Chávez se hubiera perdido en una tormenta de organizaciones e intereses centrífugos.

A mediados de los años setenta, como acabamos de conocer, una seria disensión interna producida por cambios en el estilo de liderazgo de Chávez debilitó a los Trabajadores Agrícolas Unidos. 40 El sueño de un movimiento de liberación negro/moreno unificado que cubriera toda la nación y lanzara una fuerte crítica del orden económico fue (¿es?) probablemente siempre un sueño.

El presidente Johnson había pasado el 4 de abril de 1968 en la Catedral St. Patrick en la Ciudad de Nueva York con su hija Luci y 5.000 personas que se habían reunido para la inauguración de Terence Cooke como arzobispo de Nueva York. Más tarde en esa noche en la Casa Blanca, supo de la muerte de King y preparó apresuradamente un discurso a la nación. «EE.UU. está horrorizado y entristecido por el brutal asesinato esta noche del doctor Martin Luther King,» dijo. «Pido a cada ciudadano que rechace la ciega violencia que ha atacado al doctor King, quien vivió por la no-violencia.» El día siguiente, en una reunión con dirigentes de los derechos civiles, Johnson dijo: «Si yo fuera un muchacho en Harlem, sé lo que estaría pensando ahora mismo. Estaría pensando que los blancos han declarado la guerra a muerte a mi gente, y que nos van a atacar a uno tras el otro a menos que consiga un arma y los ataque antes a ellos.» 41

En Indianápolis en su gira electoral, Bobby Kennedy anunció la muerte de King y dijo a la audiencia de mayoría afro-estadounidense: «Podemos tener éxito en este país. Tendremos tiempos difíciles; hemos tenido tiempos difíciles en el pasado; tendremos tiempos difíciles en el futuro. No es el fin de la violencia; no es el fin de la ilegalidad; no es el fin del desorden.» 42 Dentro de días, disturbios habían estallado en todo el país y tropas de la Guardia Nacional patrullaban las calles alrededor de la Casa Blanca. Menos de dos meses después, la nación supo que ciertamente ese momento no representaba «el fin de la violencia» cuando pistoleros asesinaron a Kennedy en la cocina del Hotel Ambassador en Los Ángeles.

El 8 de abril en Memphis, Coretta Scott King se unió a manifestantes en la manifestación que King esperaba encabezar. Entre los participantes hubo una delegación del sindicato Trabajadores Agrícolas Unidos que incluía a Dolores Huerta, Frances Ryan, y a otros voluntarios del comité de boicot de la UFW de la Ciudad de Nueva York. Ryan recordó que «había estado siguiendo de cerca las recientes acciones de Martin Luther King porque estaba ayudando a otro sindicato, el de los trabajadores del aseo, en Memphis. King fue asesinado justo antes de una gran marcha de los trabajadores del aseo. El Consejo Sindical de Nueva York pagó un avión chárter para enviar a partidarios a la marcha que King debía haber encabezado. De modo que nuestro grupo de trabajadores agrícolas de Nueva York voló a Memphis y fue bien recibido esa noche por varias iglesias afro-estadounidenses, donde hablamos sobre los esfuerzos de organización de la UFW ante multitudes de pie. En el gran día de la marcha, nos unimos a miles en las calles. Fue verdaderamente intimidatorio marchar ante los inmensos vehículos blindados de transporte de personal alineados por la ruta. Cerca de ahí, los miembros de la Guardia Nacional parecían jóvenes y atemorizados. Una vez más, Dolores Huerta animó mi espíritu cuando más lo necesitaba. Había llevado una gran bandera que decía «Huelga» y nos alistó para que la mantuviéramos desplegada y saliera bien en la televisión.» 43

El 9 de abril, King fue enterrado en Atlanta. Entre los asistentes estaban Reies López Tijerina, Corky Gonzales, Stokely Carmichael, Bobby Kennedy, Richard Nixon, y el vicepresidente Hubert Humphrey. Después que la procesión posterior al funeral llegó a Morehouse College, su presidente Benjamin Mays dijo de King: «Él probablemente diría que, si la muerte tenía que llegar, estoy seguro de que no existe una mejor causa para morir que la lucha por un salario justo para los recolectores de basura.» 44 La edición del 15 de abril del periódico de los Trabajadores Agrícolas Unidos, El Malcriado , mostró un dibujo del doctor King frente a los trabajadores del aseo de Memphis con sus letreros «Yo soy un hombre» y la leyenda «Asesinado mientras ayudaba a organizar a los trabajadores.» Dentro del periódico esta el texto del discurso de King en 1963 «Tengo un sueño», el telegrama que King envió a Chávez en 1968, y el telegrama que Chávez envió a Coretta Scott King después del asesinato del doctor King. «Debemos tanto al doctor Martin Luther King que sólo las palabras no pueden expresar nuestra gratitud,» escribió Chávez, «su no-violencia fue la de la acción – no de una acción contemplativa.» 45 En el artículo intitulado «Quién mató a King,» el autor argumentó que no fue un demente solitario quien había actuado solo sino evidentemente un agente del racismo estadounidense. «Actuó por cada miembro del Congreso que haya permitido alguna vez que esta nación limite los derechos naturales de un hombre por ser pobre o negro o moreno. Actuó por todo empleador que alguna vez extrajo un centavo de beneficio de la explotación de diferencias de grupo entre los hombres,» señaló el autor. 46 Chávez, todavía debilitado por su ayuno y sufriente de diversas dolencias físicas incluso mientras asistía a los detalles diarios de la dirección de una huelga sindical, no viajó a Atlanta al funeral de King o a Washington, D.C., a la Campaña de la Gente Pobre, a pesar de varias súplicas de Ralph Abernathy y otros. 47

El 4 de junio comenzó a delinearse la primaria presidencial en California como una batalla decisiva en la lucha por la candidatura del Partido Demócrata. Eugene McCarthy y Robert Kennedy compitieron por el voto contra la guerra contra el vicepresidente Hubert Humphrey. Antes de su muerte, King se había mostrado evasivo sobre su preferencia, pero Chávez y los trabajadores agrícolas llamaron a detener temporalmente todas las actividades huelguísticas y comenzaron a movilizarse a favor de Kennedy. El asesor de Kennedy, Frank Mankiewicz, se sorprendió ante la intensidad y la efectividad del impulso del sindicato por llevar a votar. «Nuestra participación fue tremenda,» señaló, «estábamos consiguiendo participaciones de entre 90 y 95%. Y en algunas áreas mexicanas tuvimos participaciones de un 100% a las 4 o 5 de la tarde. Quiero decir que los muchachos de Chávez iban a los recintos y decían: ‘César Chávez dice que hoy es el día para votar por Robert Kennedy,’ ésa era la línea. Y a las 4 y 5 de la tarde llamaban y decían tuvimos una participación de 100%. ¡No lo podíamos creer!» 48

En realidad no se trataba de que Chávez se impusiera a los votantes mexicano-estadounidenses sino de que el sindicato gozaba de un apoyo tremendo en los barrios. El propio Chávez recuerda el esfuerzo como sigue: «Solíamos decir: ‘soy de Delano con los trabajadores agrícolas.’ ‘¡Oh, los trabajadores agrícolas!»‘Así mismo. ‘Sí,’ en español. Y decíamos: ‘Vamos a pedirle que vote por Kennedy,’ ‘Oh, maravilloso. Seguro. Seguro.'» 49 Al terminar el día, Kennedy había ganado por poco la primaria con un 46% contra un 42% para Eugene McCarthy. Desde el podio en el salón de baile Embassy en el Hotel Ambassador, agradeció a «César Chávez, Bert Corona y Dolores Huerta… que es una antigua amiga mía.» 50 Poco después de medianoche del 5 de junio, Kennedy recibió tres tiros a corta distancia. Murió el día siguiente.

Demasiado exhausto para quedarse a la celebración de la victoria, Chávez se fue a dedo a su alojamiento con el padre John Luce, un sacerdote episcopálico con profundos lazos con la comunidad chicana. En una breve parada en la central electoral del asambleísta Richard Calderón, fueron informados del asesinato. 51 Durante una cobertura de CBS, el reportero Mike Wallace reflexionó sobre los asesinatos de Malcolm X, John Kennedy, el doctor King, y Bobby Kennedy. Planteó la sorprendente pregunta: «¿Qué clase de curiosa variedad de violencia existe en el pueblo estadounidense?» Para la comunidad chicana, las palabras escritas por el abogado y novelista Oscar Zeta Acosta capturaron el momento: «Conducimos y escuchamos la transmisión en vivo desde el Hotel Ambassador. Los informes dejan bien claro que a Kennedy sólo le quedan algunas horas de vida… Conduzco en la oscuridad y lo sé en mis huesos, que han aumentado las apuestas.» 52 El senador Kennedy sólo sobrevivió unas veinticuatro horas, con fragmentos de bala dispersos por su cerebro. Lo declararon muerto a las 1.44 de la mañana del 6 de junio. Esa noche, en los viñedos de California cerca de Delano, los trabajadores agrícolas asistieron a una misa en su honor.

1 Jacques E. Levy, Cesar Chavez: Autobiography of La Causa (Minneapolis: University of Minnesota Press, 2007), 270-271.

2 Vea Steve Estes, I Am a Man!: Race, Manhood, and the Civil Rights Movement (Chapel Hill: University of North Carolina Press, 2005), capítulo 6.

3 Lyndon B. Johnson, Statement by the President Summarizing Actions on the Recommendations of the Inter-Agency Committee on Mexican American Affairs; John T. Woolley and Gerhard Peters, The American Presidency Project (Santa Barbara, CA: University of California (hosted), Gerhard Peters (database)), available at http://www.presidency.ucsb.edu/ws/?pid=29391 (accessed March 31, 2009).

4 «Our Nation Is Moving Toward Two Societies, One Black, One White – Separate and Unequal,» excerpts from the Kerner Report, History Matters, http://historymatters.gmu.edu/d/6545/ (accessed April 4, 2009).

5 Report of the Select Committee on Assassinations of the U.S. House of Representatives, Findings in the Assassination of Dr. Martin Luther King, Jr., National Archives, http://www.archives.gov/research (accessed April 4, 2009).

6 Quoted in Roy Wilkens, Standing fast: The Autobiography of Roy Wilkins (New York: Da Capo Press, 1994), 328.

7 Un video del editorial de Cronkite puede ser visto en http://www.youtube.com/watch?v=JdOb_183d1o (accessed March 16, 2009). Para el fondo general del año 1968, vea el documental 1968: The Year that Shaped a Generation (Oregon Public Broadcasting Corporation, 1998), http://www.youtube.com/watch?v=6vVZP2T60wI&NR=1 (accessed May 1, 2009).

8 Vea Carlos Muñoz, Jr., Youth, Identity, Power: The Chicano Movement, Revised and Expanded Edition (London: Verso, 2007); Ian F. Haney López, Racism on Trial: The Chicano Fight for Justice (Cambridge: Harvard University Press), 2003.

9 «Lessons of Dr. Martin Luther King, Jr.» http://www.ufw.org/ (accessed March 31, 2009). Un telegrama anterior de King a Chávez fue enviado el 22 de septiembre de 1966, poco después de que la UFW se fusion con la AFL-CIO: «Como hermanos en la lucha por la igualdad, extiendo la mano del compañerismo y de la Buena voluntad y deseo un continuo éxito a usted y a sus miembros. La lucha por la igualdad debe ser librada en muchos frentes – en los barrios pobres urbanos, en los talleres explotadores de la fábricas y los campos. Nuestras luchas separadas, son en realidad una sola – una lucha por la libertad, por la dignidad y por la humanidad. Usted y sus valientes compañeros trabajadores han demostrado su compromiso con la corrección de penosos males infligidos a los explotados. Estamos junto a ustedes en el espíritu y en la determinación de que nuestros sueños por un mañana major sean realizados. Levy, Cesar Chavez, 246.

10 Andrew Young, An Easy Burden: The Civil Rights Movement and the Transformation of America (Waco, TX: Baylor University Press, 2008), 445. Según Reies López Tijerina, el doctor King también le había enviado un telegram el 5 de marzo invitando al líder del movimiento de cesión de tierras de Nuevo México a una reunion de planificación para la Campaña de la Gente Pobre. Reies López Tijerina y José Angel Gutiérrez, They Called Me «King Tiger»: My Struggle for the Land and Our Rights (Houston: Arte Público Press, 2001), 101.

11 Chavez dijo a Jacques Levy: «Aunque he visto a algunos de los que trabajan con King y lo vi en television, nunca hablé con él si no por teléfono.» Levy, Cesar Chavez, 289. Existe una cierta confusion en la historiografía sobre la relación entre Chávez y King. Aunque la evidencia es abrumadora de que los dos nunca se encontraron,

Michael Honey escribe incorrectamente que King se reunió brevemente con Chávez. Vea Honey, Going Down Jericho Road: The Memphis Strike, Martin Luther King’s Last Campaign (New York: W.W. Norton, 2008), 290.

12 LeRoy Chatfield, The Farm Worker Documentation Project, «Cesar Chavez and His Farmworker Movement,» Entrevista con el Professor Paul Henggeler, Question 15, http://www.farmworkermovement.org/essays/essays.shtml (accessed March 31, 2009).

13 The Farm Worker Documentation Project, Jerry Cohen/UFW Legal Department 1967-1980, entrevista audio: Jerry Cohen Discussion About Cesar Chavez and the UFW, Part I; The Farm Worker Documentation Project, Panel Discussion: «Cesar Chavez 1968 Fast for Nonviolence,» 2008, http://farmworkermovement.org/media/oral_history (accessed March 31, 2009); The Farm Worker Documentation Project, John Duggan Autobiography, p. 46, http://www.farmworkermovement.org/essays/essays (accessed March 31, 2009).

14 El Malcriado (March 15, 1968); Mark Day, Forty Acres: Cesar Chavez and the Farm Workers (New York: Praeger, 1971), especially Capítulo 3.

15 El estudio más completo de la relación de Kennedy con Chávez es el de Steven W. Bender, One Night in America: Robert Kennedy, César Chávez, and the Dream of Dignity (Boulder: Paradigm Press, 2008). Vea también, Thurston Clarke, The Last Campaign: Robert F. Kennedy and 82 Days That Inspired America (New York: Henry Holt and Company, 2008), p. 36.

16 Entrevista oral con Cesar Chavez (with Dennis J. O’Brien), Robert F. Kennedy Oral History Program of the Kennedy Library, The Farm Worker Documentation Project, Part I, http://farmworkermovement.org/media/oral_history; The Farm Worker Documentation Project, A. V. Krebs, «La Causa: The World Made Flesh,» http://www.farmworkermovement.org/essays/ (both accessed March 31, 2009).

17 The Farm Worker Documentation Project, Jerry Cohen/UFW Legal Department 1967-1980, audio interview: Jerry Cohen Discussion About Cesar Chavez and the UFW, Part II; Clarke, 115-116

18 Oral History Interview with Cesar Chavez (with Dennis J. O’Brien), Robert F. Kennedy Oral History Program of the Kennedy Library, The Farm Worker Documentation Project, Part I, http://farmworkermovement.org/media/oral_history (accessed March 31, 2009). Vea también, Wallace Turner, «Head of Farm Workers Union Ends 25-Day Fast in California» and «A Farm-Bred Unionist: Cesar Estrada Chavez,» March 11, 1968

19 LeRoy Chatfield, The Farm Worker Documentation Project, «Cesar Chavez and His Farmworker Movement,» Interview with Professor Paul Henggeler, Question 18, http://www.farmworkermovement.org/essays/essays.shtml (accessed March 31, 2009). En su preguna a Chatfield, Henggeler se refiere a la posible invitación como un «asunto menor pero curioso.»

20 Vea Philip S. Foner, U.S. Labor and the Viet-Nam War (New York: International Publishers, 1989).

21 Entrevista oral con Cesar Chavez (with Dennis J. O’Brien), Robert F. Kennedy Oral History Program of the Kennedy Library, The Farm Worker Documentation Project, Part I, http://farmworkermovement.org/media/oral_history (accessed March 31, 2009); Levy, 197.

22 Stan Steiner, La Raza: The Mexican Americans (New York: Harper and Row, 1969), 295; Taylor Branch, At Canaan’s Edge: America in the King Years, 1965-68 (New York: Simon and Schuster, 2007), 723. El informe más complete sobre la reunion del 14 de marzo y la participación chicana en la Campaña de la Gente Pobre es el de

Gordon Mantler, «Black, Brown, and Poor: Martin Luther King Jr., The Poor People’s Campaign, and its Legacies,» ( Ph.D. dissertation, Duke University, 2008).

23 Bert Corona with Mario T. García, Memories of Chicano History: The Life and Narrative of Bert Corona (Berkeley: University of California Press, 1994), 216; Gordon K. Mantler, «Grassroots Voices, Memory, and the Poor People’s Campaign,» American Radioworks, http://americanradioworks.publicradio.org/features/king/mantler.html (accessed April 4, 2009); Mantler, «Black, Brown and Poor,» 59-60.

24 Tijerina, They Called Me «King Tiger,» 103; Branch, At Canaan’s Edge, 715 ff.; George Mariscal, Brown-Eyed Children of the Sun: Lessons from the Chicano Movement, 1965-1975 (Albuquerque: University of New Mexico Press, 2005), sobre todo el Capítulo 5.

25 El discurso «Dos Américas» de King en Grosse Pointe con fotos y reportes mediáticos se pueden ver en http://www.gphistorical.org/mlk/index.htm (accessed April 4, 2009).

26 Levy, Cesar Chavez, 292. Los materials investigativos de Jacques Levy relacionados con subsiguientes complots de asesinato contra Chávez están disponibles actualmente solo para uso limitado en la Jacques E. Levy Research Collection on Cesar Chavez, Yale Collection of Western Americana, Beinecke Rare Book and Manuscript Library, Yale University, WA MSS S-2406, Series X, Assassination Plot, 1971-1974 (boxes 44-49).

27 Branch, 707. Vea también Ernesto Vigil, The Crusade for Justice: Chicano Militancy and the Government’s War on Dissent (Madison: University of Wisconsin Press, 1999), 54 ff.

28 Branch, At Canaan’s Edge, 717; Report of the Select Committee on Assassinations of the U.S. House of Representatives, Findings in the Assassination of Dr. Martin Luther King, Jr., National Archives, http://www.archives.gov/research (accessed April 4, 2009).

29 Mariscal, Brown-Eyed Children of the Sun, Capítulo 4; Peter Matthiessen, Sal Si Puedes (Escape If You Can): Cesar Chavez and the New American Revolution (Berkeley: University of California Press, 2000).

30 Branch, At Canaan’s Edge, 696; Martin Luther King, Jr., Where Do We Go From Here: Chaos or Community? in James M. Washington, ed., A Testament of Hope: The Essential Writings and Speeches of Martin Luther King, Jr. (San Francisco: Harper Collins, 1986), 601-602.

31 El discurso completo puede ser visto en AFSCME Memphis Sanitation Strike, March 18, 1968, http://www.afscme.org/about/1550.cfm. Vea también la película corta producida por AFSCME «I Am A Man: Dr. King & the Memphis Sanitation Strike»: http://www.youtube.com/watch?v=HBDgH435oaU&feature=related

32 Cesar Chavez, «Letter from Delano» (Good Friday 1969), http://farmworkermovement.org/essays/ (accessed March 31, 2009).

33 Douglas Perry, «Court Documents Related to MLK, Jr and Memphis Sanitation Workers,» ERIC # ED462357 (Washington, D.C., National Archives and Records Administration, 2000), http://www.eric.ed.gov:80 (accessed April 4, 2009).

34 Nick Kotz, Judgment Days: Lyndon Baines Johnson, Martin Luther King, Jr., and the Laws That Changed America (New York: Houghton Mifflin Harcourt, 2006), 403.

35 Public Papers of the Presidents of the United States: Lyndon B. Johnson, 1968-69, Volume I, entry 170, pp. 469-476. Washington, D. C.: Government Printing Office, 1970. El discurso se puede ver en http://www.youtube.com/watch?v=2-FibDxpkb0 (accessed March 31, 2009)

36 LeRoy Chatfield, The Farm Worker Documentation Project, «Cesar Chavez and His Farmworker Movement,» Entrevista con el Professor Paul Henggeler, Question 7.

37 Citado en Honey, Going Down Jericho Road, 184.

38 King en Washington, ed., 285, 280; Branch, At Canaan’s Edge, 759-766; Levy, Cesar Chavez, 289. La emissión de CBS Evening News del 4 de abril de 1968 puede ser vista en http://www.youtube.com/watch?v=cmOBbxgxKvo (accessed April 4, 2009).

39 Stokely Carmichael with Ekwueme Michael Thelwell, Ready for Revolution: The Life and Strugles of Stokely Carmichael (Kwame Ture) (New York: Scribners, 2003), 658.

40 Randy Shaw, Beyond the Fields: Cesar Chavez, the UFW, and the Struggle for Justice in the 21st Century (Berkeley: University of California Press, 2008); Frank Bardacke, «Cesar’s Ghost: Decline and Fall of the U.F.W.,» The Nation (January 21, 2006), http://www.thenation.com/doc/19930726/bardacke (accessed March 31, 2009).

41 Clay Risen, A Nation on Fire: America in the Wake of the King Assassination (New York: Wiley, 2009), 89. Vea también Risen, «The Unmaking of the President,» Smithsonian Magazine (April 2008), http://www.smithsonianmag.com/history-archaeology/president-lbj.html (accessed April 4, 2009).

42 La plática de Kennedy al público asombrado puede ser vista en http://www.youtube.com/watch?v=MyCWV_N0EsM (accessed April 4, 2009).

43 Farm Worker Documentation Project, Frances Ryan, http://www.farmworkermovement.org/essays/ (accessed March 31, 2009).

44 Risen, A Nation on Fire, 212.

45 El Malcriado, Vol. 2, no. 4 (April 15, 1968), 5.

46 Ibid., 12.

47 Mantler, «Black, Brown, and Poor,» 183.

48 Frank Mankiewicz Oral History Interview – RFK #9, December 16, 1969 ; http://www.jfklibrary.org/

49 Entrevista con Cesar Chavez (with Dennis J. O’Brien), Robert F. Kennedy Oral History Program of the Kennedy Library, The Farm Worker Documentation Project, Part II, http://farmworkermovement.org/media/oral_history

50 El último discurso de Kennedy el 5 de junio 1968 se puede ver en http://www.youtube.com/watch?v=vXuHcQ1Mrqs&feature (accessed June 5, 2009).

51 Entrevista oral con Cesar Chavez (with Dennis J. O’Brien), Robert F. Kennedy Oral History Program of the Kennedy Library, The Farm Worker Documentation Project, Part II, http://farmworkermovement.org/media/oral_history (accessed March 31, 2009).

52 Los comentarios televisados de Mike Wallace de 5 de junio de 1968 pueden ser vistos en:

http://www.youtube.com/watch?v=qu3t3QosGFI&feature=related (accessed June 5, 2009); Oscar Zeta Acosta, Revolt of the Cockroach People (New York: Vintage, 1973), 64.

Nota del autor: En la mañana del 5 de marzo de 1968, el autor acompañó a sus padres, Ralph e Irene Mariscal, a la estación de autobuses Greyhound en Long Beach, California. Esa tarde entró al ejército de EE.UU. como conscripto y fue transportado a Fort Ord, California, para entrenamiento básico. Pasó 1969 en Vietnam del Sur.