Mercedes Santana, miembro de la Fundación Maquita Coshunchic Comercializando como Hermanos (Ecuador), e Idalice Rodrigues Nunes, del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil, en el Simposio Internacional ‘Pobre Mundo Rico’
Mercedes Santana e Idalice Rodrigues Nunes metieron el dedo en la llaga de las realidades de sus países. Economía solidaria y soberanía alimentaria son iniciativas que apuestan por el desarrollo de los pueblos». En Ecuador, el 45% de los niños sufren Desnutrición. Países de gran riqueza cultural, espiritual y de recursos son avocados a la pobreza. Idalice: «La práctica demuestra que es posible construir una realidad diferente, si luchamos por ella». Mercedes: «Las iniciativas de economía solidaria apuestan por el derecho de los pueblos a producir sus propios alimentos, por el desarrollo cultural y espiritual, y por el respeto a la tierra.
Como despedida de la actividad del Simposio Internacional en Lugo, Mercedes Santana, trabajadora social y miembro de la Fundación Maquita Coshunchic Comercializando como Hermanos (Ecuador), e Idalice Rodrigues Nunes, del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil -MST-, abordaron dos experiencias de cómo cultivar contra la pobreza: la economía solidaria y la soberanía alimentaria. Modelos de producción alternativos, con valores que abogan por un desarrollo espiritual y cultural de las comunidades, que son sostenibles y respetuosos con el medio y que en nada tiene que ver con los modelos de producción y crecimiento capitalistas.
La crisis de Ecuador: seis de cada diez personas viven en la pobreza
Mercedes Santana abordó la realidad de Ecuador, «un país que hoy atraviesa una crisis terrible, pero que al mismo tiempo un país enormemente rico en cultura, recursos y espiritualidad, donde seis de cada diez personas viven en la pobreza. La pobreza se debe a que el sistema neoliberal es injusto, explotador, y la corrupción política es terrible: el gobierno saquea el dinero y no hay inversión en programas sociales», explicó. Lo que es conveniente, dijo, es «aprender a globalizar las acciones comunitarias, la solidaridad y la esperanza, con respecto a la tierra y la cultura, que es muy rica.»
La tragedia de la emigración: 3 millones de ecuatorianos emigrados
Explicó que desde los años 90 el país atraviesa una crisis, que ha generado una oleada de emigración que en la actualidad se contabiliza en tres millones de ecuatorianos emigrados. Esto ha derivado en la trágica situación de familias rotas por el fenómeno, más terrible todavía si pensamos que siendo un país tan rico la gente tenga que marcharse, relató.
Al recurrir a su experiencia personal, antes de partir para Galicia, el llanto bastó para demostrar el dolor de un pueblo roto por la emigración: «veinte niños del pueblo en el que doy escuela me pedía que ‘si veía a sus mamás, les pidiesen que volviesen, que las quieren mucho’. No sé qué les diré a la vuelta, no lo sé», decía ahogada por la tristeza al revivir aquellas tan cercanas palabras.
«La gente puede enfrentar la pobreza». El trabajo de la Fundación MCCH: economía solidaria
Mercedes explicó el trabajo de la Fundación Maquita Coshunchic Comercializando como Hermanos (MCCH). Así, mencionó la apuesta por la economía solidaria: un trabajo que opera a partir de la creación de redes de campesinos organizados y educados en un proceso humano, asociativo que desarrolla técnicas amigables con el medio ambiente. Explicó que la fundación tiene 36 organizaciones de base y cuatro redes que conforman una Red Nacional, que ha influido en la creación de la Subsecretaría Nacional de Economía Solidaria con el gobierno de Rafael Correa.
Afirmó también que la Fundación trabaja con muchas etnias socioculturales, especialmente con la etnia montubia de la costa ecuatoriana, que ocupa el 98% del territorio: «gentes que han contribuido a la riqueza del territorio pero no reciben nada». Por otra parte explicó que la fundación pretende hacer frente a la inequidad que viven las mujeres, y destacó el hecho de que «desde su implicación en el trabajo en la fundación, las mujeres han dinamizado la economía de 36 comunidades y cuentan con capacidad organizativa y confianza en ellas mismas».
Continuó relatando que la fundación opera ya en 18 provincias de 24, y apuntó: «si no tuviésemos la ayuda de países como España no podríamos hacer nada. Maquita no tiene recursos, necesita de ayuda humanitaria». Agradeció así el trabajo de las fundaciones que contribuyen desde aquí, refirió los esfuerzos de la ONG Amarante.
«El 45% de los niños en Ecuador sufren desnutrición»
«La educación y la salud son materias a la que el gobierno de Ecuador sólo ha dedicado el 9 y el 4% del gasto público respectivamente», afirmó. Continuó explicando que el 82% del presuesto en salud se dirige a pagar los salarios del personal médico, mientras que en educación el 70% se destina a los profesores. A este respecto Mercedes apuntó: «vamos a luchar mucho para que el gobierno de Rafael Correa invierta en salud y educación, porque el día que eso ocurra el país cambiará hacia la justicia.» En el tema de la desnutrición, Mercedes Santana mencionó el terrible dato que alude a que el 45% de los niños sufre de desnutrición: «nacen ya desnutridos debido a la mala alimentación de sus madres mientras están en su vientre», y se lamentó de que no se llevara a cabo el programa de nutrición que el gobierno había previsto para este año. «Un pueblo desnutrido no puede pensar», afirmó al respecto.
Principios y valores: «tenemos riqueza cultural y de alma, amamos el medio y la tierra»
A nivel de los principios y valores que rigen las sociedades, la representante de la Fundación MCCH aludió a la existencia de dos mundos: los de riqueza económica y los de riqueza material. «Nosotros no somos pobres, tenemos riqueza cultural y del alma, amamos el medio y la tierra». Se hizo eco así de la importancia de los valores: creer en las raíces, trabajar y caminar con la familia, respeto al medioambiente, amar a la tierra. Mercedes se lamentó de que se haya priorizado el consumismo, lo material, en detrimento de lo espiritual y el afecto, «y esto está ocurriendo en las personas ecuatorianas con familia en la emigración, y es una lástima, porque se produce un cambio en la escala de valores. La emigración rompe nuestro pueblo.
Respecto a la actuación política destacó: «en nuestro mundo hacen falta líderes que amen a la gente, con otros valores. Los gobiernos disfrazan el discurso de la democracia, el socialismo, la solidaridad, y a nosotros que somos una cultura oral, se nos convence con la palabra.»
Brasil: 40 millones de personas viven por debajo de sus necesidades
Idalice Rodrigues Nunes abordó por su parte la realidad de Brasil, donde 40 millones de personas viven por debajo de sus necesidades. «En el Nordeste del país cada 10 minutos muere un niño desnutrido: es la triste realidad de un país lleno de recursos naturales». A esa pobreza social hay que añadir el desastre medioambiental derivado de la lógica de las multinacionales que operan en Brasil destruyendo áreas naturales reservadas de la selva amazónica, indicó, reafirmándose en la lucha contra la producción de productos para el agrocombustible.
Soberanía alimentaria
Idalice hizo hincapié desde el comienzo en el derecho de los pueblos de tener soberanía alimentaria, ante la existencia de modelos agrícolas implementados (soja, caña de azúcar,…) producidos en territorios de Brasil, en los que la riqueza no revierte en el campesinado: «la mayoría de las áreas plantadas en Brasil no son para sus habitantes, sino para las grandes empresas que extraen los recursos utilizando la mano de obra barata de mi pueblo».
Ante esta situación, explicó que el Movimiento de los Sin Tierra es una vía que aglutina a varios movimientos de defensa de la soberanía alimentaria del país: «una producción para todo el pueblo y que sea sostenible con el medio ambiente». Relató que la pequeña agricultura viene probando (sobre todo en el sur del país) que es posible producir alimentos de calidad y con garantías. Idalice, es de la región de Mato Grosso.
Soberanía política
Pero para ello también es necesario una soberanía política de los pueblos, de manera que se den las condiciones para ejercer la autonomía sobre sus territorios. Explicó así que los MST defienden políticas públicas para la agricultura a través del Estado brasileño, que debe regular los precios de los productos agrícolas. Además, apuntó que «cuando un pueblo pasa hambre no tiene lógica alguna exportar nada». Señaló así la necesidad de colocar los productos agrícolas en el mercado a un precio justo.
«Es posible construir diferente y la práctica lo está demostrando»
Como mensaje esperanzador, Idalice Rodrigues señaló que «es necesario que el pueblo brasileño comprenda que puede construir una realidad diferente. Los campesinos ya están llevando a cabo actuaciones concretas: campañas de alfabetización, importantes para que los campesinos puedan entender qué es lo que necesitan, y que se llevan a cabo en las áreas de asentamientos y en la pequeña agricultura. Otras acciones que refirió son la agroecología y cursos de pedagogía. Por último Idalice rechazó a las empresas extranjeras que saquean el territorio y los recursos de Brasil, y agradeció a aquellos que contribuyen solidariamente con la causa de los MST y denunciando la situación en la que viven.
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