Recomiendo:
0

Entrevista a Daniel Jackson, responsable en Madrid de la campaña 'Armas bajo control'

«Hay un muerto al minuto por armas ligeras»

Fuentes: Diagonal

La aprobación por un comité de la Asamblea General de la ONU de una resolución que establece los primeros pasos para elaborar un Tratado sobre el Comercio de Armas reabre el debate sobre el control de éstas.

La aprobación el 26 de octubre del acuerdo para un futuro Tratado sobre el Comercio de Armas en la ONU podría culminar el trabajo empezado en 1995 por, entre otros, varios premios Nobel de la Paz, encabezados por Óscar Arias. Pero el voto único en contra de EE UU y la abstención, entre otros, de Rusia y China, que pueden vetar unilateralmente cualquier resolución, pone en serio riesgo la futura firma. En esta coyuntura, DIAGONAL ha conversado con Daniel Jackson, responsable en Madrid de Armas Bajo Control (Amnistía Internacional, junto a Intermon-Oxfam e Iansa), quien apunta otro dato a tener en cuenta: «Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Francia, Rusia, China, el Reino Unido y EE UU) son responsables, en su conjunto, del 88% de las exportaciones mundiales de armas convencionales».

«El valor de las exportaciones autorizadas es de 21.000 millones de dólares al año», dice Jackson, pero para lograr una cifra real debemos sumar el mercado negro, lo que producen los Estados para sí mismos y lo que se exporta saltando las normas de conducta para la venta de armas. Si el tratado de la ONU se firmara finalmente Amnistía Internacional (AI) y otras ONG se sentirían plenamente satisfechas, y verían reconocido el trabajo realizado desde hace años. Una de sus principales exigencias es el «comercio de armas controlado, para que éstas sean únicamente empleadas por Estados que respetan los derechos humanos y por personas que estén formadas para ello». Aunque reconocen que de esta forma, «cada vez que hay un cambio de régimen miles de armas vuelven a estar descontroladas y, en parte, pasan al mercado negro. Un mercado que fue uno de los grandes beneficiarios de la desintegración de la URSS y que ha hecho que el fusil soviético AK-47 (kalashnikov) sea el arma más ‘comercializada». Se calcula que existen entre 50 y 70 millones. Aun así, «AI no es una organización pacifista, no busca la eliminación de las armas ligeras sino su buen uso, siendo una incongruencia de la organización», porque sin ellas no existiría este comercio ilegal.

Armas ligeras

«Se producen dos balas por persona al año». «Tocamos a un fusil por cada 10 personas en el mundo». «Cada año se fabrican 8 millones de armas y 16.000 millones de municiones». «Casi el 60% de las armas ligeras está en manos de civiles». «Se calcula que entre el 80 y el 90% de todas las armas ligeras ilegales provienen originalmente de transacciones aprobadas por los Estados». Con estos escalofriantes datos pretenden «sacar información a la luz, sensibilizar a la población y, además, llamar la atención de los políticos, que sólo hablan de lo que las encuestas les dicen». El resultado de todo esto es «un muerto por arma ligera cada minuto, las verdaderas armas de destrucción masiva son éstas. Pero las consecuencias no se limitan a asesinatos; en conflictos armados se viola a mujeres y niñas a punta de pistola: 15.700 en Ruanda y 25.000 en Croacia y Bosnia. Además, el problema se centra en las posguerras con parte de la población armada».

En espera del resultado del proceso iniciado en la ONU, «todavía no existe ningún tratado a nivel mundial que regule el comercio de armas, aunque sí tratados bilaterales o multilaterales [cómo el Código de Conducta de la Unión Europea, 1998] en materia de exportación de armas, pero éstos son muy fáciles de incumplir. Continuamente los Estados camuflan armas como material de caza o deportivo; venden armas, aviones o carros por piezas o les falta por añadir el sistema armamentístico que venden por separado; o simplemente las regalan, esto no está prohibido».

Comercio español de armas

«España es un país más, falta conciencia de que es un país productor de armas (portaaviones, vehículos de transporte, armas ligeras, aviones de guerra) y de que se salta los tratados igualmente. En 2002 exportó obuses de más de 20 kilos a 10 países africanos para caza», denuncia Jackson. En otras ocasiones la venta se limita a munición, «posiblemente la mayor cantidad de ventas se produce en municiones porque las armas se consiguen en el mercado negro o duran muchos años o se regalan, pero a cambio se venden, y por un alto precio, las municiones». En 2005 el Estado español exportó a Ghana más de 2,7 millones de euros en munición, cuando existe una moratoria para este comercio con el país africano.

Según denuncian AI, Intermón- Oxfam y Greenpeace, hasta un 30% de las exportaciones de armas del Estado español (normalmente controladas por el Ministerio de Industria) durante 2004 y 2005 han sido para países que no cumplen con el Código de Conducta de la UE, «como Colombia, Venezuela, Arabia Saudí, Israel, Sudán o Ghana». Una gran cifra, teniendo en cuenta que el Estado exportó armamento por valor de más de 407 millones de euros en 2004.

Niños soldados

Una de las grandes consecuencias de la masiva existencia de armas ligeras es la gran cantidad de niños soldados, una situación que se visibiliza principalmente en las guerras africanas. «A menudo se denuncia la crueldad de algunos conflictos porque existen matanzas en poblados de mujeres y niños. Pero no se relaciona con que éstos son también combatientes; en muchos lugares de África si tienes capacidad física de disparar, pasas a ser soldado, un soldado que, además, es enviado a las misiones más ingratas, de asalto, de choque.

En muchos lugares llegan a ser de los más temidos. El contraste entre un niño y un ‘soldado’ es impresionante, un misionero nos relataba cómo al niño que más había matado le premiaban, simplemente, subiendo a dar una vuelta en un helicóptero». «El gran problema es la posguerra, cómo recuperar a esos niños. A su familia la han matado, lo único que les queda es el Ejército y para sobrevivir todo lo pueden conseguir empuñando un fusil. ¿Cómo consigues hacer que sean felices sin un arma en la mano? Pero, peor aún es la situación de las niñas que, además, son usadas como esclavas sexuales».

Otro efecto «son las minas antipersona, que aunque están prohibidas por la mayoría de los países [a excepción de EE UU y Finlandia], aún están muy presentes en zonas donde ha habido conflictos y forman parte del mercado ilegal de armas. Durante años las minas han asesinado a miles de niños, ya que incluso las hacían con forma de muñeca para que les llamaran la atención. Una mina no costaba más de 3 euros».

Un lugar para las chapuzas

Israel, aparte de ser uno de los Estados que más recursos económicos destina a armamento y ser una de las máximas potencias de la industria armamentística, es también un taller para las ‘chapuzas’. Según Daniel Jackson, hasta él «acuden muchos países africanos para actualizar sus aviones militares, que ya se encuentran viejos. Es una buena salida para los países que tienen sus flotas anticuadas, y así no necesitan realizar grandes inversiones para comprar nuevos ejemplares».