Las remotas tribus de las Islas Andamán, célebres por haber lanzado flechas a un helicóptero que las sobrevolaba tras el tsunami del 26 de diciembre del año pasado, corren el riesgo de ser exterminadas a causa de los colonos que invaden su tierra. Las tribus sobrevivieron intactas al tsunami a pesar del impacto que éste […]
Las remotas tribus de las Islas Andamán, célebres por haber lanzado flechas a un helicóptero que las sobrevolaba tras el tsunami del 26 de diciembre del año pasado, corren el riesgo de ser exterminadas a causa de los colonos que invaden su tierra.
Las tribus sobrevivieron intactas al tsunami a pesar del impacto que éste tuvo sobre sus islas, que se encontraban muy cerca del epicentro del maremoto. Los miembros de una de las tribus declararon que al ver el mar retirarse, supieron que debían correr a tierras altas.
Un hombre jarawa dijo a los periodistas tras el tsunami: «Mi mundo está en la selva. Tu mundo está ahí fuera. No me gusta la gente de fuera».
Activistas de la India y la organización de derechos humanos Survival International temen que los jarawa serán muy pronto exterminados si su tierra no es protegida. La administración de las islas ha ignorado la orden de cierre del Tribunal Supremo de la India de la carretera que atraviesa la tierra de los jarawa, y no se está haciendo ningún esfuerzo para poner freno a los abusos de la policía.
El director de Survival, Stephen Corry, ha declarado: «Es una trágica ironía que estas tribus únicas, cuyo sofisticado conocimiento de su entorno les ha permitido sobrevivir en las Andamán durante 60.000 años, se vean amenazadas por el hombre mismo. El Gobierno de la India debe actuar para protegerlas antes de que sea demasiado tarde».
Los asentamientos costeros de los onge en la Pequeña Andamán fueron gravemente afectados por el tsunami, y los onge huyeron a la selva, donde acamparon. Sus asentamientos están siendo reconstruidos con su participación de una manera más apropiada para su modo de vida que sus anteriores casas, proporcionadas por el Gobierno.
Las vecinas Islas Nicobar, que también fueron gravemente afectadas por el tsunami, constituyen el hogar de dos tribus «mongoloides»: los shompen y los nicobareses.
Los shompen, tribu relativamente aislada, viven en la Isla Gran Nicobar, y su población en el último censo era de 398. Se sabe que nueve shompen murieron en el tsunami. Los shompen son cazadores-recolectores y viven sobre todo en el interior selvático de la isla.
Según las cifras oficiales, un total de 3.513 personas de las Islas Andamán y Nicobar perdieron la vida en el tsunami. Es probable que las cifras reales hayan sido mucho más altas, y muchos de los que murieron eran de la tribu nicobaresa. A diferencia de las otras tribus, los 30.000 nicobareses son fundamentalmente horticultores. Viven en su mayoría en la costa de las islas. La mayoría se han convertido al Cristianismo, y han sido asimilados en un porcentaje mucho mayor que las otras tribus de las Andamán y las Nicobar, pero a pesar de ello aún mantienen su propia cultura.