Recomiendo:
0

Cronopiando

La banda terrorista

Fuentes: Rebelión

Matan, como si el crimen fuera oficio, gracioso desempeño que ejercer en nombre del bien común y el interés general. Matan y ni siquiera saben lo que matan. Son asesinatos preventivos, consecuencia de bombas preventivas, dispuestas por gobiernos asesinos que se erigen en salvaguarda de la democracia en el mundo, con licencia para sembrar el […]

Matan, como si el crimen fuera oficio, gracioso desempeño que ejercer en nombre del bien común y el interés general. Matan y ni siquiera saben lo que matan. Son asesinatos preventivos, consecuencia de bombas preventivas, dispuestas por gobiernos asesinos que se erigen en salvaguarda de la democracia en el mundo, con licencia para sembrar el terror y hacerlo, además, impunemente. Y no sólo tienen las manos manchadas de sangre. También la boca, la palabra, sus coartadas éticas, sus pretextos morales, sus supuestos principios que dan asco, que repugnan.

Ni siquiera sus propios medios de comunicación son capaces de aportar alguna lucidez y precisión a tanto canalla asesinato, a tanto preventivo y masivo crimen.

Siempre se desconoce la cifra definitiva de muertos. La agencia Reuters hablaba de 30 civiles muertos, la agencia AFP reducía el número de muertos a 8 civiles y 39 talibanes, la agencia EFE estimaba en 120 el número de personas asesinadas por las bombas de la banda terrorista que más crímenes se cobra. Otras fuentes hablan de 130 víctimas las provocadas por las bombas de la OTAN en Gerishk, Afganistán, de cinco casas destruídas, del «enfado» de los lugareños que ni siquiera permitieron a los funcionarios afganos contar el número de mujeres y niños destrozados por la metralla de la banda terrorista atlántica, esa banda terrorista de la que el Estado español es miembro y delincuente destacado.

No hacía ni una semana que el presidente títere de ese país ocupado, Hamid Karzai, nombrado por los Estados Unidos gobernador de esa colonia, en un gesto tan inusual como estéril, denunciaba en un patético discurso las constantes masacres de afganos a manos de la banda terrorista: «Uno no combate a los terroristas disparando armamento desde una distancia de 37 kilómetros contra un objetivo. Eso, definitivamente, causará víctimas civiles». Sus declaraciones eran la respuesta a una matanza de civiles afganos ocurrida días antes, crimen por el que la banda terrorista de la OTAN había pedido «disculpas». La respuesta a las palabras de Karzai no se ha hecho esperar. Otra nueva matanza, otra matanza más.

Y entre los firmantes de tanto impune asesinato, de tanta criminal bajeza, la rúbrica autorizada desde España del Partido Socialista y del Partido Popular, esos que hoy exigen la condena a la violencia y que son algo más que el simple entorno criminal de la banda terrorista atlántica.